Con motivo de la celebración del Día del Voluntariado, repasamos su contribución a la labor del tercer sector y al bienestar del país. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Voluntarios laboran en la organización Iniciativa Comunitaria durante la pandemia por COVID-19. Foto / Javier del Valle De solo echarle un vistazo general a las redes sociales de diferentes organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico, vemos un mensaje que se repite con diversas variantes: “Hazte voluntario”, “Únete a nuestra comunidad como voluntario”, “Si estás interesado en ser voluntario”, “Para ser voluntario activo de nuestra organización”, “Únete a las manos que hacen posible nuestra labor”. Que una persona se acerque a una organización y pronuncie la frase “quiero ser voluntario”, sin duda suele ser música para sus oídos por todas las cualidades que agrega a la misión de cumplir con sus objetivos. No exageran. Según refleja el Estudio sobre las organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico 2022, realizado en alianza por Filantropía Puerto Rico y Estudios Técnicos, la aportación estimada de los voluntarios al país es de $1,231 millones, si se aplica una compensación promedio por hora de $12 que considere el tipo de tareas en las que se desempeñan. Al contabilizar su labor e incluirla en la del tercer sector, aumenta la aportación que éste realiza al Producto Nacional Bruto con un total de 6.3%. Las labores se mantienen ininterrumpidas en el Hogar Santa Teresita gracias al apoyo de sus voluntarios. Foto / Javier del Valle El estudio nos brinda una imagen clara de la realidad del país. Sabemos que tenemos una economía 24% más pequeña que hace 15 años, que la reducción acumulada de población desde el 2010 es del 14%, que el estimado de población mayor de 55 años en la isla superaba el 36% en el 2020 y que el 44% de las personas viven bajo el nivel de pobreza. Además, un 24% de la población mayor de 25 años no cuenta con diploma de Escuela Superior. No sorprende entonces que haya más de 18,000 organizaciones sin fines de lucro registradas en Puerto Rico que cuentan con exención contributiva local o federal. Hay mucho por hacer y los voluntarios ayudan a pisar más fuerte. La población servida por las organizaciones sin fines de lucro en la isla anualmente es de 700,000, es decir una de cada cinco personas en Puerto Rico. El 35% son mujeres, el 33% son adultos mayores y el 32% familias bajo el nivel de pobreza. Carmín Rivera mantuvo su trabajo voluntario en la organización Bills Kitchen en tiempos de pandemia por COVID-19. Foto / Javier del Valle La investigación arroja que al comparar el aumento en el número promedio de voluntarios entre el 2015 y el 2020, se identifica un crecimiento de 63.4%. Hoy se estima que 734,739 personas brindan tiempo voluntario en alguna organización sin fines de lucro. Su labor representa 45,052 empleos a tiempo completo. Algunos se especializan en desastres, otros aportan su amplia experiencia profesional luego de la jubilación o son estudiantes en busca de conocimiento mediante prácticas supervisadas o labor comunitaria requerida en sus centros de estudios. La mayoría sólo quiere ayudar. Para hacerlo viable, las organizaciones sin fines de lucro deben definir estructuras y actualizar sus programas de voluntariado de modo que esos nuevos servidores encuentren un taller en el que realmente colaboren, que les haga sentirse útiles, que sea afín a sus propósitos de vida y que avance el servicio de la organización y, de paso, colabore con su estabilidad. Si resuena en ti la labor voluntaria en nuestras organizaciones sin fines de lucro, te recomendamos que visites las que despierten tu interés y selecciones aquellas cuya misión te hagan sentir más pleno. Cuando ese feliz cruce ocurre, te aseguramos que saldrás con el corazón contento. Fotos / Javier del Valle
