La organización regresó a sus misiones originales y, además de la comida que sirven en su sede, llevan almuerzo a zonas con personas en dificultades. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Gracias a donaciones, la "multiplicación de los panes" sucede con frecuencia en la Fondita de Jesús pero luego del huracán María, el milagro se ha convertido en la norma. La organización santurcina que provee alimentos a personas sin hogar y los apoya en su reinserción a la sociedad, vio aumentar el número de personas que se acercaba a sus comedores en busca de un plato de comida caliente gratuito.
¿Quiénes? Puertorriqueños de todas edades que han contribuido en investigaciones científicas y también han hecho las suyas durante el programa Ciudadano Científico que coordina Para la Naturaleza. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Las aves, los ríos, las costas y los murciélagos se sintieron observados. Miradas inquisitivas y maravilladas posaron sobre estos los participantes del programa Ciudadano Científico que gestiona la organización sin fines de lucro Para la Naturaleza. Su contribución al trabajo investigativo que realizan distintos expertos ha resultado fundamental para ambas partes: la que se nutre del apoyo de un ciudadano activo y la que aprende teoría y práctica en un salón al aire libre.
Conoce algunos de los participantes del programa Ciudadano Científico que coordina la organización Para la Naturaleza y hasta dónde los ha llevado su interés por la ciencia. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Héctor Rivera ha logrado compartir su experiencia en el programa Ciudadano Científico en foros especializados en Estados Unidos. Foto / Suministrada Olvide aspectos como la edad, lugar de residencia o situación económica. Vamos en busca de otra cosa. Pensemos mejor, ¿qué motiva a una persona a dejar atrás lo conocido para saber sobre lo desconocido? El deseo de aprender es la respuesta que se impone.
Con un innovador currículo que potencia el liderazgo y la transformación social, comenzó el año escolar en la Escuela Elemental Emilio del Toro y Cuebas del Caño Martín Peña. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La directora escolar Nancy García Ortega confía en la cosecha que recogerán al concluir el semestre en mayo, luego de que los estudiantes se expongan al nuevo currículo. Foto / Javier Del Valle La actividad más sencilla no podía llevarse a cabo: columpiarse. Lo que la dificultaba era que, luego de años sin columpios, ahora había tres disponibles para 140 estudiantes entre kinder y quinto grado. El primer día de clases ardió troya porque todos querían estrenarlo a la vez. Ante la petición de ayuda de una llorosa niña de kinder, Alejandro Cotté Morales, director de Participación Ciudadana y Social del Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña, sugirió –a los interesados y a los indiferentes- que hicieran una fila para usar los columpios. “Está bien, míster”, acordaron. Poco después Cotté recibió el reporte. “Míster, hicimos tres filas, una frente a cada columpio, y lo tenemos por tiempo. Son 30 segundos, míster, pero lo llevamos suave”, le contó un alumno sobre la solución modificada según la necesidad colectiva.