En Melilla, sector loiceño, surgió de forma espontánea el primer comedor comunitario y Taller Salud lo apoyó con los materiales, el gas y el agua necesario para echarlo andar. Presentaron la propuesta a líderes en otras zonas como Las carreras, Medianía Alta, Medianía Baja, Honduras y Sector La Torre en Piñones donde replicaron el esfuerzo con la ayuda de la organización. Pronto se sumaron dos más en Villa Colobó y Piñones. Preparan una comida al día y así han logrado alimentar un promedio de 600 personas a la semana.
A diario han entregado 30 bolsas de compra a ancianos que viven solos o personas con severos problemas de movilidad y 150 bolsos de higiene personal. Los martes y jueves, visitan los comedores escolares personal médico de Project HOPE y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico entre otras, para ofrecer clínicas.
"Los valores que nos fundaron continúan sin cambio -las comunidades prosperan cuando las mujeres prosperan- pero estamos en tiempos de supervivencia básica. Así que hacer cualquier otra cosa sería irrelevante. Además de las ayudas ya tenemos sicólogos atendiendo personas en las comunidades y traemos recursos para que orienten sobre salud pública en temas de higiene, manejo de alimentos y agua o cómo prevenir brotes de enfermedades. A cuatro semanas del huracán no estamos cerca de estar estables", dice Tania Rosario, directora de Taller Salud.
"La lección es que los trabajos de rescate y recuperación están en las manos de las personas, en las comunidades, y no en el gobierno y que tenemos una diáspora robusta, unida y lista para defendernos", agregó Rosario contenta.
Fotos: Javier Del Valle