La líder del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico comparte recomendaciones para allegar fuentes de fondos y hacer buen uso de la energía. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La ingeniera Lucy Crespo, principal oficial ejecutiva del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico, participó del conversatorio “Una nueva economía es posible: Energía e industria para un futuro sostenible”. Con energía eléctrica o sin ella, el tercer sector tiene que continuar sirviendo a sus participantes. Con cambios en el modo en que se otorgan fondos federales, estatales y privados, insisten en la continuidad de sus imprescindibles servicios. Para conocer sobre ambos dilemas se abordó a la ingeniera Lucy Crespo, principal oficial ejecutiva del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico, quien participó del conversatorio “Una nueva economía es posible: Energía e industria para un futuro sostenible”, realizado por el Centro para la Nueva Economía (CNE) el pasado 13 de junio en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. Su formación en ingeniería matiza su acercamiento a cada situación. “Para cada uno de los temas, los problemas, o como los queramos llamar, tienes que buscar qué alternativas hay, analizarlas y empezar a ejecutar”, exhorta Crespo en un aparte con Oenegé al finalizar el conversatorio. El fortalecimiento económico, en medio de la realineación de fondos federales, es uno de los objetivos a manejar con urgencia. “Las organizaciones sin fines de lucro debemos tener diversidad de fondos. Cuando llegué en el 2016 al Fideicomiso, revisé los estados financieros y teníamos una cantidad maravillosa de dinero, en ese momento dije: ‘esto es una cosa que no me tengo que preocupar’. No llevaba un año cuando Puerto Rico se fue a la quiebra y todos los fondos del Fideicomiso estaban en el Banco de Desarrollo Económico, todo se desapareció. Tuvimos que hacer un cambio inmediato para buscar fondos, federales en este caso, y a través de fundaciones privadas para poder manejar las operaciones. Teníamos dos opciones: no hacer nada y cerrar o hacer lo que hicimos, movernos agresivamente. Ahora mismo estamos haciendo lo mismo”, explica Crespo. La líder informa que no solo aseguran su estabilidad económica si no que orientan a otras organizaciones no gubernamentales para que puedan lograrla. “Nos unimos a una suscripción que se llama Candid, pero antes era Foundation Center. Es el data base más grande que hay en términos de fundaciones y corporaciones que tienen programas de responsabilidad social y que están dispuestos a que, si lo que estás haciendo en tu organización está alineado con su misión, tienen convocatorias y tú puedes hacer propuestas. Esa es un área en la que nosotros tenemos que movernos agresivamente, dado los cambios que estamos teniendo con los fondos federales”, insiste sobre la búsqueda externa de subvenciones. EL COSTO ENERGÉTICO El ecosistema social del país padece las mismas inestabilidades de nuestro sistema eléctrico, por consiguiente, también sus efectos. Uno de ellos es el alto costo del uso de la energía eléctrica. "Debemos tener un enfoque de usar los recursos de la manera más eficiente posible, pensar en cómo usas la luz natural, cómo aprovechas la ventilación en tu espacio. Tenemos que educarnos más en cuál es el enfoque apropiado". Lucy Crespo, principal oficial ejecutiva del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico “Los problemas tienes que verlos con amplitud”, reflexiona Crespo. “Cuando uno maneja los costos tiene que buscar cuáles maneras puedes utilizar, a veces se trata de cambios de bombillas, cambios de válvulas inteligentes, reguladores de frecuencia variables, hay un montón de cosas que sirven para buscar soluciones. Si uno de tus problemas es la energía ha habido muchísimos programas de apoyo. Sé que estamos en otras condiciones -acaban de hacer una reorganización de fondos que estaban para placas solares al igual que los de EPA-, pero debemos seguir buscando oportunidades”, señala Crespo quien mencionó programas federales como los que ofrece Rural Development o el Departamento de Energía, entre otros. “Y segundo, busca tus eficiencias. Hay unas guías de Energy Star que tenemos que utilizar”, dice sobre la certificación de productos y prácticas que son eficientes en términos energéticos. “Si estás construyendo instalaciones nuevas, una de las cosas que nosotros hicimos con la nueva parte para fomentar la infraestructura científica en el Fideicomiso es ser Energy Star efficient desde el principio, por eso recogemos el agua de lluvia para usarlo en los baños, entre otras prácticas. Debemos tener un enfoque de usar los recursos de la manera más eficiente posible, pensar en cómo usas la luz natural, cómo aprovechas la ventilación en tu espacio. Tenemos que educarnos más en cuál es el enfoque apropiado”, recomienda Crespo. Conoce más sobre la labor del Fideicomiso AQUÍ. Fotos / Suministradas / CNE
