El conversatorio del Día de la Iniciativa Preescolar 2025 dejó como saldo recomendaciones para integrar la naturaleza en las jornadas de estudio. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Juan Carlos Acevedo Gándara, de la organización Lee conmigo; Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE); y Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación participaron del conversatorio “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”. Siempre aspiraremos a tener las mejores condiciones de trabajo en los salones de clases en el país, pero, mientras alcanzamos la meta, podemos maximizar nuestros recursos y proyectos para que la experiencia educativa sea refrescante. En eso coincidieron Juan Carlos Acevedo Gándara, de la organización Lee conmigo; Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE); y Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación; quienes participaron del conversatorio “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”, realizado como parte del Día de la Iniciativa Preescolar 2025 de la Fundación Ángel Ramos. Ante casa llena en el Cine-Teatro Fundación Ángel Ramos del Centro Criollo de Ciencias y Tecnología del Caribe (C3Tec) de Caguas, los panelistas presentaron la labor que realizan sus respectivas entidades e, inspirados por el tema central del evento, compartieron recomendaciones. Marelis Román, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de FAR, fungió como moderadora. Juan Carlos Acevedo Gándara recordó el impacto que tuvo en su crianza y formación el que su madre le leyera cuentos desde muy niño. Colón, del INE, subrayó que el contacto de los estudiantes en edad temprana con la naturaleza resulta beneficioso para ambas partes al exaltar su sensibilidad. “El contacto con la tierra es importante, hay niños y niñas que de repente tienen las emociones muy altas, vienen del recreo y sentir la tierra hace que bajen. No sé si les ha pasado. Tengo compañeras maestras que han cambiado la estrategia de empezar en las mañanas afuera, antes de ir al salón de clases, para que cuando lleguen estén listos para comenzar su día de trabajo”, agregó la representante de las escuelas públicas Montessori del INE, organización ganadora del Premio Tina Hills en el 2017. De otra parte, Acevedo, cofundador de Lee conmigo, recordó una de las experiencias que más atesoró cuando era maestro de preescolares. “En la presentación vieron una foto de una niña como de dos años sembrando un árbol de retama San José que nos donó Para la Naturaleza. Lo increíble de los árboles es que son una promesa de futuro, no vamos a ver ese fruto hasta varios años y luego, ver a esa niña cuando lo ve florecer, esa carita es algo maravilloso”, destacó Acevedo quien resaltó el impacto que tuvo en su futura vocación que su mamá le leyera libros en la infancia, particularmente uno de sus favoritos, “El flamboyán amarillo”, de Georgina Lázaro. "Lo increíble de los árboles es que son una promesa de futuro, no vamos a ver ese fruto hasta varios años y luego, ver a esa niña cuando lo ve florecer, esa carita es algo maravilloso". Co Fundador de Lee Conmigo “Esa experiencia lectora con la persona que tú amas y la experiencia en vivo al ver el flamboyán, es la experiencia que buscamos los maestros preescolares, sembrar esa semillita para que luego se den esos frutos. Son ejercicios de paciencia, como dice el libro, y eventualmente vas a tener un niño florecido y una naturaleza protegida”, declaró Acevedo tras recalcar la importancia de la promoción de la lectura desde el nacimiento. Por su parte Rosado enfatizó en los beneficios de los paseos fuera del salón ya que, “aunque parezca una actividad sencilla, los niños se involucran demasiado”. “Con esto de observar el árbol, cómo está el clima, las hojas, estar en silencio para escuchar los pajaritos, les da una sensación de calma; ves la diferencia cuando damos el paseo después del recreo y cuando no se puede dar por el clima, la diferencia es marcada. De igual forma, si llegamos del recreo y están exaltados, con colocar en el televisor un sonido del agua o de pajaritos, funciona para relajarlos”, destaca la representante