De la mano de Astrid Morales, coordinadora de Ciudadanía Activa PR de FAR, la organización transformó su relación con el voluntariado y adaptó su estructura a las realidades de hoy. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Carmen Rivera y Marilyn Torres son voluntarias en La Ceiba, Ernesto Ramos Antonini. Foto / Sumnistrada CSIF Los voluntarios no son desconocidos en los Centros Sor Isolina Ferré (CSIF). A sus sedes en Ponce, Guayama, Caimito y Canóvanas suelen acercarse personas de distintas edades con la intención de ofrecer trabajo voluntario, pero tuvieron una etapa en la que notaron una merma. “Queríamos que fuera un programa de voluntariado fuerte de nuevo”, asegura María del Mar Santiago Oquendo, administradora ejecutiva de los CSIF, es la intención de la organización con más de 50 años de labor promoviendo el desarrollo integral de sus participantes, utilizando la intercesión, la capacitación educativa y tecnológica, así como la autogestión comunitaria. Para ello disfrutaron de la mentoría a lo largo de ocho sesiones realizadas este año y el acompañamiento de Astrid Morales, consultora en desarrollo organizacional a cargo de la iniciativa Ciudadanía Activa PR de la Fundación Ángel Ramos (FAR). Lectura de cuentos a cargo de una voluntaria de los Centros Sor Isolina Ferré. Foto / Sumnistrada CSIF La evolución natural en una organización veterana propició los cambios en su núcleo de voluntarios. Sister Rosita Bauzá se ocupó del programa de voluntarios de los CSIF hasta su reciente retiro. Los cambios que ha vivido el país desde el 2019, sumado a las variantes administrativas de la organización, alteraron el rumbo del programa que resulta vital para su desarrollo. Hace tres meses comenzó el acompañamiento con Morales, aprovechando la coyuntura de que una propuesta de AmeriCorp Vista les permitió contar con Miguel Ruiz como apoyo en los esfuerzos de renovación. “Aunque los CSIF siempre han tenido un flujo continuo de personas hacia el trabajo voluntario, no contaban con la estructura necesaria para fortalecerlo. En las sesiones de trabajo siempre participó María del Mar; las primeras dos fueron introductorias, qué cosas debe tener la organización, el 101 del programa de voluntariado, y luego pasamos a diseñar la estructura, a definir los procesos, el programa y hasta la documentación que usarían con los matices de la organización”, explica Morales acerca de un proceso por el cual han pasado casi 100 organizaciones sin fines de lucro a través de la iniciativa Ciudadanía Activa PR de FAR. Los CSIF cuentan con voluntarios que provienen de la comunidad, de las escuelas, universidades e institutos, así como participantes del Programa de Desvío del Departamento de Corrección y Rehabilitación que deben cumplir con ciertas horas por determinación del tribunal, y adultos mayores referidos por el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos que requieren trabajar varios trimestres para cumplir con su cuota con el Seguro Social. “No sólo se trata de manos adicionales que aportan a la organización, sino que, con esta ayuda, al documentar, evidenciar el trabajo y convertirlo en In-Kind, estamos robusteciendo fiscalmente a las organizaciones”. “Era una población particular que requiere análisis y estrategias diferentes. Eso nos permitió especializar el nicho de trabajo con necesidades puntuales, sin descuidar los voluntarios comunitarios y de escuela superior que van llegando”, indica Morales. Usualmente, durante las sesiones de trabajo las organizaciones llegan al reconocimiento de un dato que varía su percepción del trabajo con los voluntarios y propicia nuevas estrategias. “En la tercera sesión hablamos de los diferentes tipos de voluntarios que existen y ahí fue que ellos hicieron clic, cuando entendieron que esos estudiantes practicantes que tienen cuentan como voluntarios. Entonces fueron haciendo clic con sus diferentes poblaciones. Por ejemplo, los del Programa de Desvío los han capitalizado en las áreas de ornato y pintura, sabemos que eso siempre hace falta, pero nunca hay mano de obra suficiente. Un voluntario a tiempo parcial por 4 a 5 meses se convierte casi en un part time para adelantar asuntos puntuales de la organización. El ‘ajá moment’ de ellos fue cuando definimos los tipos de voluntarios con los que cuentan”, declara Morales. ESTRUCTURA PARA CRECER Una vez se identifican las poblaciones de voluntarios según su especialización, comienza el desarrollo de una estructura que permita documentar su servicio, para luego hacer una conversión a dólares y centavos de esa labor. La voluntaria Maricé Sánchez orienta a la comunidad. Foto / Sumnistrada CSIF “Lo próximo es conectar esa conversión