En medio de la pandemia, la Casa Protegida Julia de Burgos continúa apoyando a sobrevivientes de violencia doméstica para que aprovechen una segunda oportunidad de vida. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Coraly León Morales, directora de Casa Julia. Ya sean las tres de la tarde o las dos de la mañana el protocolo es el mismo: solo transportada por un patrulla policiaca una sobreviviente de violencia de género podrá llegar a la tranquilidad que le ofrece la Casa Protegida Julia de Burgos. “Es un asunto de seguridad”, explica Coraly León Morales, directora ejecutiva de la organización que ya tiene 41 años de labor. “Desde esa primera llamada que recibimos de la sobreviviente para orientación sobre los servicios, se hace un análisis de peligrosidad para identificar si su vida está en riesgo. Se le orienta cómo funciona el programa de albergue y, si lo acepta, se coordina con la Policía que da la transportación al albergue para que la persona agresora no pueda seguirla. Cuando llega ya ha sido orientada también sobre el contexto de la pandemia en el albergue y se le prepara un cuarto con lo que necesite”, agrega. Lizbeth Amaro, sentada, y Deliris Agosto. La directora comenzó a liderar la organización en el 2019. “Me recibieron los terremotos y la pandemia y esto ha sido aprender apagando fuegos, pero el equipo de Casa Julia es tremendo, es una de las grandes fortalezas de la organización y ha sido crucial para mi llegada y para adaptarme al trabajo”. León Morales subraya orgullosa que “a pesar de la pandemia, no hemos dejado de brindar servicios”. “Hemos sido bien rápidos en ajustarlos a las necesidades, tanto en los terremotos como en la pandemia”. Casa Julia cuenta con seis programas; dos de vivienda permanente y transitoria, y centros en Ponce y Aguadilla que ofrecen servicios a sobrevivientes que no requieren de albergue. Brindan servicios de trabajo social, sicológicos, enfermería, manejo de casos e intercesoría legal, entre otros. Junto a la Red de Albergues de Violencia Doméstica de Puerto Rico participaron de la creación de una guía uniforme para atender a sobrevivientes de este mal social, ajustaron su Programa de la Niñez y brindaron internet, computadoras y facilitadores para que los niños que viven en el albergue con sus madres o los que reciben servicios en los centros, pudieran continuar a modo remoto con su educación. “Cuando comenzó la pandemia y se estableció el toque de queda en Puerto Rico tuvimos la experiencia, similar al resto de los albergues, que en esas primeras dos o tres semanas no recibimos llamadas de sobrevivientes. Esto nos alarmó muchísimo porque sabíamos que no era porque no se estaban dando los casos sino porque las sobrevivientes no contaban con un espacio seguro para poder hacer esa llamada”. “Este último año atendimos de forma directa a 399 personas a través de nuestros distintos programas de mujeres y niños. En el caso de albergues, con los servicios educativos a la comunidad, impactamos sobre 16,000 personas. Desde que comenzó la pandemia, seguimos ofreciendo servicios educativos a la comunidad y de prevención en las redes sociales. Trabajamos distintas cápsulas educativas, la última fue sobre “Amor propio””, indica. EL PELIGRO DE QUEDARSE EN CASA La consigna en la pandemia era clara, “quédate en casa”, y justo esa situación representó el peligro máximo para millones de mujeres en el mundo que quedaron encerradas con la persona que las violentaba. Al principio era muy difícil pedir ayuda. “Cuando comenzó la pandemia y se estableció el toque de queda en Puerto Rico tuvimos la experiencia, similar al resto de los albergues, que en esas primeras dos o tres semanas no recibimos llamadas de sobrevivientes. Esto nos alarmó muchísimo porque sabíamos que no era porque no se estaban dando los casos sino porque las sobrevivientes no contaban con un espacio seguro para poder hacer esa llamada”, resalta. Junto a la Red de Albergues echaron a andar una campaña, “Sé un buen vecino”, para comunicar que estaban ofreciendo servicios aún en el delicado comienzo de la pandemia. “Les dijimos ‘no te tienes que quedar en casa si no es seguro para ti’. Hicimos cápsulas educativas, campañas en redes sociales y organizaciones aliadas nos ayudaron a dar a conocer la información. Entonces empezaron poco a poco a comunicarse de nuevo o a escribirnos en redes sociales. Reconocemos