del DE. ¿Y SI NO LOS DEJAN EXPERIMENTAR? Para Joanna Colón, del Instituto Nueva Escuela (INE), el contacto directo de los niños con la naturaleza debe ser una experiencia diaria y compartida con la familia y el entorno del niño. La moderadora señaló que los docentes conocen las bondades del contacto de los niños con la naturaleza, pero los padres no, lo que se convierte en un reto porque les prohíben ensuciarse o mojarse. El mensaje debe llevarse a la familia. “Lo primero que podemos hacer es integrar a los padres de alguna manera en las actividades. Una de las cosas que hacía como maestro es que invitábamos a la familia a sembrar, leíamos un cuento que hablaba sobre la siembra y los padres trabajaban con su niño. Traer a los padres al ambiente escolar es importante para que puedan presenciar el beneficio que tiene para sus niños y para ellos también por el vínculo que se crea”, dijo Acevedo. Por su parte Colón, del INE, coincidió en que reclutar a los padres como voluntarios de sus actividades escolares resulta acertado. “Maestras del programa Enraizando hacen invitaciones abiertas a los padres para que vean a sus hijos trabajar y los mismos hijos los traen. También recomiendo, si es un proyecto más establecido, hablar con las familias para que compren las botitas de plástico para hacer la rutina de cambiárselas al ir al huerto”, destacó Colón. Ruth Rosado Sánchez, del Departamento de Educación, destacó los cambios positivos en el estado de ánimo de los niños cuando entran en contacto con la naturaleza; algo que debe ser considerado en los entornos educativos. Además de integrar a los padres, Rosado considera que los estudiantes deben “tener una plantita viajera que semanalmente un niño se la tenga que llevar y la familia se involucre en el cuidado de la planta”. “Poco a poco, con experiencias, vamos integrándolos, porque podemos decirles muchas cosas a los padres, pero ellos lo creen cuando lo ven. Esta es la mejor forma de que puedan confiar en que esto es lo correcto”, señaló Rosado. Acevedo reconoció que “no todos los días podemos traer a los padres al ambiente escolar o crear una actividad específica, pero sí podemos documentar lo que se trabaja todos los días para que los papás puedan conectarse”. “Tenemos la tecnología, los hacemos parte y así no se sienten tan alejados del salón de clases y puedan ver todas las cosas que sus niños están haciendo; quizás eso les ayuda a bajar esa intensidad y esas preocupaciones que quizás no son tan importantes, pero a ellos se les hace difícil manejar”, señaló Acevedo. De igual manera destacó que “no se puede salir del salón de clases todos los días, pero puedes leer todos los días”, por lo que la selección de libros que despierten la sensibilidad por la naturaleza es clave. Román compartió actividades para integrar el tema de la naturaleza en el salón de clases partiendo de su experiencia como docente. Además de tener la planta y el pez beta que usualmente hay en las aulas, les pedía a los padres una semilla al comienzo del año escolar. El niño la sembraba y tenía la responsabilidad de cuidarla y documentarla. También se pedían capas y botas para aprovechar la lluvia. “Sé que es difícil cambiarlos de ropa, pero son experiencias que los papás no les van a dar y no hay nada más rico que mojarse debajo del chorro. También compartimos libros sobre el tema de la naturaleza en la mochila viajera. Hay mil y una oportunidades de integrar la naturaleza usando todos los sentidos y mientras más sentidos usamos en el aprendizaje, más se consolida en nuestro cerebro. Lo que queremos es darle experiencias enriquecedoras a cada uno de nuestros niños”, indicó Román apostando a replicar experiencias “que trascienden lo académico”. “Lo que hacemos rinde frutos, aunque usted no lo vea en el momento”, cerró Román el conversatorio arrancando aplausos del atento público. Fotos y vídeo / Javier del Valle
