¿Tienes dudas sobre cómo llenar el Censo 2020? Por Redacción Oenegé Estamos contra el reloj. Todos los que vivimos en Puerto Rico debemos llenar el Censo 2020, puesto que saber cuántos somos y qué edades tenemos, entre otros aspectos, permitirá al gobierno federal trazar sus planes de desarrollo en áreas como educación, salud o infraestructura, durante los próximos diez años. Es fundamental para nuestras familias y comunidades levantar la mano para ser contados, de modo que sus necesidades sean contempladas en futuros proyectos. Responde al Censo 2020.
Conoce la labor de esta organización que al momento mantiene su programa de Compras solidarias en el casco urbano de Caguas. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Giovanni Roberto Cáez entrega una de las compras siguiendo el sistema de turnos por hora que evita la aglomeración de personas. Guiadas estrictamente por la hora que se le asignó, personas de distintas edades se acercan al estacionamiento del futuro Centro de Apoyo Mutuo en Caguas, edificio situado en la calle Vizcarrondo del casco urbano cagüeño. A partir de las 10:30 a.m. comienza la entrega de compras solidarias, una de las iniciativas de la organización Comedores Sociales de Puerto Rico, que cuenta con Giovanni Roberto Cáez como uno de sus gestores. Desde temprano, voluntarios traen los alimentos -no perecederos y locales- para organizar las bolsas de compra que serán entregadas. Antes de eso, las personas necesitadas se comunicaron con la organización y se le realizó una entrevista para determinar su nivel de necesidad y conocer el núcleo familiar. Al recoger la compra deben presentar una identificación que valide sus datos. “Las personas que se acercan a buscar comida también buscan respeto, dignidad, alguien que los escuche”, afirma Roberto a Oenegé. “Con las compras solidarias, la gran mayoría son mayores de 45 años -entre un 60 a 70% de las personas- son adultos en edad productiva con algún dependiente y están buscando alimentos para ellos y para las personas en su núcleo familiar”, describe. Este es el único programa que al momento la organización mantiene activo durante la pandemia. Todos sus esfuerzos están dirigidos a habilitar la deteriorada estructura que albergará el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas, que acondicionan, mayormente, con donaciones privadas. De igual manera, opera la iniciativa de compras solidarias. “Empezamos en el 2017, después del huracán María, y las posibilidades se abren cuando estamos en medio del trabajo de emergencia porque estamos buscando que tenga un mayor equipo y alcance. En ese sentido, estamos trabajando el voluntariado y buscando los recursos para terminar su reconstrucción”, dice sobre el espacio que cuenta con 2,400 pies cuadrados. Las ambiciones con el espacio son muchas: cocinar, servir, almacenar comida. “Y ser un espacio multiuso que tenga desde la sala de reuniones hasta un salón de juegos”, comenta Roberto. “La verdad es que la mayoría de los recursos de dinero que están llegando son personas individuales que donan a través del ATH móvil. Nosotros aprovechamos bien lo que llega para adelantar el proyecto en su complejidad. A veces recibimos de una organización en Boston, de donantes individuales y de nuestros propios esfuerzos con la Cocina Rebelde”. “… cuando uno tiene éxito combatiendo el hambre pues el proyecto crece”. Pero la Cocina Rebelde, una cafetería ubicada en la avenida Gándara, cerca de la University High School (UHS) y de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, está cerrada a causa del coronavirus. LOS INICIOS La UPR ha servido de espacio experimental para Roberto. Oriundo de Caguas, en el 2012 el líder comenzó a “jugar con la idea” de enfrentar el tema del hambre en la isla. “Y ya en el 2013 se hizo realidad el empezar a trabajar algo con la comida. La verdad es que fue bien instintivo, tampoco es que había un plan o un proyecto como el que tenemos ahora”, dice. Lo que surgió en aquel momento fue el Comedor Social Universitario, donde de lunes a jueves servían 120 platos diarios. “Se hizo claro que se podían hacer otras cosas, que la crisis iba a empeorar y yo no quería seguir trabajando en el sitio donde estaba así que me aventuré a intentar sobrevivir y en el proceso descubrí que la comida era algo mucho más importante de lo que yo estaba viendo. ¿Por qué? Porque había mucha hambre, mucha más de la que yo esperaba, por eso tuvimos éxito, lo que yo no esperaba que fuera a pasar, y cuando uno tiene éxito combatiendo el hambre pues el proyecto crece. Empezamos con 20 ó 30 platos, era un