El Centro para el Desarrollo del Voluntariado en Puerto Rico fue el anfitrión del simposio El panorama del voluntariado en Puerto Rico, celebrado en la Universidad del Sagrado Corazón Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Integrantes de organizaciones sin fines de lucro pidieron orientación sobre cómo mejorar su relación con sus voluntarios. Son un grupo amplio, heterogéneo, silencioso y, muchas veces, poco valorado. Componen el 10% de la población boricua, según datos suministrados por Estudios Técnicos, pero todavía al país se le escapan los posibles escenarios en que el voluntariado puede maximizar sus ofrecimientos y mejorar su calidad de vida. ¿Cómo lograrlo? Estrategias y sugerencias fueron compartidas durante la celebración esta semana del primer simposio El panorama del voluntariado en Puerto Rico, celebrado por el Centro para el Desarrollo de Voluntariado en Puerto Rico (CDV) en la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce. Como conferenciantes participaron Mónica de la Peña, investigadora del tema; Anitza Cox, directora de la División de Análisis y Política Social de Estudios Técnicos; Samuel González, presidente de Fondos Unidos; Marilis Cuevas, psicóloga industrial; y Doris Báez, presidenta del CDV.
Video :: Carlos Álvarez Lara SER de Puerto Rico ha participado en todas las ediciones del Premio Tina Hills y al fin este año logra ganarlo. El camino a merecerlo, opina su directora Nilda Morales, los llevó a llegar a su más alto nivel de desarrollo posible. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización ganó el premio este año? Pienso que finalmente fuimos capaces de evidenciar el impacto de nuestros servicios, no solo en los participantes que atendemos, sino en los ciudadanos que componemos este escenario que llamamos Puerto Rico. 2-De todas esas fortalezas, ¿cuál le enorgullece más? La autoestima de nuestros participantes. Ellos se saben perfectos, saben que las bendiciones que le rodean son mucho más que las dificultades. Esa autoestima es lo que te vitaliza. Es tú poder ver la capacidad de un ser humano de desarrollarse al máximo por encima de cualquier adversidad.
Aunque se trabaja por ella a diario, el Proyecto Niños de Nueva Esperanza vela celosamente por la tranquilidad y el bienestar de la comunidad a la que acompaña. Por eso debutó como finalista al Premio Tina Hills 2016 y su directora, Ivonne León, habla sobre las implicaciones de esa nominación. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año? Niños de Nueva Esperanza es un modelo único en Puerto Rico de efectiva inserción comunitaria. Hace 17 años, liderados por Ángel Darío Carrero (QEPD), un grupo de frailes franciscanos se mudó a vivir dentro de uno de los sectores más pobres y violentos de Sabana Seca. Durante ese acompañamiento, conocieron las necesidades y fortalezas de la comunidad y decidieron enfocarse en los niños. Comenzaron atendiendo el rezago académico con tutorías, el hambre con meriendas y subvencionando sus esfuerzos con el menudo que donaban individuos o negociantes de la zona. Al presente, Niños de Nueva Esperanza ha impactado a más de 5,000 participantes por medio de 22 programas alternativos. Ha logrado paz y desarrollado la comunidad de Sabana Seca fortaleciendo a las familias mediante el impulso de la autosuficiencia económica de las mujeres y el desarrollo integral de los niños y niñas en los que se promueven sus dimensiones sociales, emocionales, espirituales y culturales.
El potencial de una niña educada en valores de servicio e igualdad no tiene límites en la filosofía de Caribe Girl Scouts Council, organización que se estrena como finalista al Premio Tina Hills 2016. Ness Marie Tollinche conversa sobre las expectativas. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año? Caribe Girl Scouts Council es la organización líder dedicada a promover e inculcar los valores cívicos y ciudadanos en las niñas. Nuestra misión es ayudar a las niñas a desarrollar el valor, la confianza en sí mismas y los principios para hacer del mundo un lugar mejor. En una sociedad en la que se ha ido perdiendo la enseñanza de valores morales, éticos y cívicos, cobra mayor relevancia el fomentar e impulsar en nuestra juventud el regreso al respeto, la hermandad, laboriosidad, honestidad, humildad, bondad, solidaridad y generosidad. Nuestra organización a través de los diferentes programas ofrece a las niñas oportunidades para desarrollar habilidades para el liderazgo, mejorar la autoestima y civismo, a la vez que se divierten y hacen amistades. 2-De todas esas fortalezas, ¿cuál le enorgullece más? De todas las fortalezas la que más nos enorgullece es la credibilidad y seriedad de nuestra organización. Somos el único programa de liderazgo exclusivo para niñas, así como el ser una organización inclusiva, que no discrimina por religión, nivel social, cultural u orientación de género.
Taller Salud ha sido varias veces finalista al Premio Tina Hills y está confiada en que ganará el galardón en algún momento. Así lo confiesa su directora, Alana Feldman. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé 1-¿Por qué considera que su organización fue finalista al premio este año? Mi primer instinto es responder "porque nos lo merecemos", pero se que así también se lo merecen muchas entidades comprometidas que trabajan para construir un mejor Puerto Rico. Me gustaría pensar que fuimos finalistas porque el comité de selección reconoció la creatividad, innovación y valentía que el personal de Taller Salud dedica al trabajar temas controversiales en espacios comunitarios. Nuestro trabajo es acompañar a mujeres de todas las edades en un proceso individual y colectivo de autoconocimiento y construcción de destrezas de autoeficacia sobre el propio cuerpo. Es el trabajo de identificar y ganarse la confianza de aquellas personas en más alto de riesgo en un acto de violencia, aún ante el peligro que eso representa al personal mismo; el trabajo de reconocer el trauma silente en menores de edad; el trabajo de fortalecer y fomentar capacidades multiplicadoras en personas que han vivido opresión racial, sexual y económica; el trabajo de ayudar a hombres y mujeres a confrontar y deshacer los estereotipos de género que aprendemos y reproducimos, a pesar de que cargamos el daño que nos ha hecho y las limitaciones a las que nos amarran...