Los retos que enfrenta la población de 0 a 21 años en Puerto Rico son persistente. A continuación, te presentamos algunos. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El tercer sector ha sido fundamental en la atención especializada a esta población que, cada día, va en disminución en Puerto Rico. Visibilizar las circunstancias en las que vive la niñez y la juventud en Puerto Rico es el primer paso para entender su situación y encaminarla a su máximo bienestar. Invertir en la niñez -sin olvidar la etapa temprana- siempre será una estrategia que rinda beneficios a corto, mediano y largo plazo en un país. Si revisamos la radiografía que ofrece el Índice de Bienestar de la Niñez y la Juventud que prepararon los especialistas del Instituto del Desarrollo de la Juventud en el 2022, tenemos un cuadro claro en las áreas de economía, educación, familia, salud y estilo de vida, así como seguridad y riesgo. No es noticia nueva que el 58% de los menores en el país vive bajo el nivel de pobreza, partiendo del criterio establecido por la Oficina de Manejo y Presupuesto de Estados Unidos. La misma cifra se repitió en los años 2015 y 2017. La mediana de ingreso de las familias con menores fue de $22,335 y, a partir del 2015, el año con menor cantidad fue el 2018 con $19,097. Un 13% de jóvenes entre los 16 y los 19 años no están matriculados en ninguna institución educativa o formato homeschooling y, tampoco, tienen participación de empleo o lo buscan. Cuando le echamos un vistazo a los padres de los menores, el 37% no está empleado, lo que complica las posibilidades de desarrollo. Al prestar atención al área de educación, se refuerza la propuesta del acompañamiento de una comunidad de apoyo para viabilizar el máximo desarrollo de las aptitudes de nuestros alumnos. Los datos del 2022 reflejan que un 39% de los niños entre las edades de 3 a 4 años no están matriculados en la escuela, mientras que en las edades de 3 a 17 años alcanza un 6%. Un 14% de los jóvenes aceptó que no asiste a clases por sentirse inseguros en la escuela o en el camino a esta. Cuando de composición familiar se trata, el 61% de los menores en el país vive en familias de padres o madres solteras, un 39% de los abuelos están a cargo de sus nietos y el 5% de las mujeres entre los 15 y los 50 años tuvieron hijos y no cuentan con un diploma de escuela superior. Por cada 1,000 menores de 18 años en el país, el 8.3 de ellos ha sido víctima de maltrato. El estilo de vida juega un rol fundamental para asegurar la mejor calidad de vida posible. El 15% de nuestros jóvenes está en sobrepeso, según cifras del 2021, y el 30% no realiza actividades físicas. La tasa de mortalidad infantil es de 7.5 por casa 1,000, partiendo de datos del 2022. ¿Protegen nuestras leyes a los niños en su camino a la adultez? ¿Perciben que les protegemos como sociedad? El Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud revela las presiones a las que se someten. El 9% de los adolescentes entrevistados en el 2021 reveló que ha considerado seriamente cometer suicidio, el 5% de los jóvenes aceptó haber sido víctima de bullying, mientras que el 4% se involucró en alguna pelea física. Debe destacar el hecho de que el 4% confirmó haber utilizado marihuana y el 20% bebió alcohol. MÁS DATOS, MÁS RETRATOS En el marco de abril, mes de la niñez en edad temprana, indagamos el estado de la niñez en la isla en los renglones de economía, educación, familia, salud y estilo de vida, así como seguridad y riesgo. Diversas organizaciones sin fines de lucro en el país también presentan retratos de los niños y jóvenes a los que sirven. En Nuestra Escuela, que recupera el interés por el aprendizaje y el desarrollo de desertores escolares, han confirmado que, de los estudiantes con los que trabajan en su proyecto de educación alternativa, el 40% abandona la escuela antes de graduarse y que el 82% de niños y jóvenes viven en zonas de alta pobreza. En el caso de Proyecto Nacer, organización que estimula la educación de padres adolescentes y de sus hijos, presentaron un perfil de sus estudiantes. Destacan que las edades de los padres adolescentes en escuela superior y universitarios se distribuyen en dos grupos: los participantes de 17 años componen el 75% de sus participantes y el 25% ya es considerado mayor de edad tras alcanzar los 18. Cuando indagaron en el momento en que abandonaron la escuela tradicional, el 35% lo