Con un innovador currículo que potencia el liderazgo y la transformación social, comenzó el año escolar en la Escuela Elemental Emilio del Toro y Cuebas del Caño Martín Peña. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La directora escolar Nancy García Ortega confía en la cosecha que recogerán al concluir el semestre en mayo, luego de que los estudiantes se expongan al nuevo currículo. Foto / Javier Del Valle La actividad más sencilla no podía llevarse a cabo: columpiarse. Lo que la dificultaba era que, luego de años sin columpios, ahora había tres disponibles para 140 estudiantes entre kinder y quinto grado. El primer día de clases ardió troya porque todos querían estrenarlo a la vez. Ante la petición de ayuda de una llorosa niña de kinder, Alejandro Cotté Morales, director de Participación Ciudadana y Social del Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña, sugirió –a los interesados y a los indiferentes- que hicieran una fila para usar los columpios. “Está bien, míster”, acordaron. Poco después Cotté recibió el reporte. “Míster, hicimos tres filas, una frente a cada columpio, y lo tenemos por tiempo. Son 30 segundos, míster, pero lo llevamos suave”, le contó un alumno sobre la solución modificada según la necesidad colectiva.
La posibilidad de encontrar soluciones para viabilizar ideas que terminan convertidas en obras de arte alimenta a un artista como Antonio Martorell, quien ahora presenta en SalaFAR su exhibición "Sombra, sombrilla y sombrero". Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La musa le trajo una sombrilla a Antonio Martorell. Vino expresamente a enriquecer los lienzos que el artista pintaba para exhibir en un lugar en el que cuentan que llueve un día sí y otro también. Pero como le gusta el juego –a la musa y al artista- otra oportunidad de crear nuevas obras para mostrar lo llevó a pararse bajo la sombrilla. Entonces Martorell se topó con la sombra. Y, por supuesto, con su sombrero.
Agenda Ciudadana ha impulsado desde sus mesas de trabajo la concertación en temas vitales para el mejor funcionamiento de Puerto Rico, al reconocer y celebrar las diferencias de los sectores involucrados. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La Fundación Agenda Ciudadana nace del interés del diario El Nuevo Día de dirigir la atención pública hacia voces comunitarias que no suelen ser atendidas cuando se consideran soluciones a los conflictos que afectan a nuestra isla. Foto / Suministrada Como ya es costumbre, en las mesas de diálogo que gesta Agenda Ciudadana coinciden el que conoce la teoría y el que domina la práctica, el libre pensador y el que se ciñe a la estructura, el que duda y el que cree. Y, al final del día, en esas mesas convergen todos los que aman a esta isla y buscan maneras de que se ponga en marcha su mejor versión de país en momentos cruciales de cambio. El proyecto que nació para propiciar una ordenada discusión de ideas, otorgándole primordial importancia a la voz ciudadana, celebró diez años de labor con un acto en la sede del Tribunal Supremo, al que asistieron colaboradores. Una década de trabajo ininterrumpido separan su gestión de la categoría de “experimento”.
Scuba Dogs Society mantiene una consistente labor para mantener en óptimo estado nuestras costas y para que la naturaleza sea respetada. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Excusa número 1: “Yo vengo a la playa a descansar, no a limpiar”. Excusa número 2: “Gracias a que yo dejo basura, hay gente que tiene trabajo limpiando playas”. Excusa número 3: “¿Cuál es el empeño de llevarse la basura si la naturaleza se encarga? Cuando tú regresas por la mañana, ya la marea se llevó las botellas vacías”. Si alguien duda del impacto negativo de la basura en el hábitat natural, solo mire el dilema de este cobito. Foto / Suministrada Les presentamos tres de las excusas que ofrecen algunos residentes de este país, quienes no tienen reparo al tirar o ver basura en ríos, playas, estuarios, litorales, quebradas, entre otros cuerpos de agua y sus alrededores. Predominan las colillas de cigarrillo y las botellas plásticas, pero igualmente hay diversos desperdicios en forma de latas de aluminio, botellas de cristal, bolsas plásticas o carbón. La lista es larga. Para Scuba Dogs Society, el brazo filantrópico de la escuela de buceo Scuba Dogs, limpiar estos cuerpos de agua -armados de sus capitanes y voluntarios alrededor de la isla- es igual de importante que los eventos que diseñan para cambiar mentalidades como las descritas anteriormente. Cuando se entiende que el buen estado de esos recursos naturales no es infinito y se comprende verdaderamente el impacto que tiene la basura que nunca se degrada en el agua, se gana otro adepto a la causa. El mensaje es simple: las costas son nuestras y nuestra es también la responsabilidad de conservarlas para garantizar su disfrute y tener, como resultado, una mejor calidad de vida.
La Cruz Roja Americana apoya a familias que mensualmente pierden todo a causa de fuegos y conectan militares con sus familias en caso de emergencia. Redescubre en esta historia la organización que pronto celebra su 125 aniversario. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé "Para mi trabajar en la Cruz Roja es un privilegio", dice Lee Vanessa Feliciano, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro. Foto / Javier Del Valle Pensar en la Cruz Roja Americana, capítulo de Puerto Rico, es invocar imágenes de emergencias provocadas por huracanes o pensar en colecciones de sangre para transfusiones. Pero si amplías esa misma imagen, notarás que la labor de esa organización que pronto cumple 125 años en Puerto Rico incluye apoyo a familias en desastres silenciosos como los 295 fuegos que anualmente consumen viviendas en nuestro suelo o la notificación a las autoridades militares de situaciones que requieran la urgente presencia de un soldado en casa. La organización humanitaria es conocida por todos. ¿Sabemos todo lo que hacen? “Principalmente piensan en esas dos cosas, y eso es parte importante de lo que hacemos, pero no es todo. Si pensamos en cómo se crea esta organización, surge a base de una necesidad en momentos de guerra”, explica Lee Vanessa Feliciano, directora ejecutiva desde hace seis años de la organización sin fines de lucro. Militares heridos que necesitaban socorro, al igual que sus familias, fue el detonante tanto en Suiza como en Estados Unidos. En este último país se creó bajo un mandato congresional que dicta dar servicios a familias cuando hay desastres en la comunidad y comunicar a militares con sus familias en momentos de emergencia.