Hasta el momento han distribuido 144,290 libras de alimento y 11,117 galones de agua. Sume además cerca de dos mil lámparas solares que recibieron gracias al Instituto de Competitividad y Sostenibilidad Económica y que han llevado a familias sin electricidad.
"Lo más gratificante -te voy a hablar con toda sinceridad- es que ha sido como un renacer, como revivir aquellos valores, aquella idea de Sister Isolina de esa ayuda directa al individuo sin intermediarios; visitándolos, viéndolos en sus condiciones", menciona sobre la organización establecida hace 48 años que ya atiende 37 mil personas.
Agrega el director que Yolanda González, a cargo del programa de Comunidad y Prevención de los centros, ideó la iniciativa tras el paso del huracán Irma, ya que afectó el centro que usan en Canóvanas. En aquel momento visitaron ese pueblo y Loíza, luego de comprar suministros gracias a una colecta entre empleados.
"Cuando viene María ya el proyecto estaba, dijimos: 'vamos a dar otro abrazo solidario, esta vez a Puerto Rico", explica Díaz Cotto, quien agrega que sus programas de educación y adiestramientos quedaron suspendidos ante la devastación en el país y todo el personal quedó cesanteado mientras retorna la normalidad. "Todos nos convertimos en voluntarios", dice Díaz Cotto.
Díaz Cotto resalta que gracias a un "Fondo de Emergencia, de Emergencias de verdad", que cuidaba "con uñas y dientes", contaron con recursos para habilitar sus dos centros principales, en la Playa de Ponce y en Caimito, para comprar los primeros suministros que entregaron, y para darle un mínimo (al menos de gasolina) a los voluntarios.
En principio, sus voluntarios fueron los empleados que se acercaron a los centros. Muchos, asegura Díaz Cotto, rechazaron el estipendio y "generosamente" lo donaron. Luego se acercaron estudiantes, participantes y miembros de la comunidad. Entonces, el "Abrazo solidario" evolucionó a mayores servicios.
Enviaron grupos que evaluaban las necesidades de las comunidades y luego llegaban a ellas con donaciones específicas, además del agua embotellada, los alimentos enlatados y productos de aseo. Han contactado agencias gubernamentales que les han ayudado con trabajo de empleados públicos y han servido de enlace entre fundaciones con base en Estados Unidos o Europa que han usado sus sedes para brindar ayuda o han canalizado sus donaciones.
De igual modo, consiguieron apoyo de la Coalición of Hope e integraron a la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico para ofrecer clínicas de salud y junto a la Hispanic Federation -de la cual el artista Lin Manuel Miranda es portavoz- colaborarán gracias a su fondo Amanece en la reconstrucción de techos de residencias que puedan renovarse.
"Tenemos alianza con ingenieros, con arquitectos, con constructores. Y seguiremos para seguir aportando. Lo más sabio fue reenfocar nuestra misión en esta emergencia. Cuando se estabilice la isla, regresamos a nuestro programa educativo. Hay mucho trabajo, pero estas cosas hay que vivirlas por pasión", acaba Díaz Cotto.