En el nuevo episodio de Oenegé, el pódcast conversamos con la escritora puertorriqueña Georgina Lázaro, un referente internacional en la literatura infantil. Por Oenegé Lo que comenzó como un deseo de preservar memorias para sus hijos, llegó a convertirse en una fructífera carrera literaria que ha calado hondo en el legado letrado del país. En el marco de la celebración de abril, mes de la niñez en edad temprana, profundizamos en uno de los temas centrales a la hora de pensar en la educación y el desarrollo de la niñez: la lectura. Para ello nos hemos planteado la pregunta que propone una autora puertorriqueña: ¿Qué pasa cuando los niños leen? Las posibles respuestas a esa interrogante nos permitirían dialogar por horas pues, bien es sabido que la lectura desde las etapas más tempranas del desarrollo, pasando por la infancia, la niñez y la adolescencia influyen extraordinariamente en la evolución de un ser humano y en su capacidad de alcanzar su máximo potencial. Pero más allá de esa realidad, cuando los niños y las niñas leen bien pudiera decirse que algo mágico, misterioso y profundamente íntimo también se manifiesta en cada pequeño lector. Georgina Lázaro es autora de más de setenta libros publicados en Puerto Rico, Estados Unidos, México, Ecuador y España. Y si hay alguien en nuestra isla que puede ayudarnos a pensar en voz alta acerca de esta experiencia formativa de la lectura en la niñez, es una autora puertorriqueña que lleva años encontrando múltiples respuestas a esa pregunta. Se trata de Georgina Lázaro, escritora y poeta, quien ha publicado más de setenta libros en Puerto Rico, Estados Unidos, México, Ecuador y España y ha traducido al español más de cincuenta títulos de algunas de las principales voces de la literatura infantil universal. En este tercer episodio de la segunda temporada de Oenegé, el pódcast, conversamos con esta autora acerca de su proceso creativo, de la relación de los niños con la lectura a lo largo del tiempo y el valor de seguir apostando a buscar más de una manera de responder a esa interrogante tan poderosa: ¿Qué pasa cuando los niños leen? Escúchalo aquí. Georgina Lázaro nació en San Juan, Puerto Rico. Obtuvo un Bachillerato en Ciencias de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, y, años después, un máster en Promoción de la Lectura y Literatura Infantil de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Cuenca España, que culminó con una investigación en Puerto Rico y la publicación de su tesis titulada ¿Qué pasa cuando los niños leen? Publicó su primer libro, El flamboyán amarillo, en 1996. Desde entonces ha publicado más de setenta libros en Puerto Rico, Estados Unidos, México, Ecuador y España, y a traducido del inglés al español alrededor de cincuenta títulos -la mayoría de ellos en rimas- entre los que se incluyen los de autores tales como Shel Silverstein, Margarita Engle, Juan Felipe Herrera -Poeta Laurado de Estados Unidos de 2015 a 2017-, y más de 10 libros de Dr. Seuss, entre los que se incluye su libro más famoso, The Cat in the Hat. Ha sido reconocida y premiada en la Isla y en Estados Unidos. Su texto Hay magia en la canaria fue la obra ganadora en la categoría de Literatura Infantil Juvenil del Certamen de Literatura del Instituto de Cultura Puertorriqueña 2006. En 2021 el Departamento de Educación le dedicó su Semana de la Lengua.
La Iniciativa Preescolar de la Fundación Ángel Ramos realizó su encuentro anual con el tema “Conexión entre la naturaleza y el aprendizaje” como protagonista. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Alrededor de cien maestras, cuidadoras y personal de centros de cuido participaron de la tercera edición del Día de la Iniciativa Preescolar el pasado sábado 5 de abril. Un centenar de maestras, cuidadoras y directoras de espacios que laboran con niñez en edad temprana participaron del gran festejo del conocimiento que resultó ser el Día de la Iniciativa Preescolar (IP) 2025 de la Fundación Ángel Ramos (FAR), celebrado el pasado sábado, 5 de abril, en el Centro Criollo de Ciencias y Tecnología del Caribe (C3Tec) en Caguas. Con el tema “Conexión entre la naturaleza y el aprendizaje” como pieza central del evento, las asistentes tuvieron acceso a diversas prácticas educativas propuestas por los programas