Vinculada a Proyecto Nacer desde que era una idea, Túa destaca que utilizan el modelo de incubadora de familias. Qué necesitan los participantes y cómo requieren que se dé el servicio son las preguntas definitorias del crecimiento del programa.
En principio, el proyecto surgió como un centro de cuido para los bebés de las familias adolescentes, el cual se transformó más tarde en un centro de educación temprana. Entonces, la misión del Proyecto Nacer evolucionó hasta convertirse además en un centro de estudios alternativos, pues notaron que al reinsertar las madres y los padres desertores a las escuelas tradicionales, estosterminaban abandonándolas igualmente. Llegar a la organización suponía también un gran esfuerzo económico y de logística para los estudiantes, así que comenzaron a brindar transportación.
“Se empezó a generar una complejidad de servicios porque nosotros escuchábamos los participantes y nos iban diciendo qué necesitaban. Y esto no acaba, constantemente se sigue escuchando y evolucionando”, reconoce Túa López.
Según datos suministrados por la organización, desde el año 2000 se han servido 523 familias de padres adolescentes. La cifra de padres, madres e hijos servidos individualmente desde dicho año asciende a 1,129.
La escuela de educación alternativa que desarrollaron en el 2006 reconoce que sus estudiantes “necesitan una escuela solo de padres y madres adolescentes porque necesitan trabajar sobre un tema conector que sea pertinente, que entienda sus necesidades”, según asevera Túa.
“Puerto Rico es la sexta jurisdicción de Estados Unidos en incidencia de nacimientos de madres adolescentes, por lo que el deber de servir a esta población va tomando un carácter que rebasa nuestras costas y playas”. |
Centrada en la familia, además de brindar la parte académica, la escuela atiende a la mamá y al papá adolescente, al bebé y a los abuelos de ambas partes.
“Todo el mundo que viva bajo el mismo techo. Eso significa que tengo servicios de apoyo sicosocial, por ejemplo, para los abuelos y las abuelas de nuestras familias, áreas de microempresarismo, el área académica donde completan cuarto año nuestros papás y mamás adolescentes -siempre y cuando tengan el octavo grado-, y tengo un centro de educación en edad temprana para los bebés de nuestros participantes. Los papás cogen clases de destrezas para padres en la escuela y después se integra el bebé al laboratorio en el centro de edad temprana. En nuestro modelo, todas las áreas están tocándose e integrándose constantemente”, indica la directora ejecutiva en entrevista con Oenegé.
Durante la reciente celebración del Segundo Congreso de Familias del Proyecto Nacer, se dio a conocer que la Isla es la jurisdicción de Estados Unidos con la mayor tasa de pobreza infantil.
“Puerto Rico es la sexta jurisdicción de Estados Unidos en incidencia de nacimientos de madres adolescentes, por lo que el deber de servir a esta población va tomando un carácter que rebasa nuestras costas y playas”, dijo Túa López en la actividad en la que hubo representación del Child Welfare League of América, del gobierno local y de integrantes del Tercer Sector.
AHORA CAMINEN SOLOS
El promedio de tiempo de servicio estimado del Proyecto Nacer a cada familia es de 3.5 años según indican. Desde el comienzo, los participantes saben que reciben ayuda para ser autosuficientes. Las ideas de dependencia eterna no son fomentadas.
“Se va trabajando con ellos desde el principio sabiendo que nuestra intención no es cargarte, que si tu bebé nació en un momento que no lo esperabas, yo te voy a ir apoyando hasta tanto tú puedas caminar solo. Una vez caminas solo se te suelta,así que es un proceso paulatino donde la evaluación a la familia es constante e importante”, detalla Túa.
La directora menciona que todo el tiempo se ajustan planes de trabajo porque “tengo que ver qué está pasando ahí”. “Por ejemplo, si yo estabilicé esta familia, veo que está funcionando de lo más bien y veo que de repente vuelve una crisis, pues yo tengo que activar el área sicosocial”, dice.
Este año 2017, Proyecto Nacer trabaja con 75 familias -mamás y papás- dentro de la escuela y con 75 niños en diferentes áreas de cuido desde 0 hasta 5 años. Poseen 42 empleados entre maestros, trabajadores sociales y sicólogos, entre otros.
“Antes teníamos otro centro en el sector Juan Sánchez, al lado de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón, y ahora solo tenemos el de Vans Scoy. Atendemos, especialmente , familias en Bayamón porque mis trabajadoras sociales visitan los hogares para asegurarse que esas familias puedan llegar todos los días al centro”, menciona.
Los cursos en la escuela van desde la corriente regular hasta microempresarismo, cocina internacional y puertorriqueña, repostería, acuaponía y estilismo. “Todo eso genera ese querer generar su propia empresa o seguir estudiando. Algún camino tienen que escoger”, puntualiza Túa.
“Una de las cosas más importantes que hacemos es romper los ciclos de desventaja social, eso significa que estamos aumentando las posibilidades de que nuestra familia –padres y bebés- se integren socialmente". |
Según la directora, se han acercado a estudiar el proyecto el brazo investigativo del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y el Children Research Center estadounidense. Una organización sin fines de lucro en Nuevo México quiere replicar el esfuerzo, al igual que el gobierno del estado de Maryland.
“Lo contemplamos como un proceso a mediano y largo plazo porque entendemos que primero hay que sustentar nuestro trabajo científicamente. Hablamos con la gente en la calle y con los participantes pero necesitamos la parte empírica”.
Una vez identifica en las mamás y los papás el apoderamiento saludable y educado con su rol de progenitores, los líderes del Proyecto Nacer saben que cumplieron con una de sus metas.
“Una de las cosas más importantes que hacemos es romper los ciclos de desventaja social, eso significa que estamos aumentando las posibilidades de que nuestra familia –padres y bebés- se integren socialmente. Esta es una población marginada, invisibilizada en muchos aspectos, que vive en la pobreza y repiten ciclos como ser padres adolescentes. Nuestro propósito es romper esos ciclos de desventaja social. Mi interés no es que tengan un cuarto año nada más y se vayan con eso, hay todo un componente bien intencional para que sepan que pueden seguir hacia adelante”, finaliza Túa López.