Impulsando la toma de decisiones informadas, la organización presentó datos actualizados sobre las poblaciones infantiles y juveniles del país durante un webinar. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Funcionarias del IDJ: Estela Reyes, gerente de abogacía; Valery Blakely Vallecillo, analista de investigación; Dra. María Enchautegui Román, directora de investigación y conocimiento; y Sarah Vázquez Pérez, directora ejecutiva interina. Ten en cuenta este dato real y reciente: 72,000 familias en Puerto Rico salen a trabajar todos los días y aun así no pueden dejar atrás el umbral de la pobreza. Alrededor de esta información se puede construir una respuesta coordinada entre las agencias y las organizaciones implicadas para reducir la cifra. Y como hablamos de personas, no solo de estadísticas, para mejorar su calidad de vida. ¿Para qué sirven los datos? ¿Por qué no se utilizan? El ejercicio antes mencionado, así como las múltiples respuestas que provocan ambas preguntas, fueron discutidas por especialistas del Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) durante el evento, “Uso de datos para un futuro próspero”, realizado de forma virtual como parte de su Semana de Datos 2025. Dirigida a impulsar el uso estratégico de evidencia en el diseño de políticas públicas y programas que aseguren mejores oportunidades para las familias en el archipiélago puertorriqueño, la sesión de trabajo contó con la participación de Sarah Vázquez Pérez, directora ejecutiva interina de IDJ; Estela Reyes, gerente de abogacía; la doctora María Enchautegui Román, directora de investigación y conocimiento; y Valery Blakely Vallecillo, analista de investigación. "Desde el instituto estamos convencidos de que la pobreza infantil puede bajar, ese número lo podemos solucionar". Sarah Vázquez Pérez, directora ejecutiva interina de IDJ La organización subrayó que mantiene sus esfuerzos concentrados en transformar la realidad de que hoy, en Puerto Rico, 5 de cada 10 menores viven en pobreza. Buscan remover las barreras que enfrentan las familias en su movilidad económica. “Desde el instituto estamos convencidos de que la pobreza infantil puede bajar, ese número lo podemos solucionar. Hoy vamos a hacer un ejercicio de presentación de datos, pero con el lente de la solución, lo que queremos es que veamos que todos y todas podamos impulsar soluciones que hemos lanzado en nuestra agenda para que se puedan unir. Estamos convencidos de que esto es posible y si ustedes se conectaron a este espacio es porque creen como nosotras que remover estas barreras y lograr la movilidad económica en Puerto Rico para las familias que viven en pobreza es posible”, explicó Vázquez Pérez a manera de saludo. Durante la presentación se actualizó el Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud, herramienta distintiva del IDJ para retratar la situación de familias con menores entre los 0 y 17 años en nuestro país, analizada ante el crisol de cinco dimensiones clave del bienestar: economía, familia, educación, salud y seguridad. También se ofreció una ruta concreta para avanzar la movilidad económica de estas familias. Vea aquí un resumen del Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud 2025. Se promovió además el uso del Centro de Datos de Familias -que puedes acceder visitando juventudpr.org- el cual te permite ver la situación en cada municipio del archipiélago y las jurisdicciones de Estados Unidos para diseñar soluciones específicas. En dicho apartado se ofrecen recomendaciones de política pública para la movilidad económica de las familias con niños, niñas y jóvenes en Puerto Rico. El IDJ condensa en una sola plataforma datos propios y de otras fuentes confiables como el Censo, entre otras. Tras destacar el “orgullo y la responsabilidad” que supone compartir los datos, la doctora Enchautegui destacó que, por lo general, “los datos no se usan porque no existen o porque no están asequibles” a medios, políticos, estudiantes, agencias