La exhibición consta de 17 paneles con dibujos, fotografías y planos, así como de ocho maquetas, realizados por Rigau y su equipo desde el año 2010 al presente. Varios textos acompañan las imágenes para brindarle trasfondo al espectador.
“Posibilidades soñadas” reúne propuestas que, aunque comisionadas de manera oficial, nunca se construyeron y, como la otra cara de una moneda, también incluye proyectos que sí llegaron a edificarse.
“Es importante que la gente entienda que hay proyectos que no se dan pero las ideas, o se trabajan en algunos antes, o en algunos posteriores. La gente va a ver en la exposición un ejemplo de un proyecto de restauración que no se dio pero se dio otro, un teatro que diseñamos que no se construyó, pero se construyó otro. Hay una cuestión de contrastes entre lo propuesto y lo logrado”, define Rigau, poseedor de una renombrada trayectoria en la arquitectura y la educación.
Entonces es inevitable cuestionar, ¿para qué valorar algo que no llegó a ser? Rigau responde invocando el poder de estimular la creatividad en futuras generaciones.
"No debe sorprender que temas, propósitos e ideas que no se “cuajan” en un proyecto inicialmente, luego sirvan de base para otros", asegura el arquitecto Jorge Rigau. |
“Y también para nutrir otros proyectos de su mismo diseñador. No debe sorprender que temas, propósitos e ideas que no se “cuajan” en un proyecto inicialmente, luego sirvan de base para otros. Para ilustrarlo, cada panel de esta exhibición incluye ejemplos construidos que subrayan preocupaciones, intereses y bríos compartidos. Un proyecto no construido, muchas veces, sirve de invitación a otro”, asegura el arquitecto que es decano fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico e Integrante del American Institute of Architects.
Cuando visite “Posibilidades soñadas”, el arquitecto invita al espectador a “pensar en un Puerto Rico que podría ser”.
“En la historia de la Arquitectura ha habido muchos proyectos que nunca se hicieron pero que todavía hoy se sigue hablando de ellos como, por ejemplo, el rascacielos que diseñó Antonio Gaudí que nunca se hizo o un espacio triangular que diseñó Miguel Ángel que tampoco se hizo en Florencia. Se convierten en una referencia para diseñadores que vienen después porque los estudian, los analizan. En el proceso de diseño, las referencias son importantes para ir más allá de ellas”, puntualiza.
POR QUÉ CONSERVAR LOS DISEÑOS
El arquitecto asegura que muchos de sus colegas suelen guardar diseños, aunque solo queden en papel, “porque se le dedican muchas horas, porque hay arte en ellas y decisiones estéticas”. “Son obras de arte”, dice convencido Rigau quien fue distinguido en el año 2005 con el Premio Henry Klumb, que otorga el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico.
Junto a su equipo de trabajo pensó que ver los diseños reunidos “también podría hablar de la importancia de los proyectos que este país plantea”.
“Cómo se quedan algunas cosas a mitad de camino y que la gente también entienda que la Arquitectura aspira a mucho más que a cumplir con un presupuesto o con un programa de uso”, dijo.
“Aquí hay propuestas urbanas, aquí hay propuestas para el paisaje, aquí hay muchas cosas curiosas desde cómo evocar la presencia del tren en Trastalleres hasta proveer un albergue para las tortugas que anidan en Dorado. La gama es bien amplia. Siempre he hecho trabajos relativamente pequeños pero es trabajo que tratamos de que sirva para resignificar el lugar. Si se supiera lo que pasó en el sitio, la valoración de la experiencia cambiaría”, afirma y ofrece como ejemplo una chapa de bronce discreta que en la Plaza Colón en el Viejo San Juan marca el kilómetro 0 desde donde se miden todas las carreteras del país.
Además de arquitecto y educador, Rigau es historiador, lo que explica su interés por también documentar en la muestra la evolución en el almacenamiento de diseños arquitectónicos. De las planeras, esas gavetas delgadas y horizontales, a los discos duros de las computadoras hasta la nube cibernética en la que hoy todo se archiva.
“En la exposición los proyectos están categorizados reconociendo estas peculiaridades de cómo ha cambiado la información a través del tiempo”, resaltó.
El programa educativo creado para esta exposición dará comienzo en agosto.
SalaFAR fue abierta al público en el año 2010 para mostrar el quehacer artístico que se logra en el país. Su horario de visitas es de lunes a viernes, de 8:00 a 5:00 p.m. Para información, llama al 787-763-3530.
Fotos: Alberto Bartolomei