Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Salir de su sede para alcanzar a las poblaciones que necesitan apoyo en sus comunidades.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Acción en la cocina de la Fondita de Jesús. Foto / Javier del Valle

El Premio Tina Hills galardonó su primera organización en el 1997 y fue Fondita de Jesús. Gloria Ruiz, una de sus fundadoras y expresidenta de la Junta Directiva, recibió la distinción durante una ceremonia que se convirtió en tradición y que hoy festeja su 25 aniversario.


Rutas de entrega de comida establecidas a partir del huracán María. Foto / Javier del Valle

“El premio fue pieza clave para que Fondita de Jesús expandiera sus servicios porque en ese tiempo era una organización que solamente ofrecía servicios básicos de alimentos y ropa, pero ya estaba en un proceso de discernimiento para empezar su transición”, explica Josué M. Maysonet Colón, director ejecutivo hace un año de la organización, luego de doce a cargo de las Finanzas.

“Gracias a esa aportación la Fondita de Jesús comenzó a proveer el servicio de vivienda transitoria y permanente para las personas sin hogar; fuimos la primera organización en San Juan en ofrecerlo. El premio terminó sirviendo a muchas otras vidas”, recuerda Maysonet sobre una iniciativa considerada en ese entonces como algo “totalmente desconocido pero que hacía mucha falta”.

El director asegura que anualmente analizan las nuevas necesidades de las poblaciones que atienden, así como otras oportunidades de fuentes de ingresos para aumentar y diversificar sus servicios.

Entrega de alimentos en la zona del Centro Médico. Foto / Javier del Valle

“Al pasar los años hemos ido identificando cómo mejorar nuestros servicios y asuntos de política pública. Comenzamos a trabajar con los servicios psicosociales y a crear una clínica de salud con un proyecto comunitario que hoy día sirve a más de 20 comunidades del municipio de San Juan, con énfasis en los adultos mayores”, sostiene.

Desarrollaron además un área dirigida al impulso de microempresas como los huertos hidropónicos y las tiendas de venta de ropa de segunda mano que trabajan y desarrollan sus participantes.

Atentos a los cambios que vive el país, a partir del ciclo de emergencias vividas luego del paso del huracán María en el 2017, determinaron que los servicios debían brindarse fuera de su sede en Santurce.


Nueva clínica de Salud móvil de la organización. Foto / Facebook

“Teníamos que salir a la calle porque lamentablemente las personas no podían llegar. En María estábamos sirviendo de 500 a 600 platos de comida diarios en la calle, no solamente a personas sin hogar, sino en comunidades. Ese fue el empujón para darnos cuenta de que en la calle había mucha necesidad de adultos mayores solos, que perdieron sus hogares o que están en riesgo de perderlo. Desarrollamos un plan estatégico porque no podíamos esperar, de eso dependía la vida de las personas y eso fue clave para que nuestro proyecto comunitario creciera tanto”, explica Maysonet.

Incorporado el servicio en su labor programática, hoy atienden adultos mayores al servirles almuerzos y entregar compras mensuales. Además, laboran en la disponibilidad y la reparación de hogares para sus participantes, así como en aspectos de seguridad y acompañamiento. “No hay viviendas suficientes para ellos y no se digan los altos costos de las utilidades, lo que nos afecta a las organizaciones que trabajamos con vales de vivienda”, advierte el director.

“El término resiliente ya le queda pequeño al país, Puerto Rico ha sido más que resiliente, los últimos cinco años han sido a puro cantazo. Las organizaciones logramos construir en comunidades vulnerables gracias al apoyo que recibimos de quienes creen en nosotros”.

En su Centro de Cómputos trabajan para cerrar la brecha digital en la población general, especialmente entre los adultos mayores que se han quedado rezagados con la digitalización de múltples servicios durante la pandemia por COVID-19. Dicha emergencia agregó el componente de salud física y mental que trabajan por medio de alianzas.

“Si no nos unimos como organizaciones y como fundaciones, y trabajamos las necesidades reales que están pasando los puertorriqueños y otras personas que viven en Puerto Rico, no vamos a lograr una labor de calidad. Y tenemos que hacerla con mucho amor y con mucha empatía porque hoy fueron ellos y mañana no sabemos si seremos nosotros”, dice Maysonet quien cambiaría el nombre que los agrupa de “tercer sector” a “primer sector”, “porque nosotros siempre respondemos primero”.

“El término resiliente ya le queda pequeño al país, Puerto Rico ha sido más que resiliente, los últimos cinco años han sido a puro cantazo. Las organizaciones logramos construir en comunidades vulnerables gracias al apoyo que recibimos de quienes creen en nosotros”, afirma.

La organización planifica ampliar sus servicios a la comunidad LGBTTQ+. “Queremos mitigar las brechas sociales que existen en los servicios. Ya Fondita de Jesús pasó de atender solo a personas sin hogar a trabajar dentro de las comunidades. Transformamos la misión y la visión. Al final del día, la meta es mejorar la calidad de vida de cualquier ser humano para que sea digna y logre integrarse saludablemente a la comunidad”, culmina Maysonet.

Fondita de Jesús

Fundación: 1985

Labor: Transformar vidas de personas sin hogar, entre otras comunidades vulnerables, promoviendo la autosuficiencia.

Ubicación: San Juan


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