A los residentes se sumó un grupo de quince voluntarios deseosos de ayudar consistentemente. Así que convirtieron el hogar en Centro de acopio y han ido preparando materiales que luego entregan en distintas zonas necesitadas luego de establecer contactos.
Además de compras con alimentos, agua y productos de aseo, destacan los cubos blancos con artículos de lavado de ropa como pinches, cordel y detergente en polvo. Recibieron de la Universidad del Sagrado Corazón 300 cubos que desde inicios de octubre han repartido, junto a las compras, en San Juan, Guánica, Santa Isabel, Ponce, Yauco y Utuado. En agenda están Toa Baja, Naranjito y Comerío.
El hogar ha trabajado en alianza con el Municipio de San Juan, la Fundación Ángel Ramos y la Fundación Comunitaria por Puerto Rico.
"Nosotros vamos a seguir. El huracán María nos recordó la vulnerabilidad del ser humano por la forma en que trastocó vidas y nos dio la oportunidad a áreas un poquito menos afectadas de poner nuestro granito de arena para levantar nuestra isla", dijo convencido Caraballo.
Fotos: Javier Del Valle