Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Que las fórmulas de desarrollo capitalicen en que cuando las mujeres prosperan, sus comunidades se fortalecen.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


La organización ha defendido el aborto en la legislatura y lo considera un asunto de salud pública. Foto / Facebook.

En tiempos de restricciones por COVID-19, la transmisión de la ceremonia de entrega del Premio Tina Hills 2021 fue presenciada por el tercer sector de modo virtual, mientras que los directivos de las organizaciones finalistas estaban en el teatro. Cuando Taller Salud supo que había sido la ganadora, sus seguidores lo celebraron con una caravana en Loíza, el pueblo que principalmente sirve.


Comunidades organizadas se unen en un frente común y se hacen escuchar. Foto / Facebook

“Ese día fue insuperable y pasará a la historia”, cuenta entre risas Tania Rosario, directora ejecutiva de Taller Salud. “Mis compañeras dicen que nosotras tenemos participantes y simpatizantes. El grupo de empleadas, exempleadas, integrantes de la Junta actual y pasada, el corillo de voluntarios, las lideresas, las promotoras, estaban viendo la transmisión, así que el party que se formó en Loíza fue grande. Fue bien emocionante. Las que estábamos en el teatro estábamos en shock, tardamos en reaccionar. Lo recuerdo con mucha emoción”.

Cuando el júbilo quedó atrás vino la gran pregunta: ¿qué hacemos con el premio?


Parte del equipo de trabajo de Taller Salud que labora con iniciativas de interrupción de violencia.
Foto / Javier del Valle

Luego del huracán María, la organización trabajaba su planificación estratégica y hacía balance de sus fortalezas y debilidades. Inspiradas en su creencia de que ‘cuando las mujeres prosperan, sus comunidades se fortalecen’, surgió el tema del rol femenino en la respuesta a desastres.

“Hablamos sobre el poder, sobre qué rápido vamos a tareas de cuidado y qué mucho nos costaba estar en espacios de poder. Sobre cómo cultural e históricamente ha sido el poder que las mujeres hemos tenido y el que se nos ha negado y, especialmente, sobre la tenencia de tierra y de propiedades, la capacidad de tener cosas a nuestro nombre, la relación con el dinero, la independencia económica y la posibilidad de construir futuro. Eso se me quedó como un eco”, expresa Rosario.

Decidieron entonces usar el premio como capital semilla para adquirir una sede permanente para Taller Salud, sin arriesgar su capital. “Parte de la conversación fue ‘cómo le vamos a proponer a las mujeres que prioricen, si las organizaciones de mujeres no lo hemos hecho, no hemos priorizado en nuestra infraestructura, en nuestro capital a largo plazo, en la tenencia de propiedades’”, menciona sobre la estructura ubicada en Parcelas Vieques, en Medianía Alta, y que acaba con la realidad de que “Taller Salud cumplió 40 años sin tener nada propio".

“Nos atrevimos a priorizar en el futuro de la organización. Fue algo radical que no habíamos hecho en su historia y se lo debemos al premio”.

“He visto cómo se han sumado personas que pensaban que el feminismo eran lógicas que lo acercan al odio a los hombres o que es extranjero, y todo eso es falso”.

 

Ese no fue el único saldo del ciclón María porque para la organización representó el desafío mayor que han enfrentado, incluida la pandemia por COVID-19 y el huracán Fiona. 

“Ha sido el más grande tanto en el tamaño y la escala del desafío como en la escala de la respuesta y las estrategias que pusimos en marcha para hacerle frente. El equipo actual siente mucho orgullo de la respuesta que se llevó a cabo, al punto de que, en las emergencias posteriores, lo que hemos hecho es rescatar aquellas estrategias de las que nos sentimos más orgullosas para ponerlas en marcha cada vez más rápido, con una escala mayor, sumando aliados, pero ciertamente este este es nuestro gran orgullo de los últimos años”, señala.

Taller Salud aborda la salud y el bienestar total de la mujer como punta de lanza para trabajar con otros retos que enfrentan las comunidades en las que viven, no temen abordar desde la sexualidad y el liderazgo hasta el desarrollo y los esfuerzos para vivir en paz. El año pasado, la organización feminista de base comunitaria sirvió a 80,000 participantes en Loíza y pueblos cercanos, a través de servicios directos e indirectos, como son las campañas educativas.

Rosario indica que el marco teórico, político y los valores de la filosofía feminista les han servido “inmensamente para adelantar el trabajo anclado en la justicia y la equidad”.

“Lamento que no sea algo que el país utilice de una forma más consistente como un lente para analizar los desafíos y como un marco teórico y de valores que funciona como brújula en la toma de decisiones, para asegurarse que se están centrando en los más vulnerables primero y elevando las voces de las comunidades más excluidas. Esa ha sido nuestra brújula y no la cambio por nada. He visto cómo se han sumado personas que pensaban que el feminismo eran lógicas que lo acercan al odio a los hombres o que es extranjero, y todo eso es falso. Me encantaría que esos mitos que hacen que la gente rechace sus saberes acaben y que pudieran aprovechar no solo las luchas prácticas en los valores de justicia, equidad e inclusión, si no la larga tradición de trabajo en redes de solidaridad que el feminismo latinoamericano y caribeño han tenido por décadas; si eso fuera así siento que seríamos otro país”.

En el tintero está el nuevo proyecto Cimarronas, “el más lindo que ahora nos tiene súper entusiasmadas”, que propone a mujeres de Loíza y de la zona noreste del país, adquirir tierras que puedan ser manejadas de forma colectiva. Así se promueve “la tenencia colectiva de la tierra, especialmente, en comunidades que son vulnerables al desplazamiento”. “Ya arrancaron las conversaciones con la banca y vamos por ahí como somos nosotras, sin prisa pero sin pausa”, cierra Rosario.

Taller Salud

Fundación: 1979

Labor: apoyo a la salud femenina para de ahí impulsar el desarrollo comunitario, la independencia económica y las comunidades libres de violencia.

Ubicación: Loíza


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