con la oficina de contabilidad de la organización para que se traduzca en una aportación tipo In-Kind o donación en especie. Cuando ves el número es extraordinario porque no solo tienes el costo evitado, sino que se traduce en un aumento en el ingreso pasivo de la organización; muchas veces las organizaciones dejan de aumentar en este renglón porque no tienen esa conciencia”, subraya la especialista en desarrollo. Morales resalta que otro de los valores importantes al formalizar los programas de voluntariado en el tercer sector es el hecho de que ayuda a lograr acceso a nuevos fondos. “No sólo se trata de manos adicionales que aportan a la organización, sino que, con esta ayuda, al documentar, evidenciar el trabajo y convertirlo en In-Kind, estamos robusteciendo fiscalmente a las organizaciones porque sabemos que muchas de esas partidas se usan para tener acceso a nuevas propuestas que piden pareo de fondos y les ayuda la donación en especie del tiempo voluntario”, sostiene Morales. De otra parte, Santiago, administradora ejecutiva de los CSIF, reconoce que “siempre se nos acercan personas para el voluntariado, pero queríamos que estuviera más organizado. Astrid me ayudó a darle esa estructura y de la mano de ella nuestro programa está fuerte, encaminado, con todas las de la ley -como se supone- y bien orientado”. Para la organización era fundamental cumplir con las exigencias del voluntariado. “Queremos que las personas se sientan a gusto, que nos vean como una familia y quieran continuar ayudándonos. Esto nos abrió las puertas porque todos los semestres servimos de centro de práctica para universitarios y a veces los acuerdos son por un año y hasta por tres años. Al saber que ellos eran voluntarios comprendí que estamos activos con el programa en todo momento. Se ha orientado a todo el equipo de trabajo para contabilizar esas horas. El saberlo fue un A+ para nosotros, ese coaching de Astrid fue a otro nivel porque uno lee e implementa, pero tener una mirada de afuera que te diga ‘esto lo puedes mejorar’ es súper”, elabora Santiago. Hoy los CSIF cuentan con 22 voluntarios activos y, afirma, más de la mitad son estudiantes. En todos los centros realizan labores de ornato, de trabajo social, cuentan con maestros, asistentes de maestros, consejeros, orientadores y en el área administrativa apoyan al personal secretarial. Unos se unen a las brigadas de trabajo en la comunidad mientras que otros leen cuentos. Se revisó la estructura del programa y hasta el Manual del voluntariado. La administradora reconoce que entre los estudiantes voluntarios “la voz se corre” acerca de las experiencias que adquieren en los CSIF. “Entre septiembre y octubre fue un boom de estudiantes universitarios que tenían que hacer 15 horas, creo que recibí a toda una clase aquí. Teníamos personal para atenderlos y fue bien bonito, se fueron bien contentos, leías las notitas de agradecimiento y se ve que les gustó. Otros se quedaron después de terminar sus horas normales y con eso entiendo que lo estamos haciendo bien”, indica Santiago. “Sabemos bien dónde estamos parados así que podemos brindarle a esa persona que viene a hacer servicio toda esa gama de posibilidades de cosas que puede hacer con nosotros. Queremos enamorar a esa persona que viene de afuera con la labor mano a mano que hacemos con las escuelas y la comunidad para que vean lo bonito que es ayudar y así poder brindar un mejor servicio a la comunidad. Nuestro norte es el dar el 100% plus en el servicio”, culmina Santiago. Para saber más de la labor de los CSIF visita: https://centrossorisolinaferre.org. Fotos / Suministradas / CSIF
Una madre no encontró servicios para optimizar el desarrollo de su hijo con necesidades especiales en la zona oeste de la isla, decidió fundar un centro que los ofreciera y, desde entonces, no han dejado de crecer. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Se dice fácil, pero es cuesta arriba. Cuando Brian, uno de los hijos de Migdalia González Lugo, nació con espina bífida y comenzó a requerir servicios especializados para su desarrollo, la madre no encontró ninguno ni en su Moca natal ni en la zona noroeste. La necesidad la llevó a fundar en el 1990 el Centro de ayuda y terapia al niño con impedimento (AYANI), que se ha convertido en un importante bastión de servicios para esta población en la zona. Hoy Brian tiene 38 años y sigue disfrutando de los servicios de AYANI al igual que otros niños, jóvenes y adultos con deficiencias en el desarrollo y necesidades especiales. Tan sólo el año pasado atendieron 1,808 participantes en sus centros ubicados en Moca y Camuy, hace 13 años, y Aguadilla, hace dos, para impactar más familias. “Comenzamos a dar los primeros pasos para dar servicios terapéuticos y fuimos integrando los servicios de cuido para niños de padres que trabajan. Desarrollamos con ese mismo propósito el Programa de Vida independiente para jóvenes mayores de 21 años, donde se pueden desarrollar en el mundo laboral, y también para del ocio, así que tenemos varios programas con ellos como son bordado de camisetas, manualidades, repostería. Muchos de estos talleres van dirigidos a que ellos tengan las destrezas que necesitan. También vamos desarrollando otros proyectos en la comunidad como el Programa Respiro, para que los padres que tienen alguna emergencia puedan tener a sus niños en el centro en lo que resuelven, y desarrollamos talleres con la comunidad, para padres, maestros y empleados durante todo el año”, explica González la gestión de la organización ganadora del Premio Tina Hills 2023. AYANI cuenta con terapistas, maestros y diversos especialistas que además visitan las diferentes escuelas de la zona. Son fuente de empleo para unas 200 personas. La sede principal en Moca es amplia, organizada y en ella permea un ambiente de confianza en las capacidades de sus participantes. Destacan como ganadora del Premio Tina Hills 2023 al Centro de Ayuda y Terapia al Niño con Impedimento (AYANI). Desde la izquierda: CPA Roberto Santa María, presidente de FAR; Migdalia González Lugo, fundadora y directora ejecutiva de Centro AYANI junto a su hijo Brian; Laura López, directora ejecutiva de FAR; Diego Suárez Matienzo, presidente del Comité de Desarrollo Organizacional de FAR; Samuel González, presidente de la Junta consultiva del PTH 2023; y representante de AYANI. Foto / Ana María Abruña “Como madre me satisface poder lograr que muchos niños como el mío -y jóvenes adultos-, puedan recibir los servicios que necesitan para seguir hacia adelante. También me satisface ver a los papás contentos, que puedan trabajar, -porque hoy día las familias tienen que trabajar para subsistir-, así que siendo apoyo de tantas familias ellos se sienten felices de estar aquí, de la sonrisa de los niños, de como un papá te viene a dar las gracias por lo que estás haciendo, yo creo que esa es la mayor satisfacción”, expresa con orgullo la directora. Tras superar todas las pruebas de fuego que ha vivido el país y continuar siendo fuente de apoyo, AYANI se enfoca en innovar, en continuar “bajando costos y aumentando servicios”. “Entre las cosas que queremos ver en este futuro cambiante que está pasando en el país completo está que el centro sea de servicios continuos con energías renovables y que pueda tener su sistema de agua al día para que podamos subsistir en cualquier momento de dificultad. Yo creo que todos en el tercer sector hemos tenido que cambiar un poco y buscar cómo sostenernos en medio de tantas dificultades que tiene el país y creo que todo Puerto Rico está tratando de también subsistir en lo que estamos viviendo, creo que somos luchadores todos, creo que las organizaciones sin fines de lucro se están reinventando, buscando cómo salir adelante, cómo no depender solamente del gobierno sino nosotros mismos conseguir fondos y poner nuestras instituciones a la vanguardia de lo que está pasando. Entiendo que Puerto Rico va también hacia ese futuro donde cada familia está buscando cómo mejorar, Puerto Rico tiene deseos de levantarse y de seguir adelante”, menciona González. Cuando las circunstancias han amenazado su estabilidad, la directora comparte que “la fe nos ha ayudado” y luego “buscar de qué manera podemos hacer más y mejor lo que hacíamos”. ENERGÍAS RENOVADAS González llegó a pensar que ya había terminado su búsqueda de servicios innovadores con la llegada a la adultez de su hijo Brian, pero recibió un nuevo obsequio. Diego Suárez Matienzo, presidente del Comité de Desarrollo Organizacional de FAR; Samuel González, presidente de la Junta