Miércoles, 15 Agosto 2018 08:47

¡Nuestra Escuela estrena casa!

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Conoce la sede de Nuestra Escuela en Caguas que revivirá el casco urbano de la ciudad criolla.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Beatriz Polhamus, de la Fundación Banco Popular de Puerto Rico; Ana Yris Guzmán, co-fundadora de Nuestra Escuela;
y Laura López, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos.

Una escuela se apoderó de un edificio en las esquinas Betances y Muñoz Rivera, frente a la Plaza Santiago R. Palmer en Caguas. Mejor dicho, un proyecto exitoso en recuperar la confianza de estudiantes gracias a nuevos paradigmas educativos, hizo de un abandonado edificio en el casco urbano cagüeño su nueva casa. Costó trabajo, desvelos, sumar y restar muchas veces, tocar puertas, alianzas y hasta oraciones, pero el pasado sábado, 11 de agosto, Nuestra Escuela inauguró sus nuevas instalaciones.

Ese día coincidía con el aniversario número 18 de la organización educativa. Esa escena coincidía también con las indicaciones que en sueños le dio Mariana, fallecida hija de uno de los fundadores del proyecto, Justo Méndez Aramburu. Tendrían una escuela “Nuestra Escuela” y sería “un edificio de dos pisos frente a una plaza”.


Parte de la fachada de la nueva sede de Nuestra Escuela en Caguas.

Bajo un sol candente del cual cobijaba a los invitados una carpa, comenzó la ceremonia en la que se dirigieron al público el alcalde de Caguas, William Miranda Torres, y los fundadores de Nuestra Escuela, Justo Méndez Aramburu y Ana Yris Guzmán Torres.

Se reconoció la presencia en el público de colaboradores que aportaron al cumplimiento del proyecto como la vicealcaldesa, Lydia Rivera Denizard; el juez Luis F. Estrella Martínez; el Cónsul General de República Dominicana, Franklin Grullón; integrantes del Tercer Sector como Laura López, directora de la Fundación Ángel Ramos; Beatriz Polhamus, directora de la Fundación Banco Popular de Puerto Rico; Lourdes Miranda, fundadora de Miranda Foundation; José Luis Díaz Cotto, principal oficial ejecutivo de los Centro Sor Isolina Ferré, de la Alianza para la Educación Alternativa y del Movimiento Una Sola Voz; la educadora Ana Helvia Quintero; el arquitecto Enio Martínez Jofre de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico y Luceida Matos Rosa, alumna de dicha escuela y encargada del diseño, entre otras personalidades y auspiciadores.

“El trabajo ha sido monumental porque queríamos mostrarle a la gente que más nos ama, que son ustedes, no lo que Nuestra Escuela es, sino lo que puede ser”.

Miranda Torres indicó que cuando en el año 2010 llegó a la alcaldía conoció gracias a Méndez y a Guzmán sobre “la educación democrática” que propone Nuestra Escuela, que ya tenía una pequeña sede en la ciudad criolla. Ambos se unieron a la iniciativa “Caguas: ciudad educadora”.

“El trabajo que hace 18 años realiza Nuestra Escuela no tiene comparación. Es un acercamiento novedoso del abandono escolar y desde entonces han transformado la vida de miles de niños, jóvenes, adultos y sus familias a través de ese modelo de servicio educativo único en Puerto Rico, basado en el apoyo en las dimensiones emocional, física y espiritual de todos ellos. Esto ha sido un éxito en el sistema de educación no tradicional”, puntualizó el Alcalde.

“Nuestra Escuela merece estar en su casa, en Caguas”, agregó el líder quien celebró además la llegada de la “energía de la juventud” al casco urbano.


Ana Yris Guzmán repasa momentos importantes
de cara al gran día de la inauguración.

Méndez y Guzmán repasaron los aciertos y desaciertos del largo camino recorrido hasta llegar a este día feliz. Estudiantes, empleados, maestros, vecinos del casco urbano, colaboradores, políticos y amigos ponían sus miradas atentas en los fundadores del programa.

Méndez resaltó que momentos de dificultad como los que vive la Isla amenazan “misiones como la que cumple Nuestra Escuela”, ya que al depender de fondos gubernamentales quedan amenazados de muerte cada 30 de junio cuando cierra el año fiscal. Contemplaron aceptar la oferta de un plantel que les ofrecían en San Juan para mantener sus operaciones allí, pero el Municipio de Caguas buscó la forma de ayudarles a conseguir una estructura que le brinde cierta estabilidad a la operación.


Mensajes previos al acto de apertura que contó con una nutrida asistencia.

“Lo que hicieron fue un milagro”, dijo Méndez, “porque no existía posibilidad en el mundo de que nosotros pudiéramos adquirir este edificio”.

“El trabajo ha sido monumental porque queríamos mostrarle a la gente que más nos ama, que son ustedes, no lo que Nuestra Escuela es, sino lo que puede ser. Lo que hemos podido habilitar es una muestra de lo que puede suceder”, agregó Méndez quien añadió que el edificio tendrá un teatro y espacio para tiendas en las que los alumnos puedan vender lo que aprendan a confeccionar en la institución.