que integran la IP: Alcanza y CELELI, de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras; APRENDO, de la organización Fondos Unidos; Despertar Musical, del Conservatorio de Música de Puerto Rico; e Integración de las Artes Visuales, del Museo de Arte de Puerto Rico. Mediante rotaciones de 30 minutos por las estaciones de cada programa, las participantes pudieron disfrutar de presentaciones concisas y demostraciones de cada estrategia educativa. La directora ejecutiva da FAR Laura López Torres dio la bienvenida a los presentes y recalcó el compromiso de la Fundación con la niñez en edad temprana. “Estamos bien contentos con la participación de este año. Las maestras no son todas del área metropolitana, vinieron de todas las áreas geográficas de la isla y laboran en el sistema de educación privado y público, así como en centros de cuido de organizaciones sin fines de lucro. En las estaciones han aprendido a integrar la naturaleza a través de los sentidos y cómo esos estímulos alteran y estimulan tus emociones para saber qué te gusta, qué no te gusta. Cada una de las estaciones trabaja uno de los sentidos principales, los manipulan y entonces vamos a discutir cómo nos sentimos”, explicó Marelis Román, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de FAR. La maestra Glennys Mancebo vino desde Carolina con el interés de obtener herramientas para implementar en su salón de clases, en especial con niños con diversidad funcional. Sonidos, colores, texturas, aromas, gusto, cada programa permitió que las maestras descubrieran nuevas formas de enseñar en sus aulas y cuidos, gracias a las facilitadoras y los recursos que realizaron las demostraciones. Román detalló que APRENDO se ocupó de la integración de la naturaleza con las emociones; Despertar Musical compartió canciones sobre animales y plantas y aprovechó el movimiento para explorar cómo te sientes; Alcanza hizo una lectura guiada sobre el cuento del girasol, que atiende el ciclo de vida de una planta, y reforzó la importancia de la integración del lenguaje de señas como parte de su especialización en diversidad funcional. De otra parte, CELELI mostró técnicas para lograr una lectura dialogada con un cuento relacionado a la naturaleza; e Integración de las Artes Visuales reflexionó sobre qué quieres sembrar en tu jardín personal -como paz, armonía, colores, o seguridad- utilizando elementos reciclados o de bajo costo en la creación de la obra. Los cinco programas de la Iniciativa Preescolar prepararon talleres rotativos de media hora a través de los cuales las asistentes pudieron realizar una actividad y conocer de primera mano el contenido de cada certificación y herramienta educativa. “Con el paso de los años el evento sigue generando atención. Este año se registraron más de 200 personas y había una lista de espera, lo que pasa es que no todas llegan, pero si 200 personas se registran a un evento en menos de un mes, es porque realmente hay interés por el tema”, agrega Román. Al finalizar las rotaciones, las asistentes pudieron orientarse sobre cada programa de la IP en las mesas informativas, donde podían hacer preguntas sobre sus ofrecimientos, con miras a aprovechar a largo plazo sus cursos. “Para mis estudiantes quiero la inclusión, trabajar con ellos diferentes técnicas de enseñanzas, cómo yo puedo llevar a mis estudiantes para que, el que tiene autismo, puedan salir hacia adelante, a través de la lectura y la escritura. Que puedan coger un libro y se vayan desarrollando, que tengan ese conocimiento y ese asombro que tú ves cuando están leyendo o haciendo algo”, dijo Glennys Mancebo, maestra de un preescolar que atiende población con autismo en la escuela elemental Roberto Clemente en Carolina. Isset Pastrana, coordinadora del Programa Alcanza de la UPR y autora de literatura infantil, ofreció uno de los talleres especializados. Mancebo no solo es maestra de estudiantes con autismo, sino también madre de un adolescente que experimenta los mismos retos. “Puedo dar fe de que estos estudiantes, si nosotros los trabajamos con amor, con respeto y estamos con constancia con ellos, pueden salir hacia adelante. Las maestras siempre deben tener motivación, llegar todos los días a la escuela para dar el apoyo, estar con esos niños sabiendo que