hizo en décimo grado, el 26% en noveno y el 20% en undécimo grado. Los hijos de estos adolescentes reciben servicios de educación temprana hasta kínder en la organización al tiempo que sus padres se educan. A estos desafíos se suma la realidad consignada por el censo que reflejó las transformaciones entre el 2010 y el 2019 en Puerto Rico. Según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, la población menor a 18 años en el país se redujo en un 36%; de 897,024 en julio de 2010 a 572,731 en el 2019. Si antes este grupo representaba el 24% de la población, ahora es el 18%. La pirámide poblacional muestra una base más estrecha al indicar la merma en infantes, niños y adolescentes. En el 2023, el número de nacimientos en Puerto Rico fue el más bajo desde 1888, cuando se comenzó a llevar registro. Datos de la Encuesta de la Comunidad para Puerto Rico del Censo de Estados Unidos consignados por la Administración para el Cuidado y Desarrollo Integral de la Niñez (ACUDEN), la población de niños menores de 5 años totalizó 121,814 en el 2021. Los municipios con mayor densidad poblacional en estas edades son San Juan, Bayamón, Ponce, Carolina y Caguas. Por el contrario, los municipios de Culebra, Maricao y Las Marías ostentan la menor cantidad poblacional de niños menores de 5 años. Cabe destacar que, en el renglón de pobreza, Vieques es el único municipio en el que toda su niñez vive bajo condiciones de pobreza. Altas tasas de pobreza fueron identificadas en Guánica, Patillas y Las Marías. De otra parte, el escenario para esta edad varía en Yauco, Culebra y Guaynabo, municipios con menor proporción de pobreza. ¿Cómo mejoramos las condiciones de vida de ese grupo de residentes de la isla? El tercer sector, sin duda, lo tiene como prioridad en su agenda. Estimular mejores condiciones de vida y desarrollo para los menores de edad y sus familias será el objetivo compartido.
Se trata de un enlace directo y efectivo entre tu organización y la comunidad a la que sirves, que tiene el poder de capitalizar en el conocimiento de los participantes. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El traspaso del conocimiento ocurre a través del promotor de salud que se convierte en una especie de puente entre la organización y la comunidad a la que pertenece. Un promotor de salud comunitaria conoce las fortalezas y debilidades del grupo al que sirve, por lo que resulta la conexión ideal para establecer iniciativas educativas que generen cambios. La organización Iniciativa Comunitaria (IC) lo sabe bien, por ello ha apostado por el desarrollo de este rol que activa en diversas instancias de su gestión que comenzó formalmente en el año 1992. “El promotor de salud es un gran acierto, conoce a su comunidad y puede ser más preciso con su labor, definitivamente conecta la agencia a la realidad de la comunidad”, describe Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC. Indica que los esfuerzos de la organización ganadora del Premio Tina Hills en el 2011 con sus promotores de salud comunitaria comenzaron en el 2013, y han evolucionado con el tiempo y la necesidad en el país. “Soy de las que creen que la teoría y la práctica son la mejor combinación, mucha gente cree que solamente el profesional aporta en el proceso, pero en las organizaciones de base comunitaria nosotros aprendemos de la comunidad para poder dar un mejor servicio que vaya de acuerdo con la necesidad que tienen y seamos aceptados”. Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC “En esa época, comenzamos a trabajar con los líderes formales e informales del Caño Martín Peña, esa área de Las Monjas, Barrio Obrero, Israel y Bitumul, porque es la más cercana a IC. Queríamos hacer un proyecto que beneficiara a la comunidad donde estamos. Comenzamos con Aurinés Torres, que es educadora en salud y doctora en currículo. Ella nos orientó sobre cómo desarrollar promotores comunitarios y nos enfocamos en la población de Las Monjas, por las características que tenía, que son las mismas que vivimos hoy en día en que vemos o muchos adultos mayores o niños, porque la población adulta joven -por las situaciones de violencia en las