gubernamentales y el sector privado. “Lo que hacemos es poner más de mil datos por municipios y visualizaciones”, indica la especialista. Agregó que la política pública no se debe crear basada en “las vivencias de la gente” únicamente. “Ven el dato separado de las vivencias de la gente”, alerta Enchautegui, “en el Instituto nos aseguramos de que los datos también presenten las historias de la gente”. Destacó que cuando realizaron sus encuestas, una de las razones por las que las mujeres no se integran a la fuerza laboral cuando son las principales proveedoras del hogar es por la falta de cuidos de niños accesibles y variabilidad en el horario, dato que ofrece ua guía para comenzar a diseñar soluciones. “Hay que tener cuidado de hacer política pública a base de anécdotas extremas”, alertó. “Estamos tratando de expandir las bases de datos, muchas veces el Censo no contesta preguntas críticas”, señala y agrega que, a tales fines, han realizado dos Encuestas de familia -en el 2022 y el 2024- para medir la pobreza con nuevos elementos. Al Índice de Bienestar de la Niñez y la Juventud y al Centro de Datos de Familias la organización une un nuevo módulo: Seguridad alimentaria en Puerto Rico. El dato más significativo de esta primera entrega es que 1 de cada 10 familias sufre inseguridad alimentaria extrema en el país. DATOS QUE HABLAN Y MOVILIZAN La gerente de abogacía del IDJ, Estela Reyes, puntualizó que “los datos están disponibles y tienen que ser la brújula que dirija todos los esfuerzos en favor de la niñez, la juventud y la familia”. “Las familias merecen soluciones, mejores condiciones de vida, usemos datos para establecer política pública, cambios, para impulsar mayores oportunidades a las familias. Las prioridades de inversión deben estar dirigidas a que haya familias prósperas. Ahora que se evalúa el presupuesto general, debemos fomentar el debate sano de dónde estamos y sensibilizar la opinión pública, necesitamos datos y focalizar las necesidades de las familias. Tenemos que participar todos los sectores, el IDJ no logrará solo la meta”, insistió Reyes e invitó a sentarse a la mesa a crear soluciones y a revisar las iniciativas en marchas para hacer los ajustes que requieran o cambiar de rumbo en el objetivo de servir mejor a las familias en necesidad. El IDJ ha compartido agendas de país en los pasados ciclos electorales y suele exhortar a que las políticas públicas que se implementen sean cohesivas, funciones entre sí e impacten a la familia. “El Instituto está listo para colaborar, tenemos los datos y las soluciones. Queremos ser un puente, apoyar técnicamente para lograr los objetivos que compartimos”, indicó Reyes. Por su parte Enchautegui destacó que los datos de movilidad económica redondean la oferta de la plata forma. Comisionaron una encuesta puerta a puerta a la firma Ipsos en busca de las barreras de empleo para desarrollar su agenda alrededor del tema. “Tuvimos la aportación fundación Robert Wood Johnson porque hacía falta mayor infraestructura de datos en Puerto Rico y eso es parte de lo que estamos haciendo”, explicó Enchautegui. A preguntas de los participantes sobre la posibilidad de desarrollar un índice de movilidad social, destacaron que requeriría hacer una misma pregunta a la misma persona/familia a través del tiempo para obtener datos longitudinales. El IDJ lleva 12 años como socio local de la iniciativa Kids Count Data Center del Annie E. Casey Foundation con el interés de la niñez cuente en el proceso de decisión de política pública en Puerto Rico y contar con una mirada clara del presente y el futuro. “A veces es abrumador ver toda la información”, acepta la directora interina del IDJ, “que 72 mil familias trabajadoras salgan todos los días a trabajar y aun así vivan bajo niveles de pobreza me levanta un grado de alerta y urgencia; uno ya es demasiado y lo sabemos. Es urgente lograr el acceso a cuido y la variabilidad de horario. La gente quiere echar pa’ lante, tiene el deseo genuino de lograr movilidad económica y con cambios podemos mover la brújula. Podemos construir un Puerto Rico donde las familias quieran permanecer y crecer”. “Los datos muestran la realidad de la familia, muchas están cambiando a familias monoparentales. El 67 % de los menores que viven bajo pobreza están en familias lideradas por mujeres. Nosotros contamos estos datos y cuando hablamos con familias nos contaban los malabares que tienen que hacer para mantener un trabajo”, agrega Blakely