Según Estudios Técnicos (2015), las organizaciones sin fines de lucro en Puerto Rico sirven a 700 mil personas, generan 150,410 empleos y aportan un 6.6% al producto nacional bruto. Sin embargo, más allá de las estadísticas, la obra que realizan las organizaciones sin fines de lucro que ofrecen servicio directo a las comunidades es una fuerza potente que, además, aporta a mejorar la calidad de vida, fomenta el bien común y transforma vidas.
En la coyuntura histórica que vivimos, las organizaciones sin fines de lucro se mantienen de pie. En su mayoría, su liderato y su gente no teme a la adversidad, porque la limitación de recursos no es una novedad en la vida de sus organizaciones. De modo que, las crisis no les resultan ajenas.
Sin embargo, existe un liderato en el sector que ha ganado madurez y sabiduría, que ha sabido detenerse para enfrentar la seriedad de este nuevo escenario. Estos líderes se han abierto al análisis complejo y profundo del estado de su organización, que los ha llevado a tomar decisiones difíciles, al tiempo que han creado lazos sociales entre sus pares que fomentan la colaboración, que crean un sentido de colectivo, solidario, generando una cultura de apoyo en la búsqueda de alternativas emprendedoras para sus organizaciones. Esto ha marcado una diferencia cualitativa en la manera de enfrentar sus retos que, a la vez, resulta esperanzadora, ya que las organizaciones típicamente atendían sus crisis en solitario.
Pero nuestras organizaciones han puesto en marcha nuevas ‘fórmulas’ de trabajo, buscando la manera de establecer alianzas entre sí y encaminando soluciones creativas para enfrentar la falta de recursos. Se están repensando. Ante este panorama, surge el movimiento Una sola VOZ y se ha reactivado la RED de Fundaciones. Estamos reaprendiendo. Se han establecido juntes formales entre líderes del sector para construir nuevos conocimientos y repensar otras formas de hacer lo que mejor saben hacer. Se lanzan como empresarios sociales. En momentos de crisis, los líderes del sector están tejiendo redes de solidaridad: un nuevo modo de hacer filantropía.
"Creemos en la capacidad de las organizaciones sin fines de lucro para repensar y emprender nuevas rutas que viabilicen su sostenibilidad, de manera que continúen constituyendo una gran fuerza de transformación social para el país. Y además, creemos que la semilla de esta nueva filantropía tendrá un efecto multiplicador entre las organizaciones del sector". |
En la Fundación Ángel Ramos somos testigos y parte de estas nuevas transformaciones; así también otras fundaciones colegas. Conocemos la calidad de servicios y programas, así como el peritaje de los profesionales que conforman el Tercer Sector. Nuestro compromiso como Fundación va más allá de otorgar un donativo. Estamos embarcados en una inversión social que promueva la formación de una masa crítica capaz de enfrentar los retos y transformarlos en nuevas oportunidades. Se trata de promover la formación de un capital social en el que los lazos y la colaboración entre los miembros de la comunidad (de las organizaciones sin fines de lucro) guie la acción colectiva.
Actualmente, en la Fundación redoblamos esfuerzos para ofrecer a las instituciones herramientas que aporten al desarrollo de sus capacidades organizacionales (administrativas y financieras), como una manera de contribuir a la profesionalización del Tercer Sector. A través de la Iniciativa de Desarrollo Organizacional, ofrecemos programas de educación, actividades que promueven la creación de redes de apoyo y colaboración y fomentamos el reconocimiento a organizaciones de excelencia como una forma de visibilizar la calidad de nuestras organizaciones. Al presente, en la Iniciativa desarrollamos un programa innovador de voluntariado, puesto que en momentos de retos económicos como los que vivimos, el recurso voluntario jugará un rol crucial en nuestras organizaciones.
Por último, creemos en la capacidad de las organizaciones sin fines de lucro para repensar y emprender nuevas rutas que viabilicen su sostenibilidad, de manera que continúen constituyendo una gran fuerza de transformación social para el país. Y además, creemos que la semilla de esta nueva filantropía tendrá un efecto multiplicador entre las organizaciones del sector.
En fin, celebrar este Día de la Filantropía significa enaltecer la labor y la transformación de cientos de organizaciones que día a día gestan una nueva filantropía, de colaboración y solidaridad. A ustedes, nuestros líderes del Tercer Sector, gracias por la lección. Al sector privado, al gobierno y a cada uno de los puertorriqueños, los invitamos a colaborar y aunar esfuerzos para impulsar, desde sus espacios, esta nueva filantropía que a su vez apuesta por la transformación de Puerto Rico.