comunidades- usualmente son los menos. A veces, uno puede hacer este tipo de acercamiento, pero mejor identificamos líderes formales e informales de la comunidad”, detalla López. Los líderes formales ya están reconocidos por sus pares en ese rol, mientras que los informales están empezando a desarrollar esas destrezas en sus comunidades. “Así que junto a Aurinés desarrollamos un plan para identificar estas personas reconocidas en la comunidad, porque obviamente entendemos que el resto de la comunidad iba a seguir con ellos y con personas que están trabajando día a día en sus zonas y todavía no han sido reconocidas. Desarrollamos un proyecto de promotores de salud, adiestrándolos y reforzando áreas que ellos ya conocen porque tienen su historia y saben cómo se manejan situaciones desde la comunidad”, dice en torno a los primeros esfuerzos dirigidos a abordar temas de salud física, mental y ambiental. PROMOTOR = FACILITADOR López destaca que los promotores de salud resultan ser facilitadores en sus comunidades porque “aprenden las destrezas para poder darle continuidad a los servicios”, lo que resulta en una apuesta exitosa para la organización que aspira a que los cambios propuestos perduren. `Desde el 2013 Iniciativa Comunitaria trabaja con `el concepto del promotor de salud en su quehacer. “Nosotros somos facilitadores externos que colaboramos para que ellos le den continuidad al proyecto y, cuando ya nosotros no estemos, ellos puedan continuar liderando y haciendo esas conexiones para dar los servicios. Trabajamos con ellos el desarrollo de unos registros en los que identificaban recursos externos en las áreas de salud mental, vivienda pública y familia, entre otros, y establecían esos contactos para que luego pudieran darle seguimiento a las situaciones que se presentaran en las comunidades. También desarrollan materiales educativos porque el promotor de salud trabaja en las campañas de salud de la comunidad”. Como ejemplo López menciona el trabajo realizado para prevenir el crecimiento de mosquitos, durante el periodo de contagios con chicungunya y el virus del Zika que estos transmiten al infectarse. “En ese caso desarrollaron materiales, invitaron a la comunidad y les enseñaron cómo disponer de esas aguas donde los mosquitos crecen, les enseñaron a no tener aguas acumuladas. Igual hicieron campaña educativa con la práctica de gomas acumuladas porque eran foco de acumulación y crecimiento de mosquitos. Ese promotor de salud lo que hace es que refuerza y sigue desarrollando cosas para la mejor convivencia de la comunidad donde todos están viviendo”, destaca la funcionaria de IC. El trabajo formativo se extendió desde el año 2013 al 2019, “porque con las emergencias que vivimos en el país tuvimos que activarnos en otras cosas; trabajábamos con la comunidad, pero nos diluimos por toda la isla”. Una de las mayores fortalezas del promotor de salud es el hecho de que tiene la libertad de ajustar lo aprendido a su realidad y entorno. “Luego de eso, del 2018 al 2021, trabajamos otras capacitaciones para promotores comunitarios y líderes de salud en los temas de manejo de emergencias y de la pandemia por COVID-19. Los desarrollamos no solamente aquí en Las Monjas, si no que nos movimos a Ponce, que fue uno de los pueblos impactados por la pandemia, los huracanes y los terremotos. Les enseñamos a estos promotores comunitarios a diseñar unos proyectos en los que cada manejo de emergencia tiene cosas similares, pero entendiendo que uno no maneja igual cada emergencia cuando se trata de un terremoto o es una situación como la pandemia”, puntualiza las diferencias. El rol del promotor comunitario evoluciona con la necesidad, pero lo que no se altera es ese rol de enlace entre servidores y servidos. “Formamos ciudadanos en sus comunidades y podemos ser más efectivos en nuestro trabajo. La realidad es que nosotros como organización llevamos una información, pero realmente muchas veces ellos tienen mejores estrategias para manejar muchas situaciones. Por ejemplo, les llevamos una información y nos dicen ‘ah, eso es importante, pero nosotros la llevamos de cierta manera y la gente la acepta mejor’. Soy de las que creen que la teoría y la práctica son la mejor combinación, mucha gente cree que solamente el profesional aporta en el proceso, pero en las organizaciones de base comunitaria nosotros aprendemos de la comunidad para poder dar un mejor servicio que vaya de acuerdo con la necesidad que tienen y seamos aceptados”, culmina López. Para conocer más sobre los programas esta organización, visita su perfil en Facebook @Iniciativa Comunitaria. Fotos / Suministradas