Vallecillo, analista de investigación del IDJ. Para Enchautegui, el alto por ciento de niños que viven en pobreza no puede ignorarse. “Es demasiado alto y no lo podemos olvidar. Nuestra tasa es menor dos veces que la del estado más bajo, no tenemos tiempo para esto hay que resolverlo rápido. Hemos documentado los efectos de la pobreza, ese número nos debe concernir y preocupar”, alertó. En el caso de Reyes, gerente de abogacía, confesó que “me espanta, me da terror cada vez que hacemos este trabajo y publicamos los números”. “Y no quiero que dejen de espantarme. Quiero que me provoquen urgencia, acción, no ponemos esperar que el momento sea correcto para hacer legislaciones. Hemos escuchado por años un término trendy ‘desarrollo económico’ y mi reflexión es que no habrá capacidad para archipiélago de ser sostenible si no atendemos la situación de las familias: mejor educación, servicios salud, empleos. Que los niños puedan ser lo que quieran ser, que estén felices. Para quedarse en Puerto Rico hay que hacer que Puerto Rico prospere y en ese momento vamos a poder asegurar el futuro del desarrollo económico en el país”, acabó Reyes. Para revisar, endosar y colaborar con la agenda para erradicar la pobreza infantil en Puerto Rico visita juventudpr.org. Fotos / Captura
La entidad cumple 30 años asegurando que los menores de edad en el país reciban el cuidado médico que merecen. Por Tatiana Pérez Rivera :: Onegé Stephanie Moore, directora ejecutiva y Christian Ramírez, director del programa escolar de la Fundación de Niños de Puerto Rico repasan sus logros y retos en el marco del 30 aniversario. ¡Qué no ha visto Puerto Rico en estos 30 años! El país ha cambiado y la Fundación de Niños de Puerto Rico también. Lo que no ha variado es su deseo de asegurar que la niñez en el país reciba la atención médica que necesita, incluida la educación durante hospitalizaciones prolongadas mediante su programa escolar establecido en el 2006. Razones le sobran a esta organización filantrópica para festejar su 30 aniversario. Entre sus 10 empleados se palpa el espíritu de fiesta por alcanzar las tres décadas de labor y el empeño por encontrar vías que aseguren la continuidad de la obra social que realizan. Los niños lo merecen todo y son su norte, de ahí parte su gestión. El año pasado atendieron 1,053 pacientes únicos, provenientes de toda la isla, que recibieron al menos un servicio. “Hemos visto mucha necesidad entre las familias de los pacientes y mucha gente que todavía no sabe que existimos, ni cómo podemos ayudarlos. Por eso decidimos cambiar el nombre, ya que nos asociaban solamente con el Hospital San Jorge, el proceso culminó en el 2023”, explica Stephanie Moore, directora ejecutiva. Otra estrategia fue incluir directivos de otros hospitales en la Junta de la Fundación para hacer eco del mensaje. La Fundación hace alianzas con hospitales que atienden pacientes pediátricos, poco a poco ha logrado integrarse a la oferta de servicios de apoyo que ofrecen instituciones médicas como el Hospital Auxilio Mutuo, el Hospital Pediátrico del Centro Médico y el Puerto Rico Children’s Hospital. Si el paciente requiere de un especialista y el plan médico no cubre el servicio, lo conectan con el médico y pagan la cita a una tarifa especial. La práctica incluye tratamientos médicos. “Hace poco me reuní con la facultad pediátrica de Menonita Caguas y Cayey porque tienen especialistas y subespecialistas pediátricos. Tengo la lista de todos porque de nada me vale tener alianzas con todos estos hospitales, si los médicos no son proveedores de nosotros, quien les paga a ellos somos nosotros. Cuando un paciente llega a emergencia, el plan le cubre la visita inicial, pero si lo tiene que ver, por ejemplo, una neumóloga o un genetista, no aceptan planes médicos y las visitas privadas están entre los $150 y los $175 dólares. Ahí nos refieren a ese paciente. Si está hospitalizado, nuestras trabajadoras sociales evalúan su caso bien rápido. Al médico convertirse en proveedor nuestro le decimos, ‘atiéndelo que nosotros nos vamos a encargar de pagarte’. Una vez ese paciente entra a la Fundación, se queda con nosotros hasta los 21 años cuando sale de la categoría pediátrica y deben tratarse como adultos”, indica la directora ejecutiva. “Este año planificamos visitar todos los municipios y hacer una alianza con la Oficina del ciudadano de todas las alcaldías para que ellos también nos refieran casos, sabemos que en los pueblos las personas