Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Que la aportación cultural siga siendo indispensable en el desarrollo de las nuevas generaciones y en el bienestar de las comunidades.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Trulla navideña ofrecida por el coro en la Plaza Antonia Quiñones en San Juan. Foto / Suministrada / Facebook

El Coro de Niños de San Juan (CNSJ) tenía una meta en los años noventa y debía cumplirla con inmediatez: hallar una nueva sede, ya que la que ocupaban en el sector Miraflores de Santurce era reclamada por el gobierno. Ganar el Premio Tina Hills en el 1999 aportó a que la organización cultural se ambientara en la nueva estructura a la que se mudaron y hoy mantienen en Santurce, la antigua escuela Rosendo Matienzo Cintrón.


Regreso a clases presenciales en la sede del coro. Foto / Suministrada / Facebook

“Fue una alegría muy grande que nos dieran el premio”, recuerda Zilma Cerra, directora ejecutiva actual, quien en la época era “mamá del Coro y ahora terminé en este asiento”.

“Había un clima de desasosiego porque nosotros nos teníamos que ir y no teníamos a dónde ir”, dice sobre la salida de la estructura que usaban, hasta que firmaron un contrato de usufructo que les permitió ocupar la escuela Rosendo Matienzo Cintrón en el 2004.

“Ganar el Premio Tina Hills fue un espaldarazo muy grande para la institución, precisamente porque se reconocía un trabajo que no solamente era de tipo social. Se reconoció la labor cultural y cómo se extrapola al aspecto social, cómo influía el estudio de la música en estos niños y sus familias a las que nosotros pretendemos cambiar con la música. Fue un apoyo importante porque puso el Coro en el mapa del país como una organización cultural valiosa. El Coro acababa de llegar de una presentación en Rusia, estaban expuestos a los medios en esos días y el premio vino a reforzar el conocimiento de lo que significaba para el país", sostiene Cerra.


Concierto "Siempre es Navidad" que se emitió vía streaming durante la pandemia.
Foto / Suministrada / Facebook

Fundado por Evy Lucío Córdova como un coro para el desarrollo musical de las niñas, el Coro de Niños de San Juan fue evolucionando hasta convertirse en ‘una escuela después de la escuela’ en la que a lo largo de nueve horas semanales y un sábado al mes, sus estudiantes de ambos sexos, entre los 5 y 18 años, desarrollan destrezas musicales en ritmo, entonación, memoria auditiva y condición vocal. A la agrupación se ingresa a través de audiciones abiertas. La organización ha tenido importantes presentaciones locales e internacionales como el “Grand Prix” que obtuvieron en el Rimini International Choral Competition celebrado en Italia en el 2014, competencia en la que su directora, María Gabriela Fernández Cerra, también ganó el galardón de “Mejor director”. Participaron 22 coros de todo el mundo.


Bajo la dirección de María Gabriela Fernández Cerra, el Coro participó en el Rimini International
Choral Competition celebrado en Italia en el 2014. Foto / Suministrada / Facebook

“Nosotros vemos aquí las transformaciones de los estudiantes gracias a la música y los padres nos dicen cómo ha sido ese cambio y cómo han llegado a tener aquí algunas experiencias o algunas posibilidades que no las hubieran tenido. Por ejemplo, el estudio de la música le ha permitido a los que siguen estudiando música en la universidad, pasar a segundo año en algunas clases. En los últimos 15 a 20 años, la experiencia aquí les ha ayudado a otros a conseguir becas en universidades en Estados Unidos”, explica sobre los cantantes que, a los 18 años, reciben una certificación de la educación musical recibida en el CNSJ.

“Los estudiantes se preparan en la parte académica y luego también en la parte artística para hacer las presentaciones. Ellos van subiendo en los niveles del currículo para entonces hacer piezas más difíciles, con partituras más difíciles, porque ya han aprendido la lectura de la música. Cuando uno habla con los exalumnos, una de las cosas que ellos destacan precisamente es cómo les ayudó el coro en su vida y en sus profesiones. Primero por la disciplina, haber aprendido a utilizar su tiempo de una manera ordenada, también porque son líderes. Logran sus metas por ese ordenamiento interno que han tenido  que les facilita manejar el tiempo. Ellos aprenden a trabajar en metas elaboradas, se apoyan unos a otros y nadie sobresale, hay que trabajar por la excelencia, por tratar de llegar a la perfección”, describe Cerra.

“Lo otro importante que tienen en el Coro es despertar la sensibilidad a la música, al arte, pero que a la misma vez es abrir la sensibilidad a los demás. Cuando eso pasa, puedes captar lo que sucede a tu alrededor, los problemas que puedan tener otros”.

Y, por supuesto, la exposición a las manifestaciones artísticas crea en las mentes jóvenes nuevos modos de comprender el mundo.

“Lo otro importante que tienen en el Coro es despertar la sensibilidad a la música, al arte, pero que a la misma vez es abrir la sensibilidad a los demás. Cuando eso pasa, puedes captar lo que sucede a tu alrededor, los problemas que puedan tener otros”, dice Cerra y menciona que los estudiantes pidieron visitar comunidades afectadas por Fiona para entregar suministros.

La agrupación ha logrado importantes metas artísticas, como cantar junto al prestigioso Coro de Niños de Viena, u operacionales, como conseguir una sede. Ahora concilian la integración de nuevos alumnos que, debido a la pandemia por Covid-19, nunca han asistido físicamente a la sede en Santurce, ya que tomaban sus clases virtuales.

“Tenemos niños que hace dos años no vienen y ahora van a aprender la disciplina que es tan importante para los artistas y para la formación personal. En la parte económica se complica todo porque cada vez nos van bajando todas las ayudas gubernamentales que teníamos. La Fundación Ángel Ramos siempre ha tenido esa visión de que ha considerado el rol cultural como algo importante para la comunidad y eso nos ha beneficiado. Queremos poder tener tranquilidad económica para seguir becando estudiantes que tienen el talento, pero quizás no pueden costear su educación musical”, señala.

El futuro luce prometedor con el regreso a sus actividades presenciales. “Queremos que los estudiantes se sientan como una agrupación de nuevo, que tengan ese bono de volver a trabajar juntos, de desarrollar sus habilidades y su conciencia ciudadana. Vamos a seguir creciendo”, promete Cerra.

Coro de Niños de San Juan

Fundación: 1966

Labor: educación en artes escénico-musicales con un currículo académico y formación humanística.

Ubicación: San Juan

 


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