que a final de año hubo una menor cantidad de sobrevivientes albergadas, pero ahora es cuando más participantes, niñas y niños tenemos viviendo en el albergue y usando sus servicios”. Un piso entero fue destinado al aislamiento ya que, al no disponer de continuas pruebas diagnósticas de COVID-19, las nuevas particiantes y sus hijos deben mantenerse en cuarentena por dos semanas. Desde ahí comienzan a recibir los servicios. De 13 espacios en la estructura, el virus impone que solo se usen ocho, en los que se acomodan mamá y los niños. PERFILES QUE SE REPITEN Inés Marrero y Mildred Viera. Análisis realizados en Casa Julia arrojan que el 50% de las sobrevivientes que reciben tienen alguna condición de salud mental “que se agrava no sólo con la experiencia traumática de la violencia doméstica, sino también con la experiencia de vivir en una pandemia y las limitaciones que eso implica”. También reciben sobrevivientes con condiciones de salud crónica, sin ningún apoyo familiar o recurso externo. Cuando terminan la fase de estabilización y fortalecimiento en el albergue, pasan a los programas de vivienda transitoria para que dispongan de un techo seguro, los cuales son subvencionados por el Departamento de Vivienda federal. Suelen cualificar participantes con condiciones crónicas de salud o con situaciones de diversidad social. “Tratamos de que durante la transición continúen en nuestros programas porque se mantienen en la casa, con la familiaridad del personal que ya está aquí, lo que les da mucha seguridad a ellas y mucha satisfacción a nosotras porque vemos su desarrollo. Cuando no se puede, las referimos a los programas de vivienda de organizaciones hermanas”, dice. Área de educación y juegos en el albergue. Las alianzas en el tercer sector han sido fundamentales. “Interesantemente, la pandemia las ha fortalecido”, aplaude León. “Hemos estado trabajando mano a mano, juntas hemos conseguido donaciones de equipo de protección, material de desinfección o identificamos propuestas más pequeñas que puedan ayudarnos en la pandemia. Nos hemos apoyado y esa solidaridad ha sido una de las grandes fortalezas en este proceso”. Para brindar un mejor servicio, Casa Julia ya tiene una próxima meta: disponer de un mejor espacio físico que les permita albergar más sobrevivientes. “Estamos explorando distintas opciones pero, sobre todo, estamos tratando de identificar fondos que es el reto para poder lograr algo como eso. Queremos servir a más sobrevivientes”, culmina León. Para más información sobre los servicios de esta organización visita casajulia.org. Fotos / Javier Del Valle
Especialistas de la Casa Protegida Julia de Burgos te orientan sobre las señales que anticipan la violencia doméstica y comparten definiciones de amor que debemos desaprender. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Lenna Ramírez Cintrón coordina el programa educativo de Casa Julia. Cuando una sobreviviente llega a un albergue no solo teme por su vida, sino también por la de sus hijos. “Es el catálitico para tomar la decisión de salir de un ciclo de violencia”, dice Coraly León Morales, directora ejecutiva de la Casa protegida Julia de Burgos. “Muchas veces ya ha habido instancias de violencia física o amenaza de daños a terceros o a la propiedad. La mayoría de las sobrevivientes tienen recursos económicos muy limitados o no tienen y llegan con lo que tienen puesto. Nosotros nos encargamos de suplir esas necesidades básicas, de cubrir medicamentos, de coordinar citas médicas, servicios terapéuticos, pudimos sumar una enfermera y un siquiatra a nuestro equipo de trabajo y también se le hace representación legal, así que tenemos un equipo multidisciplinario para empezar a fortalecerla”, agrega la directora. En cuanto al agresor, es su pareja y mayormente es hombre, aunque han atendido casos de violencia entre parejas del mismo sexo. Se pueden identificar problemas con sustancias controladas o con alcohol y experiencias o relaciones previas en las que ha habido algún tipo de violencia. Coraly León Morales reconoce que la amenaza a los hijos suele ser el detonante para que una mujer busque ayuda. Casa Julia apuesta por la educación para frenar la violencia doméstica o impedir que comience. “Tenemos una técnica social que hace el contacto comunitario y por el asunto del COVID-19 ese proceso se ha transformado. Se siguen dando talleres a distancia