Iniciativa Comunitaria madura un proyecto de prevención y apoyo a adultos mayores que residen en égidas. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Desde el 2020 Iniciativa Comunitaria ha expandido su campo de acción para ofrecer servicios especializados a esta población. Quién piense que los adultos mayores de 60 años no están expuestos a sobredosis por medicamentos o sustancias controladas debe seguir leyendo esta historia. La organización Iniciativa Comunitaria (IC) comenzó en el 2021 un programa dirigido a reforzar la promoción de la salud en las égidas. Aprovecharon el conocimiento con adultos mayores de la promotora en salud, Emirilly Vega, quien inició el programa que utiliza el juego como herramienta educativa. Luego de comenzar con la primera égida, IC consiguió fondos para darle continuidad a la iniciativa añadiendo los temas de soledad y aislamiento en esta población. Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC, explica que con la propuesta han tratado de abarcar temas que al momento impactan a los adultos mayores. “Abordamos el mal uso de medicamentos, porque muchas veces los adultos mayores no tienen constancia de usarlos y están expuestos a sobredosis al igual que otras poblaciones. También trabajamos el tema de la soledad y el aislamiento, diseñando actividades que ellos mismos realicen junto a sus grupos de apoyo. Han designado su promotor de salud de la misma égida quien le da seguimiento a esas actividades que la promotora de la agencia está llevándoles una vez en semana”, explica López. Las visitas son los jueves y se aprovecha para identificar “los temas de mayor necesidad”. De este modo, el siguiente jueves se realiza una intervención con la inquietud detectada. “En la intervención se trabaja una parte de ejercicio, una parte educativa y una parte recreativa. Tienen tres actividades y el promotor de salud lo que hace es reforzar constantemente el conocimiento. Una de las características más importantes de ese promotor de salud es que refuerce el conocimiento de la comunidad, que valide lo que la comunidad conoce para que siempre seamos aceptados en ese proceso educativo”, subraya López. Las visitas comenzaron en la égida, Ciudad Lumen, en Guaynabo. Ya pactaron con la compañía de administración de égidas, Star Management, para bridar el servicio en otras cinco, llegando así a San Juan, Caguas y Bayamón. Para López, el resultado del programa “ha sido sumamente exitoso porque hemos mantenido la consistencia de los participantes”. “Nosotros tenemos un grupo de 20 pero, semanalmente, siempre hay 14 que no faltan nunca. Pueden ir 17 ó 18, pero en tres años esos 14 se han mantenido en el grupo y año tras año hemos podido agregar participantes. La consistencia ayuda mucho al éxito de este tipo de programa”, señala. EL RETO DE LAS SUSTANCIAS CONTROLADAS A través de visitas a égidas y talleres abordan los temas de rigor y presentan alternativas salubristas a cada participante. Los adultos mayores no quedan inmunes ante el uso de sustancias controladas. Tan pronto la organización lo consignó, amplió su abanico de servicios en el año 2020 para alcanzarlos. “Entre la población de trastorno por uso de sustancias hay muchas personas mayores, lo hemos identificado también en personas que viven en la calle. En estos últimos años que hemos visto tantos problemas con las sobredosis, nos hemos dado cuenta de que no solamente la pasan quienes tienen problemas de abuso de sustancias sino también personas que de alguna manera se exponen a la mal utilización de medicamentos recetados porque no conocen cómo utilizarlos, los dejan puestos en mal sitio o no recuerdan las horas en que los