Los jóvenes, en su mayoría alumnos de tercer y cuarto año universitario, deben haber completado el curso Contabilidad II. Por su parte, las organizaciones sin fines de lucro deben someter una solicitud cuando AFU abre la convocatoria, la cual es evaluada por sus directivos Agnes Suárez, fundadora; Ana Bonilla, presidenta; Sonia Carrasquillo, directora ejecutiva; y Aida Rivera, coordinadora de voluntariado en AFC. En la actividad los jóvenes compartieron vivencias del ciclo.
"Quizás lo más difícil al principio fue acostumbrarme al área laboral", confesó Isaac Mejía, "pero el personal de Asesores fue muy amable desde el principio. Esta es mi primera experiencia de trabajo y quise ayudarlos en lo que necesitaban de mi; me gustaría pensar que lo logré".
"Yo confieso que tenía un poco de miedo de cómo sería mi contacto con los nenes de la organización porque ellos no diferencian las funciones de uno o de otro. Esta es mi primera oportunidad de trabajo", confesó Kenneth Pagán quien trabajó en el Hogar Infantil Santa Teresita del Niño Jesús.
En un taller con el mentor Sergio Hernández pulió destrezas y conoció particularidades en el funcionamiento del Tercer Sector. "Esta experiencia me ayudó a ver ese sector como una oportunidad de empleo porque en la universidad no se habla de eso", agregó Pagán.
Aprender a manejar el tiempo para cumplir con agendas de trabajo y estudio fue otra de las lecciones ganadas por los estudiantes.
"De que uno aprende, aprende", resume, de otra parte, Stephanie Bueiz su oportunidad en ESCAPE. "A lo mejor conoces algo del tema, pero en el taller se cubrió todo más a fondo y luego en el trabajo sigues aprendiendo".
Los estudiantes coincidieron en que recomiendan la participación a otros compañeros. "Tomen el riesgo", instó Mejía, "pueden tener una duda o algo se les hará un poco difícil pero aprendan de esta experiencia porque les sirve de mucho para el futuro".
Shammai Acevedo, representante de la organización ESCAPE, puso la experiencia en contexto de futuro a los jóvenes.
"Yo daría lo que fuera por dar un poquito para atrás y pasar por esto, quizás me hubiese ahorrado uno que otro cantacito y hubiera maximizado las experiencias que he tenido. Cuando vayan a integrarse al campo laboral permanentemente, traigan a memoria toda esta experiencia. No todos los estudiantes salen con esta información así que valoren mucho esta experiencia", subrayó Acevedo.
QUIÉN CON QUIÉN
Tras asegurarse que la organización dispone del espacio, computadora con programas especializados en contabilidad y una persona con conocimiento en administración que supervise en el área, se realiza el pareo entre estudiante, mentor y organización.
Desde que comenzaron en enero del 2015 su proyecto piloto con tres organizaciones sin fines de lucro, mentores CPA y universitarios en concentraciones de Contabilidad y Finanzas, AFU ha logrado alianzas con la Universidad de Puerto Rico en Bayamón, Humacao, Mayagüez y Río Piedras (en proceso), y con la Universidad del Turabo.
Desde entonces se han completado 16 proyectos lo que se traduce en 2,894 horas invertidas por estudiantes y mentores y en un ahorro de $50,441.89 para las organizaciones sin fines de lucro al aprovechar las labores de estos. Por lo general, se destinan 300 horas al semestre para cumplir con esta labor.
Tanto los alumnos participantes del programa como sus mentores, toman talleres de capacitación que ofrece AFU para atemperar destrezas a la realidad que viven las organizaciones sin fines de lucro. Se han ofrecido 24 horas de talleres.
AFU cuenta al momento con 12 mentores y contempla añadir cinco más para el siguiente semestre académico. Sergio Hernández se ha mantenido como mentor en el proyecto desde el piloto establecido en enero del 2015.
"Ahora tratamos de seguir aumentando la cantidad de mentores", reconoció Hernández, "vamos a ver si este semestre -que es un poquito menos fuerte porque no es época contributiva- pueden (unirse) porque en la medida que hay más mentores se pueden beneficiar más estudiantes y más organizaciones. Y a los estudiantes les digo que no se desanimen y sigan pa' lante".
Generalmente, los jóvenes conocen de la oportunidad a través de las orientadoras o amistades. Su participación ha redundado, en algunos casos, en ofertas de trabajo.
"Además, estas horas las pueden usar como práctica y experiencia para completar requisitos de licencia cuando cogen el examen de CPA", explicó Suárez, fundadora de AFC.
Suárez resaltó que la feliz conclusión de este tercer ciclo de proyectos "valida el objetivo que tuvo Asesores (Financieros Comunitarios) en sus comienzos de que más personas en el área de contabilidad conocieran las organizaciones sin fines de lucro, que se motivaran a estar en ellas tanto como voluntarios o como empleados y que hubiera más relación entre el profesional de contabilidad y las entidades sin fines de lucro".
"Esta es una de las maneras de lograr eso; estoy segura que la manera que ellos miran las organizaciones sin fines de lucro de ahora en adelante será muy diferente. Cada clase que termina este proceso tiene experiencias bien interesantes y satisfactorias que nos dan esa comprobación de que lo que se está haciendo está dando resultado y te abre puertas de mil maneras", agregó Suárez.
Por su parte, Ana Bonilla, presidenta de AFC resaltó que uno de los mensajes que con mayor énfasis se empeñan en compartir es la importancia que las organizaciones sin fines de lucro deben destinar a la administración.
"Muy pocas fundaciones estatales y federales proveen un por ciento de sus fondos para la administración, todo lo quieren invertir en el área programática pero lo que nos hemos dado cuenta es que si tu no tienes una zapata administrativa bien establecida, clara y organizada no puedes tener cumplimiento, transparencia y rendición de cuentas. Las tres cosas son bien importantes para dar a conocer el impacto de los resultados de tu organización", culminó Bonilla.
Tras el intercambio de abrazos, felicitaciones y certificados, el grupo culminó la actividad posando para un feliz selfie.