consultiva del PTH 2023; CPA Roberto Santa María, presidente de FAR; Migdalia González Lugo, fundadora y directora ejecutiva de Centro AYANI junto a su hijo Brian; Laura López, directora ejecutiva de FAR; y el licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Junta de directivos de FAR. Foto / Ana María Abruña “El Señor me regaló que llegara a mis brazos hace cuatro meses un niño con la condición de mi hijo y eso fue como llenarme de una energía tan grande, fue como volver a empezar; esto no se ha terminado ni se va a terminar, fue como ponerte a latir ese corazón para volver a trabajar por ese que está ahora, por el que todavía tengo y que puedo hacer muchas cosas por él, y no detenerme y no detener ese equipo extraordinario de trabajo para que sigan viendo que somos luchadores y que queremos seguir adelante por el bienestar de estos niños y jóvenes de todo Puerto Rico”, asegura González quien ya establece las bases para que AYANI continúe aunque ella no esté en la dirección. “Porque Centro AYANI no es esta servidora, Centro AYANI son los niños y los servicios que necesitan”, añade. Con la meta de que el centro sea sustentable, buscan limitar los gastos administrativos y ampliar los servicios, así como ahorrar con el uso de energía renovable. “A pesar de que decimos ‘wao, son 33 años’, hay mucho más que hacer, hay que continuar. Estamos muy contentos, somos parte de la Fundación Ángel Ramos hace muchos años, han visto en nosotros los servicios que ofrecemos y siempre han sido de apoyo”. Al consultarles por qué serían merecedores del galardón filantrópico, la directora mencionó “por la lucha, por el trabajo, el sacrificio, por los servicios que damos, porque sería un apoyo muy grande económico en medio de la crisis, porque somos un ejemplo para la comunidad y para todos esos compañeros que están allí sentados pensando ‘¿cuándo me va a tocar a mí?’. No pierda la fe porque yo siempre he dicho que algún día, en algún momento yo me voy a ganar el Premio Tina Hills por el bienestar de nuestros niños y jóvenes de la comunidad. Agradecida de corazón en que nos hayan tomado en consideración”. “Vamos agradecidos en nombre de todas las organizaciones sin fines de lucro porque todas se lo merecen también, porque son luchadoras. Hay mucho que trabajar por Puerto Rico y sí, se necesitan los fondos para seguir”, puntualiza González. *¿Qué dicen de AYANI sus participantes? Mira el vídeo creado por Javier del Valle.
La Fundación Comunitaria de Puerto Rico y la Mott Foundation comparten los resultados del primer informe local voluntario sobre 17 criterios fijados por la ONU para impulsar el desarrollo y el bienestar en Puerto Rico. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Dr. Nelson I. Colón Tarrats, presidente y principal oficial ejecutivo de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, subraya hallazgos sobresalientes del informe. Foto / Suministrada FCPR ¿Cómo Puerto Rico puede impulsar su desarrollo sostenible, combatir la pobreza, proteger el planeta y promover la paz para todos sus habitantes? Las guías para encaminar ese estado óptimo las ofrece el primer Informe Local Voluntario de Puerto Rico acerca de los 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS), presentado por la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR). La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que indicadores de desarrollo tradicionales como son el producto nacional bruto o los índices de consumo, no suelen registrar los avances al combatir las desigualdades, objetivo esencial para alcanzar la paz. Por eso, su Agenda 2030 lanza al mundo la invitación de revisar sus realidades a la luz de estos 17 objetivos para reconocer sus desafíos y marcar la ruta de desarrollo sostenible. La Dra. Palmira N. Ríos González lideró la investigación conducente al Informe Local Voluntario de Puerto Rico y destacó las líneas de trabajo estratégicas que ofrece. Foto / Suministrada FCPR La FCPR aceptó el reto y con el apoyo de la Mott Foundation, realizó la investigación liderada por la doctora Palmira N. Ríos González, cuyos hallazgos fueron presentados y discutidos en grupos de trabajo durante el Encuentro sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tuvo lugar el pasado 17 de noviembre en