Lunes, 16 Enero 2017 20:12

“Mi caucus tienen que ser las organizaciones no gubernamentales”

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Luego de ganar abrumadoramente una silla en el Senado de Puerto Rico como candidato independiente, José A. Vargas Vidot conversa con Oenegé sobre sus planes

 

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


José Vargas Vidot en la sede de la organización que fundó, Iniciativa
Comunitaria, en Hato Rey. Al fondo, pieza Flor de pavé,
pintada por el nuevo senador.

José Antonio Vargas Vidot ganó una silla en el Senado de Puerto Rico con un triunfo arrollador: 157,808 votos para un 10.76% que lo llevaron a la primera posición entre los favorecidos. Nadie lo vaticinó. Lo logró sin estar afiliado a un partido político, lo que se convirtió en un hito en la historia electoral del  país.

Vargas Vidot es una cara conocida entre las organizaciones sin fines de lucro, puesto que fundó una, Iniciativa Comunitaria, un proyecto social que lleva desde el 1990 atendiendo las necesidades en las calles de adictos a drogas y contagiados con VIH. Con su característica pañoleta en la cabeza y una “anti-campaña” -como llamó sus esfuerzos de promoción- llevó un mensaje de compromiso, eficiencia y sensibilidad libre de política partidista que caló en la mayoría de los votantes.

¿Se le aceleró el corazón según fue viendo los resultados que iba obteniendo en cada municipio?

Sí, imagínate, esto ha sido una sorpresa inmensa, aunque el grupo nuestro trabajó para lograr un espacio. Lo trabajamos como lo hacen las organizaciones comunitarias, desde la base, desde la gente, pero jamás me esperaba yo que prendiera la candidatura de esa forma.  

Su mensaje llegó. ¿Lo percibe como una oportunidad del pueblo?

Lo percibo como un reto del pueblo, como una reivindicación de lo que ha sido el trabajo de Iniciativa Comunitaria; el pueblo buscando transparencia en las organizaciones del Tercer Sector. Lo que hizo el electorado fue darnos una oportunidad a las organizaciones comunitarias: ‘ok, tú tienes una propuesta, pues déjame escucharla’.   

Existe esa visión romántica de que el Tercer Sector trabaja y ayuda, pero es como si eso se diera sobre la nada. ¿Cómo se explica el Tercer Sector a través de usted?

Por lo menos, el Senado ahora tiene la oportunidad de ver cuál es la infraestructura que sirve de base de lanzamiento para que esos servicios se den porque no son de la nada ni emanan místicamente de la gente. Inclusive, la propia discusión de los donativos legislativos es hasta vergonzosa.

¿Lo siente como una dádiva?

Es todavía un donativo, eso es una vergüenza porque estamos provocado 150,410 empleos al año, estamos aportando el 6.6% del Producto Nacional Bruto, o sea, estamos asumiendo responsabilidad por todos los fenómenos sociales que los grandes intereses todavía no han capitalizado y en ese sentido nosotros estamos ahí al lado del niño o la niña autista, de la persona que deambula.

Un estudio presentado recientemente arrojó que la mayoría en Puerto Rico desconoce la labor de las organizaciones sin fines de lucro.

No me voy a quedar en el mero discurso argumentativo, las propuestas mías son muy concretas. Por ejemplo, elevar el Tercer Sector a nivel de gabinete ejecutivo y eso no es nuevo. Aquí hace algunos 3 o 4 años Nirvana González (actual coordinadora del Movimiento Una Sola Voz) ha venido trabajando ese proyecto de lograr ese reconocimiento para que se pueda negociar y establecer relaciones financieras y políticas en la misma dimensión. Yo voy a recoger todo eso para que se investigue la posibilidad de que el Tercer Sector sea como una Administración central de asuntos comunitarios.

¿Puede eso sobrevivir sin colores en una isla tan politizada?

Puede de acuerdo al diseño; si es para acomodar atornillaos pues será un fracaso pero si el empeño va dirigido a buscar la manera de que trascienda, sobrevive. Por ejemplo, para trabajar en la educación he escrito la Ley de Educación estable y eso quiere decir que voy a abogar porque el Secretario de Educación jamás sea parte del gabinete político del Gobernador, sino que sea al estilo del Contralor. Los políticos no hacen eso porque se juegan su reelección. En este caso yo quería ser elegido y no tengo idea de ser reelegido. No sé lo que va a pasar dentro de cuatro años, no me importa, esa libertad la voy a usar para retar sistemas que tienen que ser retados hace tiempo.

¿No le da miedo?

¿Miedo? No, el miedo es una herramienta en nuestra comunidad. En realidad podríamos definirlo como prudencia, precaución. Voy con mucho cuidado, lo primero que he hecho es establecer puentes. Yo creo que las personas que votaron por mi están votando por alguien que establezca alianzas.

Podría decirse que se perfila la existencia de una nueva mayoría en el país, compuesta por votantes de candidatos ajenos a colores.

