Por: Astrid Morales, PhD, MS, MA* Tras el huracán María, son muchas las lecciones aprendidas y los saldos compartidos. Desde la Iniciativa de Desarrollo Organizacional de la Fundación Ángel Ramos, se ha documentado, durante las últimas ocho semanas, las lecciones más valiosas de una ciudadanía que el mismo día del huracán, puso corazón y extendió sus manos para ayudar, acompañar, abrazar y trabajar en busca de mitigar el impacto de un ciclón categoría 5 que dejó devastación a su paso. Al recorrer comunidades y organizaciones, se ha visto el rostro de las manos y los gestos solidarios que se movilizan mediante el servicio voluntario a través de organizaciones sin fines de lucro. Son ciudadanas y ciudadanos activos, cuyos espíritus inquietos se sintieron convocados para servir a las comunidades y atender sus necesidades más apremiantes.
Por: Astrid Morales, PhD, MS, MA* Después del huracán María las muestras de solidaridad de los ciudadanos se hicieron evidentes en las comunidades: personas con machete en mano abriendo caminos, calderos calientes compartiendo comida, manos amigas entregando agua y hasta una extensión cruzando casas de vecinos para compartir la energía de un generador. Así, se hizo palpable la solidaridad de los puertorriqueños que le salieron al paso al huracán desde múltiples lugares para comenzar la larga y ardua tarea de reconstruir el país. Cada gesto de solidaridad recordó la esperanza que no mengua en los momentos de dificultad y que hoy debe continuar cultivándose desde las organizaciones sin fines de lucro que componen el Tercer Sector.
Voluntarios especializados en salud pública y, otros listos para ayudar en lo que haga falta, mantienen en pie esta clínica que Iniciativa Comunitaria estableció en Toa Baja, nueve días después del paso del huracán María. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé "Miraaaa, adiós, que te salga todo bien", se escucha decir a una empleada de la mesa de registro, a una mujer que sale junto a tres niños de la Clínica Bantiox en Toa Baja. La mujer se voltea, agradece y se despide con la mano en la que, además, lleva una bolsita transparente con medicamentos. Se trata de Ruth Caraballo, de 33 años, quien recibió atención por su dificultad respiratoria. "Es la primera vez que vengo, el servicio fue muy excelente. Para mi es mejor venir aquí, cerquita, porque yo soy de Candelaria", dice la toabajeña.
La comunidad Punta Santiago fue fuertemente sacudida por el huracán María y esta organización se ha convertido en un bastión de ayuda, esperanza y posibilidad de un futuro distinto para sus residentes. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Salir de Humacao y arribar a la zona metropolitana en busca de suministros, ayudar y establecer contactos fue la primera meta. La segunda fue convertir la sede de su escuela alternativa en un gran centro de acopio desde donde la comunidad de Punta Santiago y pueblos vecinos pudieran servirse de artículos de primera necesidad, agua, hielo y alimentos. ¿La tercera?, iniciar un proceso de reconstrucción de la afectada zona, gestado desde la comunidad y la ciudadanía, en alianza con la organización Voz Activa.
Más de 800 voluntarios locales y de otros países han dicho presente en las labores de ayuda en Puerto Rico, en rotaciones que mantienen al día un operativo solidario. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Del impacto de desastres naturales en un país ellos saben. Qué hacer para recuperarse, también está en su pericia. De modo que la Cruz Roja Americana, capítulo de Puerto Rico, ha pisado terreno conocido en estos días siguientes al paso de huracán María en Puerto Rico. Sus labores de apoyo, distribución de alimentos y agua, entre otras tareas, se ha visto enriquecida por la labor de 850 voluntarios que en distintas rotaciones han trabajado en Puerto Rico, Vieques y Culebra. Cada desastre trae su particularidad y María presentaba un país entero afectado por el huracán. No había una zona que se considerara inmune como habría sido el caso de precedentes como los ciclones Hugo y Georges.