a través de nuestras plataformas y siempre estamos en la disposición para acudir a escuelas, organizaciones y agencias; hace poco ofrecimos una charla sobre confidencialidad a interceptoras legales en la Administración de Tribunales. Dos viernes al mes, nuestra técnica social invita distintos recursos y en la última charla participó Diana Valle Ferrer, quien habló de su libro ‘Mujeres y resistencia’, sobre los patrones de protección que crean a su alrededor mujeres que viven con un agresor como pareja”, expone León. Lenna Ramírez Cintrón es esa técnica social que se ocupa del componente educativo de la organización. “Ofrecemos talleres para entender qué es la violencia de género y los procesos de sanación; hablamos de autoestima, de qué sería una relación saludable, buscamos entender todo lo que gira alrededor de la problemática de la violencia de género con miras a tomar mejores decisiones en el futuro”, menciona Ramírez. “Para mí es fundamental coger una canción que parece muy bonita y muy romántica y mirar con otros ojos lo que quieren decir sus letras; ese nivel de posesión, decir ‘si me dejas no podría vivir sin ti’ que no es saludable”. La falta de apoyo es uno de los obstáculos principales para abandonar una relación de pareja violenta. “Si tú no tienes una base familiar o una base de apoyo es más difícil darte cuenta cuando vienes de patrones de violencia; qué es lo que viste en tu casa, qué vemos en un país tan violento, muchas de estas posturas y de estas ideas machistas las hemos normalizado y vemos, por ejemplo, que los celos son normales. Cuando llegas a Casa Julia, que en su nombre lleva la palabra protegida, es para que este espacio sea de sanación y protección, y empezamos a ver cómo hay una transformación porque ellas se sienten acompañadas”, indica Ramírez sobre las sobreviventes. LA SOMBRILLA DE LA VIOLENCIA La violencia puede aparecer en contextos de noviazgo, trabajo o situaciones familiares. La violencia de género, indica Ramírez, es una sombrilla que abarca el acoso, el acoso callejero y la violencia doméstica. Para no alimentarla, debemos repensar todo lo que culturalmente hemos dado por bueno a lo largo de los años, pero puede incentivar conductas violentas “Debemos ponernos los lentes violeta de la perspectiva de género para ver esa diferencia en conducta que se empieza a notar desde que los niños son muy pequeños”, invita Ramírez. En esa época le preguntamos a los niños cuántas novias tienen mientras que a las niñas les decimos que no pueden tener novios, que ellos no lloran y ellas sí, que ellas serán rescatadas por ellos. Cuando esos mensajes los valida la familia, la escuela y la iglesia, entre otros grupos, se crean unas nociones idealistas que cuando chocan con la realidad son imposibles de manejar para algunas personas. Ésas son algunas raíces de la violencia. “Para mí es fundamental coger una canción que parece muy bonita y muy romántica y mirar con otros ojos lo que quieren decir sus letras; ese nivel de posesión, decir ‘si me dejas no podría vivir sin ti’ que no es saludable. Esos son los mitos del amor romántico que dicen que yo necesito mi media naranja para ser feliz. Hay que empezar a cuestionar eso y entender que las relaciones saludables son democráticas, de bienestar y equidad, en las que se establecen acuerdos con los que las personas se sienten bien y libres. En las relaciones violentas hay control y una parte le quita el poder a la otra”. Los mitos del amor romántico también nos han dicho en películas y canciones que para ser mujeres exitosas hay que tener una pareja que cuidar y a la cual complacer anticipando sus deseos, que debemos soportarlo todo y perdonarlo todo. “Ese proceso de desaprender es complejo y duro porque llevas toda una vida pensando que las cosas son así y no son así, eso puede traer hasta miedo. Esa persona debe tener cerca alguien que más que regañar o juzgar, la escuche y pueda darle la mano en momentos difíciles”, exhorta Ramírez. Si necesitas orientación en Casa Julia, llama al 787/723-3500. Así son las relaciones de noviazgo que pueden terminar en violencia: • tu pareja te pide las contraseñas de tus redes sociales • te llama por videollamada para asegurarse que estás donde dices • insiste en que si no te cela, no demuestra su amor • te exige que le des el celular para comprobar con quién estás hablando • pretende controlar con quién te relacionas *Fuente: Casa Protegida Julia de Burgos