tomaron. Por su problema de soledad, el adulto mayor tiene un sistema de apoyo cada vez más limitado y tiene unas necesidades específicas, así fue como poco a poco fuimos dándonos cuenta de que tienen mucha necesidad y los incluimos en los servicios que damos”. López está orgullosa por los resultados de la iniciativa. “Te puedo decir que estas experiencias son bien gratificantes porque, aunque trabajamos a unos niveles en que las personas ya están en un problema de uso de drogas crónico, cuando empiezas a intervenir y tienes la posibilidad de que puedan manejarlo, que no tengan que llegar a la cronicidad de las otras poblaciones que nosotros atendemos, realmente es bien satisfactorio. Esta es una comunidad que, con los años, cada vez está más aislada y necesitan apoyo porque pueden llegar a tener una cronicidad de uso, no importa la edad que tengan, así que puedo decir que la experiencia de IC ha sido muy buena y lo que queremos es seguir expandiendo los servicios”, señala la líder de capacitación. La estrategia de la organización es “incorporar población que, tal vez, todavía no está siendo atendida con el interés que merecen”. “Nos hemos dado cuenta de que no solamente le pasa a quienes tienen problemas de abuso de sustancias, sino también a personas que de alguna manera se exponen a la mal utilización de medicamentos recetados porque no conocen cómo utilizarlos”. Priscilla López, directora del Programa de Capacitación y Desarrollo Profesional de IC “Ha sido super bueno. El resto de los proyectos de IC hemos tenido súper buena colaboración, tratamos de incluir experiencias. A veces nos dicen ‘¿ah, pero le van a hablar del tema de prevención de sobredosis a adultos mayores?’, porque hay personas que no lo entienden, y nosotros decimos que es la población que más sola vive, tenemos que crear un sistema de apoyo. Aún en égidas, usualmente viven individuales, pero pueden ayudarse unos a otros, por ejemplo, en la utilización del Narcan (medicamento de rescate por sobredosis de drogas), porque no es algo peligroso, cualquier persona puede hacerlo y no causa efectos secundarios”, dice. Recordó que el impacto de las adicciones no se limita a quien las vive, sino además a sus familiares y amigos. “De alguna manera u otra las adicciones afectan a todo el mundo y, si todos podemos poner nuestro granito de arena en la misma sintonía y ayudar a toda la población, uno hace la diferencia. También hay que pensar en otras posibilidades, muchos abuelitos son los encargados de cuidar a sus nietos -que saben dónde guardan los medicamentos- y en ese proceso educativo se les enseñan el manejo adecuado. La población de adultos mayores ha sido de mucha ayuda para sus hijos, pero mucha gente se va de la isla porque no tienen empleo entre otras situaciones, por lo que es una población que se ha visto bien impactada por la soledad”. Como educadora en salud, López apuesta por la promoción en este campo y la considera “una de las mejores herramientas para trabajar la prevención y la educación”. “A veces es lo único que tenemos para llegar a todas las comunidades y demostrar que se puede. Tal vez no saldrá todo el mundo, pero si tú logras que los que salgan se mantengan fuera de la adicción, ya uno está haciendo el cambio. Nuestro objetivo es que toda persona se sienta atendida y luego, si no cualifica para los servicios de IC, que se pueda referir adecuadamente. En IC se abre la puerta, se educa a la persona, se le da el servicio inicial y se refiere al nivel de cuidado que necesite. Eso es algo que me ha gustado mucho en más de veinte años que he trabajado aquí”, culmina López. Para más información sobre la labor de IC, visita https://www.iniciativacomunitaria.org. Fotos / Suministradas