la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce. Los 17 ODS que guiaron la investigación están enmarcados en 6 pilares: persona, asegurar la equidad y la inclusión sin dejar a nadie atrás; derechos sociales, rescatarlos; planeta, fortalecer la resiliencia y el sostenimiento ambiental; prosperidad, impulsar un desarrollo económico sostenible e inclusivo; paz, reclamar un gobierno capaz de garantizar la seguridad y la justicia; y alianzas, convocar una alianza multisectorial para lograr el desarrollo sostenible e inclusivo. Los pilares ofrecen un marco estratégico para el desarrollo de iniciativas, provenientes de instituciones y organizaciones, centradas en la sostenibilidad e inclusividad. “El informe presenta unas líneas de trabajo estratégicas que podrían facilitar el desarrollo de un proyecto de país que haga valer los principios de igualdad de todas las personas y protección de nuestro territorio. Nos ofrece evidencia de los recursos sociales disponibles para promover una nueva agenda, recursos que propenden la colaboración entre los sectores públicos, empresariales y no gubernamentales”, explica la Dra. Palmira N. Ríos González. “Son cada vez más las organizaciones que buscan integrar los ODS en sus planes de trabajo reconociendo que son un marco con referente internacional. El pueblo puertorriqueño reconoce que necesitamos un nuevo modelo de desarrollo sostenible e inclusivo, y los ODS nos ofrecen esa oportunidad”, agrega la investigadora. El documento presentado por la FCPR ofrece una mirada panorámica a la situación actual de Puerto Rico ante los ODS y se basa en datos e información de fuentes gubernamentales, investigaciones periodísticas, encuentros multisectoriales y relatoría de personas provenientes de organizaciones comunitarias y sin fines de lucro. Unas 66 organizaciones no gubernamentales colaboraron en su creación. “Logramos producir el primer Informe Local Voluntario de Puerto Rico, impulsado desde el sector filantrópico y con insumos del sector comunitario. Con este informe, la FCPR se une a fundaciones comunitarias en los Estados Unidos que han adoptado los ODS para enmarcar sus planes de trabajo”, indica Mary Ann Gabino, vicepresidenta senior de la FCPR, quien estuvo a cargo de la gerencia del proyecto desde la Institución. RESULTADOS Y RECOMENDACIONES Tras revisar los hallazgos del informe, el presidente y principal oficial ejecutivo de la FCPR, el Dr. Nelson I. Colón Tarrats, destacó sus preocupaciones iniciales. “Alarma sobremanera los índices de pobreza, la inseguridad alimentaria que vive una parte de la población, la prevalencia de las brechas raciales en las personas sin hogar, la merma de nuestra población estudiantil, el impacto ambiental del cambio climático, afectando cada vez a los más vulnerables; y la inacción de los gobiernos, aun cuando existen leyes y reglamentos que no se hacen cumplir”, enumeró el doctor Colón Tarrats. “Por otro lado, me llena de esperanza reconocer lo que desde el sector comunitario y sin fines de lucro se está haciendo para acortar esas brechas de inequidad que existen en nuestras comunidades. El informe te presenta estas dos variantes”, agregó. “Los cambios de administraciones no pueden detener los progresos iniciados”. Una de las conclusiones y recomendaciones que llaman la atención es la falta de ejecución efectiva de las leyes existentes en la isla, lo que complica la adopción de los ODS. “El examen de los pilares repetidamente identificó situaciones donde el incumplimiento radicaba en la ejecución de leyes, incluyendo mandatos constitucionales. El obstáculo a la adopción e implementación de los ODS no radica en la necesidad de más leyes, sino en la realización efectiva de dichos mandatos”, destaca en las conclusiones. “Otro factor que abona al incumplimiento es la falta de continuidad en la implementación de políticas públicas. En varios casos pudimos identificar estudios, proyectos e iniciativas con un gran potencial de incidencia que son descartadas o dejadas a su suerte luego de los cambios de administración. La implementación de una agenda para el desarrollo económico sostenible inclusivo requiere de tiempo, y su continuidad es requisito para alcanzar sus objetivos. Los cambios de administraciones no pueden detener los progresos iniciados”, se