a donde primero van son a las alcaldías. Ahora mismo tenemos pacientes de todas partes de la isla, incluido uno de Culebra; de Vieques no tenemos ahora, aunque hemos tenido antes. Estamos buscando más especialistas pediátricos”, agrega Moore. Logotipo del 30 aniversario de la Fundación de Niños de Puerto Rico, antes conocida como la Fundación San Jorge. Hace poco concretaron una alianza con SER de Puerto Rico, a quienes le pagarán la parte del servicio que no cubra el plan médico o el deducible de los pacientes que les refieran. “Tenemos pacientes que necesitan terapia del neurodesarrollo que los enviamos a recibirlas allá. Igual pacientes que necesiten de un laboratorio genético o especial son referidos acá para nosotros cubrirlos porque el servicio no lo cubre ningún plan. El desembolso lo hacemos a proveedores, a médicos, a laboratorios, a farmacias. Se hacen negociaciones porque no pagamos tarifas privadas, nos dejamos llevar por lo que pague Triple S comercial o Vital, que es Medicaid, para ser justos con todo el mundo”, señala la directora sobre las compensaciones. Otra alianza ejemplar es con el estadounidense Shriners Hospitals for Children, gracias a la cual, ahora habrá una empleada destacada en Puerto Rico reclutada por la Fundación. “Desde antes de que existiera nuestra fundación, el Dr. Robert Walton venía desde Chicago con los especialistas en cirugía plástica a atender niños en Puerto Rico. Ahora viene con los de Shriners que se ocupa de quemaduras, ortopedia y cirugía craneofacial. Nosotros vamos a trabajar con ellos ortopedia y cirugía craneofacial en una alianza bien importante porque los médicos van a operar en distintos hospitales en Puerto Rico, ya no se tendrán que llevar al niño a Estados Unidos”, sostiene Moore. ALIANZAS PROBADAS Vistazo a una pieza que recoge algunas de las historias de los miles de niños y niñas que han impactado a lo largo de su amplia trayectoria. En tiempos de estrechez económica, los hospitales han comprobado que pueden brindar un servicio más efectivo a sus pacientes en conjunto con el tercer sector. “Esta fundación surgió de tres miembros del Hospital San Jorge que vieron que había unas necesidades que no podían cubrir. Si buscas registros del Departamento de Estado, verás que se llamaba San Jorge Childrens Research Foundation y lo que hacía era pagar tratamientos que estaban en etapa de investigación, pero que eran efectivos, porque los planes médicos todavía no los cubren. Después vieron que había otras necesidades y ahí surge el programa escolar en el 2006”, puntualiza Christian Ramírez, director del programa escolar de la Fundación de Niños de Puerto Rico. El caso del Puerto Rico Children’s Hospital en Bayamón es especial y bastante reciente en la historia de la Fundación. Gracias a un donativo de la Fundación Walmart y de Mackenzie Scott, a través de su fundación Yield Giving, la Fundación de Niños de Puerto Rico habilitó la unidad de oncología pediátrica del hospital, adquirió camas para los acompañantes de los pacientes y creó un salón de almuerzo para ellos. También apoyaron la compra de equipo médico, prepararon un salón de clases y un salón de juegos. Una terapista en sicología acude dos veces por semanas en las tardes, especialmente para manejar las pérdidas de pacientes, y una maestra de arte y otra académica interactúan con los pacientes. “Salvo los dos oncólogos que son veteranos, el resto del personal es nuevo en esa unidad en Bayamón y la Fundación ha colaborado con su experiencia. En estos días se ofreció un taller de tanatología para manejar los fallecimientos. Estamos hablando de pacientes que ves todos los días en las etapas más vulnerables de sus vidas, las dinámicas son distintas entre el personal y ellos”, opina Ramírez. “Este año planificamos visitar todos los municipios y hacer una alianza con la Oficina del ciudadano de todas las alcaldías para que ellos también nos refieran casos, sabemos que en los pueblos las personas a donde primero van son a las alcaldías”. Stephanie Moore, directora ejecutiva de la Fundación de Niños de Puerto Rico “Raysa (Saldaña) está en los tres hospitales trabajando aspectos de salud mental utilizando el arte”, agrega Moore aludiendo a Auxilio Mutuo, el Pediátrico y el Children’s Hospital, “y siempre estamos pendientes de su bienestar. Le hemos dicho ‘si tú necesitas algún tipo de terapia, una pausa, tómate tu tiempo’, porque tiene derecho al luto por los pacientes que pierde. Por eso son tan