Meta: Que Puerto Rico descubra que alcanzará la equidad si dirige su capacidad y sus múltiples recursos hacia el beneficio de todos sus ciudadanos.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
En el 2016, la Sociedad de Educación y Rehabilitación (SER de Puerto Rico) pudo tachar de su lista de objetivos uno alcanzado: el Premio Tina Hills.
“Siempre aspirábamos al premio porque Fundación Ángel Ramos es una entidad muy sólida, seria y minuciosa en la evaluación de los resultados que se obtienen del trabajo realizado. La tarea no es fácil porque en Puerto Rico la filantropía es bien fuerte, las organizaciones de base comunitaria son los kamikazes que están en las comunidades resolviendo situaciones y muchas están llenas de méritos. Uno se siente relevante con solo saber que ayudó a alguien, pero cuando te otorgan el Premio Tina Hills es validar que lo que has hecho es evidente. Para tus voluntarios, tus empleados y para tus participantes, es validar la confianza que por 70 años han depositado en SER para dotarte de fondos que son de buena fe”, opina Nilda R. Morales, directora ejecutiva.
La distinción arribó cuando ampliaban sus servicios y les permitió aumentar los becados para rehabilitarse con las más innovadoras técnicas. Anualmente, atienden unas 7,000 personas en sus centros de rehabilitación ubicados en San Juan, Ponce y Ceiba.
“Lo que nosotros hacemos descansa mucho en que recibamos fondos que nos permitan realizarlo. La rehabilitación es costosa porque es personalizada y es a largo plazo, se trata de devolver la capacidad a ese ser humano de desarrollar las destrezas que le permitan ser independiente, productivo y autosuficiente; y si posible, que te reintegres a la fuerza laboral no importa si naciste con la condición o la adquiriste. Nuestros servicios no se repagan”, explica.
“El premio lo usamos en servicio directo, sobre todo en la terapia robótica. Le dejamos saber a la gente que habíamos podido absorber (el costo) porque al ganar el Premio Tina Hills, eso nos dio una inyección de fondos para acelerar el que pudieran beneficiarse de equipos que permiten la reprogramación de sus destrezas neurofisiológicas, porque tu cerebro se reprograma y es maravilloso ver cómo alguien con diagnóstico mejora”, añade Morales.
Cuando el participante llega a SER, ya su plan médico pagó el tratamiento primario de su condición. No obstante, la directora subraya que “eso no es lo que te hace independiente”, sino que “optimices lo que te permite regresar a tener el control sobre cada paso que das”.
“Mi aspiración es que todo el que necesita tener esa segunda oportunidad de vida, tenga acceso a lo que existe para lograrlo y que no dependa de su capacidad económica”, añade.
Garantizar el servicio incluye tareas de alcance comunitario. Luego del huracán María establecieron un servicio terapéutico de intervención, con especialistas que laboran desde una Unidad Móvil obtenida gracias a Unidos por Puerto Rico. “Se trabaja con líderes comunitarios, con los alcaldes y hasta con las iglesias, con todo el que nos pueda ayudar cuando llegamos a los pueblos”, dice sobre el servicio a pacientes y a cuidadores.
Ese necesario contacto directo era imposible de mantener durante la pandemia, de modo que establecieron protocolos aprobados por el Departamento de Salud y en mayo de 2020 reestablecieron los servicios en los centros. Además, capacitaron voluntarios que se convirtieron en la compañía de quienes quedaron solos durante la emergencia de salud.
“¿Tú sabes toda la capacidad que tiene Puerto Rico de convertir sus recursos en beneficio legítimo de todos nuestros ciudadanos? Eso es la equidad”. |
Morales destaca que la búsqueda de fondos es constante. Denuncia que, a finales de septiembre de 2022, “la Legislatura no ha aprobado el proyecto de ley de los donativos legislativos”. La tardanza provoca nuevas deudas para las organizaciones. “Cuando los reparten ya se deben porque le hemos tenido que pedir prestado a todo el mundo. No deberíamos pasar tanto trabajo”, lamenta sobre los tropiezos para mantener activas las iniciativas.
Entre las condiciones que atienden, hay una que va en aumento y es el autismo. “El autismo es la condición más costosa que trabajamos por la multiplicidad de servicios que requiere, se detecta en 1 de cada 42 nacimientos y cada uno es único, no tienes una receta que puedas aplicar. Ya los estamos diagnosticando de 18 meses y los que tienen 3 años logramos adherirlos con el Departamento de Educación y reciben servicios todos los días. Los papás se ponen bien contentos porque a la que empiezan a comunicarse dejan las rabietas. Hemos logrado muchísimo con ellos”, señala y comparte que egresados ya estudian en universidad.
Al pensar en el futuro inmediato, la organización se propone “existir y seguir expandiendo los códigos de calidad”. “Estamos acreditados por organizaciones internacionales, compartimos conocimientos, hacemos coaliciones con otras organizaciones, nos apoyamos y esa es la bendición del tercer sector. Puerto Rico es complejo y complicado, pero de gente generosa y humilde para recibir, así que eso es el combustible que nos energiza para no frustrarnos. ¿Tú sabes toda la capacidad que tiene Puerto Rico de convertir sus recursos en beneficio legítimo de todos nuestros ciudadanos? Eso es la equidad”.
Con su oferta de servicios piensan “seguir celebrando la vida y los cambios que podemos hacer en ella”. “Aspiramos a seguir siendo relevantes cuando hacemos la diferencia. Tenemos que ayudarnos unos a otros porque no hay otra manera, rendirse no es una opción”, acaba Morales.
Sociedad de Educación y Rehabilitación (SER de Puerto Rico)
Fundación: 1950
Labor: servicios médicos, terapéuticos y educativos a personas con discapacidad para que desarrollen su máximo potencial.
Ubicación: San Juan