recomienda en el documento. Lejos de desalentar, el incumplimiento actual con algunos de los ODS en Puerto Rico puede convertirse en la motivación ideal para adelantar “un modelo de desarrollo que satisfaga las aspiraciones de nuestro pueblo”, asegura el informe que se pretende presentar ante el Foro Económico y Social de la ONU en el 2024. Entre las iniciativas que desde el 2022 la FCPR diseñó para educar, recopilar y diseminar información sobre los ODS, figura una serie de episodios en el podcast Hacia un Puerto Rico sostenible e inclusivo, realizado en colaboración con El Nuevo Día y Luis Alberto Ferré Rangel. Escúchalos aquí. Ponte al día con el Informe local voluntario de Puerto Rico; lee sus resultados aquí. 17 OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE 1-Fin de la pobreza 2-Hambre cero 3-Salud y bienestar 4-Educación de calidad 5-Igualdad de género 6-Agua limpia y saneamiento 7-Energía asequible y no contaminante 8-Trabajo decente y crecimiento económico 9-Industria, innovación y estructura 10-Reducción de las desigualdades 11-Ciudades y comunidades sostenibles 12-Producción y consumo responsables 13-Acción por el clima 14-Vida submarina 15-Vida de ecosistemas terrestres 16-Paz, justicia e instituciones sólidas 17-Alianza para lograr los objetivos
A primera vista, las artes circenses son su oferta principal, pero tras bastidores hay un programa de impacto a comunidades alrededor de la isla, formación de artistas y gestores culturales. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Por lo que hemos visto en incontables presentaciones de artes circenses que han hecho los artistas de ACirc en Puerto Rico desde el 2013, sabemos que dominan el difícil arte de hacer reír. ¿Y el de crecer como una organización sin fines de lucro autosustentable? ¿O el de viabilizar el desarrollo artístico de sus participantes? ¿Qué hay del arte de impactar diversas generaciones en distintos puntos de la isla? Estos objetivos son algunos de los que persigue la organización sin fines de lucro que debuta como finalista al Premio Tina Hills en esta edición 2023 del galardón que confiere la Fundación Ángel Ramos. En El Bastión, sede la Asociación ACirc en el Viejo San Juan, el suelo a cuadros blancos y negros y las gradas ante el escenario anticipan alegría. El inusual silencio en un espacio marcado por las carcajadas resulta ideal para conversar con Maximiliano Rivas acerca de la evolución de la organización que se dio a conocer con su festival de calle, Circo Fest, realizado en el Viejo San Juan en el 2014. Hoy el evento atrae 70,000 personas, el público lo reconoce “como un producto nacional” y ACirc se ha ocupado de utilizarlo para mercadear tanto a Puerto Rico, como a los productos artísticos que se generan en El Bastión. “No teníamos idea de lo que estábamos haciendo”, reconoce Rivas los comienzos de la organización sin fines de lucro. Un primer donativo de la Fundación Ángel Ramos les permitió adquirir la guagua en la que se desplazan alrededor de la isla, pero la ayuda vino atada a las capacitaciones que debían tomar con Asesores Financieros Comunitarios. En principio lo resistieron, pensaban que ese tiempo debían invertirlo en su trabajo creativo. “Esos cursos nos abrieron la cabeza y empezamos yendo por obligación y después éramos nosotros los que queríamos, ‘¿no tienen más cursos?’. Y asi fue que entendimos lo que era abrir una sin fines de lucro”, recuerda Rivas. ACirc es fiel creyente de que “desde el arte podemos crear una transformación de país” y por eso “nuestra obsesión de trabajar fuera del área metro”. “El puertorriqueño tiene esa característica de ser siempre un público excepcional, alegre, intenso y agradecido”, describe esos encuentros en distintos puntos, que suelen ser más agradecidos en el interior del país o en las islas-municipios. Y esto suele suceder: “llegamos nosotros con nuestros embelecos, con nuestras estructuras y a través de un proyecto artístico transformamos el espacio y la gente de repente se da cuenta de que tienen un espacio que podría ser vivo si ellos lo utilizan”. Diego Suárez Matienzo, presidente del Comité de Desarrollo Organizacional de FAR, destaca como finalista a Maximiliano Rivas. en representación de la Asociación ACirc. Foto / Ana María Abruña Ese