importantes los talleres de tanatología en la unidad de oncología; los ofrecemos por grupos con los pacientes solos, con los papás y con el personal médico”. Sin embargo, las historias de supervivencia tras el paso de pacientes por la unidad de oncología abundan y merecen contarse. Como parte de la campaña de aniversario le están siguiendo la pista a quienes se han recuperado satisfactoriamente para conocer sus vidas actuales. “Tenemos muchos pacientes de oncología que han logrado seguir adelante, ¡tenemos uno que hasta entró en los Marines!”, comparte Moore orgullosa de sus logros. Los servicios auxiliares a familiares en la unidad de oncología incluyen además del escolar y sicológico, respaldo en transportación, en estacionamiento, alimentación para el cuidador, particularmente cuando están lejos de sus familias, artículos de primera necesidad o para el regreso a clases de los hermanitos del paciente, entre otros. “Como Fundación buscamos dar el servicio integral al paciente y a sus familias y tratamos todo el tiempo de identificar, además de la parte médica, otras necesidades que tenga la familia para hacer más llevadero el proceso que sabemos es bien difícil”, sostiene Ramírez. QUIÉN NOS AYUDA Stephanie Moore, directora ejecutiva de la Fundación de Niños de Puerto Rico, tiene como una de sus metas continuar dando a conocer a la fundación y ampliar su capacidad de ofrecer servicios en toda la isla. Tres décadas después de comenzar a brindar servicios, la Fundación de Niños de Puerto Rico aún tiene que explicar su labor al gobierno y a otras entidades a la hora de solicitar fondos. Por eso incluyen en su búsqueda al sector privado. “Hemos tenido una buena acogida con los donantes de la Ley 60. En agosto vamos a hacer nuestra actividad de recaudación con uno de nuestros aliados, Marriot Hotels, la pensamos hacer en Dorado Beach con un coctel para dar a conocer nuestra labor y cómo pueden ayudarnos”, indica Moore quien agrega que con la cadena de hoteles celebran su gran evento de recaudación, Gala gastronómica, cuyo boleto tiene un costo de $125 y es 100% deducible de la planilla de contribución sobre ingresos. También cuentan con el apoyo de la organización estadounidense, Childrens Miracle Network, a la que le pagan una cantidad anual a cambio de herramientas y contactos en tiendas para recaudar fondos. Hace poco terminaron su campaña en los establecimientos Costco en Puerto Rico, en Walmart estarán en julio y siguen en Panda Express. También reciben una asignación de donaciones legislativas estatales. Cada centavo viabiliza los servicios médicos, el año pasado fueron $720 mil. ¿Qué es lo nuevo? En agosto 2023 comenzó el primer Programa Paliativo de la Fundación de Niños de Puerto Rico en el Hospital Pediátrico, ofreciendo terapias multidisciplinarias a pacientes que están con alguna enfermedad de diagnóstico terminal. Además, brindan el servicio de hospicio que no había anteriormente para la población infantil en la isla. El año pasado sirvieron 65 niños. En las evaluaciones de elegibilidad de los participantes se hace un pareo entre ingresos y gastos. Los que reciben servicios de la reforma de salud cualifican con mayor rapidez y los de oncología y servicios paliativos se atienden sin reservas. “Aquí estamos y queremos que todos lo sepan”, culmina Moore quien señala que el próximo 10 de julio debuta su campaña publicitaria que refuerza el mensaje de disponibilidad de la fundación, en caso de que cualquier familia necesite ayuda. Para saber más de su labor, visita https://fundaciondeninospr.org o Facebook @Fundación de Niños de Puerto Rico. Fotos / Javier del Valle
En el nuevo episodio de Oenegé, el pódcast conversamos con Glenisse Pagán directora ejecutiva de Filantropía Puerto Rico acerca de los primeros hallazgos del recién estrenado Observatorio de Datos Por Oenegé Glenisse Pagán, directora ejecutiva de Filantropía Puerto Rico, y Tatiana Pérez Rivera, conductora de Oenegé, el pódcast, analizan la información disponible acerca de la realidad actual del tercer sector a la luz de los retos del momento. Hace apenas unos meses, en febrero pasado, Filantropía Puerto Rico lanzó oficialmente su Observatorio de Datos, una plataforma digital que se nutre de la inteligencia colectiva del sector para compartir información confiable y especializada. Se trata de una herramienta a través de la cual podrás acceder, visualizar y analizar datos para informar tus estrategias organizacionales. Con un fuerte contenido