El Hogar Ruth, organización que recibe mujeres afectadas por la violencia familiar, abre su escuela estilo Montessori para atender a los niños y niñas en el albergue. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Lisdel Flores Barger, directora de Hogar Ruth, durante el acto de apertura de la escuela Mariposa Montessori. Foto / Javier del Valle Del dicho al hecho hay un trecho. En este caso, el dicho empezó hace dos años con la afirmación: “queremos hacer un cuido, con algo más, para las mujeres en el albergue”. Se trabajó a lo largo del trecho con las fundaciones Wildflower y Ángel Ramos, y el hecho es que Hogar Ruth inauguró la pasada semana Mariposa Montessori, la primera escuela en la isla que ofrece servicios a las hijas e hijos de las participantes de este albergue para sobrevivientes de violencia doméstica. “Empezamos las conversaciones en el 2019 porque teníamos una inquietud insistente en hacer algo más allá en el trabajo con los niños. Hacíamos un trabajo bien bonito, pero sentíamos que estábamos quedándonos cortos en los servicios para ellos. Soñábamos con un cuido-respiro para que las mujeres pudieran trabajar áreas especificas de sus situaciones porque en el albergue están 24 horas con los hijos”, explica Lisdel Flores Badger, directora ejecutiva de Hogar Ruth, organización ganadora del Premio Tina Hills en el 2019. Como parte del Donativo especial en fortalecimiento organizacional de la Fundación Ángel Ramos, comenzaron a trabajar el plan estratégico de la iniciativa. Luego, dos sucesos elevaron el nivel del proyecto: ganaron el Premio Tina Hills, que les dotó con $150,000, y recibieron la llamada de la Fundación Wildflower, especializada en desarrollar micro escuelas bajo la filosofía Montessori en comunidades con desventaja económica y social. Así el sueño del “cuido con algo más” se convirtió en escuela. “La realidad es que en el albergue recibimos más niños que mujeres”, dice Flores sobre la prole de las participantes que dejan atrás una vida de violencia familiar. “Así que con esa llamada pudimos desarrollar un programa para niños más abarcador en el que podemos trabajar de manera efectiva la prevención, la violencia y el trauma al que han estado expuestos en sus hogares. Nosotros no teníamos idea de cómo hacerlo”, agrega Flores sobre la llamada de Fundación Wildflower, recibida un viernes luego de una semana “demasiado dura”. La inversión fue de poco más de $200,000 para acondicionar el espacio y preparar dos maestras guías. “Wildflower nos dio los fondos del capital semilla, más lo que ganamos con el Premio Tina Hills, así pudimos completar esa primera parte”, detalla la directora ejecutiva. La pandemia alteró los costos de construcción, lo que llevó a afectar las nóminas de las maestras, aseguradas en principio por dos años. “Llegó un momento en que tuvimos discrepancias y discutimos ‘¿queremos continuar?’, pero seguimos porque hay que confiar en el proceso y terminarlo. Vamos a hacer como lo pensamos, como lo soñamos que yo me encargo del resto; vamos a solicitar propuestas”, recuerda sbore la incertidumbre en un punto del camino. NACE LA ESCUELA Una antigua casa junto al albergue que hace año y medio había adquirido gracias a la asamblea municipal, fue obtenida mediante usufructo y ahora Hogar Ruth la posee oficialmente. Ahí ubicaba el gimnasio y el salón de belleza de las participantes y ahora el espacio se rehabilitó para la escuela. En su proyecto piloto, Mariposa Montessori atenderá niños de seis meses a 6 años de las participantes del albergue o de las que reciben servicios ambulatorios. Seis estudiantes comenzaron ahora en marzo y poco a poco se integrarán otros, luego de que culminen procesos de cuarentena al llegar a la sede de Hogar Ruth. “Los del albergue entran de manera paulatina, por ejemplo, la familia llegó hoy, la maestra se reúne con la coordinadora de servicio y con la trabajadora social e identifica las necesidades del niño. Pensábamos hacer el proyecto más expansivo en edades, pero nos dimos cuenta de que es riesgoso con mayores de seis años porque luego regresarán a escuelas no adaptadas a la filosofía Montessori y puede haber un choque”. “… la idea es que esto siga operando y que más niños con las vidas trastocadas por la violencia en el interior de sus hogares puedan recibir los servicios