es el Puerto Rico que van descubriendo y apoyando con cada presentación. Rivas pone como ejemplo una visita al pueblo de Florida, donde el alcalde fue “bien generoso con nosotros, nos recibió como si fuéramos estrellas de rock, hicimos la presentación de Circo Fest en la plaza pública y se llenó de gente”. “De ahí en adelante hicieron una programación en la que nos contratan a nosotros y a otros artistas”, señala. Igual han comprobado el alcance de los talleres que brindan a niños y adolescentes. “Nos pasó en Vieques, me encontré con una chica que está manejando ahora el Fortín de Miraflores y me dice, ‘¿Te acuerdas cuando vinieron hace 7 años, te acuerdas el taller que hicieron que una de las niñas salió de presentadora y cuando le preguntaste cómo se llamaba ella dijo ‘Gonzalita’? ‘Gonzalita’ todavía se define así, tiene 17 años, tiene un grupo de teatro y han continuado con este ejercicio”, relata Rivas para luego afirmar, “esas son las cosas que nos dan la inyección para decir ‘a vale, es por esto que tenemos que seguir’”. El líder subraya que los talleres que brindan, las campañas educativas que respaldan, las visitas de universitarios locales e internacionales que reciben para aprender acerca de sus sistemas de producción, han formado un nuevo público sensible al arte circense y, además, han logrado encaminar a artistas del patio a proseguir estudios en Europa. CARRERA A LARGO PLAZO “Ahora nos han seleccionado de la Fundación Flamboyán para ser mentores de otros proyectos. Está habiendo un cambio a nivel país con organizaciones como Ángel Ramos, Flamboyán, Titín, como tantas otras organizaciones que están recibiendo el apoyo que nos brindan para poder seguir con esta locura que estamos haciendo. Porque cuando lo pensamos fríamente decimos ‘no estamos bien’, porque nosotros estamos queriendo combatir contra una ola enorme, constante, que cada vez que ganamos una batalla llega otra y otra, pero, sin embargo, nosotros hemos entendido que esto es una carrera de fondo y eso es lo que tratamos de transmitir a estos nuevos gestores, nuevos líderes que están tratando de aportar a este cambio que estamos generando. Lo que compartimos es que no se pueden cansar y para no cansarse tienen que nutrirse de más gente, de fomentar su misión y visión para que otros se sumen y los apoyen. Hoy por hoy estamos siendo mentores de nuevos proyectos”, resume Rivas. Diego Suárez Matienzo, presidente del Comité de Desarrollo Organizacional de FAR; CPA Roberto Santa María, presidente de FAR; Mayte Carbonell y Maximiliano Rivas, fundadores y directivos de Asociación ACirc; Laura López, directora ejecutiva de FAR, y el licenciado Rafael Cortés Dapena, presidente de la Junta directiva de FAR. Foto / Ana María Abruña Contar con un edificio propio, viabilizar escuelas estables para desarrollar más artistas, más espacios para el crecimiento de gestores y administradores de las artes de modo que sean iniciativas solventes, ocupar teatros sin uso en el país para desarrollar nuevas audiencias y llevarles un mensaje, están en su plan de acción. De la empatía con el público que ríe a carcajadas pasan a la reflexión de “qué es lo que queremos como país, hacia dónde queremos ir”. “Porque esto no lo vamos a cambiar nosotros solos, necesitamos que cada vez el mensaje se haga más uniforme y todos tiremos para el mismo lado”, insiste. “Puerto Rico tiene un gran potencial, somos una pepita de oro en el medio del Caribe, gente que viene de afuera cuando lo descubre dice ‘¿y esto qué es, es el paraíso?’ y tiene una producción de talento increíble, por eso seguimos, todavía esto es la puntita del iceberg”, expone. Como finalista del PTH 2023, asegura que “nosotros ya ganamos”. “El hecho de estar aquí, de haber sido reconocidos entre tantas organizaciones que son igual o más merecedoras que nosotros, eso ya es un premio, porque el trabajo que nosotros hacemos es de muchas horas metidos en nuestra locura y a veces nos enajenamos. Que venga una fundación como Ángel Ramos que nos diga ‘oye, lo están haciendo bien y están quedando semifinalistas’ habla de un reconocimiento, de que estamos en la mira, de que nuestro trabajo está siendo realmente efectivo”, culmina Rivas. *¿Qué dicen de ACirc sus participantes? Mira el vídeo creado por Javier del Valle.