Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Que nunca se dude en invertir atención y recursos a personas en pobreza y sin hogar, porque siempre será una opción segura y necesaria.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

El Premio Tina Hills nos marcó la vida, nos dio vida y nos mantiene vivos”, resume Carmen Matos, directora ejecutiva de la Fundación de Desarrollo Comunal (FUNDESCO), el saldo del galardón que recibieron en el 2006.

Matos lleva 43 años en la organización y en ese entonces fungía como controller, mientras que Norberto Menéndez era el director. “Siempre quedábamos finalistas y pensé no solicitar, pero lo hicimos una vez más y ese año ganamos. Para una organización con tanta necesidad, fueron tantas emociones a la vez, decíamos ‘FUNDESCO ha trabajado para esto, se lo merece’, teníamos una alegría. El premio nos dio un aliento tremendo y reconoció lo que hacemos”.

Aunque destinaron buena parte de la subvención a ofrecer servicios directos a su población en situación de pobreza y sin hogar, decidieron separar $50 mil dólares para otra tarea.

“Nosotros estábamos cogiendo préstamos al banco porque las fuentes de fondos no pagan a tiempo y estábamos con los intereses bien altos. Queríamos no cogerle al banco más, entonces hemos mantenido $50 mil dólares y a eso se le coge prestado y se le devuelve; así eliminamos los préstamos con intereses en el banco. Con eso nos hemos mantenido hasta el día de hoy, es una cuenta para nosotros; eso ha sido una cosa tremenda para la institución, para ayudar a eliminarnos los costos de los intereses y para poder pagarle a tiempo a la gente”, explica Matos y añade que los puestos de director y controller tienen el mismo poder en la organización y trabajan de la mano.

FUNDESCO ha desarrollado iniciativas para atender deambulantes con discapacidad y enfermos de VIH, así como proyectos de vivienda permanente a través del producto federal Community Housing Development Organizations, CHDO, y del apoyo de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, como es el caso de Peregrinos, un albergue de emergencia para personas sin hogar ubicado en Caguas. “Tener esos proyectos hoy día es un activo fuerte para la institución”.

Pero más que nada, a Matos le complace que la organización cumpla 56 años de labor en la isla, con el sinfín de carencias que enfrenta el tercer sector.

“Es un logro mayor, es como el matrimonio que se mantiene junto, no importa las dificultades. Con tantas limitaciones, pasar de esa edad es una excelencia para una institución sin fines de lucro. Pero estamos vivos, estamos luchando, dando un servicio a la comunidad”, sostiene.

Pasarán los años, pero algo se mantiene igual en FUNDESCO: el valor del servicio. “No importa la situación que tengamos, los participantes van primero y tenemos que dar la vida por ellos porque aquí estamos para eso; de eso me siento muy alegre”, sostiene.

“Le digo al personal, ‘el que más problema te dé, es el más que necesita’ porque está buscando atención y no tiene a más nadie que le ayude”.

Matos y su equipo creen firmemente en la población que sirven, y comprenden que son el resultado de ásperos inicios en la vida.

“El Señor nos hace a todos personas dignas y ellos son dignos como cualquier otro. A esas personas todo el mundo las rechaza y cuando uno conoce su historia le cambia la percepción. Los estudiantes que vienen a hacer la práctica son el mejor testimonio; ellos les tienen miedo, no les quieren dar nada, los ven pidiendo en la luz, pero cuando conocen la situación ven que son gente buena, que todo lo que les ha tocado en la vida es negativo. Le digo al personal, ‘el que más problema te dé, es el más que necesita’ porque está buscando atención y no tiene a más nadie que le ayude. Ellos a veces hacen cosas que no son las mejores, pero uno también brega con eso, hay que ver cada caso individual”, invita Matos.

Para reforzar su filosofía presenta un ejemplo. Un joven lloraba borracho y desconsolado en la plaza de Caguas. Cuando le brindaron ayuda, supieron que era de Culebra y lamentaba entre sollozos: “No me puedo sacar de la mente cuando mi papá mató a mi mamá, yo lo veo”.

“Él tomaba porque quería olvidar, pero la bebida se lo recordaba. ¿Usted no cree que eso le rompe el corazón a cualquiera? Esas son las historias que nosotros tenemos ahí y hay que conocerlas porque cuando uno los trata a ellos con cariño, son los mejores del mundo”, asegura Matos.

Ahora amplían el albergue Los Peregrinos, luego de recibir fondos federales para acondicionar una casa contigua. “Ahí vamos a ubicar a la gente que tenga COVID. Los proyectos de construcción que tenemos desde María —y FEMA ha estado jugando con nosotros porque cada tres meses cambia el equipo, me piden toda la información de nuevo y no nos han dado nada— quisiera dejarlos en orden, bien administrados y con personal suficiente. Y me encantaría dejar la oficina central en una estructura que sea de FUNDESCO, que no tengamos que estar cada vez que cambia el alcalde rogándole que nos dejen aquí, aunque el servicio que ofrece FUNDESCO vale una millonada si lo ofreciera el municipio. Mi meta es dejar la oficina instalada”, comparte.

Matos ya contempla el retiro y diseña un plan de sucesión. “Es hora de que yo me vaya y venga otro, pero lo estoy buscando para prepararlo. He dado mi vida a esa institución y tengo que dejarla estable con alguien que crea en nuestra población”, acaba la directora.

Fundación de Desarrollo Comunal (FUNDESCO)

Fundación: 1966

Labor: apoyo a individuos y comunidades en situaciones de pobreza, sin acceso a servicios, con miras a que se inserten en el desarrollo de sus comunidades.

Ubicación: Caguas


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