Montessori”. Flores destaca el impacto positivo que la corriente Montessori -que aplaude la cultura de paz, de respeto e igualdad- puede tener en un pequeño al trabajar sus traumas. “Podemos darle en un ambiente pacífico todas las herramientas para que se vaya de aquí con esas destrezas, con ese enfoque de esperanza y de poder darle otro color a su futuro”, celebra la directora. Por algo la escuela se llama mariposa, animal usado en el hogar para simbolizar el proceso de renacimiento de sus participantes. “La mariposa es hermosa, pero pasa por un proceso que no es tan bonito para llegar a esa hermosura”. La plantilla está compuesta por dos maestras guías, una asistente Montessori, y otra encargada del After School Program. Para seguir integrando los demás niños necesito una plantilla de nueve empleadas y eso es bien costoso. Pero vamos a seguir luchando porque la idea es que esto siga operando y que más niños con las vidas trastocadas por la violencia en el interior de sus hogares puedan recibir los servicios Montessori”. La directora reconoce que a veces llora de alegría al ver el resultado, tras la incertidumbre de los terremotos y en plena pandemia. “Somos el primer albergue en Puerto Rico y fuera con este proyecto, siento que dimos un jonrón, que trascendimos totalmente en la prestación de servicios porque estamos dando oportunidad y esperanza. Los niños están recibiendo una educación de calidad a la que poblaciones vulnerables no tienen acceso por los costos y cuando ves el espacio tan lindo, tan bien pensado y con tantos detalles llenos de significado dices ‘wao, nos pasamos’. Yo apuesto a que más organizaciones puedan hacer esto”, cuenta orgullosa. Fotos y vídeo: Javier Del Valle
En el segundo piso de la institución ya puedes disfrutar de “Sol, Tierra y Universo”, muestra que antes albergaba el Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos en el Observatorio de Arecibo. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La exposición que antes estaba en el Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos en el Observatorio ahora puedes verla en el segundo piso del C3Tec. Foto / Javier del Valle En una celebración del poder de las alianzas se convirtió la apertura de “Sol, Tierra y Universo”, exposición que antes estaba en el Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos en el Observatorio de Arecibo y que ya puedes disfrutar en el Centro Criollo de Ciencia y Tecnología del Caribe (C3Tec), en Caguas El segundo piso de la institución cagüeña recibió a su nueva inquilina, una muestra que con módulos, estaciones, imágenes y vídeos te permitirá revivir la magia de la ciencia planetaria que antes encontrabas en el Observatorio. La escritora y periodista Ana Teresa Toro fungió como maestra de ceremonias en el evento que contó con la participación de Tasha Endara Álvarez, directora ejecutiva del C3Tec; William Miranda Torres, alcalde de Caguas; José F. Méndez Méndez, presidente de la Universidad Ana G. Méndez; Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos y Francisco Córdova, director del Observatorio de Arecibo. Equipo de preparados ujieres de la exposición. Foto / Javier del Valle Con “Sol, Tierra y Universo” en casa, el C3Tec contará ahora con un nuevo tema de educación que busca ampliar la conversación sobre astronomía, ciencias planetarias y espaciales. “Contaremos con profesionales expertos que nos ayudarán a crear talleres y actividades educativas para juntos seguir educando a los futuros científicos de Puerto Rico”, dijo Endara Álvarez, directora del C3Tec, un centro informal de aprendizaje que promueve el acercamiento a las disciplinas STEM. De otra parte, Méndez, de la UAGM, celebró que “la educación trasciende fronteras insospechadas”. Desde el 2011, dicha institución educativa asumió la responsabilidad del programa de educación y alcance comunitario del Observatorio. Firmaron el acuerdo de colaboración Francisco Córdova, director ejecutivo del Observatorio; Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos; William Miranda Torres, alcalde de Caguas; José F. Méndez Méndez, presidente de la Universidad Ana G. Méndez; y Tasha Endara Alvarez, directora ejecutiva del C3Tec. Fotos / Javier del Valle “En este período impactamos más de 100,000 estudiantes de las escuelas públicas y privadas del país a través de las exhibiciones interactivas del Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos y con proyectos especiales como los talleres para maestros del Star Academy, el desarrollo de proyectos de investigación con estudiantes de escuela superior, los internados para estudiantes subgraduados y graduados o las Noches de Observación. Hoy reafirmamos juntos que esta historia continúa”, resaltó Méndez. Tras aplaudir la alianza entre el gobierno, el sector de educación y el tercer sector para crear oportunidades, Méndez manifestó que “esto es lo que le espera al país, transformación y evolución, pero solo se podrá lograr si tenemos una sociedad educada con el conocimiento para ofrecer soluciones efectivas”. EL OBSERVATORIO Y FAR El presidente de la Fundación Ángel Ramos, Roberto Santa María, recordó que impulsar una mejor educación en el país ha sido el norte de la organización desde hace 60 años y en ese esfuerzo se inserta su antigua colaboración con el Observatorio de Arecibo. “Cuando fue inaugurado el Centro de Ciencias y Visitantes Fundación Ángel Ramos en el Observatorio de Arecibo, hace más de 20 años, el propósito era crear un espacio educativo e interactivo para que estudiantes, investigadores y la comunidad pudiesen conocer el trabajo científico que se realizaba en el Observatorio. El Centro recibía más de cien mil visitantes anualmente y, sobre todo en este momento histórico, es importante enfatizar su gran aportación. Con esta colaboración nos proponemos preservar la labor educativa y científica del Observatorio para esta y futuras generaciones”, dijo Santa María. Agregó que la exhibición “Sol, Tierra y Universo” integra imágenes en amplio formato que capturó en el 2013 la fotógrafa ponceña Viveca Venegas, como parte de un acuerdo con la Fundación Ángel Ramos. Venegas fue ganadora en el 2004 del Grand Prize del Weather Wise Magazine of Atmospheric Phenomena y, en el 2006, del National Geographic Magazine por su foto “La Virgen India”. “Con esta colaboración nos proponemos preservar la labor educativa y científica del Observatorio para esta y futuras generaciones”. Por su parte, el director del Observatorio de Arecibo recordó que éste ha servido de “oído para el mundo por más de 55 años”. “Durante ese tiempo ha logrado más descubrimientos en el área de astronomía, ciencias atmosféricas y ciencias planetarias que cualquier otro instrumento en el resto del mundo”, subrayó Córdova para luego destacar que el Observatorio además es un “ícono de la cultura puertorriqueña que nos inspira”. “Desgraciadamente, no tenemos ya una parte del instrumento y se hace más importante aún mantener el espíritu y ese legado del Observatorio, traer estudiantes e inspirar a nuevas generaciones de científicos que se interesen por entender cómo funciona el universo. Es un próximo paso para reinventarnos y sí nos vamos a reinventar”, anticipó Córdova. Luego presentó dos vídeos cortos que integrarán una campaña publicitaria sobre el impacto del Observatorio en estudiantes, maestros, científicos y en la comunidad. El alcalde de la ciudad criolla cerró el acto protocolar en el que resaltó que “la ciencia y la tecnología son nuestra principal esperanza”. “Lo son para combatir la pandemia, lo son para rescatar nuestra economía, para abrirnos oportunidades y caminos, y para atender todos nuestros problemas desde la educación hasta la salud y desde los comercios hasta la administración pública”, dijo Miranda Torres. Los asistentes al evento disfrutaron de la exposición guiados por ujieres del C3Tec y por Abniel Machín, director del Centro de Visitantes Fundación Ángel Ramos del Observatorio de Arecibo. Si te interesa visitar la exposición, conoce detalles sobre horarios y costos en la página www.c3tec.org o en sus redes sociales en Facebook e Instagram bajo, C3Tec. Fotos / Javier Del Valle
