La Cruz Roja Americana solo tiene 20 empleados fijos en Puerto Rico en el área de servicios humanitarios. Entre sus voluntarios cuentan con 25 Consejos de juventud, que acoge estudiantes de grado intermedio a superior, los cuales colaboran en esfuerzos de orientación, recaudación de fondos y apoyan los servicios a los militares y sus familias.
“La importancia de cultivar ese voluntariado es que empiezas a sembrar para luego tener gente que pueda ser líder en la organización, que tenga fe en ella y que tenga conocimiento de sus labores de primera mano”, menciona Lee Vanessa Feliciano, directora ejecutiva del capítulo local de la Cruz Roja Americana, quien agrega que el presidente de la Junta de directores de la misma, Miguel Nieves, se inició en los Consejos de Juventud.
“Hay mucha oportunidad para las organizaciones sin fines de lucro de reclutar y sembrar ese deseo en la gente de querer hacer voluntariado, pero creo que hace falta mucha estructura para que eso se pueda dar de la mejor manera”, propone Feliciano.
“Me satisface salir a la calle a buscar ese candidato idóneo que los compañeros van identificando durante el año”. |
Próxima a cumplir 125 años de establecida en Puerto Rico con una sólida base de voluntarios que hacen posible su misión, Feliciano afirma que el modo en que se usa el voluntariado en la organización “te deja ver la madurez y la experiencia” de la misma. “Porque el tú poder absorber un voluntario que no solo venga a ensobrar sino a ser líder, a delegar y que tenga la capacidad de la toma de decisiones te habla de la madurez de esa entidad. Entonces ya puedes reclutar diferente, que es el próximo paso”, declara Feliciano.
Yesenia Torres, directora de Servicio voluntario, resalta de otra parte que la Cruz Roja es la organización con mayor número de voluntarios en el mundo con sobre 100 millones. “Me satisface salir a la calle a buscar ese candidato idóneo que los compañeros van identificando durante el año”, opina Torres.
“Trimestralmente hacemos un análisis de qué necesidad yo tengo y cuál es el perfil del personal que necesito para cubrir esas necesidades; desde la parte técnica hasta la parte de asumir un rol en la toma de decisiones. Ese voluntario puede llegar con experiencia profesional y comienza a aportar o puede empezar desde cero a desarrollarse. Una vez cumple a cabalidad con los requisitos del puesto, el abanico de posibilidades se abre y puede aportar en otras líneas de servicios”, indica la líder de voluntarios.
Torres puntualiza que la meta es que el voluntario “se sienta recibido, apreciado y que le suelten taller”. “Ellos después hacen sus grupos, buscan similitudes y van creando un lazo fraternal”, cuenta.
COMPROMISO 24/7
El voluntariado que atiende familias afectadas está dividido en doce zonas alineadas a las de la Agencia para el Manejo de Emergencias. Poseen un calendario de entrenamientos mensual, activo todo el año, que se ofrecen en la sede en el Centro Médico o en las zonas. Sandra Camacho, coordinadora de voluntarios del área de desastres, resalta que “compromiso y disponibilidad” son primordiales en la Cruz Roja “porque necesitamos que el voluntario esté disponible y al día”.
Compromiso implica tener sus cursos en orden. Por ejemplo, si se desempeña en el área de Respuesta a desastres debe tomar cursos de evaluación de desastres, primeros auxilios sicológicos o Manejo de casos, entre otros. Si labora en áreas de logística debe prepararse para ofrecer alientos en masas o para laborar en albergues, también entre otros.
“Los cursos los damos presenciales aquí en español y tenemos una plataforma interna EDGE, donde están todos los cursos en inglés. Ellos hacen diez horas mensuales mínimo que pueden hacerse entrando a EDGE para los cursos, participando de campañas como la de instalación de detectores de humo para prevenir fuegos o brindando charlas a la comunidad”, dice Camacho sobre iniciativas como “Mi funda de almohada”, que prepara a niños ante desastres como huracanes, terremotos o fuegos, entre otros.
“El voluntario no recibe paga, están horas de su semana dando de su tiempo, por eso el reconocimiento, por eso las gracias constantes. Si vuelven es porque se sintieron cómodos. Tenemos jóvenes, pero también adultos y adultos retirados de toda la isla”, presenta Camacho el perfil.
Uno de esos adultos retirados que acude a la sede de la Cruz Roja Americana a trabajar a diario es Myrta Pedroza Pasalacqua, quien da seguimiento a familias atendidas y a los voluntarios que prestaron el servicio.
“Eso corre en las venas”, dice Pedroza, orocoveña radicada en Guaynabo. “El voluntario puede ser que crezca o puede ser que nazca, puedes adquirirlo por otras personas que son ejemplo. Toda mi vida he sido voluntaria de diferentes causas; en la escuela de mis hijos, en mi comunidad cuando trabajamos el parque de la urbanización y ya llevo doce años aquí”.
Como reconoce que su productividad es mañanera, Pedroza arriba a la oficina todos los días a las seis de la mañana. “Si algún voluntario te ha visitado porque has tenido una inundación, un fuego o te cayó un árbol en la casa, tengo que darte seguimiento a ti y a tu condición, y saber cómo te trató el voluntario. Hay veces que me doy cuenta de que la ayuda no es suficiente y consulto aquí porque creo que necesita alguito más. Este es un trabajo de maña”, dice con una sonrisa.
“Cuando te agradecen el servicio, a ti te emociona porque estás haciendo algo por alguien. Algo tengo que hacer y ayudar es parte de mi propósito de vida”, afirma convencida Pedroza.
MÉTRICAS ALIADAS
Esa felicidad de servir es cuantificable. Feliciano, directora ejecutiva de la Cruz Roja, señala que la organización dispone de métricas específicas para auscultar aspectos como el tiempo de atención cuando un voluntario solicita ingreso, su entrenamiento, su asignación de tareas y su satisfacción en general. “Esas métricas nos ayudan a vernos, a ver áreas que hay que mejorar y son compartidas por todos los departamentos”, propone la directora.
“Cuando tienes voluntarios con el compromiso de los nuestros, elevan la ética de trabajo de excelencia bien alto para todos en la organización. Es un error ver a un voluntario como competencia que desplaza al empleado, el empleado debe verse como facilitador del trabajo que todos deben realizar. Si el voluntario se utiliza correctamente te da la capacidad de servir a más gente y mejor”, puntualiza Feliciano.
La directora es creyente de que “hay muchas oportunidades de crecimiento del voluntariado dentro del tercer sector”. “Y para nosotros que estamos buscando todo el tiempo cómo mejorar y crecer porque se nos va la vida en esto, es vital. Veinte personas no hacen todo este trabajo”, acaba Feliciano.
Fotos: Javier Del Valle