El repertorio consta de la Obertura a Los Maestros Cantores, de Wagner; el Concertino para trompa en mi menor, Op. 45, de Weber; un osado concierto para guitarra integrado por tres movimientos de los conciertos de Mauro Guiliani, Joaquín Rodrigo y Ernesto Cordero, para finalizar con Les Preludes, de Liszt.
“Este proyecto de la Travesía Sinfónica 2015 es algo que evolucionó de un concierto que hicimos para la Fundación Ángel Ramos en febrero del año pasado, en los estudios de WKAQ, en reconocimiento a doña Tina Hills”, explica el maestro Pabón. “La recepción fue estupenda, tanto que la Fundación y su presidente, el licenciado Rafael Cortés Dapena, decidieron auspiciar una serie de conciertos alrededor de la Isla para dar a conocer las cosas maravillosas que se están haciendo en el Conservatorio de Música. Ese primer concierto fue organizado por el señor Guillermo Martínez y ya en esta serie nos presentamos a finales del año pasado en Ponce, a beneficio de los Centros Sor Isolina Ferré. Luego de este concierto en Mayagüez, esta temporada finaliza con un gran programa el 12 de abril en la Sala Sinfónica Pablo Casals, en Santurce”.
Sin embargo, entre estos dos conciertos, la OSCMPR se presentará en el Teatro del Recinto de Ponce de la Universidad Interamericana -el 8 de marzo- y en la Sala Sinfónica Pablo Casals, el 22 de marzo, para finalizar el semestre académico con otra presentación en la Sala Pablo Casals el 2 y el 3 de mayo, en una colaboración con el Taller de Ópera del CMPR.
“Hay un gran interés en este concierto en Mayagüez, para que asistan estudiantes de la Escuela Libre de Música de esa ciudad, nosotros es muy importante estimular la relación de esos jóvenes con nuestra orquesta”, explica el maestro Pabón, quien también es profesor en el CMPR y director emérito de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. “Uno de los propósitos de nuestra orquesta es crear experiencias que ayuden en la formación de los artistas de nuestra institución en esta etapa de su formación, y esta gira auspiciada por la Fundación Ángel Ramos es de una inmensa importancia en este proceso”.
“Se trata de formar no solamente estupendos músicos, sino también magníficos profesionales y ciudadanos”, agrega. “No todos están destinados tener un puesto en la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, pero si deben estar capacitados a ser autogestores en cualquier otro campo relacionado con la música, bien como profesores o directores de sus propios grupos de cámara, por ejemplo”.
“Una oda a la guitarra”
A partir de la realidad de que la inmensa mayoría del repertorio para guitarra es para solista y no con orquesta, al maestro José Antonio López se le ocurrió la idea de interpretar un concierto integrado por el primero movimiento del Concierto para guitarra de Mauro Guiliani, el adagio del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, y el tercero del Concierto Antillano, de Ernesto Cordero.
“El estreno del Concierto de Aranjuez, en 1940, le da un impulso enorme en todo el mundo a la guitarra como instrumento de concierto”, dice el maestro López, “Y se convierte en el más interpretado por los solistas. A lo largo de mi carrera he pensado que para que realmente la guitarra se desarrolle en este contexto orquestal es cuidando el balance en cualquier concierto, entre los tres movimientos que lo integran. Como solista –y es mi opinión- los grandes conciertos tienes movimientos que son mas fuertes que otros, quizá no tan ‘orquestales’. El de Aranjuez, por ejemplo termina con tres notas muy débiles . No le quito méritos, pero no crea en el espectador ese entusiasmo que lo levanta de la silla como final de la experiencia estética.”
De estas reflexiones nació la idea del híbrido que se interpretará como parte de este programa en Mayagüez. “En mi opinión, el mejor primer movimiento de cualquier concierto para guitarra es el de Mauro Guiliani, el allegro maestoso; el mejor segundo, sin duda, el adagio, del de Rodrigo. En el 2000 yo grabé en la Universidad de Indiana el Concierto Antillano, de Ernesto Cordero, estrenado en 1983, con un tercer movimiento concebido precisamente como una apoteosis del virtuosismo guitarrístico, pensando en Paganini. Me he comprometido mucho con esta obra porque es estupenda, espectacular, para dejar descansar un poco el de Aranjuez, que tanto y tanto se toca”.
El maestro López aborda este concierto mixto como “una oda a la guitarra”. “Cuando se lo comenté al maestro Pabón, me dijo ‘¡estás loco!’, porque sabe de las enormes complejidades que plantea una obra así”, comenta. “Yo dirijo un proyecto cultural en el Recinto de Mayagüez y decidimos hacer este proyecto interdisciplinario en colaboración con el rector del Conservatorio de Música, el doctor Conde, y estamos muy entusiasmados con la aventura”.
“Todos nos hemos gozado mucho los ensayos de esta locura maravillosa y tengo fe en que será una gran experiencia, no solo para los músicos, sino también para todo el público. Los esperamos este domingo”, finaliza el doctor López.
Originalmente publicado en cmpr.edu