Más de 15 artistas donaron su talento al concierto virtual “Voces por Montessori público”, que permitió al INE cumplir su meta de recaudación de $50,000. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El concierto se transmitió desde La Respuesta en Santurce. Desde el espacio La Respuesta, ubicado en Santurce, y a lo largo de cuatro horas y media, se celebró el mes pasado el concierto “Voces por Montessori público”, producido por el Instituto Nueva Escuela (INE), para recaudar fondos que les permitan continuar su alcance en la educación pública del país. A través de 46 escuelas públicas y 8 centros educativos, el INE sirve a 17,300 estudiantes. La meta era recaudar $50,000 y se cumplió. “Para nosotros este evento sobrepasó las expectativas”, repasa entusiasmada Ana María García Blanco, fundadora y directora del Instituto Nueva Escuela. La banda Viva Nativa dijo presente. “No solamente se llegó a la meta de $50 mil en una noche, sino ganamos también en términos de la cantidad de artistas que se unieron a este canto para la escuela publica del país. Fue una noche bien importante, en medio del mar más huracanado que hemos vivido como humanidad, como país, como escuela y como proyecto, que haya una celebración de los niños y jóvenes de la manera que la hubo, con todos esto cantantes, nos conmueve. Tito Auger lo convirtió en su proyecto y convocó, Silverio Pérez y Hermes Croatto hicieron igual”, dice sobre tres artistas que apadrinaron el evento. Transmitido de forma virtual por plataformas como Facebook, elnuevodia.com o telemundo.com, el concierto comprobó que el tema de la educación pública interesa a un amplio público que “no está de espaldas a lo que está pasando en las escuelas”, opina García aludiendo, entre otras cosas, a las carencias en los planteles. “Voces bien importantes para Puerto Rico celebraron la niñez, al joven y la educación pública, fue una oda a la escuela publica y yo creo que el hecho de que todos estos cantantes hayan sacado de su tiempo en este momento fue un regalo no solamente para la comunidad Montessori si no para el país”, declara García quien destacó además la alegría y la energía que generó la iniciativa. “Es interesante porque todas estas actividades nos están hablando de nuevas formas de hacer las cosas, ahí afuera hay tanta gente creativa y las organizaciones sin fines de lucro se caracterizan por la creatividad”. “A nosotros nos gustó mucho que fue una noche de posibilidades; sabemos que la crisis es grande, que tenemos una tarea encomiable dentro del Departamento de Educación y en el rescate de la escuela pública, pero esa fue una noche en la que todo era posible y fue hermoso”. LO MUCHO Y LO POCO Igual de emocionante le resulta a García que, si bien contaron con varios “donativos grandes” para alcanzar la meta, la mayoría recibida fueron “donativos pequeños que vinieron de la comunidad, de gente que estuvo ahí, que cantó y que bailó en sus casas; es bien importante tener un momento como ese en este tiempo que estamos viviendo”. Los donativos se realizaron a través de plataformas como ATH Móvil o en la página del INE, entre otras alternativas. “La pandemia nos ha dado duro a todos, pero esas personas sacaron un peso para apoyar la educación pública. Y creo que todo el país debería estar cantándole a la escuela pública porque ahí se esta formando el país y hemos sufrido un abandono terrible en los últimos años, por no decir en las últimas décadas. Ver esa semilla, ese semillero de gente en una noche en que se celebró ese derecho a educarse de una manera óptima fue bien hermoso”, dijo la líder aún agradecida. Tito Auger y Nore Feliciano durante su intervención. Eventos celebratorios como este concierto permiten exaltar la labor del tercer sector, dar a conocer su servicio, atraer apoyo y hasta medir la percepción que tiene la comunidad de su gestión. García invitó a las organizaciones sin fines de lucro que trabajan por la justicia y los derechos humanos a “levantar sus voces e invitar a la sociedad para igual tener una fiesta con ellos”. “Es interesante porque todas estas actividades nos están hablando de nuevas formas de hacer las cosas, ahí afuera hay tanta gente creativa y las organizaciones sin fines de lucro se caracterizan por la creatividad. Hay muchas maneras de llevar el mensaje, especialmente a las poblaciones que servimos que son de las más que han sufrido en estos años”. Andrea Cruz se sumó a la celebración por la escuela pública Montessori. El mejor cumplido sobre el evento, en el que además de música hubo testimonios de niños, jóvenes y madres en torno a su experiencia Montessori, es muy descriptivo. “Bueno, no nos dejaban ir, no querían que se acabara el concierto”, dice entre risas García. Algunos artistas que participaron: Andrea Cruz, Bernie Williams, Cheryl Rivera, Daniel Díaz, Fernando Madera, Hermes Croatto, Kany García, La Banda Acústica Rodante, Lizbeth Román, Millo Torres, Ricky Laureano, Roy Brown, Teatro breve, Vivanativa Fotos / Suministradas / INE