gráfico el Observatorio de Datos aspira a convertirse en un referente para el sector, sobre todo en momentos en los que urge tener información actualizada y precisa ante los complejos escenarios económicos que se enfrentan. El proyecto integra un chat bot de datos que asiste en la búsqueda, un espacio de recopilación de datos vivo para que los usuarios puedan contribuir a la herramienta y aportar a el proceso de medir el impacto social del sector filantrópico a largo plazo. A su vez, el Observatorio crea una comunidad virtual a través de un foro de debate y análisis colectivo de datos. Es decir, la plataforma cuenta tanto con los estudios ya realizados por Filantropía Puerto Rico, como con nuevos sondeos que se incorporan al acervo de información. Sin duda, no basta con tener información, hay que saber organizarla y analizarla para poder utilizarla en favor de los mejores intereses del tercer sector. Y es en ese espíritu de buscar siempre apoyar al sector en su gestión que hoy en esta edición de Oenegé, el pódcast, entrevistamos a Glenisse Pagán, directora ejecutiva de Filantropía Puerto Rico para que profundicemos en los primeros hallazgos del Observatorio y ampliemos la conversación en torno al valor de la información en periodos inciertos para la comunidad filantrópica. Luego de esta conversación abriremos la mesa editorial junto al equipo de comunicaciones de la Fundación Ángel Ramos. Que disfrutes de Oenegé, el pódcast. Escúchalo aquí.
El programa escolar que la Fundación de Niños de Puerto Rico mantiene desde el 2006 en varios hospitales del país, permite que la educación continúe en medio de los retos de salud. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La posibilidad de mantener un grado de normalidad dentro del proceso de hospitalización y de que los pacientes no se atrasen en sus estudios es uno de los muchos beneficios del programa. Un boleto para soñar, eso significa para algunos pacientes infantiles el tiempo destinado a cumplir con su jornada educativa durante las hospitalizaciones. A veces, la meta no es el dominio total del material nuevo que las maestras enseñan, lo importante es desconectarse unos minutos de la rutina hospitalaria y conectarse a lo que hacen sus compañeros en el salón de clase, a la vida fuera del hospital. La Fundación de Niños de Puerto Rico estableció en el 2006 su programa de educación hospitalaria y lo ha mantenido desde entonces. La inversión anual oscila entre 280 y 300 mil dólares. Un año después, en el 2007, llegó Christian Ramírez al programa que ahora dirige. Es maestro de Estudios Sociales y especialista en educación hospitalaria. El estudio formal en este campo comenzó en el 1992 y los estudios coinciden en que genera emociones positivas en el paciente. A juicio de Christian Ramírez, director del programa escolar de la Fundación de Niños de Puerto Rico, servir como enlace entre los pacientes, sus familias y la comunidad escolar es una de las funciones más importantes y complejas dentro del programa escolar. “Como maestro es bien bueno saber que, con lo que uno hace, puede ayudar a esos pacientes para que continúen estudiando. A veces esa satisfacción es la Ley de Educación Hospitalaria. Por mucho tiempo nosotros estuvimos dando cantazos y dependiendo de la buena voluntad de las escuelas. A diferencia de lo que uno pudiera pensar, que todo el mundo tiene buena voluntad y va a ayudar a esos pacientes, no es así. El año pasado tuvimos un problema con el director de una escuela en Yauco que le hizo la vida imposible a una paciente nuestra; la nena tenía las capacidades, el deseo, la voluntad y la mamá tenía todos los documentos. Parte de la satisfacción es uno poder intervenir en esas situaciones. Me apasionan la educación hospitalaria y la mediación, con el paso del tiempo terminaré siendo un mediador entre las escuelas y los pacientes”, confiesa Ramírez. Consciente de la importancia de poder aprender en el hospital, el director del programa educativo de la Fundación de Niños de Puerto Rico compartió su experiencia durante la creación de la Ley de Educación Hospitalaria aprobada en agosto de 2024. Leyendo la prensa, Ramírez se enteró de que el proyecto de ley había sido radicado y contactó a los legisladores proponentes, la senadora Wandy Soto Tolentino y el senador Ramón Ruiz Nieves, para ofrecer sus recomendaciones. “Nos unimos a otra fundación, Hechos de Amor, que estaba activa en esa época, y estuvimos allí trabajando porque lo que