2-De todas esas fortalezas, ¿cuál le enorgullece más?
Lo que más nos enorgullece es la semilla de donde surgió todo, la creatividad con la que, bajo el liderato y la constancia del Padre Darío, los frailes franciscanos se insertaron en la comunidad de Sabana Seca e identificaron sus necesidades. Solo así, mediante la inmersión total en la comunidad, lograron convertir a Niños de Nueva Esperanza en un lugar que tiende puentes de alianzas y de redes solidarias para promover el desarrollo integral de sus niños, niñas, jóvenes y sus familiares.
3-¿Qué área le ofrece la mayor oportunidad de desarrollo a su organización a corto y largo plazo luego de ser finalista?
El área que más oportunidad de desarrollo le ofrece a nuestra organización a corto, mediano y largo plazo, luego de ser finalistas del Premio Tina Hills 2016, es el impulso de una cultura de evaluación sólida. Esto nos permitiría atemperar de manera dinámica nuestros programas a las necesidades cambiantes de la comunidad y del país. Al convertir la evaluación en una cultura, fortaleceríamos los procesos participativos continuos, liberándonos así de subjetividades ineficaces. Hoy más que nunca se hace urgente, para organizaciones como la nuestra, contar con los modelos de evaluación apropiados para identificar estrategias eficaces que nos permitan crear condiciones de apoyo, crecimiento y sustentabilidad económica.
4-¿Qué significa ser nominado al Premio Tina Hills?
Por primera vez desde su fundación en 1998, Niños de Nueva Esperanza, logra ser seleccionado entre los cuatro finalistas de las decenas de organizaciones que solicitaron el Premio Tina Hills, el más importante de la filantropía puertorriqueña. Esto constituye una distinción enorme a la idea del Padre Darío (QEPD) y a sus hermanos franciscanos -Fray Eddie Caro, Fray Gerardo Vargas, Fray Jit Manuel Castillo, Fray Fandry Sosa, entre otros- que fundaron y desarrollaron nuestro Proyecto en la comunidad de Sabana Seca en el municipio de Toa Baja. Además, constituye una distinción al trabajo y el desprendimiento desinteresado de todos y cada uno de los componentes de nuestra organización, desde la Junta de Directores, los niños, niñas y jóvenes participantes de la comunidad junto a sus familiares, los empleados, los voluntarios y los colaboradores, así como los inversionistas sociales que han patrocinado y siguen patrocinando nuestros esfuerzos. Todo esto ha sido para nosotros un aliciente y una lección sobre el alcance transformador de la solidaridad y el trabajo colaborativo. Ser finalista al Premio Tina Hills, haber pasado por el escrutinio de una Junta Consultiva independiente, significa que lo estamos haciendo bien, que tenemos margen para mejorar, que somos dignos de que nos reconozcan, que podemos servirle de inspiración a otros, que estamos agradecidos a Dios y que, al decir de nuestro fundador, el querido Padre Darío: “¡Seguimos!”
5-¿Cuántas veces han participado en la competencia y qué han aprendido del proceso en cada ocasión? ¿Qué aspecto de su organización es el que más destacan, el que funciona de anzuelo cuando solicitan fondos o compiten en este tipo de certamen?
Niños de Nueva Esperanza ha participado en la competencia al Premio Tina Hills en nueve ocasiones. De este proceso hemos aprendido a observar con admiración y humildad a las organizaciones merecedoras del premio, a buscar hacer alianzas con estas y a aprender todo lo que podamos de sus experiencias y de sus logros.
El área que más destacamos cuando solicitamos fondos o reconocimientos, es la variedad que perseguimos en nuestra sustentabilidad económica y las alianzas con voluntarios. Entendemos que a través de los años hemos sabido crear un balance bastante saludable entre los tipos de ayudas que allegamos a Niños de Nueva Esperanza, de manera que podamos sobrevivir la amenaza que representa los embates de las condiciones políticas y económicas del país.
6-¿A dónde quisieran llegar? ¿Qué proyecto o meta se ha quedado en el tintero por largo tiempo y ahora podrían lograrla?
Quisiéramos lograr ser autosustentables y así poder seguir sirviendo las necesidades de la comunidad para mejorar su calidad de vida. Un proyecto que se ha quedado en el tintero por largo tiempo es construir un espacio multiusos para desarrollar y fortalecer destrezas ocupacionales y empresariales que apoyen la sustentabilidad del centro y que fomenten un futuro de autosuficiencia económica para las familias de la comunidad. Por otro lado, la utopía más hermosa sería poder eventualmente replicar el modelo de Niños de Nueva Esperanza en otro lugar.
7-El desafiante entorno económico que vivimos requiere de medidas y decisiones drásticas. ¿Cómo enfrentarán el año fiscal que llega este verano?
El desafiante entorno económico nos ha obligado a tomar decisiones drásticas desde el año pasado, en el que lamentablemente nos vimos obligados a disminuir la jornada de trabajo de nuestros empleados. Al mismo tiempo, se ajustaron procesos para recortar gastos y se tomaron medidas para recaudar fondos recurrentes de manera más organizada. Este verano estaremos trabajando en solicitar fondos de propuestas nuevas que complementen los que ya hemos solicitado. Además, ya con la Junta de Directores se está trabajando en incorporar nuevas actividades de recaudación de fondos.
8-¿Cómo recargan baterías? ¿Qué les regala nuevo aliento?
Gracias al propósito fundacional de nuestro proyecto y al acompañamiento de los frailes franciscanos en la comunidad, tenemos a Dios como centro y guía de nuestras gestiones, desde una visión de inclusión. Esto nutre de espiritualidad nuestras decisiones y acciones. De ahí que recargamos las baterías desde la capacidad de poder apreciar los pequeños-grandes momentos que nos regalan a diario los niños, niñas y jóvenes que son aliento, motivación y razón de ser de nuestra organización.
9-Si pudieran hacer algo totalmente distinto con respecto a algún área de su organización (administrativa, programática, etc), ¿qué sería y cómo intuye que el cambio puede traer mejores resultados?
Algo totalmente distinto en Niños de Nueva Esperanza sería que la dirección la ejerciera uno o más de los empleados del centro. Un cambio de esta naturaleza, sería cónsono con la visión de la que parte Niños de Nueva Esperanza en la que los niños y niñas, en este caso los empleados, se reconocen como seres dotados a los que hay que apoyar para que logren sus metas desde sí mismos y no como sujetos necesitados. Esto es algo que ha tenido resultados positivos en organizaciones similares y que intuimos impulsaría un estímulo e inspiración importante para los miembros de la comunidad.
10-¿Con cuál otra organización sin fines de lucro podría trabajar en alianza?
Niños de Nueva Esperanza pudiera trabajar en alianza más cercana con organizaciones como P.E.C.E.S. o Juan Domingo en Acción por ser organizaciones comunitarias con una misión, historia, y estructura similar a la nuestra, con las que podemos compartir mejores prácticas y oportunidades de desarrollo.