experimento en Sociales y frente a Humanidades y después de un año me quedé con Sociales”, explica sobre las sedes de las facultades del recinto riopedrense de la UPR en las que nació la iniciativa. Cocina Rebelde aspira a ser una marca que les permita “desarrollar el proyecto social para no pasar el problema monetario que estamos pasando ahora”. “Seguimos siendo una organización que está casi en cero, la entrada de dinero no es algo constante. Tenemos mucha esperanza en la cafetería en Río Piedras, porque le ha ido muy bien, pero la realidad de la pandemia nos cambió el modelo. Por eso agradecemos que más gente pueda conocer el proyecto para que siga creciendo”, culmina Roberto. Si necesitas recibir una Compra solidaria, puedes llamar a los siguientes números: 787-329-7479, 787-228-0560, 787-702-0053 o al 939-642-4602. Para colaborar con el proyecto como voluntario o hacer donativos, comunícate al 787-384-6973. Más información: Facebook/ Comedores Sociales de Puerto Rico Fotos Javier del Valle
La organización ofrecerá talleres gratuitos de ciencias virtuales durante el mes de agosto, dirigidos a maestros de nivel elemental e intermedio. Por Redacción de Oenegé El Observatorio de Arecibo busca maestros en Puerto Rico de nivel elemental e intermedio para participar de talleres virtuales de ciencias durante el mes de agosto, como parte del programa STAR Teacher. Los talleres están enfocados en química, biología, nanotecnología y ciencias espaciales. Debido a la situación que nos enfrentamos con el COVID-19 y como parte de la misión de contribuir de manera activa en la educación de Puerto Rico, el Observatorio de Arecibo desarrolló la iniciativa para maestros, “STAR Teachers at Arecibo”. Con el fin de complementar el material ofrecido por los(as) maestros(as) en estas áreas STEM, el Observatorio ofrece a un total de 240 maestros la oportunidad de ser parte de la historia del radio-radar más poderoso del mundo. Los maestros podrán elegir todos los talleres que deseen. Los mismos estarán divididos en nivel elemental e intermedio. Al completar los talleres, recibirán un certificado de horas contacto donde se indicará la materia y el nivel seleccionado. Además, obtendrán un módulo educativo corto que incluye actividades y pruebas cortas, donde se resume el material presentado. “Estos talleres virtuales tienen el propósito de complementar el trabajo que realizan los maestros a través de actividades sencillas que puedan recrear en la casa o en el salón de clase”, destacó Abniel Machín, director ejecutivo del Centro de Ciencias y Visitantes. “La primera edición de STAR TEACHER nos mostró que hay genuino interés de parte de los docentes en buscar alternativas de enseñanza y estos talleres buscan llenar ese espacio”, agregó. CÓMO PARTICIPAR Los maestros interesados deben completar una solicitud en línea donde deben indicar los talleres que desean tomar; la misma está disponible en http://outreach.naic.edu/ao/star-teachers y en nuestras redes sociales. Los talleres son libres de costo y serán ofrecidos por la plataforma Google Classroom, por lo que es requisito tener una cuenta de Gmail. Para ser seleccionado, debe ser maestro de nivel elemental y/o intermedio y pueden participar tanto maestros del sistema público como privado. La fecha de inscripción será del 22 de julio hasta el 2 de agosto y tendrán hasta el 21 de agosto para completar los talleres. El programa STAR Teacher es una iniciativa del Centro de Ciencias y Visitantes del Observatorio de Arecibo y es administrado por Universidad Ana G. Méndez. El programa está financiado por la Fundación Ángel Ramos. El Observatorio de Arecibo es operado por la Universidad Central de Florida (UCF) en alianza con Universidad Ana G. Méndez y Yang Enterprises Inc., bajo un acuerdo cooperativo con la National Science Fundation (NSF). Si tienes dudas, envía tus preguntas por correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. document.getElementById('cloak20c5d9db27d73eede297ce83a871914a').innerHTML = ''; var prefix = 'ma' + 'il' + 'to'; var path = 'hr' + 'ef' + '='; var addy20c5d9db27d73eede297ce83a871914a = 'machina1' + '@'; addy20c5d9db27d73eede297ce83a871914a = addy20c5d9db27d73eede297ce83a871914a + 'uagm' + '.' + 'edu'; var addy_text20c5d9db27d73eede297ce83a871914a = 'machina1' + '@' + 'uagm' + '.' + 'edu';document.getElementById('cloak20c5d9db27d73eede297ce83a871914a').innerHTML += ''+addy_text20c5d9db27d73eede297ce83a871914a+''; . Para más información, puede visitar la página electrónica www.areciboobservatory.org o accede a la página de Facebook: The Arecibo Observatory.