El próximo sábado, 5 de abril se llevará a cabo el encuentro dirigido a maestros, cuidadores y personal que trabaja con la niñez en edad temprana, quienes podrán adquirir herramientas didácticas basadas en los programas que subvenciona FAR. Por Oenegé :: Oenegé Los participantes pudieron poner en práctica las herramientas y destrezas aprendidas para trabajarlas en sus centros de cuido y enseñanza con los más pequeños. En el marco del mes de la niñez en edad temprana, la Fundación Ángel Ramos celebra la tercera edición del Día de la Iniciativa Preescolar que se llevará a cabo el sábado, 5 de abril en el Centro Criollo de Ciencia y Tecnología (C3Tec) en Caguas. El encuentro tiene como tema “Conexión entre la Naturaleza y el aprendizaje” y el hilo conductor será precisamente la integración de elementos de la naturaleza en el desarrollo de actividades educativas para la niñez. “Este es uno de los eventos que más disfrutamos año tras año porque nos permite conectar de manera presencial con la comunidad de aprendizaje que hemos ido forjando y, aspiramos a continuar ampliando, en torno a la Iniciativa Preescolar. Para la fundación, invertir en el desarrollo y educación de la niñez temprana no es sólo una prioridad fundamental, es uno de los motores a través de los cuales trabajamos para alcanzar nuestra misión de promover la movilidad social en Puerto Rico”, expresó la directora ejecutiva de FAR, Laura López. “Cada año es una nueva oportunidad para generar los encuentros presenciales que tanta falta nos hacen cuando trabajamos con la niñez en edad temprana. Siempre es positivo reforzar conocimientos, descubrir nuevos acercamientos a la educación y sobre todo inspirar a educadores de todo nivel". Marelis Román, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de la FAR Por más de 20 años, la Fundación Ángel Ramos (FAR) ha tenido como uno de sus principales focos de acción invertir en la educación de la niñez en edad temprana. Particularmente, desde el apoyo a los programas educativos que conforman su Iniciativa Preescolar. La Iniciativa Preescolar es un esfuerzo programático de la Fundación que ha establecido y sostenido alianzas con entidades educativas, a lo largo de más de dos décadas de labor, a través de las cuales se otorgan los fondos y se acompaña la gestión de programas de formación continua, diseñados para quienes trabajan de primera mano con la niñez temprana. Las facilitadoras de cada uno de los programas serán las encargadas de liderar una serie de talleres y presentaciones dirigidos a cuidadores, maestros y personal que trabaja en centros de cuido privados del país. Los programas que componen la Iniciativa Preescolar son: Alcanza de la Universidad de Puerto Rico (UPR), APRENDO de Fondos Unidos de Puerto Rico, Despertar Musical del Conservatorio de Música de Puerto Rico, Integración de las Artes del Museo de Arte de Puerto Rico y, recientemente, se incorporó Encuentros del CELELI del Centro para el estudio de la lectura, la escritura y la literatura infantil (CELELI). El evento contó con la participación de los coordinadores de los cinco programas que integran la Iniciativa Preescolar. El año pasado el evento se llevó a cabo en Ponce y permitió el intercambio de experiencias y saberes entre el grupo de educadores y cuidadores. Este año, se llevará a cabo en Caguas e, igualmente, está abierto a participantes de toda la isla. “Cada año es una nueva oportunidad para generar los encuentros presenciales que tanta falta nos hacen cuando trabajamos con la niñez en edad temprana. Siempre es positivo reforzar conocimientos, descubrir nuevos acercamientos a la educación y sobre todo inspirar a educadores de todo nivel de experiencia a compartir sus saberes y adquirir nuevos. Para mí es un privilegio servir de enlace entre los programas y la comunidad educativa”, comentó Marelis Román, coordinadora de la Iniciativa Preescolar de la FAR. La música, las artes y la conducta son algunos de los pilares que trabajan los programas de la Iniciativa Preescolar. Además de una charla “Encuentro entre la naturaleza y el aprendizaje”, los asistentes conocerán de qué trata cada uno de los programas de la Iniciativa Preescolar, podrán procurar aquellas certificaciones que aún no hayan obtenido y realizarán una serie de talleres para conocer de manera concreta el tipo de herramientas educativas que cada programa ofrece. El evento es abierto a educadores, cuidadores y personal que trabajen con niñez en edad temprana en centros de cuido independientes. Para información comuníquese al 787-763-3530. Puede registrarse aquí.