Jueves, 16 Noviembre 2017 14:15

Clínica Bantiox: salud con amor

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Voluntarios especializados en salud pública y, otros listos para ayudar en lo que haga falta, mantienen en pie esta clínica que Iniciativa Comunitaria estableció en Toa Baja, nueve días después del paso del huracán María.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

"Miraaaa, adiós, que te salga todo bien", se escucha decir a una empleada de la mesa de registro, a una mujer que sale junto a tres niños de la Clínica Bantiox en Toa Baja. La mujer se voltea, agradece y se despide con la mano en la que, además, lleva una bolsita transparente con medicamentos.

Se trata de Ruth Caraballo, de 33 años, quien recibió atención por su dificultad respiratoria. "Es la primera vez que vengo, el servicio fue muy excelente. Para mi es mejor venir aquí, cerquita, porque yo soy de Candelaria", dice la toabajeña.

Si solo se tratara de cifras, Caraballo sería una más en la lista de 2,800 pacientes que ha atendido desde el 29 de septiembre la clínica habilitada en varios salones del Centro Educativo de Servicios Integrados Pablo "Pablito" Ortiz Santos. Sin embargo, en momentos en que la falta de luz eléctrica dificulta el acceso a servicios de salud e, incluso, altera tratamientos médicos o el buen estado en general del cuerpo, la labor adquiere otros matices. Que el cuidado médico sea de calidad y libre de costo, alivia una de las preocupaciones que por estos días mantienen boricuas en toda la isla, pues lidian con desempleo, éxodo familiar e inestabilidad general como secuelas del ciclón.

"Los estudios revelan que la ausencia de servicios de salud primarios constituye la primera causa de muerte después de un desastre", indica el senador José Vargas Vidot, fundador de la organización sin fines de lucro Iniciativa Comuntaria (IC), gestora de la Clínica Bantiox.

"Bantiox surge como la respuesta comunitaria inmediata ante el desastre que combina la experiencia salubrista de años y la pasión de profesionales jóvenes en un modelo primario de salud basado en humanismo, participación y acción pertinente. Surge como ejemplo de solidaridad amorosa que se preocupa por el continuo de cuidados ante el colapso del sistema primario de salud. En Bantiox la urgencia la pone la comunidad porque Bantiox es comunidad", añade Vargas Vidot.

"Ha sido bien gratificante para nosotros. Pensamos que veníamos a dar y somos nosotros los que recibimos con la gratitud de la gente. Esto tiene más valor que darle un servicio médico al paciente", manifiesta de otra parte Víctor Cajigas, empleado de (IC).

Cajigas destaca que "el concepto" de la clínica, además de atender al paciente médicamente", está dirigido "a escuchar". "Esa persona viene por una condición médica, pero muchas veces necesita tener espacio para ventilar sus situaciones, sus frustraciones ante los eventos de María e Irma y también estamos para eso. Nos preocupa mucho la salud médica, lo emocional, lo espiritual y que esa persona se vaya reconfortada", agrega el especialista, quien mostró a Oenegé la clínica.

A la entrada, una mesa fue designada como área de registro. Ahí se le asigna un número de record al paciente y se le toman datos como nombre, dirección, edad, fecha de nacimiento, condiciones médicas que tenga, medicamentos que toma y por qué condición acude.

En el interior del salón que cuenta con electricidad gracias a un generador, hay dos pequeños cuartos destinados a la evaluación inicial. En una se auscultan aspectos físicos como signos vitales y, en la otra, el estado emocional de la persona, puesto que en ocasiones se notan exacerbaciones de ciertas condiciones. Estos casos son referidos al personal de sicología o siquiatría. Si el paciente viene muy mareado o con notable dificultad respiratoria, se pasa de inmediato al área médica.

La clínica cuenta con una zona de trabajo social apoyada por el Municipio de Toa Baja, donde se canalizan ayudas. "Los trabajadores sociales intervienen y toman acción si es necesario", explica Cajigas.

En una pared, distintas cartulinas resaltan información vinculada a salud pública como prevención de leptospirosis o purificación de agua, entre otras.

Al entrar al área médica, destaca la monoestrellada junto al letrero de "Clínica Bantiox", término que según explica Cajigas significa "gracias". "Y nosotros tenemos que entender que tenemos que dar por gracia lo que por gracia recibimos", señala.