proponían se basaba en una ley vieja que la entonces legisladora Kimmie Rashcke propuso en el 2011. En siete ocasiones diferentes senadores de varios partidos la habían propuesto y cada uno iba añadiéndole y quitándole cosas. La senadora Soto Tolentino y el senador Ruiz Nieves tuvieron la apertura de permitirnos proponer modificaciones y cambiarlo de arriba abajo. Terminó siendo un proyecto que responde a las necesidades; se reconoce el servicio, lo que es un maestro hospitalario, se les asignan responsabilidades a los hospitales, a las escuelas, a los departamentos de Educación, Familia y Salud”, indica Ramírez. El educador describió la ley como “sencilla, consistente y con garras para uno poder trabajar”. "La educación hospitalaria le da al paciente ese sentido de pertenencia a su escuela, a ese proceso educativo que tuvieron que interrumpir, y le da la expectativa de luchar para poderse reintegrar a ella. Sabemos que no es para todo el mundo, por los niveles de gravedad de los pacientes, pero quién pueda, le puede cambiar su día". Christian Ramírez, director del programa escolar de la Fundación de Niños de Puerto Rico Según su descripción, la Ley de Educación Hospitalaria implementa un programa educativo que permite a los estudiantes que padecen enfermedades que requieren tratamiento prolongado en instituciones médicas, continuar con sus estudios de manera efectiva y sin interrupciones. Se enfoca en proporcionar un entorno educativo adecuado dentro de los hospitales que cuenten con varias unidades pediátricas. Los hospitales estarán obligados a identificar y adaptar un espacio dentro de sus instalaciones para la creación de 'aulas hospitalarias' que garantizarán que los alumnos puedan seguir su proceso de enseñanza y aprendizaje en cumplimiento con los requerimientos del programa educativo, mientras se respetan estrictos estándares de sanidad. “Uno de los puntos importantes de la ley es que obliga a los hospitales a separar espacio para las clases, si no es así las maestras van a las habitaciones. Antes de que se aprobara la ley, tuvimos el caso del Hospital Pediátrico, que había perdido su espacio para trabajar con los estudiantes. Un día la supervisora de enfermeras, Julia Rivera, nos dice que se le había ocurrido -pidiéndole perdón a Dios de antemano- dividir el espacio de la capilla para compartirlo con el salón y eso hicimos, una pared los divide. Ahora le ley exige que los hospitales públicos tienen que tener un espacio para la educación de los pacientes y los privados deben. La ley reconoce a las fundaciones como las que proveen el servicio”, indica Ramírez. La educación termina siendo un milagro en escenarios retantes, Ramírez está convencido de su poder. “La literatura reconoce la educación hospitalaria como ese elemento que le garantiza la continuidad al paciente. El hecho de que la maestra de la escuela del paciente le envíe material, es una de las cosas que le va a dar variedad a su su vida, de lo contrario estaría en una rutina -a la misma hora me pesan, me toman la presión, el sonido, el olor, la luz, la gente con la que interactuan es la misma. La educación hospitalaria le da al paciente ese sentido de pertenencia a su escuela, a ese proceso educativo que tuvieron que interrumpir, y le da la expectativa de luchar para poderse reintegrar a ella. Sabemos que no es para todo el mundo, por los niveles de gravedad de los pacientes, pero quién pueda, le puede cambiar su día”, agrega Ramírez. La fundación se ocupa además de buscar las notas de los alumnos cuando las entrega el Departamento de Educación. VUELVE EL CAMPAMENTO DE VERANO Si algo ha caracterizado a la Fundación de Niños de Puerto Rico es la celebración de su campamento para pacientes cuyas condiciones de salud le impiden participar en otros con menos previsiones para salvaguardarlos. El programa incluía actividades artísticas y deportivas. “Este año vienen cambios y empiezan el 20 de junio. Antes el campamento impactaba a un grupo de gente que podía llegar a San Juan y a una cantidad limitada de pacientes. Ahora se van a hacer actividades focalizadas para que pueda impactar a distintos niños con distintos intereses. Se está haciendo un inventario de intereses con los pacientes y, a su vez, a esos pacientes se les van preparando actividades de acuerdo con lo que ellos quieren”, anticipa Ramírez. Para saber más de su labor, visita https://fundaciondeninospr.org o Facebook @Fundación de Niños de Puerto Rico. Fotos / Javier del Valle