Meta: Garantizar la continuidad de servicios y programas para diseñar nuevos proyectos.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé
Luego de participar varias veces, Hogar Ruth para Mujeres Maltratadas ganó el Premio Tina Hills en el 2019. “Fue un día mágico, memorable para la organización porque reafirmó un compromiso que tenemos de trabajar con la violencia de género. Fue una apertura para mirar y para mirarnos. Al día de hoy lo celebramos como si hubiera sido ayer”, reflexiona Lisdel Flores, directora ejecutiva de la organización.
El galardón llegó en momentos en que Hogar Ruth se replanteaba el servicio que ofrecía a sus participantes principales, madres víctimas de violencia de género. El número de menores atendidos sigue en aumento; en promedio arriban al albergue tres niños con sus progenitoras.
“Sentíamos que nos estábamos quedando cortos en la prestación de servicios especializados a los menores. Estábamos trabajando el proyecto que después se desarrolló gracias al Premio Tina Hills y al apoyo de otras fundaciones, como Wildflower. Ganarlo fue una confirmación de que íbamos por el camino correcto”, dice acerca de Mariposa Montessori, escuela que sirve a menores entre 2 meses y 6 años.
La labor que realizan es intensa -Flores la describe como “bien dura y bien bonita a la vez”- y no están exentos de disyuntivas, usualmente sobre la extensión de sus programas de servicios.
“Todos los años tú vives con una incertidumbre, yo creo que la palabra es brutal, de cómo tú logras que esto siga en pie, con la incertidumbre de saber si la propuesta X que absorbe X proyecto en particular o X programa no va a ser otorgada nuevamente el próximo año. Así que, esta es una carrera que nunca acaba porque nunca ves la meta, nunca puedes sentarte y decir ‘ok, esto está hecho, vamos a seguir con otra cosa’ porque la continuidad no es segura. Lo más relevante del asunto es que estás haciendo una labor extraordinaria por muchos años, pero con el reto de que anualmente te ves en la incertidumbre de qué propuestas te van a aprobar y, a estas alturas, no podemos darnos el permiso de que ninguno de los programas que tenemos se caiga, tienen que sostenerse”, subraya Flores.
“Estás pendiente de lo que te dice la participante y de lo que te dice el país. Yo no me rindo y la mayor prueba es nuestra escuela Mariposa Montessori”.
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Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales suelen ingeniar nuevos estilos para no detener el servicio a sus participantes. Atender sus cambiantes necesidades ha llevado a algunas a alterar sus misiones.
“Estás pendiente de lo que te dice la participante y de lo que te dice el país. Yo no me rindo y la mayor prueba es nuestra escuela Mariposa Montessori. La acogida ha sido tal, que no solo ha sido de beneficio directo para nuestras mujeres, si no que tú ves el impacto en el desarrollo motor o en la conducta de sus niños, en solo dos semanas de estar ahí. También, tenemos una colaboración con un albergue que atiende directamente a niños que han sido removidos de sus hogares por negligencia, que no viven aquí, pero también les estamos dando el servicio de la escuela Montessori. Podemos replicar esto en otros espacios para atender a todos aquellos niños que están dentro de entornos de violencia, para que aprenden en un entorno de seguirdad como el nuestro”.
Ahora la ilusiona un nuevo proyecto. Hogar Ruth recibió en donación una estructura que contemplan convertir en un Centro de Servicios Comunitarios. “Va a ser un ‘family service center’, donde todos los servicios de las víctimas se centralicen. Por ejemplo, ¿requieres una orden de protección? Vamos a movilizarnos desde aquí para que la puedas tener. ¿Soy una víctima de ataque sexual? Vamos a movilizarnos para que se pueda validar. Vamos a ayudar a una jefa de familia a preparar su resumé para buscar empleo, vamos a capacitarte, vamos a trabajar con los niños cuando salen de las escuelas cercanas”, explica.
Ya iniciaron el proceso de conseguir fondos federales y privados, porque la estructura requiere ser demolida para construir un nuevo edificio de cinco pisos.
“Vamos saliendo de lo que es el servicio del albergue tradicional y abriéndolo a la comunidad para que reciba los servicios de manera directa y segura”, informó en cuando al proyecto que diseñan.
La directora exhortó, tanto a los colaboradores activos como a los potenciales, a ver a las organizaciones sin fines de lucro “como esos aliados que están trabajando de la mano contigo por hacer un mejor país”. “La Fundación Ángel Ramos nos hace más llevadero el camino en medio de lo que nosotros enfrentamos a diario”, agradece Flores.
Hogar Ruth para Mujeres Maltratadas
Fundación: 1984
Labor: ofrece espacios de convivencia seguros para mujeres, niñas y niños, apoyo para superar las secuelas de la violencia de género y para recomenzar una nueva vida
Ubicación: zona norte