pueden llegar más allá, debe estar la inclusión, el amor debe estar presente, ese cariño; que, si el niño necesita ayuda, maestra esté disponible para ayudarlo, que sea ese motor y fuerza de ese estudiante”, agregó Mancebo. “Para mis estudiantes quiero la inclusión, trabajar con ellos diferentes técnicas de enseñanzas, cómo yo puedo llevar a mis estudiantes para que, el que tiene autismo, puedan salir hacia adelante, a través de la lectura y la escritura". Glennys Mancebo, maestra participante La docente insistió en mantener sintonía con los alumnos y puso como ejemplo su uso de la música en el salón de clases. “Hay que estar con ellos y llevarlos. Yo integro la música y les canto a los estudiantes. Cuando un estudiante con autismo logra tener esa mirada fijamente conmigo yo digo, ‘ya hicimos conexión’ o cuando me busca un libro y me lo da para que se lo lea, esa es mi motivación. Sí se puede porque, aunque no es verbal, me está llevando a lo que quiere que maestra haga y que maestra siga. Si maestra se sienta, ese estudiante la busca de nuevo porque quiere que maestra dé más y esté con él”, subrayó Mancebo. Yasmarie Muriel dirige un prescolar en el área de San Juan con una matrícula de 60 niños entre los 2 meses hasta los cinco años y disfrutó la diversidad del recorrido por los talleres. Yasmarie Muriel dirige un prescolar en el área de San Juan con una matrícula de 60 niños entre los 2 meses hasta los cinco años y se expresó sobre las rotaciones por los diversos programas. “Ha sido bien dinámico, el mensaje que querían llevar ha sido bien puntual. Son micro talleres que se enfocan en ese mensaje específico de la naturaleza y la literatura infantil. Cuando ves lo que hacen, te metes dentro de tu salón con esos niños en sus diferentes etapas pensando en qué puedo aplicar. Te lo llevas porque los talleres son tan cortos que captas bien rápido ese mensaje”, explicó Muriel. Marcos Santana Andújar, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud dijo presente en el evento junto a Darissa Casada, gerente del programa Head Start de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud (a su derecha). Darissa Casada, gerente del programa Head Start de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, disfrutó de las rotaciones y ya imaginaba cómo trasladar el conocimiento recibido a la población que atienden. “Definitivamente Despertar Musical fue bien bueno y poder acercar la experiencia de la literatura con la combinación del lenguaje de señas como lo presentó Alcanza es extraordinario porque tenemos mucha población no verbal y necesitamos facilitarle la comunicación entre adultos y entre niños”, señaló Casado. Marelis Román, coordinadora de la IP, fue la maestra de ceremonias. Consciente de la diversidad de posibilidades de aprendizaje que pueden aprovechar sus participantes, Marcos Santana Andújar, presidente de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, destacó que “nosotros partimos de la premisa de que esa diferencia de los niños es su riqueza y de que todos los niños y las niñas tienen la posibilidad de aprender diversas destrezas”. “Tener la posibilidad de descubrir nuevas estrategias como la de la música, la de la lectura en voz alta, pero sobre todo estrategias de inclusión, para nosotros es fundamental. Poder integrar el lenguaje de señas en la lectura y poder integrar a los niños no verbales en la destreza es una riqueza increíble”, destacó Santana. La directora ejecutiva del C3Tec en Caguas, Tasha Endara, compartió con los presentes y les habló de la amplia oferta educativa del centro. Posteriormente, el grupo disfrutó de un recorrido guiado. El día lo redondeó el conversatorio, “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”, la rifa de libros, el recorrido por la exhibición del C3Tec y la entrega de un obsequio especial: un arbusto listo para sembrar cortesía de la organización, Para la Naturaleza. Fotos / Keila Ortiz Vídeo / Javier del Valle
