“Como estudiantes nosotros de por sí pasamos situaciones personales difíciles más, entonces, vino el huracán, pero seguimos adelante todo el tiempo porque en Crearte nunca nos dejaron solos, estuvieron todo el tiempo bien pendiente de nosotros. Esa alegría y ese orgullo se percibía en el ambiente el día de la graduación”, agregó la joven sanjuanera de 16 años, que comenzará un bachillerato en Administración de Hoteles y Restaurantes en la Universidad de Puerto Rico en Carolina.
La graduación tuvo lugar el pasado 6 de junio en la Sala experimental de Crearte, en su sede de Río Piedras. Vanderlinder recuerda el momento como una ceremonia “súper linda, súper sencilla”. “Es que fue bien emocionante lograr esa meta”, repite.
La joven afirma que “problemas familiares” hacían que su panorama educativo se viera “complicado”. “Y la escuela en la que estaba antes no me motivaba nada. Cuando yo llegué a Crearte tenía muchas ganas de salir adelante pero no tenía motivación. Eso fue hasta que conocí a mis facilitadores que me ayudaron mucho y siempre estuvieron bien pendientes de lo que necesitábamos. Nunca voy a olvidar lo que hicieron por nosotros y estoy bien orgullosa de pertenecer a la escuela alternativa de Crearte”.
“¿Qué puede lograr un estudiante motivado?”, le preguntamos a Vanderlinder.
“Un estudiante motivado no tiene límites, no tiene miedo de alcanzar sus metas. Yo sé que un estudiante motivado tiene la fuerza que necesita para superar obstáculos y seguir en su camino”, insistió la graduada.
Brenda Santos, directora ejecutiva de Crearte, indicó que casos como el de Vandelinder comprueban que los estudiantes serán “tan exitosos como su pasión quiera”.
“Estos son los graduandos que terminan su año luego de coger clases en las esquinas y debajo de los árboles. Es una satisfacción bien grande y creo que hubo frutos más simbólicos este año que en otras graduaciones porque terminar requirió un esfuerzo mayor, y lo sentían así”, declaró Santos.
“Sí, tú sirves, tu vida no se limita a tu pasado ni a lo que tienes sino a lo que vas construyendo; vas descubriendo nuevas posibilidades en la vida”. |
“Fue una emoción diferente. Dios me ha regalado estar en un espacio de muchos pequeños milagros, donde un muchacho que jamás en su vida pensó en graduarse, porque en su proceso educativo le dijeron que no podía o no servía de diferentes formas, lo logra y yo vivo maravillada de la perseverancia de ellos”, menciona la directora en torno a las graduaciones que ocurrieron el 6 de junio en San Juan y el 7 de junio en Yabucoa.
“Sí, tú sirves, tu vida no se limita a tu pasado ni a lo que tienes sino a lo que vas construyendo; vas descubriendo nuevas posibilidades en la vida”, insistió Santos.
Este año escolar Crearte graduó de cuarto año a 55 estudiantes. Luego del huracán María, perdieron parte de su centro de Yabucoa –pueblo duramente afectado- y un 20% del estudiantado abandonó la escuela. Pero cuando las condiciones mejoraron, regresó un 10%. El restante 10% emigró a Estados Unidos y a República Dominicana.
FIESTA EN SAN GABRIEL
Otro centro educativo en el que hubo aplausos, alegría y fiesta fue el Colegio San Gabriel para Sordos en Río Piedras. Seis estudiantes se graduaron de cuarto año en una graduación celebrada el viernes pasado.
“Fue una ceremonia hermosa”, describió orgullosa la hermana Carmen Ferrandis, directora del colegio. “Dos de ellos yo diría que llegaron aquí con el bobo en la boca, muy chiquitines, de 3 ó 4 años: Christian Quiles y Lunuel Rojas. Yo me quise hacer una foto con ellos dos y se les dio una medalla de fidelidad al colegio. Esos nenes han estado aquí y la verdad que ha sido un triunfo para esas mamás y esos chicos. Igual que para todos los que se graduaron”.
