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Por la redacción de OENEGÉ

Cuando llega el mes de octubre, cientos de países se unen en la conmemoración del 'Mes mundial del síndrome de Down', actividad que crea cada vez más consciencia de que las personas con Síndrome de Down son muy parecidas a las demás. Y -ante todo- necesitan vivir integradas a sus comunidades.

Durante 24 años, la Fundación Puertorriqueña de Síndrome Down ha acudido al llamado cada mes de octubre, organizando actividades para despertar la conciencia, destruir los prejuicios y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con esta condición en Puerto Rico.

"La gente piensa que no pero las personas con Síndrome de Down pueden producir, tienen mucho que aportar a la sociedad", dijo a OENEGÉ Cora Arce, directora ejecutiva de la Fundación, que lucha por "demostrar las cualidades y habilidades que tienen estos jóvenes".

La misión de la organización es "lograr una integración efectiva y productiva de las personas con Síndrome de Down a las estructuras educativas, sociales y económicas del País".

Por la redacción de OENEGÉ

Cada vez existe más consenso de que la inclusión social es vital para el desarrollo del País. Pero esa certeza también provoca muchos cuestionamientos: cómo alcanzar esa inclusión en medio de una recesión económica de siete años; cómo lograr una democracia plena, con justicia social, comunidades con el poder de encaminar su desarrollo por sus propias vías. Cómo, en última instancia, se eleva la competitividad del País con la participación creativa y productiva de la mayor cantidad de gente, para que nadie quede rezagado por ser pobre, por no tener 'accesos' sociales o por estar en una situación de vulnerabilidad.


Por Mari Mari Narváez

Cada vez se nos incita más. Hay que “apoderarse” de tantas cosas a nuestro alrededor: de la democracia, de los cambios que queremos ver en el mundo, de nuestra vida y destino, del prójimo y el bienestar, del futuro luminoso de la niñez. La lista es interminable.

Pero hace 34 años, un grupo de mujeres visionarias pensó que, si es cuestión de apoderarse, había que empezar por lo propio; el cuerpo mismo. Específicamente por esas partes que, perteneciéndonos, quedan siempre delegadas a otro, como es el caso de la salud reproductiva.

Así nació esta organización en 1979. Y este año, junto a Casa Pueblo y Nuestra Escuela, Taller Salud (TS) resultó finalista del Premio Tina Hills que otorga la Fundación Ángel Ramos.

En sus inicios, las fundadoras de esta organización comenzaron ofreciendo talleres educativos de salud ginecológica, prevención de cáncer cervical y de seno. “Era el tipo de cosas sobre las cuales tú puedes tener control si te haces un autoexamen”.

Jueves, 03 Octubre 2013 21:10

Nuestras oenegés crecerán

Arranca curso de certificación en liderazgo y desarrollo comunitario

Por Mari Mari Narváez

Pasan los años y el problema sigue volviéndose cada vez más grande. Una tras otra, las buenas organizaciones sin fines de lucro hacen una labor social no sólo extraordinaria sino imprescindible. Sin embargo, la regla general es la precariedad económica, primera amenaza de su supervivencia. La sustentabilidad de estas organizaciones siempre ha sido un desafío enorme.
La gran pregunta es cómo lograr un Tercer Sector sólido, con organizaciones económicamente robustas que puedan asegurar el ofrecimiento de sus servicios, su independencia y desarrollo.

Con esas preocupaciones, comenzó una idea que ya es realidad: la Certificación en Liderazgo y Desarrollo Comunitario, una serie de cursos especialmente diseñados para el personal de organizaciones sin fines de lucro.

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