Quizás disfrutaste sus conciertos en YouTube en estos meses. Aquí repasamos cómo el programa adscrito al Conservatorio de Música de Puerto Rico fue el fiel acompañante de 601 alumnos alrededor de la isla durante esta pandemia. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé En todos los rincones de la isla a los que llega el programa Música 100 x 35, estudiantes practican sus instrumentos durante la cuarentena. Foto / Suministrada Cuando pensaban que siempre se regirían por su metodología grupal, por sus conceptos orquestal y coral, llegó en marzo la cuarentena por COVID-19 a nuestra isla. Por eso el programa Música 100 x 35 se dedicó a ajustar con velocidad su currículo educativo a la metodología individual y, el 1 de abril, retomaron sus labores de enseñanza musical de forma remota. El resultado de la experiencia es evidente en los conciertos que lograron presentar en YouTube, con el apoyo técnico de maestros y administrativos. “En Música 100 x 35 los conciertos son sumamente importantes porque los estudiantes pueden mostrar sus logros, tocar una pieza en un concierto los reta. En mayo siempre se hace uno y ya teníamos fecha en el Teatro Tapia en San Juan, pero tuvimos que cancelar por el coronavirus. Sabíamos que los estudiantes necesitaban la presentación y como tenemos maestros que son tecnológicos, pues nos ayudaron a lograrlo”, cuenta entusiasmada Helen González, directora general del programa Música 100 x 35. Se refiere al trabajo voluntario de profesores como Ángel Figueroa, Arístides González, Luis Fernando Ruiz Pacheco, Noraberth Reyes, Giancarlos Rodríguez, Kimberly García y de la administrativa, Mara Nieves. “Cada estudiante grabó una parte del concierto con su instrumento y nos enviaba el vídeo, en casa tenían una grabación de referencia para dejarse llevar. Después los maestros unieron todos los vídeos en un proceso que duró más de un mes. Ahora en agosto presentaremos un pedazo que no pudimos añadir en los otros conciertos. Fue una mega producción y lo hicimos por los chicos, porque queríamos que se expusieran”, sostiene la directora. LA ANTIGUA ERA GRUPAL Caras felices junto al maestro Rsoelín Pabón durante el ensayo para un concierto el pasado febrero en la Sala Sinfónica Pablo Casals. Foto / Suministrada El programa Música 100 x 35 celebró el pasado mes de febrero -por supuesto, con un concierto- sus primeros diez años de vida. Inspirados en el exitoso programa venezolano, El Sistema, que desde el 1975 comenzó a transformar comunidades desventajadas con los valores de la música, Música 100 x 35 persigue como misión “promover el rescate y desarrollo social a través de la música para niños y jóvenes, en especial a aquellos de escasos recursos”. Está adscrito al Conservatorio de Música de Puerto Rico. A lo largo de diez meses brindan educación musical en tres niveles: Pre-Infantil – de 4 a 7 años; Infantil-Juvenil 8 a 18 años; y Orquesta Sinfónica de la Juventud Puertorriqueña. Con 14 núcleos alrededor de la isla impactaban 700 estudiantes que tomaban cursos de música en escuelas y centros culturales al concluir su jornada escolar. La música les muestra las bondades de la disciplina, el compañerismo y despierta su sensibilidad. La metodología era grupal porque reforzaba los valores que promueven. Hasta que llegó la pandemia. Clases virtuales de música es la realidad en esta cuarentena para los alumnos del programa Música 100 x 35. Foto / Suministrada “Todo el mundo me dijo ‘¿cómo lo van a hacer con una metodología grupal?’. Pero lo hicimos. Coordinadores y supervisores educativos prepararon desde mediados de marzo una nueva metodología individual y, en tiempo récord, el 1 de abril comenzamos el programa virtual”. Solo 601 alumnos pudieron continuar, el resto no contaba con computadora e internet que les permitiera conectarse a las plataformas educativas utilizadas. “Otros eran muy pequeñitos y sus padres prefirieron no exponerlos a las plataformas electrónicas”, aseguró González. “Como no podían tocar todos a la vez, lo hicimos tipo seminario, así que todos los estudiantes tenían que escuchar la ejecución de otro estudiante”. El respaldo de la familia fue fundamental para que las clases funcionaran apropiadamente. González cuenta que los profesores brindaron talleres de afinación de instrumentos a los padres, que además participaban de las clases