Ferrandis resalta el orgullo con que vio a los estudiantes graduarse y recordó “el tiempo y la dedicación de los maestros hacia ellos y de los papás”. “Realmente esos chicos pudieron seguir adelante. Ellos tuvieron que superar muchísimos retos. Ese mismo día de la graduación yo les dije: ‘ustedes son súper valientes porque aparte de las dificultades que han tenido este año, lo han logrado’”, rememora su discurso en la graduación que tuvo lugar en la sede del colegio.
“Yo me siento muy orgullosa y estoy dando gracias a Dios por el equipo de maestros que tenemos, porque nos ha permitido que muchas personas se preocupen de nosotros y porque estamos vivos también y con mucha ilusión para preparar el próximo año escolar”, añadió la directora.
ALGARABÍA EN SAN JORGE
De otra parte, la Fundación de Niños San Jorge realizó también su Día de Logros. El Programa Educativo de la organización ofrece asistencia a través de maestras a estudiantes con enfermedades crónicas tanto en el hospital como en visitas al hogar cuando su salud está demasiada comprometida como para asistir al salón de clases. Este año, 52 pacientes recibieron el servicio desde kínder hasta duodécimo a lo largo de todo este accidentado año escolar. “Sé quién quieras ser”, fue el lema de la actividad.
“Es una gran emoción”, acepta Christian Ramírez, director del Programa Educativo de la fundación adscrita al santurcino Hospital San Jorge desde hace doce años.
“Los nenes muchas veces no entienden, yo pienso que quienes más lo entienden son los papás y los tengo muy presentes en el proceso (de la ceremonia), ese es el regalo de los papás. Para el paciente es un reconocimiento por completar la gesta. Para un niño normal mantenerse en la escuela es difícil, si le sumas que está aprendiendo a distancia y que no tiene las mismas horas contacto pues eso tiene un valor añadido. Nosotros no miramos notas, ni reconocemos cuál fue el promedio más alto, el reconocimiento va a lograr mantenerse estudiando mientras están en tratamiento. Eso lo valoramos y mucho más que ellos lo decidan porque nadie los obliga”, dice sobre pacientes que en su mayoría luchan contra el cáncer en sus diferentes formas.
Ramírez indicó que la maestra de ceremonias de la actividad celebrada en el Teatro del Museo de Arte Puerto Rico fue la graduanda del 2017, Samantha Agosto Medero, y que se le dedicó la actividad a Karla Reyes Navarro, quien aprovechó el Programa educativo durante su tratamiento contra la leucemia linfoblástica aguda en dos ocasiones: cuando cursaba el octavo y el duodécimo grado. Eventualmente, Reyes Navarro culminó un bachillerato en Relaciones Públicas en la Universidad del Sagrado Corazón, se casó y es madre de los gemelos Fabián y Damián, de 2 años.
“Nosotros no miramos notas, ni reconocemos cuál fue el promedio más alto, el reconocimiento va a lograr mantenerse estudiando mientras están en tratamiento. Eso lo valoramos y mucho más que ellos lo decidan porque nadie los obliga”. |
“Queríamos demostrarle con la visita de Karla que hay vida después del cáncer”, señaló Ramírez quien añadió que además se reconoció en el evento las diez maestras que educan a los estudiantes como parte del programa.
“Estudiar me ayudó a relajarme de estar en quimioterapia todo el tiempo”, recuerda Reyes Navarro. “Yo diría que si no fuese por el programa no pasaba de grado; es como un homeschooling privado”.
La joven madre señaló que en la actividad conoció a Claudia, una jovencita en tratamiento que “cuando me vio parece que vio la luz porque estuvimos en tratamiento a la misma edad”.
“Mi primera impresión cuando me diagnosticaron cáncer era que me iba a morir. La segunda vez quedé en shock, después lo di por sentado y la pasé súper bien; tuve maestras excelentes en el programa que me ayudaron un montón. Esta ha sido una ayuda bien importante”, culminó.
Después de María, en nuestra isla junio se ha convertido en mayo; todavía quedan graduaciones, todavía los birretes vuelan al aire.
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