La discapacidad intelectual en distintos niveles no interfiere en la aspiración a una vida digna en el Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La empinada cuesta era lo que seguía. Antes de que fuera donada al Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico, la amplia finca en Bayamón que hoy lo alberga marcaba el fin de un camino llano para comenzar la subida. Ante la cantidad de accidentes en la carretera que ocurrían frente a ella, sus dueños construyeron un altar a la Virgen de los Milagros ante el que devotos de la zona se reunían para implorar protección tanto para los caminantes como para los conductores. La imagen continúa en el mismo lugar y, discreta, observa el trajín que desde el 1949 tiene lugar en la finca que hoy es sede del centro de base comunitaria que brinda servicios a niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual leve, moderada y severa. Si de brindar protección se trata, ahora suma en su cuido a los 123 participantes del lugar, 93 de los cuales allí viven. El "Instituto" es su hogar. "El espíritu del Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico es de familia, de amor, de paz para esas familias y para los participantes. Para los padres es una tranquilidad saber que, si ellos faltaran, pueden tener a sus hijos en un lugar donde no les faltará nada, eso lo vivimos día a día", describe Milagros Vargas, directora ejecutiva de la entidad.
El segundo de varones y el primero de damas, ambos en Bayamón, se suman a los hogares comunitarios que administra la institución Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé "Uno se siente súper orgullosa, contenta y motivada", confiesa Milagros Vargas, directora ejecutiva del Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico. Habla de los dos nuevos hogares comunitarios que inauguró la entidad, uno para damas en la urbanización Jardines de Caparra y uno para varones en la urbanización Villa España, ambas en Bayamón. De este modo, ya son tres los hogares de este tipo que administra el Psicopedagógico, centro fundado en el 1949 que brinda servicios a niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual leve, moderada y severa. Cuenta con 123 participantes, 93 de ellos viven en la sede principal en Bayamón y 18 están distribuidos entre los tres hogares mencionados.
Al cuidado de mentores que guían el programa piloto Asesores Financieros Universitarios, estudiantes de Contabilidad ayudaron a encaminar las finanzas de algunas entidades del Tercer Sector Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Andrea Tavárez Torres tiene 20 años y vive en Isabela. Cuando visitó la pasada Convención del Colegio de Contadores Públicos Autorizados de Puerto Rico, celebrada en el Hotel El Conquistador en Fajardo, llamó su atención el espacio promocional de Asesores Financieros Comunitarios, organización compuesta por profesionales de las finanzas que encaminan a entidades pertenecientes al Tercer Sector hacia la sustentabilidad económica.