virtuales para poder ayudar luego a sus hijos en las prácticas. Violín, viola, violonchelo, contrabajo, flauta, oboe, clarinete, fagot, trompeta, trompa francesa, trombón, tuba y percusión son algunos de los instrumentos que aprenden a tocar los participantes. Recuerdos pre- COVID-19: dinámica usual del programa de educación musical en escuelas del país. Foto / Suministrada “Fue beneficioso tener ese contacto con los padres para que ellos vean lo que trabajan sus hijos cuando aprenden a tocar un instrumento. Como no podían tocar todos a la vez, lo hicimos tipo seminario, así que todos los estudiantes tenían que escuchar la ejecución de otro estudiante. El alumno tenía que estar bien preparado para ese momento”, detalla González. Retante resultó la sincronización del sonido, ya que dependía en gran parte de la señal de internet que el estudiante tuviera en su casa. Los maestros se ajustaban a las plataformas que tuvieran los padres y debían escoger piezas individuales para sus alumnos. “Fue súper criollo el proceso, pero se logró mantener la motivación y el interés”. AL DÍA CON LOS TALLERES Los talleres socioeducativos con la trabajadora social Jainies Rivera abordaron temas como el manejo de crisis. Foto / Suministrada Desde hace dos años, el programa Música 100 x 35 cuenta con la trabajadora social Jainie Rivera, que ofrece talleres socioeducativos a padres y estudiantes. “Entre abril y mayo ella brindó talleres a las familias para aprender a manejar crisis o para estar alerta ante conductas de alto riesgo”, enumera González algunas intervenciones. “Eran en vivo y luego se hacían pruebas al culminar cada taller. Esas respuestas nos ayudan a nosotros para reforzar la enseñanza musical con los valores que se necesiten destacar. En nuestro programa la música va a la par con el desarrollo social de los estudiantes”. Las prácticas continuaron de cara a la presentación individual en formato remoto. Foto / Suministrada Ya el Conservatorio de Música determinó que ofrecerá sus clases de manera virtual a partir de agosto. Música 100 x 35 no le teme a un año escolar virtual, ya quedó demostrado el poder de la música en cualquier circunstancia. “La música te cambia la manera de pensar, de hablar, sus valores te transforman y desarrolla muchas otras áreas del estudiante. Todas las comunidades tienen derecho a exponerse a estos beneficios y esa es nuestra responsabilidad”, culmina González. Fotos: Suministradas
Si el gobierno federal tiene una idea clara de cuántas personas habitan en nuestra isla, puede diseñar con mayor precisión las respuestas a las necesidades que enfrentamos. Eso propone el Censo 2020. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Si cinco personas responden al Censo 2020, cinco personas contará el gobierno federal y para cinco personas aprobarán fondos, proyectos e iniciativas a lo largo de la década que acaba de comenzar. Así de sencillo puede explicarse la importancia de llenar el censo dirigido a contar a todas las personas que habitan en Estados Unidos y en sus cinco territorios: Puerto Rico, Samoa Americana, Islas Marianas del Norte, Guam y las Islas Vírgenes estadounidenses. La iniciativa es comandada por la Oficina del Censo de los E.E.U.U., donde se realiza por mandato de ley desde el 1790. En Puerto Rico se lleva a cabo desde el 1910. El resultado poblacional que arroja el censo determina la distribución de fondos federales para estados y comunidades. ¿Cómo afecta tu vida? Las mejoras a escuelas, hospitales o transporte público, entre otras, se determinan según los resultados de ese conteo. La viabilidad o la expansión de nuevos negocios, también está marcada por la información esencial que este instrumento ofrece a profesionales de todas las ramas. En el 2020, el cuestionario puede llenarse de tres maneras: accesando https://2020census.gov/es para utilizar la vía virtual, llamando a la línea en español 844 426-2020 o llenando los papeles que dejaron en tu casa en una bolsita blanca que de forma llamativa dice CENSO y enviándolos por correo en el sobre predirigido incluido en el paquete. La primera fecha límite para cumplir dicha gestión es el 31 de julio. De ahí en adelante, enumeradores del Censo visitarán tu casa para recabar la información o podrás enviarla por las tres vías mencionadas antes de octubre. Gisselle Laffitte, portavoz de la