Para esa pregunta no existe una sola respuesta. Son las cientos de caras que llegan a diario a los 13 clubes de Boys & Girls Clubs de Puerto Rico: los jóvenes, los niños y las niñas.
"Después de la noticia del premio entendíamos que teníamos más trabajo del que teníamos el día anterior de escuchar la noticia", comentó Carrera. Antes de ganar habían solicitado el premio cerca de ocho veces. La última fue la vencida. En los años anteriores, al conocer los ganadores del premio iniciaban una reevaluación para identificar aquellos detalles en los que estaban fallando como organización. Si algo aprendieron en todo ese tiempo fue a perseverar.
"Creo que parte de la enseñanza, de la perseverancia es tratar de seguir buscando recursos para la causa, que es lo que a nosotros nos mueve día a día. Premios como el Tina Hills te permiten reflexionar anualmente en cuál ha sido el impacto, en dónde están las áreas de oportunidades y hacia donde se deben dirigir los esfuerzos", explicó el director ejecutivo.
La misión de Boys & Girls Clubs de Puerto Rico ya está clara: ofrecer a la juventud esperanza de un mejor futuro y oportunidades para que se desarrollen a su máximo potencial.
En los 47 años de trayectoria organizacional en Puerto Rico, BGCPR ha atendido a más de 60,000 niños, niñas y jóvenes entre las edades de 6 a 18 años.
Todas las tardes, después de la escuela, BGCPR del residencial Las Margaritas, por ejemplo, espera cerca de 200 niños y jóvenes para ofrecerles servicios y programas que propicien su desarrollo y mejoren su calidad de vida.
Ahí, en ese mismo club, y desde joven Carrera supo que llegó al lugar ideal. Cuenta que el club se convirtió en un apoyo adicional del que encontraba en su hogar; era espacio que le permitía vivir otras experiencias.Ahora otros niños, niñas y jóvenes tienen la oportunidad de vivir lo que Carrera, en su niñez probó: disfrutar de servicios educativos, tutorías individualizadas, programas de arte, programas de salud y destrezas de vida, clases de tecnologías, programas de liderazgo y programas de recreación y deporte.
Luego del Premio Tina Hills, los esfuerzos de BGCPR no pierden su rumbo y como lo tenían planificado―antes de salir electos como la institución reconocida por el premio más importante de la filantropía puertorriqueña― se encaminan a seguir mejorando a nivel programático los servicios de los centros y trabajar para empezar a organizar entes que trabajen con niñez y juventud.
"Más bien hay que ver lo que ya estamos haciendo. Una de las áreas más importantes tiene que ver en cómo nosotros a nivel de nuestros clubes estamos trabajando, en cómo nosotros seguimos mejorando la oferta programática y cómo nosotros seguimos trayendo a nuestros jóvenes los mejores servicios", detalló Carrera.
Por el momento, Boys & Girls Clubs de Puerto Rico tiene trece centros en la Isla localizados en Santurce, Río Piedras, Mayagüez, San Lorenzo, Carolina, Arecibo, Aguas Buenas, Loíza e Isabela. Aparte está trabajando dos programas integrales en Vieques y Bayamón.
Un día en el Club
Un día normal en los clubes Boys & Girls inicia a las 3:00 de la tarde y culmina a las 8:00 de la noche. Antes de hacer uso de las instalaciones, primero los niños deben pasar un proceso de registro en el recibidor del centro donde muestran su tarjeta de entrada. Los espacios de los clubes están diseñados para que los niños y jóvenes reciban estímulos dirigidos a la socialización. Para que esto sea posible, cada centro cuenta con líderes y tutores que los ayudan en el desarrollo educativo y recreativo.
"Desde que ellos―–los jóvenes y niños― llegan tiene la oportunidad de ser recibidos por un personal que se preocupa por ellos, les da apoyo y seguridad", comentó Sacha Antonetty, líder de comunicaciones y mercadeo.
Además de tutorías educativas, los niños, niñas y jóvenes pueden disfrutar en los clubes de clases de bailes, juegos de mesa, billar, técnicas de Taekwondo, clases de arte y videojuegos. Para garantizar que los servicios de educación sean efectivos, todos los centros mantienen comunicación constante con las escuelas en que asisten los niños y jóvenes.
Para Carrera, un día en el club varía de acuerdo a los intereses y necesidades de los participantes. "Hay niños que llegan a las 3:00 de la tarde y a las 8:00 de la noche hay que decirle que es hora de cerrar el centro y deben irse a su casa. Ellos quieren participar de todos los programas, a todas las horas".
"Hay días que uno llega a la oficina y cae en la rutina diaria y en situaciones del día a día uno se puede sentir abrumado y nada más basta con llegar aquí escuchar la historia de un joven y un chiste o un cuento y decir 'Okey, yo estoy en el lugar adecuado'", sostuvo.
Carrera sabe que está sirviendo a muchas comunidades, pero piensa que la mayor satisfacción la recibe él con los ejemplos de vida que observa a diario. "En términos personales cuando uno piensa que le está dando a la comunidad, es en realidad mucho más lo que uno se lleva que lo que uno puede dar. Uno está aquí por un tiempo pequeño, indeterminado, si aún con 30 o 40 años como quiera es un tiempo bien pequeño y la realidad es que uno termina absorbiendo más de la comunidad, de los casos que uno ve, de los jóvenes que a pesar de las condiciones que tienen no se rinden y tiene una actitud bien positiva".
Fuente de empleos
La calidad de profesionales de los centros, según Carrera, es el logro más significativo de la organización. Boys & Girls Clubs de Puerto Rico sirve como escalón para que cientos de jóvenes se abran paso en el ámbito laboral
Al presente, los clubes emplean cerca de 400 personas que se desempeñan como tutores y líderes en cada uno de los centros. "Estos empleos en su mayoría son de gente joven. Cuando nosotros miramos la calidad de personas que llegan a Boys & Girls Clubs y el compromiso con que trabajan; yo diría que indiscutiblemente uno de los cambios mayores ha sido esa calidad de capital humano".
"El momento que estamos viviendo como país es un momento lleno de oportunidad que debe llevarnos a pensar de manera diferente", explicó el director ejecutivo.
Empresarismo dentro del club
Además de ser una fuente de empleo para jóvenes, como parte del programa educativo BGCPR ofrece talleres de capacitación laboral.
La microempresa social es una pizzería y es la primera de la organización. "Parte de lo que trabajamos en 'In the club pizza' es un proceso de adiestramiento para los jóvenes adolescentes como parte del programa educativo del Desarrollo de Carrera. Ellos pasan por un proceso de aprendizaje de seis meses de como ellos pueden llenar resumes, como pueden hacer entrevistas de trabajo que sean efectivas", declaró Anttonetty.
Luego de asistir al programa lo jóvenes pasan a la pizzería para hacer su práctica laboral. Tanto el concepto y el diseño fue realizado por los jóvenes. Hasta ahora existen dos pizzerías, una en Loíza y la otra en el residencial Las Margaritas. Los clubes de Isabela y el residencial Luis Llorens Torres están desarrollando otras empresas sociales.