“Eso sucede gracias al amor que ustedes nos han expresado siempre desde el primer día”, aseguró.

AMIGOS QUE HACEN

Guzmán, por su parte, enfatizó en las personas que les dieron la mano y se sumaron a la aventura, en muchas ocasiones, de manera pro bono.


La ambientación convirtió los salones y pasillos en espacios acogedores.

Recordó que los ingenieros Luis Medina y Luis Herrera la llevaron a ver un edificio a dos cuadras de donde está la actual sede, que no convenció a la fundadora de Nuestra Escuela. Sin embargo, cuando entró al edificio frente a la plaza pública que ese día inauguraban –el cual llevaba siete años abandonado- sintió que era el lugar ideal. “Abracé las paredes y les decía ‘no sé si ustedes saben que esta es Nuestra Escuela’ y Luis me decía ‘Ana Yris, este no lo podemos pagar’. Y yo les decía, ‘déjenme hablar con la vice alcaldesa’. La respuesta de ella fue ‘¿cómo es que lo vamos a hacer?’. Aquí estamos hoy”, relató Guzmán.

La amplia estructura, valorada en $750 mil, está integrada por tres edificios que quedaron interconectados y que fueron bautizados “Amor”, “Patria” y “Libertad”. Gracias a donaciones pudieron adquirirla, remodelarla y habilitarla para tener salones de clases, así como un espacio para Nuestra Escuelita.


Ann Mary Díaz González, de 17 años, representó a los
estudiantes actuales en el corte de cinta.

El ingeniero Arnaldo Cotto se hizo cargo de forma gratuita de la remodelación del edificio, el arquitecto Enio Martínez Jofre también se ocupó de los planos y la estudiante Luceida Matos Rosa se encargó del diseño a lo largo de año y medio. Estudiantes y voluntarios ayudaron en el trabajo. La colaboración de Arnaldo Cruz, egresado de Nuestra Escuela, le ganó una ovación. Barrer, limpiar y pintar fueron tareas realizadas por el equipo de la organización. Aún queda labor por hacer.

“Gracias por ayudarnos a hacer un sueño realidad, para ustedes, con ustedes. ¡Qué viva Nuestra Escuela!”, culminó Guzmán.


El párroco Ricardo Santín, de la Catedral Dulce Nombre de Jesús,
en Caguas, bendijo la estructura.

Tantos colaboradores posee el proyecto educativo que el corte de cinta fue, literalmente, un arcoiris. Cada una de las siete cintas fue cortada por un integrante vital del proyecto desde el Alcalde Miranda Torres y los fundadores Méndez y Guzmán, el egresado Arnaldo Cruz, las estudiantes Ailyz Correa, representante de Nuestra Escuela Loíza, y Ann Mary Díaz, de Nuestra Escuela Caguas, hasta la madre Evelyn Guzmán y el estudiante de Nuestra Escuelita, Bryan Díaz Vega.

Al ritmo de la plena y con la alegre compañía de zanqueros y cabezudos entró el público al edificio que fue bendecido por el padre Ricardo Santín, párroco de la Catedral Dulce Nombre de Jesús. Luego, el público disfrutó, no solo de las modernas instalaciones, sino además de presentaciones de alumnos.

“Me encanta todo de Nuestra Escuela, especialmente la oportunidad que me dieron de crecer en todos los aspectos de mi vida. Se me abrieron las puertas a un mundo que pensaba no existía”.

Ann Mary Díaz González, de 17 años, explicó entusiasmada “aquí va a pasar de todo”. “Todos los semestres se entrega una plantilla y los estudiantes deciden dónde quieren estar. Se agrupan por intereses generales y democráticamente se elige el proyecto que van a desarrollar por semestre que puede ser económico, social o híbrido. También, eligen las actividades que se harán”, dijo.

“Hay mucho interés por la gastronomía, el año pasado había tres grupos, unos con interés económico, social o hibrido”, indicó en un salón dominado por los utensilios de cocina.


Un arcoiris de cintas fue cortado durante la apertura
por personas vinculadas al proyecto.

Díaz llegó en el 2015 tras una mala experiencia en la escuela tradicional y encontró “mentores, maestros, amigos, una familia verdaderamente”.“Me encanta todo de Nuestra Escuela, especialmente la oportunidad que me dieron de crecer en todos los aspectos de mi vida. Se me abrieron las puertas a un mundo que pensaba no existía”, dijo la joven que ya fue aceptada para ingresar a la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Área para leer, para hacer música, para aprender estilismo o costura destacan en los edificios. Las camitas de los niñitos, con ojitos dormidos pintados en su cabecera, son hermosas. El árbol de juegos invita. Los bancos de madera con mesa en la entrada del edificio provienen de troncos de árboles caídos tras el paso del huracán María.

Todo es valioso, todo se regenera. Eso es Nuestra Escuela.

Fotos: Javier del Valle


 

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Read 1444 times Last modified on Jueves, 16 Agosto 2018 19:13
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