Un ejército de cuatro mil niñas escuchas mantienen sólido el movimiento escutista en Puerto Rico. Se buscan voluntarios que formen más líderes. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Piense en una cadena formada por muchas manos entrelazadas. Son manos de niñas. Niña a niña se cambia una comunidad, una ciudad, un país. Nuestro país. El Concilio caribeño de niñas escuchas, conocido como Caribe Girl Scouts Council, se ha ocupado desde hace 93 años en Puerto Rico de inculcar en las mentes y corazones de sus integrantes valores como amor, respeto, solidaridad y, especialmente, liderazgo. Hay programas y servicios desde el grado kínder hasta cuarto año que se distribuyen entre los niveles Daisies, Brownies, Juniors, Cadettes, Seniors y Ambassador. Cuando se llega a los últimos dos mencionados, las participantes pueden someter un proyecto que resuelva un problema en su comunidad siguiendo siete pasos preestablecidos. Los resultados obtenidos las llevan a recibir medallas de bronce, plata y, la más codiciada, de oro. El organismo local forma parte de los 112 concilios en los que Estados Unidos ha dividido su mapa. Aquí contamos con 4 mil niñas escuchas. Cambiar lo que amerita cambio es una misión constante.
La Carlos Beltrán Baseball Academy, en el pueblo de Florida, permite a jóvenes de escuela superior refinar destrezas en el béisbol y en la escuela Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El programa escolar se divide entre académico y deportivo. El deportivo consta de prácticas intensivas. Una goma de camión- suspendida del techo con una soga- recibe batazos sin misericordia. El sonido agudo que produce el metal contra la rueda se repite consistentemente porque el bateador continúa haciendo swings y castigándola. La caja de bateo en la Carlos Beltrán Baseball Academy (CBBA), ubicada en el municipio de Florida, parece una gran jaula. El calor del mediodía acribilla, pero los jóvenes que están a punto de culminar la jornada deportiva de la mañana parecen ignorarlo. Escuchan recomendaciones de sus entrenadores, de la sicóloga clínica que los asiste y vuelven a la carga con esa relación estrecha que tienen con el bate y la bola.
La posibilidad de "comprar" por dos años una butaca en el Cine Teatro Fundación Ángel Ramos del Centro Criollo de Ciencia y Tecnología es real mediante una nueva campaña de recaudación Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Por dos años, butacas del Cine Teatro Fundación Ángel Ramos podrían ser suyas. Lo permitirá la campaña de recaudación de fondos, "Tome asiento", que el Centro Criollo de Ciencia y Tecnología (C3tec) en Caguas lleva a cabo en estos meses para mantener vivo el funcionamiento del espacio educativo. Niños en acción en el laboratorio de Biología. La presentación de la campaña fue realizada el pasado sábado, 20 de agosto, en las instalaciones del centro situado en la calle Gautier Benítez #59 de la ciudad criolla. Una placa identificará cada butaca "comprada" con el nombre del donante. Los auspicios varían en cantidad: $2,500 en una butaca de primera fila, $1,000 en las de la segunda y tercera fila y $500 de la cuarta fila en adelante.
La musa sorprende trabajando. ¿Qué le dijo a los artistas de la colectiva Bienal SalaFAR al crear las piezas exhibidas? Irene Esteves le contó al público durante su visita guiada por la muestra Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Irene Esteves, historiadora del arte e integrante del Comité de Selección de SalaFAR, ofreció el segundo recorrido guiado como parte del programa educativo de la colectiva Bienal SalaFAR. "A mayor conocimiento, mayor disfrute". Bajo esta premisa transcurrió el recorrido que la historiadora del arte, Irene Esteves, brindó a través de la colectiva Bienal SalaFAR, abierta al público en la Galería Bertita y Guillermo L. Martínez del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) en Santurce. Bienal SalaFAR reúne un escogido de 28 piezas que muestran lo que se ha presentado en la Sala de Exposición de Arte Fundación Ángel Ramos, en su edificio sede ubicado en Hato Rey. El curador de la muestra fue Juan Carlos López Quintero, curador del MAPR. Una treintena de personas asistieron al recorrido que se inserta en el programa educativo de la exposición y que contempla eventos para espectadores de todas las edades. Esteves, que al momento es profesora en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, y además integra el comité de selección de obras de SalaFAR, relató la historia de dicha sala. Mencionó que era una antigua área de trabajo del periódico El Mundo, localizada entre el vestíbulo del edificio principal y la cafetería. "Hoy la atraviesan personas de distintas compañías que trabajan allí y expone la obra que exhibe a un espectador que quizás no está relacionado con el arte", describió.