Los retos que enfrenta la población de 0 a 21 años en Puerto Rico son persistente. A continuación, te presentamos algunos. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El tercer sector ha sido fundamental en la atención especializada a esta población que, cada día, va en disminución en Puerto Rico. Visibilizar las circunstancias en las que vive la niñez y la juventud en Puerto Rico es el primer paso para entender su situación y encaminarla a su máximo bienestar. Invertir en la niñez -sin olvidar la etapa temprana- siempre será una estrategia que rinda beneficios a corto, mediano y largo plazo en un país. Si revisamos la radiografía que ofrece el Índice de Bienestar de la Niñez y la Juventud que prepararon los especialistas del Instituto del Desarrollo de la Juventud en el 2022, tenemos un cuadro claro en las áreas de economía, educación, familia, salud y estilo de vida, así como seguridad y riesgo. No es noticia nueva que el 58% de los menores en el país vive bajo el nivel de pobreza, partiendo del criterio establecido por la Oficina de Manejo y Presupuesto de Estados Unidos. La misma cifra se repitió en los años 2015 y 2017. La mediana de ingreso de las familias con menores fue de $22,335 y, a partir del 2015, el año con menor cantidad fue el 2018 con $19,097. Un 13% de jóvenes entre los 16 y los 19 años no están matriculados en ninguna institución educativa o formato homeschooling y, tampoco, tienen participación de empleo o lo buscan. Cuando le echamos un vistazo a los padres de los menores, el 37% no está empleado, lo que complica las posibilidades de desarrollo. Al prestar atención al área de educación, se refuerza la propuesta del acompañamiento de una comunidad de apoyo para viabilizar el máximo desarrollo de las aptitudes de nuestros alumnos. Los datos del 2022 reflejan que un 39% de los niños entre las edades de 3 a 4 años no están matriculados en la escuela, mientras que en las edades de 3 a 17 años alcanza un 6%. Un 14% de los jóvenes aceptó que no asiste a clases por sentirse inseguros en la escuela o en el camino a esta. Cuando de composición familiar se trata, el 61% de los menores en el país vive en familias de padres o madres solteras, un 39% de los abuelos están a cargo de sus nietos y el 5% de las mujeres entre los 15 y los 50 años tuvieron hijos y no cuentan con un diploma de escuela superior. Por cada 1,000 menores de 18 años en el país, el 8.3 de ellos ha sido víctima de maltrato. El estilo de vida juega un rol fundamental para asegurar la mejor calidad de vida posible. El 15% de nuestros jóvenes está en sobrepeso, según cifras del 2021, y el 30% no realiza actividades físicas. La tasa de mortalidad infantil es de 7.5 por casa 1,000, partiendo de datos del 2022. ¿Protegen nuestras leyes a los niños en su camino a la adultez? ¿Perciben que les protegemos como sociedad? El Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud revela las presiones a las que se someten. El 9% de los adolescentes entrevistados en el 2021 reveló que ha considerado seriamente cometer suicidio, el 5% de los jóvenes aceptó haber sido víctima de bullying, mientras que el 4% se involucró en alguna pelea física. Debe destacar el hecho de que el 4% confirmó haber utilizado marihuana y el 20% bebió alcohol. MÁS DATOS, MÁS RETRATOS En el marco de abril, mes de la niñez en edad temprana, indagamos el estado de la niñez en la isla en los renglones de economía, educación, familia, salud y estilo de vida, así como seguridad y riesgo. Diversas organizaciones sin fines de lucro en el país también presentan retratos de los niños y jóvenes a los que sirven. En Nuestra Escuela, que recupera el interés por el aprendizaje y el desarrollo de desertores escolares, han confirmado que, de los estudiantes con los que trabajan en su proyecto de educación alternativa, el 40% abandona la escuela antes de graduarse y que el 82% de niños y jóvenes viven en zonas de alta pobreza. En el caso de Proyecto Nacer, organización que estimula la educación de padres adolescentes y de sus hijos, presentaron un perfil de sus estudiantes. Destacan que las edades de los padres adolescentes en escuela superior y universitarios se distribuyen en dos grupos: los participantes de 17 años componen el 75% de sus participantes y el 25% ya es considerado mayor de edad tras alcanzar los 18. Cuando indagaron en el momento en que abandonaron la escuela tradicional, el 35% lo hizo en décimo grado, el 26% en noveno y el 20% en undécimo grado. Los hijos de estos adolescentes reciben servicios de educación temprana hasta kínder en la organización al tiempo que sus padres se