Martes, 27 Febrero 2018 13:39

Nueva fase en el compromiso ciudadano

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En el Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de la Fundación Ángel Ramos (FAR), ciudadanos aprendieron a implantar planes de reclutamiento y mantenimiento de voluntarios en distintas organizaciones sin fines de lucro

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

 


Los nuevos coordinadores de voluntariado son destacados en la sesión final. Foto/ Javier del Valle

A juzgar por sus expresiones y sonrisas, se fueron con el convencimiento de que el rol que asumirán como coordinadores de voluntarios en distintas organizaciones sin fines de lucro (OSFL) tiene efectos inmediatos, posibilita ejecuciones más efectivas y, como ñapa, les endulza el alma. Ellos son participantes de las sesiones de cursos cortos del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado para OSFL de la Fundación Ángel Ramos, ofrecido a través del Instituto de Liderazgo, Empresarismo y Ciudadanía de la Universidad del Sagrado Corazón (USC).

El programa, que es parte de la Iniciativa de Desarrollo Organizacional de la Fundación, tiene como meta que las diez organizaciones participantes logren institucionalizar un programa efectivo de voluntariado y, a su vez, aumenten el número de voluntarios que aportan a su gestión.


Edenmarí Class, gerente de Comunicaciones y Desarrollo organizacional
de la Fundación Ángel Ramos participó de la actividad de clausura.
Foto / Javier del Valle

La última de cinco sesiones de cursos cortos se completó el viernes, 23 de febrero en la USC en Santurce, luego de una larga pausa provocada por huracanes y un regreso que da una idea del compromiso del grupo para culminar su aprendizaje y empezar a servir.

La consultora en desarrollo organizacional Astrid Morales, quien lidera el programa, realizó hace dos años una investigación sobre el voluntariado en Puerto Rico. Entre sus hallazgos destacó la ausencia de un coordinador de voluntarios, figura vital en la tarea de desarrollar e institucionalizar el voluntariado en las organizaciones.

A partir de los resultados de esta investigación, se diseñó el programa, dirigido a diez organizaciones sin fines de lucro y a diez coordinadores de voluntariado, quienes a su vez, ofrecerán sus servicios de forma voluntaria a cada una de las entidades participantes: Alianza para un Puerto Rico sin drogas, Centro Esperanza, Centros Sor Isolina Ferré, Hogar Buen Pastor, Instituto Psicopedagógico, Juan Domingo en Acción, Museo Las Américas, Nuestra Escuela, SER de Puerto Rico y Taller Salud.

La mayoría de los coordinadores seleccionados para este programa piloto de la Fundación Ángel Ramos fueron reclutados en el banco de integrantes de AARP, organización que aprovecha el talento y defiende los derechos y oportunidades de adultos mayores.

Los cursos cortos, ofrecidos por Morales, permitieron a los coordinadores y a las organizaciones aprender sobre el proceso de diseño, institucionalización, reclutamiento, selección, capacitación y reconocimiento de voluntarios. Sobre todo, ahora que nuevos rostros entre la ciudadanía se activaron para ayudar al Tercer Sector tras la emergencia que provocó el huracán María, la agilidad y la sabiduría del coordinador es fundamental para convertir esas nuevas relaciones, entre ciudadanos y organizaciones, en lazos duraderos.

“Queríamos que este fuera un proyecto pertinente para las organizaciones, que fueran ustedes las organizaciones -junto a cada uno de sus coordinadores- las que marcaran el ritmo, entender sus necesidades y que ustedes mismas nos dijeran cómo ir construyendo algo que hiciera sentido”, afirmó Morales durante la sencilla y emotiva actividad.

“Llegó la hora de activar el plan de voluntariado que han ido desarrollando en los cursos”.

Se agradeció no solo a Milagros Ramos Valencia, coordinadora de voluntarios de AARP por el apoyo al proyecto, sino además a participantes como Milagros Vargas, directora del Instituto Psicopedagógico, quien participó en la investigación inicial de Morales por medio de un grupo focal que convocó la Fundación.

