La obra es parte de un proyecto, “Catarsis: re/construyendo después de María”, que el museo sanjuanero puso en marcha luego de la emergencia atmosférica, adaptándose a la realidad del momento para servir de espacio de desahogo a artistas de distintos trasfondos y experiencias así como a la comunidad. Tanto el creador emergente, el reconocido o el amateur, aprovecharon las paredes y los pasillos de la institución para contar desde lienzos, esculturas e instalaciones, experiencias compartidas en nuestra isla desde el pasado 20 de septiembre.
Hasta el mes de febrero el público podrá disfrutar de más de 130 trabajos reunidos en esta muestra.
“Aquí está la experiencia de la gente, de los artistas, de todos nosotros”, menciona María Ángela López Vilella, directora del museo, al entrar a la sala que evidencia secuelas del ciclón con algunas losas despegadas del suelo.
“Después que pasó el huracán supimos que teníamos que hacer esto. Obviamente, hay unas prioridades de agua, comida y salud que atender, pero de inmediato identificamos cuándo podíamos arrancar para ayudar en este proceso de sanación que tanto necesita el país”, añade.
Luego de revisar las colecciones y los daños a la estructura, abrió la convocatoria a este proyecto que pretendía propiciar que se ventilaran los sentimientos. A mediados de octubre se comenzó a promocionar la convocatoria por radio y en algunas redes sociales según el internet se hacía disponible. También, se pudo llamar a algunos artistas “desde las casas, desde el carro, en la autopista, como hacíamos todos en eso días”, rememora López. Pero, a su juicio, la efectividad del proceso boca a boca quedó comprobada.
“Al principio pensé que llegarían unas 50 obras y sobrepasó eso por mucho”. |
“Catarsis siempre se concibió como un proyecto multidisciplinario para todas las disciplinas: música, teatro, danza, arte y la respuesta fue inmediata. En la convocatoria se explicaba que las condiciones de esta exposición eran distintas; no hay seguro, no había energía eléctrica, las ventanas están abiertas aunque hay seguridad, no podían esperar algo más allá de eso. Pero las cosas que se hacen con buena energía tienen buena acogida, empezaron a llegar esas respuestas tanto de artistas plásticos ya reconocidos como del ciudadano común y de estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas (institución vecina del museo). Al principio pensé que llegarían unas 50 obras y sobrepasó eso por mucho”, menciona orgullosa sobre la iniciativa para la cual contó con el apoyo del artista Nick Quijano, también residente del casco antiguo sanjuanero.
A la apertura de la muestra, el pasado 10 de diciembre, asistieron 600 personas. “Aquí hubo performance, baile, danza, poesía, se hicieron cosas conmovedoras ese día”, opina la directora del museo.
DE APAGONES, VIENTOS Y CONFRATERNIZACIÓN
En este periodo crítico, algunos artistas podrían haber cuestionado para qué crean o cuán importante es crear en tiempos de crisis extrema. Una visita a la exhibición Catarsis recuerda que el arte nace para registrar vivencias y para ser compartido.
El humor, la tristeza, el ingenio, el miedo, la frustración y hasta las pequeñas victorias que vivimos cada día después del paso del huracán María se perciben en las paredes de la sala.
“Los artistas también están pasándola fuerte, algunos perdieron sus talleres, pero esta oportunidad les permitió seguir volcándose en su trabajo. Las etiquetas en cada obra dan los datos del artista para que los interesados en su obra puedan contactarlos y adquirirlas”, explica López.
Cada vez que llegaban los artistas al museo a entregar una obra, ésta señala que la consigna que predomina es: “me sigo levantando”, “esto no me va a tumbar”, “son momentos difíciles y nos vamos a levantar nosotros mismos, sin esperar ayudas”.
“Catarsis lo vislumbré como un proyecto que seguirá creciendo y va por etapas. Queremos ofrecer talleres de arte que sirvan de terapia a las comunidades afectadas. Ya se ofrecieron dos aquí y la idea es llevar las actividades donde se necesiten para ayudar a la sanidad mental que tan precaria está en estos momentos en el país con tantos suicidios producto de las frustraciones”, menciona.
Los títulos de los trabajos, anticipan el viaje emocional por la muestra de arte. “Espera un día más”, de Chandaliz Reyes Suárez, “María, me rompiste el corazón”, de Rosa M. Serrano o “Relatos de la isla del cemí”, grabados en punta seca de Martín García y “Descontrol: sentimiento borincano”, de Yamilette Blanco Muriente son un abanico de expresiones de la época.
“Diáspora en fuga”, de Ángel Cora, retrata en el lienzo el dolor de la partida de los puertorriqueños de la isla a través de un mar dividido en dos.
Mar Fernández aprovechó un tronco con un pedazo de ladrillo incrustado que encontró cerca de su casa en la Caleta de las Monjas y lo convirtió en una escultura. Igual hizo Anna Nicholson, quien al revisar el estado de su obra de arte urbano ubicada en la estación Las Lomas del Tren Urbano, halló el letrero destruido en el suelo y lo integró a la pieza que muestra en Catarsis. El Nido, de Nick Quijano, aprovecha fragmentos de basura mientras que el colectivo comunitario del Centro Cultural Ángel R. Ortiz de Aibonito, utilizó como materia principal un gavetero en madera que encontraron. Otros trabajos como, “Siempre pa’lante”, de Annie Saldaña Matías, utilizan pedazos de PVC, árboles, semáforos, buzones y hasta latas de cerveza Medalla.
“El antes y el después”, tríptico de Mariel Díaz Campos, presenta los cambios de costumbre que trajo la emergencia: de familias encerradas en sus casas pegadas a la tecnología a la solidaridad y el compartir en el exterior que trajeron los días sin electricidad.
El humor se trabajó con acierto en caricaturas. Lampon, en “El rollo que dejó María”, muestra al presidente Donald Trump, con gorra y rollo de papel en mano, mientras que el veterano Arturo Yépez agrupó viñetas de temas variados como la lentitud en los procesos de recuperación o la lestopirosis en “Levantándonos con humor”.
Sin duda, llama la atención “Crónicas de un futuro catastrófico”, de Jo Cosme, obra que, mediante 24 barajas, resume los sucesos más importantes vividos en los primeros meses pos María desde inundaciones y apagones hasta búsqueda de hielo, diésel, enfrentar el desempleo, los mosquitos, los escombros y el toque de queda, entre otros, para terminar con la bandera.
En “El olvido”, Nelson Sambolín, reutilizó flores plásticas que volaron de un cementerio cercano mientras que Rafi Trelles hace un homenaje a Carlos Raquel Rivera y su grabado sobre el huracán Santa Clara realizado en el 1957, con un fotomontaje adaptado al 2017.
“Guernica puertorriqueño”, de Sandra Gónzalez, es una pieza de imágenes poderosas.
“Aquí encuentras desde lo tradicional hasta lo más poético. Y me siguen llamando y me siguen trayendo piezas”, confiesa la directora del museo.
Luce que la catarsis va para largo. Solo entonces llegarán tiempos mejores.
*Más información: 787/724-5052.
*Fotos: Javier del Valle