No me enajeno de la realidad de que este ha sido el resultado de acciones muy complejas. Por ejemplo, el desarrollo que ha tenido el Tercer Sector en su visibilidad y su inserción en la determinación de política pública fue un elemento que fue alimentando esta libertad de criterio. La consideración que se le dio a problemas antes escondidos y que llegan a través de planteamientos del Tercer Sector, como el ambiental, que tenemos un Casa Pueblo, y gente de los corredores, de los estuarios, los que defienden las costas, eso ha sido una constante que ha ido construyendo ese fervor individual y ese pensamiento independiente.

¿El civismo tendrá una definición más real en el pueblo?

Se han logrado concertaciones importantes. Se trabajó mucho tiempo en la agenda ciudadana, las coaliciones de educación alternativa del Tercer Sector, el (movimiento) Una sola voz, todas son alianzas fuertes. No son oposición, son elementos que revelan el crecimiento de una conciencia diferente. Pero hay que reconceptualizar el marco electoral en Puerto Rico de cara a las próximas elecciones porque este sector ya tiene presencia definida y va en escalada fortaleciéndose. Lo importante es no ser una tercera fuerza en contra de, si no a favor de intereses particulares de la gente.

DE NÚMEROS Y ALIANZAS

¿Qué le dicen los números de los votantes?

Nunca llegué menos del cuarto lugar en ningún lugar en Puerto Rico y hay municipios enteros que los gané, eso es bien significativo. Gané en Manatí, que es un bastión del PNP, y llegué tercero en Coamo, que es un bastión del PPD. Unos 1,750 funcionarios de otros partidos vigilaron nuestros votos formalmente.

¿Qué sucederá ahora con Iniciativa Comunitaria?

Iniciativa Comunitaria viene hace tiempo pasando por una transición y ni siquiera yo tenía planes de entrar a la política electiva, yo estaba por entrar más de lleno a la cátedra. Yo he sido profesor universitario en los últimos quince años en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, en el Recinto de Ciencias Médicas, en la Universidad Central del Caribe, en la Universidad Interamericana de Bayamón y en EDP University. Si no hubiera entrado a la política era dedicarme a la cátedra e internacionalizar el proyecto. Me quedo como principal director ejecutivo con una función de vigilar la filosofía de Iniciativa y trabajar las calles. Ya hice un calendario de cuatro años y todos los primeros viernes de mes me toca la ronda nocturna. Soy bien organizado, siempre he funcionado en muchas cosas a la vez: mientras dirigía Iniciativa (Comunitaria), dirigí la Comisión para la prevención de la violencia y fui Salubrista de la Universidad de Puerto Rico.

¿Cómo estima que saldrá de esta experiencia en el Senado?

Espero no salir 'trasquilao', puede ser porque ahí hay mucha buena gente y mucha mala gente.

¿Está listo para eso?

Nadie está listo para eso, te confieso que eso sí me inquieta. Todos los días trato de aprender mucho sobre el meollo del asunto, pero es bien difícil. Por primera vez, el Senado tiene alguien que es totalmente libre de cualquier agenda.

¿Con quién le interesa hacer alianzas?

Con la gente que viene de donde salió el voto, que es el pueblo, y las organizaciones no gubernamentales son la voz de ese pueblo y la voz crítica, la del dolor, la del momento difícil pero también la de una alegría que debe ser contagiosa a todo el país. Esa alegría debe ser estímulo a una política pública mucho más extensa que por lo general se acabó en el torneo de pequeñas ligas o en el premio que le dieron a la nena y no trascendió.

¿Qué recuerda de su anticampaña?

Visité escuelas de niños y jóvenes que no votan pero son nuestro futuro. Una de las escuelas que me impresionó, la Tomás Armstrong en Ponce, es especializada en Ciencias y Matemáticas y ha ganado premios nacionales e internacionales en Robótica por diez años. Tú vas allí y yo, si fuera senador de esa área, me daría vergüenza de que no hice nada por ella; esa escuela es medieval, tiene parchos en todas partes y las maestras son tan increíblemente solidarias. Ahí están nuestros cerebros pensantes, nuestro huerto, para eso necesito un caucus porque no represento ningún partido. Así que mi caucus tienen que ser las organizaciones no gubernamentales.

¿Qué modelo propondrá entonces?

El modelo no es asistencial, me cansé de los donativos, vamos a procurar que haya decencia política. No tengo que gustarle a nadie, aprovechen que esta es la coyuntura que tenemos y por qué no utilizarla si yo quiero utilizarla. Quiero ver cómo la comunidad se mueve, no los grupos fosilizados con la misma letanía sino la comunidad fresca, libre. Mira las luchas del Barrio Mariana en Humacao, las luchas de las cooperativas, (integrantes del Tercer Sector) nos vemos en los sitios, sometemos documentos para llevarlos a un lugar donde son engavetados. Pues llegó el momento de hacer algo.

 

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