Desde entonces, el Observatorio se preció de ser el más grande del mundo, hasta finales del pasado año por el radiotelescopio que China construyó (500 metros de diámetro) en el sur de Beijing.
Por esos meses, nuestro Observatorio enfrentó dudas sobre sus capacidades ante la apertura del gigante asiático y hasta rumores de cierre de operaciones. Sin embargo, su nuevo director, el ingeniero boricua Francisco Córdova, aclaró que solo se trata de un cambio en la relación con la Fundación Nacional de Ciencias estadounidense (NSF, por sus siglas en inglés), que observa el manejo de este con SRI International, Universities Space Research Association (USRA) y con la Universidad Metropolitana (UMET) local.
Y sobre la nueva propuesta de China, resaltó que algunas funciones del Observatorio en Arecibo siguen siendo únicas.
“El Observatorio es crítico para Puerto Rico”, asevera Córdova, quien desde junio del 2016 es su director. “Es un punto de referencia como El Morro o el Yunque. Sabemos que eso está ahí desde pequeñitos, pero hay mucho más que no hemos logrado comunicar sobre la importancia científica que tiene en el mundo”.
Córdova reconoce que China construyó uno más grande, “pero nosotros hacemos cosas diferentes y tenemos capacidades únicas dentro de Arecibo”.
El director alude al radar planetario que usan para identificar asteroides, caracterizarlos, identificar cuál es su órbita, su masa, su composición, su velocidad y si tienen posibilidad de impactar la tierra. “China no tiene radar, ellos solo están recibiendo transmisiones y nosotros recibimos y enviamos transmisiones”, explica.
El otro distintivo de nuestro Observatorio es el área clima-espacial que cuenta con un grupo dedicado a “evaluar erupciones solares y cómo afectan los equipos electrónicos y la atmósfera”. “China va a usar receptores para radioastronomía y eso es bien diferente”, especifica Córdova.
Después de todo, en los últimos 30 años –explica el director- se han invertido $60 millones en mejoras. “Créeme que no está obsoleto, tenemos tecnología y somos los mejores en el mundo entero para poder hacer ciertas cosas; especialmente en el radar planetario y en el área clima-especial”, afirma convencido.
“NSF vino a decir ‘no vamos a cerrar el Observatorio, vamos a cambiar el modelo operacional’, que haya colaboraciones privadas o con otras entidades gubernamentales que puedan colaborar con dinero para las operaciones del Observatorio”. |
Sobre los rumores de cierre de la institución científica que a finales del pasado año cobraron fuerza, enfatizó en su permanencia.
“Nosotros seguimos”, puntualiza.
Córdova los atribuye a la celebración el pasado noviembre de las vistas de la NSF en Arecibo y San Juan. “La comunicación no fue clara”, opinó sobre el tiempo previo a la visita.
“NSF vino a decir ‘no vamos a cerrar el Observatorio, vamos a cambiar el modelo operacional’, que haya colaboraciones privadas o con otras entidades gubernamentales que puedan colaborar con dinero para las operaciones del Observatorio”.
En las vistas se presentaron resultados preliminares del Environmental Impact Statement que hizo la Fundación Nacional de Ciencias y se confirmó que el Observatorio iba “a continuar operaciones con colaboraciones”, dijo Córdova.
CAMBIO EN LA DINÁMICA
En el principio, la Universidad de Cornell tuvo el control absoluto del manejo del Observatorio. Desde el 2011, SRI International, USRA y la Universidad Metropolitana comparten el rol de manejador, siempre con los fondos de NSF que ahora se verán reducidos debido a cambios presupuestarios a nivel estadounidense.
“Ahora vamos a tener que ponernos creativos”, aceptó Córdova.
Y este es el escenario. Si bien cuentan con menos presupuesto de NSF, por primera vez son permitidas las alianzas con otras entidades científicas privadas o gubernamentales que quieran colaborar con el Observatorio en áreas de Ciencia y Educación.
“Hay mil posibilidades”, reconoce el director, “más oportunidades turísticas y educacionales que bajo el acuerdo actual con NSF es limitado el arreglo porque antes estábamos para hacer ciencia y estar abiertos al mundo. Tenemos clientela alrededor del mundo, no operamos para 5 ó 10 personas. Además, aquí se reciben propuestas, se evalúan y depende de lo que esté buscando NSF, se escogen las más calificadas y se les da tiempo en el Observatorio”.
Córdova señala que en ciertas áreas de las Ciencias “hay más fondos disponibles de agencias gubernamentales y podemos enfocarnos en ellas”. “Ya estamos trabajando nuestras propuestas para educación”, sostuvo.
“Esta nueva forma de operar nos abre puertas y no nos mantiene con ese presupuesto limitado que baja todos los años, ahora tenemos la libertad de tocar otras puertas”. |
En ese sentido, la información que genera el Observatorio será fundamental para actualizar la oferta en el renovado Centro de Visitantes Ángel Ramos –en ánimo de atraer visitantes que retornen con frecuencia.
El reto atrae al director con vasta experiencia en investigación y desarrollo en Ingeniería, ahora en una silla tradicionalmente ocupada por doctores en Astrofísica o en Astronomía.
“Para eso fue que yo vine, yo quiero ser parte de ese grupo que va a decidir cuál va a ser el Observatorio de los próximos 50 años. No queremos seguir bajo un sistema operacional que no nos deja maximizarlo, establecer esa estrategia es lo que me llama la atención”, confiesa Córdova sobre la inmensa tarea de allegar nuevas fuentes de fondos.
“Esta nueva forma de operar nos abre puertas y no nos mantiene con ese presupuesto limitado que baja todos los años, ahora tenemos la libertad de tocar otras puertas. Parte de la estrategia es ser más agresivo al comunicar lo que trabajamos y estar más abierto al público en Puerto Rico y en el mundo. Ya hay varias entidades interesadas. El futuro pinta muy bien, esto nos ayudará a asegurar el futuro del Observatorio”, culmina Córdova.