Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Que el país descubra las capacidades laborales de jóvenes con discapacidad intelectual y promueva el empleo que les brinda independencia.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Tomó tiempo, pero la transformación que logró el Colegio de Educación Especial y Rehabilitación Integral (CODERI) en los patrones de alimentación saludable y educación física adaptada de sus alumnos con discapacidad intelectual y autismo fue total. El diseño y la implantación de este proyecto de salud integral la hizo realidad el Premio Tina Hills que ganaron en el 2009.


Estudiantes se exponen al trabajo en tiendas. Foto/ Facebook

“Cuando nos dieron la noticia, la directora ejecutiva de aquel entonces, la licenciada Sara Tolossa y yo, nos agarramos de las manos y empezamos a saltar con un gozo. Era una alegría inmensa porque el objetivo de ese premio era atender una necesidad muy grande que había con nuestros estudiantes con el sobrepeso, y la orientación a los padres en términos de la nutrición y la eficiencia física. Así que cuando lo supimos, eso fue ‘a trabajar se ha dicho’. Ustedes nos han hecho crecer”, explica María Burset Flores, directora escolar de CODERI.

La nueva Política de Salud Integral incorporó el reglamento de la institución y el diario de vivir, desde las meriendas hasta las fiestas. Se creó un programa de una hora diaria, en las tardes, para ejercitarse, ya sea con el maestro de educación física adaptada, Braulio Vázquez, en la cancha, con las rutinas de Zumba o con los acuaeróbicos en la piscina de la institución. “Llegamos a tener 70 estudiantes, divididos en cuatro grupos, para hacer actividades especializadas y mensualmente una nutricionista ofrecía charlas a los padres sobre alimentación adecuada. El mensaje llegó”, describe Burset.


Experiencias de vida independiente. Foto / Facebook

Francisco J. Martín Caso, director ejecutivo que llegó a la institución en el 2012, afirma que el premio “no se gastó enseguida, lo dividimos”. “La magia de esto fue que hicimos una planificación estratégica en donde por años se utilizaron los $150 mil y se beneficiaron hasta la pandemia”, explica sobre el programa que se retomó tras la emergencia de salud, aunque con recursos limitados.

“El perfil de nuestros estudiantes ha cambiado con el paso de los años. Nosotros teníamos muchos estudiantes con diagnóstico de Síndrome Down y por su misma condición tienden a ser jóvenes gruesos, esa fue la bandera que se levantó cuando decidimos trabajar esto y hubo mucho bajón de peso de forma saludable. El propósito se logró”, subraya Burset.

Como un reto especial superado, mencionan el andamiaje que armaron durante la pandemia por COVID-19 para evitar “que los jóvenes se quedaran en la casa sin hacer nada”. “De la noche a la mañana montamos este colegio virtual, todo se daba, inclusive las clases que no son sentados con una libreta, hasta el ejercicio físico. Todos los niños de beneficiaron y cuando regresaron aquí no hubo disloque”, explica Martín Caso.

Lo lograron gracias a “las ganas de continuar”, de la comunidad estudiantil y “el compromiso” de los maestros.

“Y fue una ganancia porque se validaron las fortalezas de los estudiantes cuando los padres los ayudaron en casa. Un 86% participó activamente de las clases virtuales”, sostiene Burset e indica que el grupo restante también fue atendido.

El colegio celebra además “la ilusión de echar adelante” a sus estudiantes, al referirse a dos proyectos, el de vida independiente y el de transición al mundo laboral. Este último lo describen como único en el país y como “la joyita de la corona” del colegio; los jóvenes que se han identificado con las fortalezas para ser adiestrados e ingresar al mundo laboral reciben talleres de autogestión en destrezas de lavandería, cafetería, bisutería, clerical o patio. Cuentan además con adiestradores vocacionales que los llevan a comercios para que tengan experiencias interactuando con desconocidos.

“Llevamos una lucha de concienciar a la empresa privada para que sepan que nuestros jóvenes son los mejores porque no fallan, no faltan, trabajan, son excelentes”.

El proyecto de transición laboral está instaurado desde el 2009 y ahora le han dado “el apretón de tuercas” para que florezca.

“A nosotros nos gustaría que cada joven con discapacidad intelectual o autismo que pueda labore en una empresa, que sea autosuficiente y pueda desarrollar las destrezas aquí para que pueda ser productivo toda su vida. Llevamos una lucha de concienciar a la empresa privada para que sepan que nuestros jóvenes son los mejores porque no fallan, no faltan, trabajan, son excelentes. Y para el que no pueda trabajar, tenemos el proyecto de vida independiente en donde trabajan en su casa y aquí para que tengan una vida productiva. Nuestra ilusión es echarlos hacia adelante, igual que a cualquier estudiante”, menciona el director ejecutivo.

CODERI reclama que sus jóvenes están disponibles, son capaces y merecen una oportunidad laboral.

“A veces son los papás los que nos los aguantan un poquito”, menciona Burset al explicar que incluyeron en el colegio un consejero en rehabilitación “que ha sido fundamental en abrirle los ojos a los papás acerca de las posibilidades que tienen los jóvenes de continuar”.

Cuentan además con un programa de Empleo Sostenido, en el que reciben consumidores de la Administración de Rehabilitación Vocacional y egresados de CODERI. Aisha Díaz está a cargo.

“Ella más que nadie cree en las fortalezas de estos jóvenes y así se lo plantea a los patronos. Quizás no son ‘multitasking’, pero la tarea que les voy a enseñar la van a hacer 100% excelente porque la terminan; son los mejores para ejecutar una tarea repetitiva”, dice Burset.

Martín Caso confía en que estén abriendo camino para que, junto a la familia y las empresas, “le demos la oportunidad a ese joven extraordinario a que pueda desarrollarse laboralmente por el resto de su vida”.

Colegio de Educación Especial y Rehabilitación Integral (CODERI)

Fundación: 1994

Labor: servicios educativos y de vida independiente a estudiantes con discapacidad intelectual y autismo.

Ubicación: San Juan


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