Jueves, 28 Marzo 2019 15:23

Crear comunidad en “la Y”

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Procurar el bienestar del cuerpo y el espíritu es una meta compartida en la YMCA de San Juan. Instructores y participantes lo confirman.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


El instructor del boot camp Joel Santiago en pleno entrenamiento. Foto / Javier del Valle

Vanessa Puig Mattei quería una buena recomendación de un lugar donde hacer ejercicios y encontró más que eso. Su prima la llevó a la YMCA en San Juan y desde ese momento continúa acudiendo al espacio donde hace pesas y ejercicios cardiovasculares. Además, participa en el boot camp de las tardes con el entrenador Joel Santiago Martínez.


Hilda González, entrenadora de ejercicios acuáticos. Foto / Javier del Valle

“Llevo desde el 2006 viniendo a la ‘Y’ y la experiencia es súper divina”, asegura Puig con una sonrisa.  “El equipo de trabajo, la gente, los socios que vienen a la comunidad que se creó en el gimnasio hacen la experiencia diferente a otros sitios donde yo había ido donde la experiencia es más individual. Aquí todos nos ayudamos en grupo, nos reímos de nosotros mismos, nos ayudamos y aprendemos todos juntos”, asegura Puig, ponceña radicada en la capital quien al momento estudia para su reválida de Medicina.

“A mi me trajo una prima que siempre hace ejercicios y yo le pedí que me ayudara para estar en movimiento y hacer ejercicios. Ella me trajo hasta aquí y no me arrepiento”, dice además Puig.

Puig asegura que acude casi a diario a las instalaciones deportivas“para tener más energía”. “Libero las tensiones, tengo mucha más energía y sí, obviamente (voy) por la salud, pero hace mucho tiempo la salud pasó a un segundo plano. La energía que me da venir aquí por las mañanas y después seguir tu día de trabajo es increíble; jamás pensé que hacer ejercicios te diera tanta energía durante el día”.


Compañeros en las canchas de racquetball. Foto / Javier del Valle

La atmósfera que genera compartir una meta -lograr bienestar físico en un ambiente con integrantes de todas edades, trasfondos sociales e intereses- es de camaradería.

Para los entrenadores resulta igual de reconfortante. Hilda González, instructora acuática, cuenta que atienden personas de distintas edades en cuatro programas principales: clases de natación, acuaeróbicos adaptados, edad dorada y curso de salvavidas y CPR.

González menciona que en el agua es ideal propiciar el ejercicio de personas con condiciones como Parkinson, fibromialgia, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, lupus, así como aquellos que lidian con secuelas provocadas por infartos.

“A través del ejercicio acuático ellos pueden rehabilitarse y evitar el progreso de sus condiciones”, dice González. Agrega que además ofrecen clases de CPR y primeros auxilios para toda la comunidad y, con el interés de alcanzar más personas, también brindan el curso fuera de sus instalaciones.

González señaló que interesan “capacitar a todas las personas para que puedan ofrecer esas primeras ayudas en caso de una emergencia”. “Incluso familiares lo pueden coger, se lo damos a estudiantes de escuela superior, vamos a las comunidades a dar esos cursos”, indica.

AYUDA PARA TODOS


Vanessa Puig Mattei acude a "la Y" desde el 2006. Foto / Javier del Valle

Con la idea de alcanzar un público más amplio con el “ejercicio terapeútico”, la instructora comenta que han desarrollado diversas estrategias.

“Estos son casos individualizados”, explica González. “Todavía ellos no pueden empezar con una clase grupal, así que nuestra meta es llevarlos a eso, pero primero atendemos esas sesiones uno a uno. Atendemos la necesidad apremiante de la persona, ya sea desarrollar el balance, la coordinación, su flexibilidad, su tiempo de reacción, en el agua para que no haya peligro de caída. Luego los vamos moviendo poco a poco a que puedan ir trabajando de forma más independiente hasta finalmente graduarlos y llevarlos a lo que es una clase grupal donde se trabajan por una hora todos los músculos del cuerpo y los diferentes componentes del cuerpo humano”, menciona.

“El corazón, la esencia de la YMCA es que es una organización para toda la familia”.

Habla de la resistencia muscular, la flexibilidad, la resistencia cardiorrespiratoria, la coordinación y el balance. “Pero también trabajamos el componente espiritual y social que son bien importantes porque la esencia de ellos al compartir se van convirtiendo en una familia.

Hemos logrado en esta estructura de programa un ambiente familiar donde la gente disfruta venir a hacer ejercicios, gastan energías, consiguen bienestar para su salud y su vida diaria y, a la misma vez, atienden esa parte física que necesitan por sus condiciones de salud”, dice satisfecha González.


Clase de yoga en acción. Foto / Javier del Valle

Por eso los participantes parecen no querer irse. Terminan sus clases y continúan hablando, con los entrenadores, entre ellos, se acompañan al estacionamiento, comparten anécdotas y meriendas. Después de un tiempo conquistando metas pequeñas y grandes acompañados, la cita con el ejercicio parece una gran idea.

“El corazón, la esencia de la YMCA es que es una organización para toda la familia y una vez la persona atraviesa esa puerta y entra al aula principal, experimenta una sensación de acogida, de inclusión, de promoción de la salud, de socialización sana y eso genera una continuidad y un deseo de ser parte por largo tiempo de lo que es la YMCA. Sin lugar a dudas, ese es uno de los principales éxitos que tiene la YMCA en la vida, en la familia y en la comunidad”, dice para culminar su directora, Lydia Figueroa.

Fotos y vídeo: Javier del Valle

 

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