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Mari Mari Narváez
OENEGÉ

Aquella noticia había impactado a una buena parte del País. Casa Julia, esa institución social que durante tanto tiempo se había responsabilizado por albergar a sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijos, tenía que cerrar sus puertas. Como muchas otras veces, faltaban los recursos. Pero esta vez la situación se hacía aún más crítica, llevándolos al borde del cierre. Los directores de la organización acudieron al Colegio de Contadores Públicos Autorizados (CCPA) a pedir ayuda administrativa. El Colegio rápido activó a sus miembros voluntarios para ayudar en la supervivencia de la Casa Julia. Entre ese y otros muchos esfuerzos, las cosas empezaron a mejorar. Pero aquella situación de emergencia sirvió para que un grupo de esos contadores se diera cuenta de que el problema no era solo en Casa Julia. Eran muchas las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFLs) que ofrecían servicios sociales vitales para el País pero sufrían de una serie de problemas administrativos que no les permitían ser exitosas. Desde presupuestos inexistentes o mal diseñados hasta insuficiencia de fondos, exceso de gastos, problemas estratégicos, de contabilidad, recursos humanos, entre otros. Fue ahí cuando nació el germen, la primera idea de lo que más tarde ese mismo año de 2007 se convertiría en Asesores Financieros Comunitarios (AFC).

Viernes, 22 Noviembre 2013 20:55

CNE: Todo empezó con una buena idea

Mari Mari Narváez
OENEGÉ

Toda la vida, Miguel Soto Class observó el País desde lugares distintos. De pequeño vivió en Aguadilla, donde su papá era pastor en una iglesia. Allí fue a una escuela pública. Más grandecito se mudó a la ciudad, donde lo enviaron a un colegio muy exclusivo. Su padre, aguadillano, venía de una familia pobre. Su madre, hija de un empresario, era de una familia sanjuanera con recursos.

"Tengo los dos mundos", dice en entrevista con OENEGÉ a propósito del 15 aniversario del Centro para una Nueva Economía (CNE), que él ideó y fundó. El CNE es el primer y único laboratorio independiente de ideas en Puerto Rico, y se dedica a producir investigación y propuestas de política pública sobre asuntos de desarrollo económico.

"La familia de mi papá era bien estadista y por el lado de mi mamá eran bien populares. Así que también tengo esa dicotomía política. También tuve unas experiencias interesantes con la diáspora. Primero con mi abuelo, porque tenían una fábrica en Nueva York y habían vivido allá. Era bien común hablar de esa comunidad puertorriqueña como que 'estos no son puertorriqueños, estos son de allá'. Pero yo tuve una experiencia distinta porque desde chiquito ya yo sabía que había una gente allá. Tenía muchos tíos que se habían ido. Así, toda mi vida ha sido una dicotomía entre posturas políticas, ricos y pobres, puertorriqueños de aquí y de allá, San Juan y la Isla".

Miércoles, 22 Marzo 2017 17:57

“Una mujer empoderada no vuelve atrás”

Mujeres, niños y adolescentes encaminan sus vidas tras sobrevivir episodios de violencia doméstica, guiados desde hace 33 años por Hogar Ruth

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


La trabajadora social Bairá Soto encamina a las participantes en
su proceso de lograr independencia económica.

Estadísticas precisas podrían confirmarle a Damaris Feliciano Cintrón, coordinadora de servicios en el albergue para mujeres maltratadas, Hogar Ruth, que la labor que realizan es efectiva y necesaria. Pero otras vivencias con las participantes ejemplifican lo que, a veces, las palabras no pueden.

“Estar con una mujer en la sala de un tribunal, que ella esté ahí hablándole a la jueza con la persona agresora cerca, en un estado de nervios, y que te esté agarrando la mano para sentir seguridad, apoyo y fortaleza para poder seguir es una sensación que no se puede describir. Ver una mujer que se apodera, que toma decisiones y consigue cositas para ella y para sus niños; si sale de aquí con esas destrezas sabemos que hicimos un buen trabajo”, menciona Feliciano, quien lleva cinco años laborando en el albergue ubicado en Vega Alta.

Viernes, 22 Noviembre 2013 20:58

El viejo oficio de pensar un País

15 años del Centro para una Nueva Economía

Mari Mari Narváez
OENEGÉ

Observar cómo se mueve el mundo. Inspeccionar en detalle el rastro que va dejando ese flujo universal de los recursos en la vida de la gente. Pensar en los efectos de las cosas, imaginar una vida distinta, proponer caminos concretos para llegar ahí.

Parecería una tarea, a lo sumo, abstracta. Pero en el Centro para una Nueva Economía (CNE), se trata de una labor diaria, concreta, planificada.

Todo empieza con una buena idea”, dice Deepak Lamba Nieves, director de Investigaciones en este laboratorio de ideas, al cual ha estado vinculado casi desde sus inicios. “Pero es más difícil de lo que uno piensa porque, no porque tengas una buena idea, eso va a tener el grado de recepción que tú estimas. Tienes que cabildear, persuadir con un mensaje claro y una serie de ejercicios a un público más amplio”.

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