Las secuelas del ciclón María provocaron la respuesta de los empleados reunidos bajo brigadas de ayuda que han hecho tareas variadas y tan requeridas por estos días: desde limpiar y recoger escombros hasta apoyar centros de acopio, repartir comida o ayudar a llenar las solicitudes de ayuda de FEMA.
Las brigadas de limpieza ya impactaron el Centro Esperanza en Loíza, el Hogar Ruth, y la clínica de salud establecida por Iniciativa comunitaria en Levittown, donde además realizaron labores de inventario. A la organización Scuba Dogs le dieron la mano clasificando materiales en su centro de acopio, al igual que en la Tiendita Joy del Hogar Buen Pastor en Puerta de Tierra. En el Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña atendieron personas que requerían ayuda para llenar y someter sus solicitudes de apoyo de FEMA.
"Después del paso del huracán María, primero nos aseguramos que nuestros empleados estuvieran bien, que tuvieran agua potable, gasolina, plantas eléctricas y el próximo paso fue organizar las brigadas de trabajo. El significado de todo esto es demostrar que estamos unidos, que estamos comprometidos con echar a Puerto Rico hacia adelante, con fortalecer la isla y ponerla mejor", manifestó Marín.
Para la firma con 16 años de experiencia en el país, aportar al restablecimiento de Puerto Rico es prioridad. "Creemos que debemos reconstruirnos juntos", insiste.
"No todos tenemos que ser celadores para ayudar a Puerto Rico en estos momentos", mencionó Silmarie Sánchez, directora ejecutiva de Scuba Dogs Society. "Ninguna ayuda es pequeña y toda ayuda es requerida. ¡Si tú llegas a ver cómo esos voluntarios de BDO dejaron nuestro almacén! Ya esos materiales que usamos en las limpiezas de costas (bolsas, desinfectantes, guantes) se pueden repartir en las comunidades para que comiencen a trabajar. Y mientras ellos trabajaban en eso, otros voluntarios nuestros ayudaban en Juan Domingo a despejar escombros".
En el caso del Hogar Ruth, su directora Lisdel Flores agradeció la labor de 20 voluntarios que de 9:30 a 2:00 de la tarde limpiaron escombros que el personal en la organización no podía manejar.
"Es una aportación tan valiosa, fue un gesto tan bonito. Las participantes se asomaban contentas porque ya veían la cancha limpia de nuevo. Ellas lo que decían era 'gracias, gracias' y yo también porque después del huracán ha sido fuerte", afirma Flores.
La directora destaca el costo que evitó en contratar servicios privados para lograr la meta y agregó que no contempló llamar al alcalde, puesto que hay necesidades realmente críticas en el municipio.
"Cuando ves este tipo de trabajo lo que ves es esperanza. Cada granito de arena que pone cada persona es clave para podernos levantar. El trabajo de ellos provocó que los niños pudieran salir a jugar a la cancha ese día. Nosotras habíamos limpiado el frente poco a poco porque aquí llegan familias marcadas por el dolor y no da una buena impresión recomenzar en un sitio lleno de escombros. Esa gente se fajó aquí y hasta almorzaron con nosotros. Compartimos esperanza juntos", acabó Flores sobre su interacción con los voluntarios.
Fotos Javier del Valle