educan. A estos desafíos se suma la realidad consignada por el censo que reflejó las transformaciones entre el 2010 y el 2019 en Puerto Rico. Según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, la población menor a 18 años en el país se redujo en un 36%; de 897,024 en julio de 2010 a 572,731 en el 2019. Si antes este grupo representaba el 24% de la población, ahora es el 18%. La pirámide poblacional muestra una base más estrecha al indicar la merma en infantes, niños y adolescentes. En el 2023, el número de nacimientos en Puerto Rico fue el más bajo desde 1888, cuando se comenzó a llevar registro. Datos de la Encuesta de la Comunidad para Puerto Rico del Censo de Estados Unidos consignados por la Administración para el Cuidado y Desarrollo Integral de la Niñez (ACUDEN), la población de niños menores de 5 años totalizó 121,814 en el 2021. Los municipios con mayor densidad poblacional en estas edades son San Juan, Bayamón, Ponce, Carolina y Caguas. Por el contrario, los municipios de Culebra, Maricao y Las Marías ostentan la menor cantidad poblacional de niños menores de 5 años. Cabe destacar que, en el renglón de pobreza, Vieques es el único municipio en el que toda su niñez vive bajo condiciones de pobreza. Altas tasas de pobreza fueron identificadas en Guánica, Patillas y Las Marías. De otra parte, el escenario para esta edad varía en Yauco, Culebra y Guaynabo, municipios con menor proporción de pobreza. ¿Cómo mejoramos las condiciones de vida de ese grupo de residentes de la isla? El tercer sector, sin duda, lo tiene como prioridad en su agenda. Estimular mejores condiciones de vida y desarrollo para los menores de edad y sus familias será el objetivo compartido.
El conversatorio del Día de la Iniciativa Preescolar 2025 dejó como saldo recomendaciones para integrar la naturaleza en las jornadas de estudio. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Juan Carlos Acevedo Gándara, de la organización Lee conmigo; Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE); y Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación participaron del conversatorio “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”. Siempre aspiraremos a tener las mejores condiciones de trabajo en los salones de clases en el país, pero, mientras alcanzamos la meta, podemos maximizar nuestros recursos y proyectos para que la experiencia educativa sea refrescante. En eso coincidieron Juan Carlos Acevedo Gándara, de la organización Lee conmigo; Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE); y Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación; quienes participaron del conversatorio “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”, realizado como parte del Día de la Iniciativa Preescolar 2025 de la Fundación Ángel Ramos. Ante casa llena en el Cine-Teatro Fundación Ángel Ramos del Centro Criollo de Ciencias y Tecnología del Caribe (C3Tec) de Caguas, los panelistas presentaron la labor que realizan sus respectivas entidades e, inspirados por el tema central del evento, compartieron recomendaciones. Marelis Román, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de FAR, fungió como moderadora. Juan Carlos Acevedo Gándara recordó el impacto que tuvo en su crianza y formación el que su madre le leyera cuentos desde muy niño. Colón, del INE, subrayó que el contacto de los estudiantes en edad temprana con la naturaleza resulta beneficioso para ambas partes al exaltar su sensibilidad. “El contacto con la tierra es importante, hay niños y niñas que de repente tienen las emociones muy altas, vienen del recreo y sentir la tierra hace que bajen. No sé si les ha pasado. Tengo compañeras maestras que han cambiado la estrategia de empezar en las mañanas afuera, antes de ir al salón de clases, para que cuando lleguen estén listos para comenzar su día de trabajo”, agregó la representante de las escuelas públicas Montessori del INE, organización ganadora del Premio Tina Hills en el 2017. De otra parte, Acevedo, cofundador de Lee conmigo, recordó una de las experiencias que más atesoró cuando era maestro de preescolares. “En la presentación vieron una foto de una niña como de dos años sembrando un árbol de retama San José que nos donó Para la Naturaleza. Lo increíble de los árboles es que son una promesa de