ACCIÓN DENTRO Y FUERA

En el interior de la clínica se percibe el movimiento usual en cualquier sala médica del país. La necesidad existe y la atención médica sucede aunque el aspecto quizás varíe un poco; por ejemplo, mantas y catres sirven para dividir estaciones. En el reducido espacio -equivalente quizás a dos salones de clases unidos- hay un área destinada a la atención de adultos, otra a la de niños, una para pacientes delicados y otra para servicios rápidos como sería recibir terapia respiratoria. Además, una zona funge como farmacia, ya que cuenta con los medicamentos donados que se le brindan sin costo a los pacientes. Ambas transacciones son registradas.

Destacan en una pared gráficas vinculadas al censo de pacientes y mapas con sectores de la isla en los que se brindan clínicas externas. Fuera de ese espacio, un salón de clases más pequeño ha sido denominado como área de aislamiento y allí se evalúan pacientes que pudieran tener condiciones contagiosas como impétigo o conjuntivitis. Si el paciente está en una situación muy delicada, es referido a las salas de emergencia de los hospitales San Pablo, Hermanos Meléndez, Doctor's Center, Centro Médico y, si es muy severo el cuadro, se coordina para que sea recibido en el USNS Comfort.

Desde las ocho de la mañana se empiezan a atender pacientes y, aunque culminan a las cinco de la tarde, si hay personal médico después de esa hora sigue la labor. El doctor Jorge Rosado es el director médico de la clínica que es administrada por Héctor Ortiz. Los especialistas indican que han visto todo tipo de casos, desde personas que requieren recetas médicas para continuar sus tratamientos hasta otros con condiciones de salud que surgieron durante y luego del huracán.

Vecinos y organizaciones sin fines de lucro pueden referir en la clínica pacientes encamados o con otras dificultades de salud que requieran de visita médica. Entonces se organizan brigadas que acuden a brindar los servicios. En Toa Baja se han impactado los sectores Ingenio, Pájaros, Campanilla, Macún y Candelaria Arena. En el resto de la isla se han ofrecido clínicas externas en Las Marías, Humacao, Morovis, Quebradillas, Vieques y Loíza, entre otros.

"Son clínicas satelitales. Cuando hay opción vamos a un lugar, como la cancha, y montamos la clínica. ¿Qué debe de tener el lugar? Un techo porque la gente lo que necesita es servicio", dice Cajigas y agrega que en todos los lugares que visitan, siempre hay un grupo de personas que agradece la ayuda y de inmediato riposta con la pregunta "¿en qué te ayudo?".

"Hay algo que no se ve en la estadística y es que el puertorriqueño nació para servir y no para ser servido. A pesar de que vienen pacientes con necesidades, nosotros siempre terminamos recibiendo bendiciones", sostiene.

Cajiga destaca que la labor de la clínica no hubiera podido sostenerse sin la ayuda de sobre 200 voluntarios, de toda esa ciudadanía que se activó, tanto personal especializado como público general que con frecuencia se presenta y dice "sé hacer esto, ¿en qué te puedo servir?". Médicos y estudiantes del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico se han integrado al proyecto, así como estudiantes de enfermería de universidades como Interamericana, Turabo, UMET o Central, quienes atienden pacientes supervisados por sus profesores. Han aportado médicos, enfermeras, sicólogos y 24 médicos voluntarios. Dos empleados de Iniciativa Comunitaria rotan en la clínica en áreas de enfermería, educación en salud, pruebas VIH y administración.

Desde la tercera semana de labores de la clínica, se estableció contacto con International Medical Relief (IMR), un movimiento de asistencia médica, cuyo personal arriba a lugares que son necesitados luego de una crisis. Distintos grupos de esta organización han laborado en Bantiox y el más reciente arribó el pasado sábado y consta de 16 personas.

"Los voluntarios han sido súper vitales. Esto ha corrido gracias a nuestro voluntariado. En todos los lugares que vamos, siempre vamos a ver un corazón dispuesto a servir no importa las situaciones que estemos pasando como país", puntualiza Cajigas para finalizar.

 

 Fotos: Javier del Valle

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