Así transcurre una sesión del taller que el Programa de Integración de las Artes Visuales del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), adscrito a la Iniciativa Preescolar de la Fundación Ángel Ramos (FAR), ofreció recientemente a 60 educadores de los pueblos antes mencionados, en el recinto de Humacao de la Universidad de Puerto Rico.

“Nosotros le solicitamos a los programas que trataran de evaluar el currículo que tenían para que fuese más relevante en el contexto actual, o sea en el primer, segundo y tercer mes después del evento del paso de María”, explica la doctora Wanda Pacheco, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de FAR. “Les pedimos que identificaran las necesidades que podían tener tanto los centros como todo el personal educativo de los centros que estaban atendiendo en ese periodo”.

Ya sea de manera semestral o anual, cada una de las organizaciones que integran la Iniciativa Preescolar atiende un grupo de maestros de distintos puntos de la isla para reforzar distintas técnicas educativas. Los que estaban siendo servidos durante el paso del ciclón fueron los primeros en experimentar este cambio en currículo por parte de los programas.

“Los programas lo recibieron muy bien porque entendían que era necesario revisitar sus currículos. Todos los currículos atienden el componente emocional, desde la perspectiva de acoger ese niño y entender sus necesidades, lo que pasa es que no son currículos dirigidos al tema del desastre y eso era lo que había pasado en ese momento”, agrega Pacheco.

Por eso las maestras que aprendían con la arteterapeuta Ocasio realizaron con barro tres contenedores que simbolizaban pasado, presente y futuro, para depositar en ellos sentimientos y experiencias.

“Ellas estaban pompeas”, dice orgullosa la doctora Ocasio, quien tuvo a su cargo tres de las cuatro sesiones. “Yo las capacito a ellas, que experimentan la actividad como adultas, y luego la adaptan según las destrezas y capacidades cognitivas de sus niños. Es bello porque la parte emotiva sale a relucir. Crear y destruir, después de todo lo que hemos estado viviendo, puede ser un proceso muy satisfactorio para todos”.

La especialista les propuso distintas actividades con barro, textiles, bolsas de papel, pasteles de aceite y acuarelas. Estas luego serán trabajadas con niños de, máximo, 6 años de edad. La intención, según la experta, es que “independientemente de sus capacidades, las actividades sean entretenidas para los niños, desarrollen destrezas e incorporen el componente emotivo”.

“Cuando he dado este taller en pueblos de la montaña, los nenes relacionan el barro con la tierra, con sembrar, no les es ajeno. Y si la temática emocional tiene que salir, va a salir a relucir. Las actividades creativas tienden a bajar las defensas de cualquier ser humano de cualquier edad, estar en contacto con el medio facilita la expresión, esa es la idea detrás del uso del barro. De hecho, el barro es de los materiales más versátiles para trabajar con diferentes poblaciones, con diferentes capacidades y discapacidades. Es bien divertido usarlo”, añadió Ocasio.

ARTE TERAPIA PODRÍA QUEDARSE

Rebecca Borges, directora del Programa de la Integración de las Artes Visuales en el Museo de Arte de Puerto Rico, contempló este cambio de ruta como un proyecto piloto con miras a integrarlo al currículo de diez sesiones que ofrecen regularmente.

“La doctora Ocasio le presentó a los maestros distintos conocimientos, herramientas y actividades sobre cómo utilizar el arte terapia para que los niños puedan expresar experiencias, resolver conflictos, manejar comportamiento, aumentar la autoestima y distintos problemas que puedan surgir a diario. Como empezaron en abril, se dio más enfoque a cualquier problema que un ser humano pueda tener, no nos quedamos en María nada más. Las maestras están encantadas porque lo que han aprendido les sirve para identificar ciertas cosas que a lo mejor no son notables en un niño”, dijo Borges.

Cada sábado, Ocasio presentaba un caso de estudio como ejemplo y las maestras pudieron identificar sentimientos de tristeza o retraimiento como resultado de dilemas variados, entre otros, la falta de energía eléctrica que todavía enfrentan sectores de la isla.

“A mí me gustaría poder incorporarlo en lo que es la programación regular del Programa de Integración de las Artes Visuales, quizás no cuatro talleres porque ya ofrecemos diez, pero como un tema de un día. La herramienta de la arte terapia me parece excelente”, adelanta Borges.

Si bien la visita de las maestras a la sede santurcina del museo es parte del aprendizaje del uso de la institución como herramienta educativa, Borges no descarta tampoco ofrecer los talleres en distintos municipios como hicieron ahora en la Universidad de Puerto Rico en Humacao.

“La combinación sería una experiencia exitosa”, vaticinó.

Para más información sobre la Iniciativa Preescolar de FAR, visite www.fundacionangelramos.org

Fotos / Javier del Valle