Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Con su exhibición "Huellas en las paredes", el artista José Peláez brinda un nuevo significado a los residuos que dejan los pasquines en las paredes. En este collage no se suman piezas, se restan. Esta sería una apropiada descripción para las imágenes que el artista José A. Peláez Muñoz, conocido como Peláez, encontró en paredes callejeras y que conforman el capital de su exposición "Huellas en las paredes". La colección fue presentada el pasado 26 de marzo en la Sala de Exposición de Arte Fundación Ángel Ramos, conocida como SalaFAR, que está situada en el primer piso del Edificio Fundación Ángel Ramos en Hato Rey. "Empecé esta serie casi por casualidad", asegura Peláez sobre las 17 fotos trasladadas al canvas y trabajadas de manera digital.
En el universo ya no había un contenedor ni una cosa contenida, sino una densidad generalizada de signos, superpuestos y coagulados, ocupando el volumen total del espacio; al que se le hacían puntos constante y minuciosamente, un entramado de líneas y rayas, de relieves y grabados; el universo fue trazado por todos sus lados, a lo largo de todas sus dimensiones.— Italo Calvino, Las cosmicómicas, 1964blankUna de las primeras definiciones del arte que recuerdo haber leído planteaba que “el arte, como la ciencia y la religión, llena la necesidad innata del ser humano de comprenderse a sí mismo y al universo”. En un esfuerzo por abarcar lo indefinible por longevo, numeroso, diverso y cambiante, al hallar la fibra existencial de tan compleja madeja, Janson lograba hilvanar así milenios de creación artística. Las representaciones del universo son una constante en la historia del arte: como crónica visual de lo empírico y a muchos accesible, como ilustración de lo que a la sensibilidad de la mayoría queda vedado o como invención de lo jamás imaginado. Así lo demuestra un disco celeste de Nebra, el fragmentado círculo de bronce en el que se plasmó el firmamento a modo de puntos, de formas curvas y circulares hace tres mil seiscientos años; la involuntaria incursión de Van Gogh en la física al representar con sus fragmentados espirales el elusivo fenómeno de la turbulencia; y la cosmogonía que, en su refutación de lo real, propuso el romanticismo de Blake en pinturas y versos. Como en los doce relatos ficticios de base científica recogidos en Las cosmicómicas, hasta el que más se distancia de la realidad encuentra su punto de partida en ella. Eric French, con una serie de igual número, presenta en la Sala FAR una docena de dibujos pictóricos curiosamente parecidos a lo descrito por Calvino, cuya imagen literaria raya a su vez en la descripción de una obra de arte abstracta. Expanding Universe es la muestra de un conjunto de obras, que hijas de una pintura anterior del mismo nombre, gravitan en torno a ella y a la consistente idea de su autor de que nuevas formas de vida pueden existir más allá de nuestras mentes. Partiendo de lo conocido para enfrentar lo que aún desconocemos, es esta exposición la de un artista consagrado a los misterios de la creación, aquella que con mayúsculas asumieran originalmente los artífices del Renacimiento para acercarse al verdadero Creador. Lejos, sin embargo, del ánimo antropocéntrico de pretender equipararle, French propone mundos imaginados en humilde actitud de emularle.
Eric French cuenta en su exhibición Expanding Universe en la SalaFAR su versión gráfica del universo al que pertenecemos pero no vemos 20 de febrero de 2015 Por Tatiana Pérez Rivera Que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Esa verdad religiosa marcó la vida del artista Eric Hayden French Circuns, quien en sus inicios en la pintura quiso rendir homenaje en su lienzo a la perfección con que obraba quien todo lo creó. Su abuelo, quien era ministro, colaboró en la fundación de iglesias como MissionBoard tanto en Puerto Rico, como en otros países. Su madre era microbióloga. Ciencia y religión fueron el motor inicial que lo llevaron a explorar el universo en el lienzo. La investigación sigue con la muestra Expanding Universe, que de forma gratuita se exhibe en la Sala de Exposición de Arte Fundación Ángel Ramos (SalaFAR).
Jóvenes y niños de instituciones donatarias de la Fundación Ángel Ramos fueron los protagonistas de la apertura de la exhibición Así vivimos la Navidad Por Ana Teresa Toro Para Oenegé En una ocasión, el saxofonista puertorriqueño Miguel Zenón, en medio de un concierto, comentó que si bien no todos terminaremos dedicándonos a algún oficio en las artes, la mayoría recordaremos nuestro primer contacto con la música, con la pintura, con la danza, en fin, con el arte en sus diversas manifestaciones. Después de todo, son las artes la gran ventana a la expresión del universo emocional que siempre será más grande que las palabras.
El artista, quien trabajó en las piezas por los pasados dos años, expone por primera vez una colección de dibujos en la SalaFAR. Ana Castillo Muñoz OENEGÉ La última vez que el artista Rigoberto Quintana visitó su Cuba natal adelantó el viaje de regreso. El haber regresado a su país y darse cuenta de que el tiempo había pasado, pero todo seguía intacto le impactó. Quintana, lleva 21 años viviendo en Puerto Rico y cuenta que, a diferencia de como le sucedía en su país, cuando abre los ojos, sus alrededores están inundados de imágenes. El celular, el bombardeo de las redes, la prensa, los afiches de la calle, la gente. Lo que define como “mucha visualidad en el ambiente”.