A cada coordinador, así como a los directores y miembros de las organizaciones, se les brindó un certificado que consignó su participación en el ciclo de talleres, Morales aseveró que ahora comienza la segunda fase –el acompañamiento- así que “llegó la hora de activar el plan de voluntariado que han ido desarrollando en los cursos”.

Edenmarí Class Montijo, gerente de Desarrollo Organizacional y Comunicaciones de la Fundación Ángel Ramos, agradeció el compromiso de los participantes en representación del presidente de la Fundación, el licenciado Rafael Cortés Dapena, así como de su directora ejecutiva, Laura López.

“Nuestros programas en la Iniciativa de Desarrollo Organizacional, se han ido construyendo poco a poco en el camino, pues todo el tiempo estamos aprendiendo de ustedes, de sus necesidades e intereses como sector. Esto ha sido una escuela”, aludió Class Montijo al trabajo en materia de voluntariado y otras áreas de desarrollo organizacional.

La gerente puntualizó que el alcance del proyecto es más amplio y, “en palabras del licenciado Cortés Dapena, busca allegar a las organizaciones sin fines de lucro un ejército de voluntarios”.

“Gracias no solo por haber persistido tras el huracán, sino porque en el inicio vieron como prioridad el tema del voluntariado, cuando hay otros temas que también requieren urgencia (de atención) y, por lo general, este se va aplazando. Las organizaciones que hoy están aquí lo vieron como una prioridad igual que para nosotros en la Iniciativa de Desarrollo Organizacional, pues al presente es uno de nuestros principales focos de acción”, afirmó Class Montijo.

“Escuchar la calidez y el corazón de los coordinadores es el motor que va a mover este proyecto y lo que contribuirá a que lo que inició como piloto sea replicable en agosto. Aspiramos a que ustedes puedan también ser mentores del próximo programa”.

“A los coordinadores, gracias porque validan cada uno de los resultados de nuestra investigación, junto al quehacer de las organizaciones, sobre la necesidad de voluntarios y de alguien que lidere ese esfuerzo dentro y de la mano de la organización. Escuchar la calidez y el corazón de los coordinadores es el motor que va a mover este proyecto y lo que contribuirá a que lo que inició como piloto sea replicable en agosto. Aspiramos a que ustedes puedan también ser mentores del próximo programa”, expresó la gerente de Desarrollo Organizacional y Comunicaciones de la Fundación

LA ALEGRÍA TRAS LA AYUDA

Luego de entregados los certificados, los nuevos coordinadores y los integrantes de fundaciones ofrecieron recomendaciones para depurar el programa.


Astrid Morales fue la especialista en voluntariado que brindó la capacitación
a los participantes de diversas organizaciones sin fines de lucro.
Foto / Javier del Valle

“Es impresionante todo lo que todavía nos queda por hacer en SER de Puerto Rico. No me imaginaba la magnitud de este proyecto, pero era lo que nosotros necesitábamos: la estructura, el cómo utilizamos el voluntario y nosotros los necesitamos a diario. Nuestro objetivo es que el programa de voluntariado pueda crecer de una manera constante y que sea duradero. La posibilidad nos abre nuevas oportunidades de seguir creciendo y hacer lo que nos gusta que es servir”, aseveró Aida Figueroa, de la organización con centros en San Juan y Ponce.

María Ángela López Vilella, directora del Museo de Las Américas, habló como representante del sector cultural en el curso. “Yo creo que el programa de voluntariado da una esperanza bien grande a nuestra organización de seguir creciendo de una manera organizada y estructurada. Veo en los voluntarios la fuerza que necesitamos para seguir operando. Ahora más que nunca nos necesitamos unos a otros y necesitamos del campo cultural. Para seguir creciendo como país y levantándonos, necesitamos estar orgullosos de lo que somos y de dónde venimos. Estamos para trabajar en conjunto”, recalcó la directora del museo ubicado en el Cuartel de Ballajá.