futuro, no vamos a ver ese fruto hasta varios años y luego, ver a esa niña cuando lo ve florecer, esa carita es algo maravilloso”, destacó Acevedo quien resaltó el impacto que tuvo en su futura vocación que su mamá le leyera libros en la infancia, particularmente uno de sus favoritos, “El flamboyán amarillo”, de Georgina Lázaro. "Lo increíble de los árboles es que son una promesa de futuro, no vamos a ver ese fruto hasta varios años y luego, ver a esa niña cuando lo ve florecer, esa carita es algo maravilloso". Co Fundador de Lee Conmigo “Esa experiencia lectora con la persona que tú amas y la experiencia en vivo al ver el flamboyán, es la experiencia que buscamos los maestros preescolares, sembrar esa semillita para que luego se den esos frutos. Son ejercicios de paciencia, como dice el libro, y eventualmente vas a tener un niño florecido y una naturaleza protegida”, declaró Acevedo tras recalcar la importancia de la promoción de la lectura desde el nacimiento. Por su parte Rosado enfatizó en los beneficios de los paseos fuera del salón ya que, “aunque parezca una actividad sencilla, los niños se involucran demasiado”. “Con esto de observar el árbol, cómo está el clima, las hojas, estar en silencio para escuchar los pajaritos, les da una sensación de calma; ves la diferencia cuando damos el paseo después del recreo y cuando no se puede dar por el clima, la diferencia es marcada. De igual forma, si llegamos del recreo y están exaltados, con colocar en el televisor un sonido del agua o de pajaritos, funciona para relajarlos”, destaca la representante del DE. ¿Y SI NO LOS DEJAN EXPERIMENTAR? Para Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE), el contacto directo de los niños con la naturaleza debe ser una experiencia diaria y compartida con la familia y el entorno del niño. La moderadora señaló que los docentes conocen las bondades del contacto de los niños con la naturaleza, pero los padres no, lo que se convierte en un reto porque les prohíben ensuciarse o mojarse. El mensaje debe llevarse a la familia. “Lo primero que podemos hacer es integrar a los padres de alguna manera en las actividades. Una de las cosas que hacía como maestro es que invitábamos a la familia a sembrar, leíamos un cuento que hablaba sobre la siembra y los padres trabajaban con su niño. Traer a los padres al ambiente escolar es importante para que puedan presenciar el beneficio que tiene para sus niños y para ellos también por el vínculo que se crea”, dijo Acevedo. Por su parte Colón, del INE, coincidió en que reclutar a los padres como voluntarios de sus actividades escolares resulta acertado. “Maestras del programa Enraizando hacen invitaciones abiertas a los padres para que vean a sus hijos trabajar y los mismos hijos los traen. También recomiendo, si es un proyecto más establecido, hablar con las familias para que compren las botitas de plástico para hacer la rutina de cambiárselas al ir al huerto”, destacó Colón. Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación, destacó los cambios positivos en el estado de ánimo de los niños cuando entran en contacto con la naturaleza; algo que debe ser considerado en los entornos educativos. Además de integrar a los padres, Rosado considera que los estudiantes deben “tener una plantita viajera que semanalmente un niño se la tenga que llevar y la familia se involucre en el cuidado de la planta”. “Poco a poco, con experiencias, vamos integrándolos, porque podemos decirles muchas cosas a los padres, pero ellos lo creen cuando lo ven. Esta es la mejor forma de que puedan confiar en que esto es lo correcto”, señaló Rosado. Acevedo reconoció que “no todos los días podemos traer a los padres al ambiente escolar o crear una actividad específica, pero sí podemos documentar lo que se trabaja todos los días para que los papás puedan conectarse”. “Tenemos la tecnología, los hacemos parte y así no se sienten tan alejados del salón de clases y puedan ver todas las cosas que sus niños están haciendo; quizás eso les ayuda a bajar esa intensidad y esas preocupaciones que quizás no son tan importantes, pero a ellos se les hace difícil manejar”, señaló Acevedo. De igual manera destacó que “no se puede salir del salón de clases todos los días, pero puedes leer todos los días”, por lo que la selección