Su mayor tesoro, y así lo cuentan, es poder servir a sus participantes con amor y paciencia y acompañarlos a ser su mejor versión posible. Aquí el Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio (PECES) comparte las claves para no perder el buen ritmo. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Viaje en el tiempo treinta años atrás. Piense en una casa poco acondicionada, construida en el 1932 y situada en la calle La Marina de Punta Santiago, en Humacao. Ella albergaría el deseo de una comunidad de acompañar a otros a crecer saludablemente, a descubrir sus talentos y a desarrollarlos. El empeño que contagiaba la Hermana Nancy Madden sobraba, los recursos económicos no. "No había nada más y Nancy nos dijo, 'por ahí vamos'. Irónicamente, estábamos al lado de dos o tres lanchas. La experiencia de PECES es que siempre tenemos que estar listos para cuando el mar este planito y para cuando esté en zozobra. Nosotros, como buenos peces, hemos ido navegando contra la corriente todo el tiempo. Nancy nos enseñó que lo que está establecido no siempre está basado en la necesidad del prójimo y ayudar al otro es lo nuestro", sostiene José Javier "Gapo" Oquendo, actual director ejecutivo del Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio (PECES), que sirve a 30 mil personas en 15 pueblos de la zona este de Puerto Rico.
Sus viajes, colegas, profesores e influencias quedan consignadas en la muestra Francisco Oller y su mundo transatlántico, que todavía se exhibe en el Museo de Arte de Puerto Rico. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Sentir que eres un testigo silencioso de los viajes que marcaron profesionalmente a uno de nuestros pintores más reconocidos en el siglo XIX, Francisco Oller y Cestero, es uno de los resultados de pasear por la Sala Miguel Antonio Ferrer del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), situado en Santurce. Seguir el laberinto que proponen sus paredes de variados tonos vivos te permite apreciar la muestra El Impresionismo y el Caribe: Francisco Oller y su mundo transatlántico que arriba a la Isla diseñada por Richard Aste, curador de arte europeo del Brooklyn Museum, y Edward Sullivan, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Nueva York.
Los hijos son esponjas e imitan. El modo en que enfrentes la quemadura de algún integrante de tu familia, afectará la forma en que este encare su proceso Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Suceden con tanta rapidez y en entornos tan cotidianos que cuesta creer luego el impacto devastador que tiene el fuego en los cuerpos de sus víctimas. El tiempo alivia heridas físicas y emocionales si se busca la ayuda adecuada para toda la familia, según han podido constatar en la Fundación para Niños Quemados, A-Mar. Cristian tiene una hermosa sonrisa y una mirada alegre. Es tímido y pausado. Recibe besos y abrazos cuando arriba a la oficina de la fundación en Hato Rey, acostumbrado al cariño constante. Está con su mamá, Denisse Colón, quien relata cómo cambió la vida de la familia en el año 2010. Ya Cristian tiene siete años, acude a la escuela elemental y lleva una vida normal. Parte de su rostro y de su cabeza recibió un baño de aceite caliente cuando apenas tenía año y medio de edad. Estaba al cuidado de su abuela, quien había terminado de freír, había apagado la estufa y había abandonado la cocina. El entonces bebé entró tambaleando con su caminar de principiante y chocó contra la estufa. El impacto hizo que se derramara el sartén con aceite.
La Fundación A-Mar capacita informadores para que el mensaje de prevención de quemaduras se aferre en entornos familiares, escolares y médicos. Conoce otros servicios que ofrecen. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Si una razón fuera requerida para la existencia de A-Mar, Fundación para Niños Quemados, no hay que dar muchas vueltas para encontrarla. "Porque ningún niño nace quemado", explica con una sonrisa Bonnie Guzmán Enseñat, presidenta fundadora de la organización nacida hace seis años y que tiene como metas principales la prevención de quemaduras en entornos domésticos y la mediación para que sus participantes reciban el tratamiento adecuado en el Shriners Hospital for Children en Boston. El año pasado viabilizaron la atención de 33 casos. Una quemadura es una lesión por calor o frío y ocasiona un daño que puede provocar desde un simple enrojecimiento hasta la destrucción total de los tejidos, según se define en un comunicado de prensa del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, casi el 75% de las quemaduras en los niños pequeños son causadas por líquidos calientes o vapor. Otro 20% se consideran quemaduras de "contacto", ya que resultan de tocar un objeto caliente como una plancha de ropa o un aparato para el cabello. Niños y jóvenes quemados no son casos excepcionales en nuestra isla. Cifras provistas por el RCM arrojan que entre el año 2010 y el 2015 se atendieron 930 niños con quemaduras en el Hospital Pediátrico Universitario, en su mayoría menores de cuatro años (solo en el 2015 se vieron 167 casos). Un 70% tuvo que ser hospitalizado.
Sin miedo a equivocarnos, podría decirse, que una de las principales riquezas de Puerto Rico está en nuestra cultura y en la creación. Somos un archipiélago pequeño en sus dimensiones territoriales, pero inmenso en materia de creatividad. Nuestros artistas en todas las disciplinas dan fe de ello. Cineastas, artistas plásticos, bailarines, actores, escritores, cantantes y músicos se han destacado en el mundo entero. Nuestra música siempre ha estado íntimamente ligada al idioma español, nuestro vernáculo, y ha sido una gran promotora de nuestra cultura. Son muchos los que han bailado al son de ella y han acogido nuestras artes que tanto fortalecen la identidad como pueblo. Por ello, para todos los puertorriqueños, es motivo de gran alegría y orgullo la celebración en nuestro país del Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE 2016). Nos sentimos honrados y entusiasmados de recibir en nuestra isla a cientos de amantes de la palabra de distintos países de Hispanoamérica. Somos un país que siempre ha estado en contacto con otras lenguas y que, a su vez, ha defendido el uso del español a lo largo de toda nuestra historia. En Puerto Rico amamos, sentimos y pensamos en español. Es en español que contamos nuestras historias y es en español que imaginamos los muchos futuros posibles. Actualmente, vivimos tiempos difíciles. Por esa razón, sabemos que en lugar de colgar los guantes, hay que dar la batalla e invertir en lo que verdaderamente es importante: nuestro acervo cultural y nuestra conexión con el mundo. En la Fundación Ángel Ramos estamos comprometidos con este esfuerzo y nos honra formar parte de tan importante evento. Celebremos nuestra lengua materna y que comience esta gran fiesta del idioma español. Licenciado Rafael Cortés Dapena Presidente Fundación Ángel Ramos