"Muchos ciudadanos fueron conmovidos con la devastación que enfrentó el país. Sin lugar a dudas, las necesidades tras el paso de María fueron tan evidentes que permitieron a la gente sensibilizarse y fácilmente comprender que debían insertarse para aportar en el trabajo desde las organizaciones del Tercer Sector, asegura la doctora Astrid Morales, consultora en desarrollo organizacional para la Fundación Ángel Ramos (FAR).
El voluntariado es una forma de participación ciudadana que se expresa a través de acciones organizadas, intencionadas, legitimadas y justificadas por las organizaciones sin fines de lucro. Cada acción de servicio y disponibilidad de tiempo hace que los voluntarios se conviertan en ese ejército que aporta a la construcción de una sociedad justa y solidaria.
La consultora reconoce que el reto actual estriba en que las organizaciones seguirán necesitando esas manos solidarias para realizar trabajos desde otras tareas que son igualmente necesarias.
"La retención de las personas que se convirtieron en voluntarios post María se va a dar en la medida en que nuestras organizaciones acompañen a esas personas en la transformación de sus labores. Fue evidente cómo en la emergencia la ciudadanía acudía cinco días a la semana a servir en una organización sin fines de lucro. En la medida en que el país retoma la estabilidad, quizás ya no puede servir tantos días consecutivos, pero la organización puede negociar para que asistan dos días o que trabaje online desde su casa ", insiste la doctora Morales.
"Renegociar ese contrato emocional, dejar claro de qué manera o dónde puedes servir es la tarea inmediata que tienen de frente las organizaciones". |
La especialista invita a las organizaciones a que "no dejen ir a ese voluntario". "Renegociar ese contrato emocional, dejar claro de qué manera o dónde puedes servir es la tarea inmediata que tienen de frente las organizaciones".
De otra parte, la gerente de la Iniciativa de Desarrollo Organizacional y Comunicaciones de la Fundación Ángel Ramos, Edenmarí Class Montijo, puntualiza en la importancia del recurso voluntario en el Puerto Rico pre y post ciclón
"La limitación de recursos económicos en el país ha afectado significativamente la gestión administrativa, operacional y programática de las organizaciones sin fines de lucro. Las organizaciones cada vez cuentan con menos fondos –estatales, federales, corporativos e individuales- para dar continuidad a su labor, de modo que maximizar el recurso voluntario es vital para el desarrollo y la permanencia de sus programas y servicios", explicó Class Montijo.
También enfatizó que “sumado a esfuerzos para diversificar fuentes de fondos, generar ingresos propios y estrechar vínculos con la comunidad y otros sectores, apostar por una cultura de voluntariado en Puerto Rico como capital social para las organizaciones también se convierte en una estrategia esencial que aporta al fortalecimiento y a la sostenibilidad del tercer sector”.
LA CIENCIA TRAS EL VOLUNTARIADO
Hace dos años, FAR comisionó a la doctora Astrid Morales una investigación sobre el voluntariado en Puerto Rico. La consultora en desarrollo organizacional indica que en el proceso de investigación se identificaron las mejores prácticas internacionales en materia de voluntariado entre las organizaciones sin fines de lucro. En todas, la figura del coordinador aparece como pieza clave de éxito al desarrollar e institucionalizar el voluntariado.
"Esa información se contrastó con organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico para determinar cuáles de esas prácticas se llevaban a cabo aquí, así como para identificar los desafíos presentes en el manejo de programas de voluntariado", detalla la doctora Morales. De forma paralela, se entrevistaron organizaciones locales reconocidas por el acertado manejo de sus voluntarios como son Cruz Roja, Fondita de Jesús o Jóvenes de Puerto Rico en Riesgo
"Con esa información se diseña el Programa de Formación y Desarrollo en Voluntariado, dirigido a organizaciones sin fines de lucro apoyadas por la Fundación Ángel Ramos. Este sirve de piloto para fortalecer el área de voluntariado de las organizaciones desde el proceso de diseño, institucionalización, reclutamiento, selección, capacitación y reconocimiento de voluntarios", explica.
Debido a que en la Isla muy pocas organizaciones contaban con esa figura, FAR seleccionó un grupo a las que les brindaría un estipendio para contar con un coordinador de voluntarios. Estas son Alianza para un Puerto Rico sin drogas, Centro Criollo de Ciencia y Tecnología del Caribe (C3Tec), Centro Esperanza, Centros Sor Isolina Ferré, Hogar Buen Pastor, Instituto Psicopedagógico, Juan Domingo en Acción, Museo Las Américas, Nuestra Escuela y SER de Puerto Rico.
"Es la primera vez que se diseña un programa de reclutamiento de voluntariado apostando a la capacitación y a la inserción de coordinadores de voluntariado dentro de las organizaciones sin fines de lucro", resalta Morales.
Se diseñó un curso corto de cuatro días de capacitación, bajo el Instituto de Liderazgo, Empresaría y Ciudadanía de la Universidad del Sagrado Corazón, pero el huracán María sorprendió al grupo acabada la segunda sesión. El compromiso de los talleres no se disipó y se identificarán fechas para culminarlo en el 2018.
El proyecto también incluye sesiones de acompañamiento para el desarrollo e implementación del programa y un proceso de mentoría entre organizaciones sin fines de lucro reseñadas en el estudio por sus buenas prácticas con el voluntariado.
"El coordinador que se había seleccionado se sumó como un agente más de la organización, no sólo para dar forma a la estructura del programa, sino como un ente transformador tras la emergencia", asegura la consultora.
"Quisimos visibilizar a esa persona y a esa comunidad que se activó luego del huracán. Reconocemos esa labor para decirle a ese voluntario 'tú que te activaste por tu comunidad, ahora puedes extender tu mano a organizaciones con cuyas causas te identifiques". |
La especialista en voluntariado agrega que en el Puerto Rico que vivió el paso del huracán María, se evidenció el gran interés de las personas en convertirse en voluntarios. Sin embargo, el reto actual está en los puntos de encuentro entre las organizaciones sin fines de lucro y los ciudadanos con potencial de voluntariado.
"Para las organizaciones sin fines de lucro, uno de los desafíos es cómo dan a conocer sus servicios y las múltiples formas en las que las personas pueden aportar su tiempo mientras que, para la ciudadanía, es saber definir sus intereses y los talentos que pueden poner al servicio de las organizaciones”, puntualiza la doctora Morales.
Consignar en este boletín Oenegé y en redes sociales el trabajo realizado por el grupo que FAR denominó #ciudadaniaactivapr, fue fundamental dentro de la estrategia de su nuevo programa de voluntariado. "Quisimos visibilizar a esa persona y a esa comunidad que se activó luego del huracán. Reconocemos esa labor para decirle a ese voluntario 'tú que te activaste por tu comunidad, ahora puedes extender tu mano a organizaciones con cuyas causas te identifiques", expresa Class Montijo.
Al presente, a través del proyecto Ciudadanía Activa PR y mediante diversas plataformas, FAR orienta a las organizaciones sobre procesos de activación ciudadana y, al mismo tiempo, aspira a concienciar a más personas para que por medio de diversos espacios sirvan como voluntarios.
Sigue el proyecto Ciudadanía Activa PR en nuestra página web www.farpr.org, Oenegé y redes sociales.
Fotos: Javier del Valle