de libros que despierten la sensibilidad por la naturaleza es clave. Román compartió actividades para integrar el tema de la naturaleza en el salón de clases partiendo de su experiencia como docente. Además de tener la planta y el pez beta que usualmente hay en las aulas, les pedía a los padres una semilla al comienzo del año escolar. El niño la sembraba y tenía la responsabilidad de cuidarla y documentarla. También se pedían capas y botas para aprovechar la lluvia. “Sé que es difícil cambiarlos de ropa, pero son experiencias que los papás no les van a dar y no hay nada más rico que mojarse debajo del chorro. También compartimos libros sobre el tema de la naturaleza en la mochila viajera. Hay mil y una oportunidades de integrar la naturaleza usando todos los sentidos y mientras más sentidos usamos en el aprendizaje, más se consolida en nuestro cerebro. Lo que queremos es darle experiencias enriquecedoras a cada uno de nuestros niños”, indicó Román apostando a replicar experiencias “que trascienden lo académico”. “Lo que hacemos rinde frutos, aunque usted no lo vea en el momento”, cerró Román el conversatorio arrancando aplausos del atento público. Fotos y vídeo / Javier del Valle
Iniciativa Comunitaria madura un proyecto de prevención y apoyo a adultos mayores que residen en égidas. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Desde el 2020 Iniciativa Comunitaria ha expandido su campo de acción para ofrecer servicios especializados a esta población. Quién piense que los adultos mayores de 60 años no están expuestos a sobredosis por medicamentos o sustancias controladas debe seguir leyendo esta historia. La organización Iniciativa Comunitaria (IC) comenzó en el 2021 un programa dirigido a reforzar la promoción de la salud en las égidas. Aprovecharon el conocimiento con adultos mayores de la promotora en salud, Emirilly Vega, quien inició el programa que utiliza el juego como herramienta educativa. Luego de comenzar con la primera égida, IC consiguió fondos para darle continuidad a la iniciativa añadiendo los temas de soledad y aislamiento en esta población. Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC, explica que con la propuesta han tratado de abarcar temas que al momento impactan a los adultos mayores. “Abordamos el mal uso de medicamentos, porque muchas veces los adultos mayores no tienen constancia de usarlos y están expuestos a sobredosis al igual que otras poblaciones. También trabajamos el tema de la soledad y el aislamiento, diseñando actividades que ellos mismos realicen junto a sus grupos de apoyo. Han designado su promotor de salud de la misma égida quien le da seguimiento a esas actividades que la promotora de la agencia está llevándoles una vez en semana”, explica López. Las visitas son los jueves y se aprovecha para identificar “los temas de mayor necesidad”. De este modo, el siguiente jueves se realiza una intervención con la inquietud detectada. “En la intervención se trabaja una parte de ejercicio, una parte educativa y una parte recreativa. Tienen tres actividades y el promotor de salud lo que hace es reforzar constantemente el conocimiento. Una de las características más importantes de ese promotor de salud es que refuerce el conocimiento de la comunidad, que valide lo que la comunidad conoce para que siempre seamos aceptados en ese proceso educativo”, subraya López. Las visitas comenzaron en la égida, Ciudad Lumen, en Guaynabo. Ya pactaron con la compañía de administración de égidas, Star Management, para bridar el servicio en otras cinco, llegando así a San Juan, Caguas y Bayamón. Para López, el resultado del programa “ha sido sumamente exitoso porque hemos mantenido la consistencia de los participantes”. “Nosotros tenemos un grupo de 20 pero, semanalmente, siempre hay 14 que no faltan nunca. Pueden ir 17 ó 18, pero en tres años esos 14 se han mantenido en el grupo y año tras año hemos podido agregar participantes. La consistencia ayuda mucho al éxito de este tipo de programa”, señala. EL RETO DE LAS SUSTANCIAS CONTROLADAS A través de visitas a égidas y talleres abordan los temas de rigor y presentan alternativas salubristas a cada participante. Los adultos mayores no quedan inmunes ante el uso de sustancias controladas. Tan pronto la organización lo consignó, amplió