Según datos provistos por el programa,los costos de los servicios legales que han ofrecido gratuitos suman $2,056,983. Además han donado 10,600 horas y un 78% de los abogados que integran su plantilla han contribuido.
"El Programa ProBono es absolutamente voluntario", asegura el líder del bufete, licenciado Arturo García Solá, "no le requerimos a los abogados participar en el Programa, a ninguno".
Organizaciones sin fines de lucro apoyadas por instituciones como Fondos Unidos de Puerto Rico, Fundación Comunitaria por Puerto Rico y Fundación Ángel Ramos, envían solicitudes de ayuda a un comité que examina sus peticiones y necesidades. Tras seleccionar las instituciones, sus casos son referidos al Comité del Programa Pro Bono, que dirige el licenciado Antonio Escudero, y eventualmente, llega al programa que lidera la licenciada Helen Salichs.
"Si se decide aceptar la encomienda se envía un mensaje a los abogados del bufete que trabajan en esa área para que contesten quiénes quieren participar. De esa forma se asigna el trabajo. Cuando hay estudiantes en el Programa de verano se les da participación también", agrega García Solá sobre el programa formal de ayuda legal que desde el 2006 ha visto aumentar en un 133% las horas trabajadas.
Agrega el director general del bufete que, en época veraniega, el Programa Pro Bono invita a sus participantes a dedicar un sábado a trabajo voluntario en alguna organización sin fines de lucro. En el marco de esa iniciativa han visitado Casa Cuna y la Fondita de Jesús, entre otras.
"...muchos de ellos se quedan en contacto con la misma organización; hay un elemento de desempeño y de querer hacer algo bien y esa satisfacción solo te la da ese tipo de trabajo". |
En esta década de labor, quince abogados han sido reconocidos por trabajar 25 horas o más de forma consistente.
"Para el abogado es sencillamente la pura satisfacción de ayudar a alguien", opina, de otra parte, el licenciado Escudero sobre la motivación de participar en el programa, "y eso lo vemos mucho después que conocen la gente a la que le están dando el servicio, muchos de ellos se quedan en contacto con la misma organización; hay un elemento de desempeño y de querer hacer algo bien y esa satisfacción solo te la da ese tipo de trabajo".
SE BUSCAN ALIADOS
El Programa Pro Bono no trabaja litigios, se concentra en asesorías en las áreas que solicitan las organizaciones sin fines de lucro.
"Lo más que nos piden es asistencia con las exenciones contributivas y después de eso, en todo lo que tiene que ver con la junta de directores y la gobernanza", puntualiza Escudero, "reciben apoyo en la revisión de sus estatutos y en la parte laboral con los empleados voluntarios y los que están por contrato. También se les revisa mucho los manuales de empleados".
Si bien ese es el trabajo básico y más común, García Solá señala que además han realizado otras labores con museos de la isla y entidades culturales como el Museo de Arte de Puerto Rico (cuya junta directiva preside el mencionado abogado) o el Conservatorio de Música de Puerto Rico, entre otras, abarcando áreas como propiedad intelectual o contratos de arrendamiento.
Salichs, por otro lado, resalta que en estos tiempos de incertidumbre siempre es recomendable que las organizaciones "saquen tiempo en medio de todo el trabajo que tienen para asesorarse".
"Es importante que se tomen su tiempo para poner la casa en orden", dice la directora del Programa Pro Bono, "si no se construye sobre una zapata sólida puedes poner en peligro los servicios que ofreces en un futuro. Deben sacar el tiempo para ver qué se puede mejorar. El abogado está para prevenir el problema o resolverlo".
Pro Bono igualmente está listo para colaborar con iniciativas de autogestión que las entidades sin fines de lucro comiencen a ingeniar para enfrentar el retante panorama económico que vivimos.
"Lo podemos hacer y lo hemos hecho indirectamente a través de las fundaciones que han establecido un sistema de préstamos a las organizaciones sin fines de lucro. Pero todavía no nos ha llegado ninguna para darle forma a esas actividades a las que tienen que moverse para suplir la falta de fondos gubernamentales y poder subsistir", menciona Escudero.
"El interés por servir es inmenso entre los abogados: los de Corporativo, los de Contribuciones, los de Laboral". |
Mirando a futuro, el licenciado Escudero confía en poder trabajar con un grupo más amplio de organizaciones sin fines de lucro. Hasta ahora han servido desde el Hogar Abrazo de Amor, el Eco Exploratorio, la Escuela de Artes Plásticas y Make a Wish hasta la Fundación por la Arquitectura, Hogar Padre Vernard y al Proyecto Enlace Caño Martín Peña, entre otras.
Ahora que entraron en contacto con la Red de Fundaciones -y por consiguiente con las organizaciones sin fines de lucro que apoyan- deberían recibir más referidos de casos.
Por otra parte García Solá insiste en que las felicitaciones recibidas por parte de colegas y clientes durante la celebración del décimo aniversario del programa son un espaldarazo que reciben esperanzados en que se repliquen iniciativas similares en otras firmas de abogados. Al momento, el Programa Pro Bono es el único con un ofrecimiento formal y continuo al Tercer Sector entre los bufetes locales.
La licenciada Salichs también apuesta a la nueva generación de abogados y paralegales que desde sus respectivas universidades llegan con el compromiso del trabajo Pro Bono.
"El interés por servir es inmenso entre los abogados: los de Corporativo, los de Contribuciones, los de Laboral. Este programa ha madurado en estos diez años, ha sido una experiencia única", acabó Salichs.