Oficina del Censo en la isla, trabajó en la edición del 2010 en la cual el conteo de habitantes en nuestro suelo fue de 3.4 millones. “Supuestamente esto viene bajando así que, si no nos contamos todos, pues vamos a ser todavía menos”, alertó. “Este es el primer paso para que la economía de Puerto Rico mejore o puede ser el paso para que la economía empeore, si no contestan el cuestionario. Hay que hablar bien claro, esto tiene que ver con dinero, con mejores escuelas, con servicios para todos, especialmente para la gente mayor, hablamos del Seguro Social, de los seguros médicos, de la salud, de los hospitales privados y públicos, de los préstamos que nos dan para comprar las viviendas. Todo depende de la información del censo”, puntualizó. Laffitte puso como ejemplo las ayudas federales que el gobierno ha enviado durante esta pandemia, las cuales han sido canalizadas por agencias gubernamentales estatales o por organizaciones sin fines de lucro, en el caso de comida o efectos de protección sanitaria, entre otros. “Todo eso proviene de fondos federales. ¿Y qué quiere decir eso? Que los fondos federales en Puerto Rico se dan a base del conteo del censo y, si no se hace correctamente, el dinero no va a llegar. Si no nos contamos todos, eso nos va a afectar en todas las ayudas y en todas las emergencias que tengamos de ahora en adelante hasta los próximos diez años. El censo se actualiza en ese término, es un conteo fijo”, dijo. El conteo de la población se realiza por comunidad, por municipio y por la isla completa. Y no solo aspira a contar puertorriqueños, sino a todo el que vive aquí. EXTRANJEROS TAMBIÉN CUENTAN Personas extranjeras que vivan en nuestro país también son convocadas a llenar el cuestionario del censo. “En lo que va a ayudar el censo es en que las personas que vivan en Puerto Rico tengan dinero en el bolsillo. Y no digo puertorriqueños solamente porque queremos contar a todos: a chinos, a dominicanos, a haitianos, a mexicanos, a colombianos, a venezolanos. Todos lo que viven en Puerto Rico deben contestar el censo porque de una manera u otra recibimos esos servicios que viabiliza en las carreteras, en la energía eléctrica, en el agua potable, que son cosas básicas que necesitamos. Situaciones como la pandemia lo demuestran, hubo un dinero que le llegó a todo el mundo, pero fue a base de los datos estadísticos del censo”. Usualmente, algunas personas manifiestan temor ante el cumplimiento de esta responsabilidad ciudadana. Que la información provista sea compartida con otras agencias gubernamentales, lo que resulte en un problema para el individuo, es una preocupación recurrente. Sin embargo, la Oficina del Censo asegura que no comparte sus datos. En su portal se aclara que “por ley, la Oficina del Censo no puede compartir ninguna información que lo(a) identifique a usted, su hogar o su negocio, ni siquiera con la Policía. Su información está protegida bajo el Título 13 del código de los EE. UU.”. Agregan que los empleados de la agencia con acceso a los datos hacen un juramento para proteger la información de por vida y que antes de publicar cualquier estadística del 2020, verifican que cumpla con sus estrictas normas de confidencialidad. “Es totalmente confidencial”, asegura Laffitte. “En ningún decenal ha habido ningún caso en que una persona haya sido extraditada, encarcelada o perjudicada por la información que ofreció en el censo”. Reconoce la portavoz que algunos ciudadanos piensan que la información va a parar a otra agencia “y yo he escuchado en residenciales ‘no me atrevo a poner la cantidad de personas que viven en mi apartamento porque el contrato que tengo se supone que sean menos y puedo perder mis beneficios’”, relata Laffitte. “La realidad es que eso es falso porque la información es puramente datos estadísticos para la economía: no es quién tú eres y qué haces. La información es solo para el censo, por ley es privada y el censo ha sido enfático en cumplirlo”, agrega. La portavoz solicita a las organizaciones sin fines de lucro que concienticen a sus participantes sobre la importancia de ser contados en el censo, como manera de allegar ayudas que les impulsen a sobrellevar el difícil panorama que nos dejan la crisis económica, los huracanes, los terremotos y la pandemia. Nada tienen que perder y mucho tienen que ganar. Fotos: Javier del Valle