su abanico de servicios en el año 2020 para alcanzarlos. “Entre la población de trastorno por uso de sustancias hay muchas personas mayores, lo hemos identificado también en personas que viven en la calle. En estos últimos años que hemos visto tantos problemas con las sobredosis, nos hemos dado cuenta de que no solamente la pasan quienes tienen problemas de abuso de sustancias sino también personas que de alguna manera se exponen a la mal utilización de medicamentos recetados porque no conocen cómo utilizarlos, los dejan puestos en mal sitio o no recuerdan las horas en que los tomaron. Por su problema de soledad, el adulto mayor tiene un sistema de apoyo cada vez más limitado y tiene unas necesidades específicas, así fue como poco a poco fuimos dándonos cuenta de que tienen mucha necesidad y los incluimos en los servicios que damos”. López está orgullosa por los resultados de la iniciativa. “Te puedo decir que estas experiencias son bien gratificantes porque, aunque trabajamos a unos niveles en que las personas ya están en un problema de uso de drogas crónico, cuando empiezas a intervenir y tienes la posibilidad de que puedan manejarlo, que no tengan que llegar a la cronicidad de las otras poblaciones que nosotros atendemos, realmente es bien satisfactorio. Esta es una comunidad que, con los años, cada vez está más aislada y necesitan apoyo porque pueden llegar a tener una cronicidad de uso, no importa la edad que tengan, así que puedo decir que la experiencia de IC ha sido muy buena y lo que queremos es seguir expandiendo los servicios”, señala la líder de capacitación. La estrategia de la organización es “incorporar población que, tal vez, todavía no está siendo atendida con el interés que merecen”. “Nos hemos dado cuenta de que no solamente le pasa a quienes tienen problemas de abuso de sustancias, sino también a personas que de alguna manera se exponen a la mal utilización de medicamentos recetados porque no conocen cómo utilizarlos”. Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC “Ha sido super bueno. El resto de los proyectos de IC hemos tenido súper buena colaboración, tratamos de incluir experiencias. A veces nos dicen ‘¿ah, pero le van a hablar del tema de prevención de sobredosis a adultos mayores?’, porque hay personas que no lo entienden, y nosotros decimos que es la población que más sola vive, tenemos que crear un sistema de apoyo. Aún en égidas, usualmente viven individuales, pero pueden ayudarse unos a otros, por ejemplo, en la utilización del Narcan (medicamento de rescate por sobredosis de drogas), porque no es algo peligroso, cualquier persona puede hacerlo y no causa efectos secundarios”, dice. Recordó que el impacto de las adicciones no se limita a quien las vive, sino además a sus familiares y amigos. “De alguna manera u otra las adicciones afectan a todo el mundo y, si todos podemos poner nuestro granito de arena en la misma sintonía y ayudar a toda la población, uno hace la diferencia. También hay que pensar en otras posibilidades, muchos abuelitos son los encargados de cuidar a sus nietos -que saben dónde guardan los medicamentos- y en ese proceso educativo se les enseñan el manejo adecuado. La población de adultos mayores ha sido de mucha ayuda para sus hijos, pero mucha gente se va de la isla porque no tienen empleo entre otras situaciones, por lo que es una población que se ha visto bien impactada por la soledad”. Como educadora en salud, López apuesta por la promoción en este campo y la considera “una de las mejores herramientas para trabajar la prevención y la educación”. “A veces es lo único que tenemos para llegar a todas las comunidades y demostrar que se puede. Tal vez no saldrá todo el mundo, pero si tú logras que los que salgan se mantengan fuera de la adicción, ya uno está haciendo el cambio. Nuestro objetivo es que toda persona se sienta atendida y luego, si no cualifica para los servicios de IC, que se pueda referir adecuadamente. En IC se abre la puerta, se educa a la persona, se le da el servicio inicial y se refiere al nivel de cuidado que necesite. Eso es algo que me ha gustado mucho en más de veinte años que he trabajado aquí”, culmina López. Para más información sobre la labor de IC, visita https://www.iniciativacomunitaria.org. Fotos / Suministradas