Reaccionaron luego a sus ponencias José Acarón, de AARP; Carlos Gómez, de Americorp Vista y Senior Corp en Puerto Rico; Kathy Laboy, de Johnson & Johnson; y Pedro Fraile de la USC.
Ante un centenar de personas, se presentaron datos que demuestran el poder y el potencial del voluntariado en aras de la transformación social de un país.
Mónica de la Peña diferenció conceptos que se cruzan como filantropía, acción social y voluntariado y resaltó que este último es considerado mundialmente como "un fenómeno en auge". Señaló que el Estado debe reconocer el poder del voluntariado y establecer alianzas estratégicas.
"Si hay una voz y un mensaje urgente que dar es que si el voluntariado es capaz de transformar vidas, debe dejar de ser considerado como un actor secundario, sino como un constructor del capital social", resaltó De la Peña.
"El voluntariado tiene que estar profesionalizado y se tiene que sentir útil; esa es la clave", insistió la especialista española quien manifestó que "para el tamaño y la densidad de población" del país el voluntariado "está muy desarrollado".
Por su parte, Cox presentó cifras arrojadas en el Estudio sobre las organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico 2015 que presentan una mirada amplia del Tercer Sector en el país. Entre las cifras más dramáticas sobre el impacto de este destacó que genera el 16% del empleo total en el país y contribuye con un 6.6% al Producto Nacional Bruto.
Sobre la importancia del voluntariado, Cox resaltó que son "voz puesta en acción" y son capaces de "movilizar recursos comunitarios en pro de la transformación social".
Indicó que cuatro de cada diez son voluntarios formales, que tres de cada diez dedica más de 125 horas al año a dicha labor y que dos de cada diez trabajan exclusivamente en actividades de recaudación de fondos en el país.
"La aportación anual estimada de los voluntarios, aplicando el salario mínimo actual, es de $356 millones", puntualizó Cox.
QUÉ LOS MOTIVA
Durante la ponencia de Samuel González, líder de Fondos Unidos, este ubicó como prioridad para las organizaciones no gubernamentales "aprender a entender lo que motiva a estos prospectos voluntarios", dijo aludiendo a adultos mayores de sesenta años.
"Creo que el Gobierno no los ha aprovechado en esta crisis, podrían ser policías asistentes, maestros asistentes, bibliotecarios asistentes, pero a veces solo los llamamos solo para ensobrar", lamentó González.
Por su parte, la psicóloga industrial Marilis Cuevas presentó un estudio de casos sobre el voluntariado corporativo, tras evaluar tres compañías de diferente tamaño y ubicación en Puerto Rico. Se evaluaron motivaciones y maneras de desarrollar programas de voluntariado corporativo.
Cuevas destacó que los empleados manifestaron satisfacción al lograr una vinculación efectiva entre la comunidad, su familia y sus compañeros de trabajo cuando comparten labores comunitarias. La satisfacción personal que les deja la tarea encabeza la lista de razones para realizarla.
Doris Díaz culminó el ciclo de ponencias presentando hallazgos de un estudio comisionado por la Asamblea General de las Naciones Unidas y publicado en el 2011. El voluntariado y desarrollo sostenible observó 36 países alrededor del mundo.
Entre algunos aspectos que se destacaron figura la importancia del voluntariado para enfrentar los retos del desarrollo y la sostenibilidad de un país y cuánto facilita la inclusión social al dar voz a grupos en desventaja. Además, desde la sociedad civil, se contribuye a la solución de problemas.
Las motivaciones del voluntariado alrededor del mundo van desde la preocupación por otros hasta las creencias religiosas. Entre los valores compartidos por esta tribu de servidores están la solidaridad, la compasión, la empatía y el respeto a los demás.
"Hay 140 millones de voluntarios en todo el mundo", resaltó Báez.
Presentó ejemplos de países modelos como Noruega y Austria que presentan prácticas saludables de labor con el voluntariado de mayor edad, siendo sensible a aspectos como su tiempo disponible, sus talentos y necesidades.
"El voluntario que se queda da más credibilidad a una organización ante los donantes", resaltó Báez al presentar algunas razones para interrumpir la labor de los voluntarios como la falta de descripción clara de tareas, de buena supervisión o de valorización de sus servicios.
"Hay que hablar con nuestros voluntarios, Conocerlos. Preguntarles 'qué más quieres hacer'", exhortó al directora del CDV.
En el panel de reactores, Acarón de AARP, señaló que en Puerto Rico hay 1.2 millones de adultos mayores "con experiencia y tiempo que están viendo televisión en sus casas". "Ahí está el recurso para nuestras organizaciones sin fines de lucro", apuntó y luego agregó que es preciso "identificar la pasión del voluntariado".
De otra parte Gómez, de de Americorp Vista y Senior Copr en Puerto Rico, indicó que en Estados Unidos el 28% de los voluntarios son mujeres mientras que el 21.8% son hombres.
"Entre las edades de 35 a 54 años ven el voluntariado atractivo", dijo Gómez.
En el caso de Laboy, de Johnson & Johnson, destacó que en todas las ponencias se repitió la recomendación de que los voluntarios se sientan "útiles y valorados".
"Hay que considerar también que muchas veces las organizaciones sin fines de lucro restringen al voluntariado al (horario) 8:00 a 3:00 y deben estar abiertos a acogerlos a otras horas y a identificar sus destrezas e intereses", propone.
Fraile, vicepresidente de Asuntos Estudiantiles de la USC quien estudia el voluntariado que genera el movimiento olímpico desde el año 1992, sostuvo que compartir la experiencia del voluntariado en familia es una de las mejores lecciones que se heredan.
Así, la bandera del voluntariado se mantiene siempre arriba.