De otra parte, la coordinadora de voluntarios de Centro Esperanza, Irma Serrano Cancel, evaluó sus nuevas metas luego de una fructífera carrera profesional

“Hace muchos años yo decía ‘ya he hecho en mi vida bastante trabajo voluntario’, que a mí me tenían que pagar por lo que yo sabía, esa era mi frase. Cuando encontré un punto en que ya no tenía trabajo dije ‘me voy a hacer voluntario’. Viniendo de una profesión que era servir, porque soy trabajadora social, decía ‘a dónde voy’ y encontré apoyo en AARP y les agradezco a Astrid (Morales) y a Milly (Ramos) que me hablaron de esto. Aprendí muchas cosas que no sabía, siempre hay capacidad y espacio para aprender. El voluntariado en Puerto Rico tiene otras características y no conocemos eso. Yo creo que esto servirá para abrirle los ojos a otra generación para que pueda hacer el trabajo”, relató Serrano.

 “Cuando me encontré en casa me dije ‘¿qué hago con la energía que tengo?’. Una de las cosas que he visto en este entrenamiento, y compartiendo aquí con gente de diferentes áreas, es que uno puede aportar mucho más de lo que uno cree”.

Por su parte Milagros Vargas, líder del Instituto Psicopedagógico en Bayamón, resaltó que en los cursos se han visto obligados a integrar las áreas de mercadeo y relaciones públicas en las estrategias para atraer voluntariado. “Creo que en las organizaciones siempre hemos hablado de todas esas áreas, pero no lo hemos plasmado. Llegó el momento”, insistió Vargas.

Katiana Pérez Torres, directora ejecutiva de la Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, resaltó que el programa de voluntarios “nos permite ampliar nuestros horizontes”. “A veces nuestras ambiciones son tan altas y somos tan pocos, pero en nuestro caso tenemos recursos maravillosos al ir a las escuelas y compartir con los niños; tengo esos niños cautivos. Yo necesito añadir un taller de voluntariado para asignarlos a ellos a diferentes entidades para que empiezan a sentir esa labor comunitaria, esa hambre de servir”, indicó Pérez Torres.

Otra coordinadora de voluntarios que no solo agradeció la oportunidad de servir si no que ofreció recomendaciones fue Mary T. Travecier Acevedo. “Pararse ahí al frente no es fácil”, confesó. “Nos provoca desasosiego, nervios, inquietud. Si se pudiera dar destrezas que nos ayuden en el proceso de hablar en público, que nos pula un poquito más para desempeñar nuestra tarea efectivamente sería bueno”, pidió la coordinadora de voluntarios en la Alianza para un Puerto Rico sin drogas.

David Ortiz, coordinador de voluntarios en Nuestra Escuela, afirmó que cuando se sobrepasan los 50 años, estás sobre cualificado, no te emplean “y lamentablemente uno tiene mucho que aportar”.

“Cuando me encontré en casa me dije ‘¿qué hago con la energía que tengo?’. Una de las cosas que he visto en este entrenamiento, y compartiendo aquí con gente de diferentes áreas, es que uno puede aportar mucho más de lo que uno cree”, dijo Ortiz, quien se enfocará en reclutamiento de voluntarios, aprovechando su experiencia como gerente de ventas.

El ojo está puesto en los futuros voluntarios. Sigue creciendo el ejército de servicio.

¡Felicitaciones a los nuevos coordinadores de voluntarios!

  • Mary T. Travecier Acevedo- Alianza para un Puerto Rico sin drogas
  • Irma Serrano Cancel- Centro Esperanza
  • María Burgos Santiago- Instituto Psicopedagógico
  • Milagros Ramos- Museo Las Américas
  • David Ortiz- Nuestra Escuela
  • Awilda Ramos- Juan Domingo en Acción
  • Samary Meléndez- Centros Sor Isolina Ferré
  • Roxanne Morales López- SER de Puerto Rico
  • María Villegas- Taller Salud
  • María Teresa Álvarez- Hogar Buen Pastor
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