El programa está fundamentado en los valores del compañerismo, perseverancia, honestidad y diversidad Por Ana Castillo Muñoz OENEGÉ No es formar a un nuevo Campeche, ni a un experto en el impresionismo puertorriqueño. Tampoco un curador de arte o un museólogo. La idea es otra. Más bien ronda en educar, en comunicar, en conversar, en compartir e intercambiar conocimientos a través del arte. El propósito del programa de educación preescolar Integración de las Artes Visuales Puertorriqueñas al Currículo Preescolar del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) es insertar el Museo al centro preescolar a través del empleo de las artes en las prácticas apropiadas de la enseñanza. Además, de fomentar el proceso creativo a través de actividades que integran las artes visuales puertorriqueñas en el ambiente educativo.
Las maestras y maestros que han tomado los talleres de arte del MAPR aseguran que su trabajo como educadores cambió después de los cursos Por Ana Castillo Muñoz OENEGÉ Las técnicas van cambiando con el tiempo. Eran las crayolas, los marcadores y las témperas los utensilios artísticos que solían dar color y forma a la imaginación de un niño. Hoy, la acuarela, el grabado, el estampado, la pintura acrílica y los valores trazan una línea para una educación preescolar diferente. La clave no está en las herramientas ni las técnicas de pintura. La clave está en la integración de los valores, quizás, como instrumento artístico-educativo. Eso cree, la maestra a nivel preescolar Aida López Genera, sobre el programa Integración de las Artes Visuales Puertorriqueñas al Currículo Preescolar del Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR).
Por Ana Castillo Muñoz OENEGÉ Es su familia. La historia del mangó. El recuerdo. La añoranza. Todo eso en piezas tridimensionales que representan el crecimiento, el fruto, la reproducción y la semilla. En un esfuerzo por recordar su infancia y sentirse cerca de su hogar, mientras estudiaba artes en el exterior, la artista Beatriz Martí comenzó a plasmar rastros de las semillas de mangó que tanto veía por su casa cuando era niña. Al inicio incluía diminutas piezas en forma de mangó en los murales que hacía para las tareas de la universidad. Al regresar, aquellos detalles salieron de las obras. Así nació la serie Semillas flotantes, que es parte de la exhibición en cerámica Colecciones en barro que se presenta hasta mediados de mayo en la Sala de Exposición de Arte de la Fundación Ángel Ramos, mejor conocida como SalaFAR.
La compañía de danza contemporánea fue uno de los tres finalistas del Premio Tina Hills 2014 Por Ana Castillo Muñoz OENEGÉ No es llegar primero. Es generar cambios. Es producir en equipo, en comunidad. Hace 15 años emprendieron para trabajar con esa idea bajo las zapatillas. Hoy la compañía de danza contemporánea, Andanza, celebra que cada una de las piruetas dadas va de la mano con aquellas comunidades que necesitan de ellos. Para ellos, servir a la sociedad es parte de su misión, de sus diversas personalidades, de su esencia."Ayudar a la comunidad es nuestro propósito. Uno se siente súper orgulloso y satisfecho cada vez que llega a una comunidad y esos nenes te reciben como si fueras su familia, vienen corriendo a abrazarte y, sobre todo, cuando llevas tiempo y ya te conocen. Eso es bien lindo", expresó María 'Lolita' Villanúa, directora artística y ejecutiva de la Compañía.
La organización, ganadora del Premio Tina Hills 2014, lleva 47 años en la Isla trabajando con niños y jóvenes. Por Ana Castillo Muñoz OENEGÉ Lleva toda una vida siendo de la comunidad y toda una vida sirviendo a ella. Tenía ocho años cuando Eduardo Carrera Morales entró aquel centro por primera vez. Corría en pantalones cortos, playeras y zapatos deportivos. Hablaba con los amigos y participaba de las actividades que allí se ofrecían. Hoy hace mucho más que eso. Sus horarios cambiaron completamente. Antes, cuando apenas era un niño llegaba en las tardes ―después de salir de la escuela― al Boys & Girls Clubs de Puerto Rico (BGCPR) en el residencial público Las Margaritas en Santurce, pero ahora, su trabajo y compromiso como director ejecutivo de la organización ameritan que desde temprano inicie sus labores. En una de esas mañana en que llegó a la rutina de la oficina recibió una llamada de la Fundación Ángel Ramos (FAR) informándole que habían sido los ganadores del Premio Tina Hills 2014 por Servicio a la Comunidad. La noticia fue una "mezcla de sentimientos". Con la llamada llegó ese reconocimiento a su trayectoria y labor social al que por años habían aspirado. Sin embargo, al mismo tiempo, la distinción trajo consigo un momento de reflexión y de hacerlos pensar en "qué es lo que realmente es importante para nosotros".