La organización que integra la Iniciativa Preescolar de la Fundación Ángel Ramos presenta “Resiliencia: compromiso de todas y todos” y ya puedes descargarlo. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El equipo de Alcanza junto a la directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, Laura López, durante la presentación del nuevo proyecto. Todo el conocimiento acumulado por Alcanza luego de los talleres dirigidos a maestras y cuidadores de niñez temprana realizados en diversas zonas de Puerto Rico tras el paso del huracán María en el 2017, los terremotos y la pandemia en el 2020, han dado paso al nuevo módulo de la iniciativa educativa de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, que además integra la Iniciativa Preescolar de la Fundación Ángel Ramos. “Resiliencia: compromiso de todas y todos” se convierte en el módulo número 15 de Alcanza y está disponible de forma gratuita mediante descarga. La fenecida directora de Alcanza, Anette López de Méndez, impulsó su creación tan pronto comenzaron a documentar el estado de la población infantil luego de estas vivencias. Los resultados fueron presentados y reconocidos en la convención de la National Association for the Education of Young Children (NAEYC). Como nueva directora, Yarimar Rosa Rodríguez continuó los esfuerzos. En el módulo, las especialistas Wanda Figueroa Fuentes y María de los Ángeles Agrinsoni Malavé comparten autoría del texto “Lecciones que no se olvidan: Contribuyendo a construir la esperanza en la niñez y las familias”. Portada del nuevo módulo de Alcanza titulado “Resiliencia: compromiso de todas y todos”. Figueroa Fuentes también trabajó “Eso que llaman RESILIENCIA”, mientras que Agrinsoni Malavé se ocupó de “El educador o la educadora: Pieza clave hacia la resiliencia”. “La diversidad: Un camino hacia la transformación de una comunidad resiliente” fue el texto trabajado por Sugeili Ortiz Rivera mientras que Germie Corujo Martínez presenta “La resiliencia en la niñez: el uso de la narrativa para entretejer las voces de la niñez”. Yarimar Rosa Rodríguez tuvo a su cargo el prólogo. “Después del huracán María se hicieron unas investigaciones en el Centro de Investigaciones Educativas (CIE) con la mayoría de los centros en la isla para recopilar información de cómo estaba la parte socioemocional y la parte estructural, especialmente cómo estaba la población con la que trabajaban esas maestras y cómo se encontraban ellas. Se creó una propuesta para trabajar la parte de resiliencia en la Universidad de Puerto Rico en Cayey invitando a los municipios que tuvieron mayor impacto por el huracán María”, explica Kiana P. Pacheco Bonilla, coordinadora de proyectos del CIE. “También habla mucho de transportarnos hasta ese niño interior que tenemos cada uno de nosotros, cómo sanarlo y cómo -a través del tiempo- nos convertimos en personas resilientes sin darnos cuenta”. Kiana P. Pacheco Bonilla, coordinadora de proyectos del Centro de Investigaciones Educativas (CIE) Del resultado de esos talleres iniciales que abordaron el concepto de resiliencia para los alumnos, sus familias, profesores y comunidad, parte el nuevo módulo 15 que ya fue presentado oficialmente al público el pasado mayo. Los eventos que le siguieron al ciclón también generaron contenido que resultó útil para la publicación. “Ya tenemos unas impresiones del módulo que queremos compartirlas con participantes del suroeste, que es donde estamos trabajando ahora con la Fundación Ángel Ramos. También en la página de Alcanza lo tenemos en formato digital y pueden accederlo y bajarlo, no solamente el nuevo sino todos los que ha publicado Alcanza. Están en PDF y pueden ser aprovechados por familias, educadores, cualquier persona que trabaje con niñez temprana”, señala Pacheco. Además de estrategias para realizar con estudiantes, la coordinadora asegura que el módulo 15 invita a la autorreflexión sobre vivencias que pueden encaminarte al deseado proceso de resiliencia. “También habla mucho de transportarnos hasta ese niño interior que tenemos cada uno de nosotros, cómo sanarlo y cómo -a través del tiempo- nos convertimos en personas resilientes sin darnos cuenta”. Encuentra el módulo y aprovecha su contenido en esta dirección: https://cie.uprrp.edu/alcanza/. Para conocer la labor de Alcanza visita: http://alcanza.uprrp.edu. Fotos / Suministradas / Alcanza
Glorymar Rivera Báez debuta al mando de la organización veterana y está decidida a maximizar su alcance. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Rivera Báez se incorporó a la organización como su nueva líder en abril de 2024 y se aseguró de realizar una radiografía de su estado de situación, antes de dar paso al desarrollo de un plan de trabajo a tres años. Que nadie se confunda, United Way de Puerto Rico no piensa que ya alcanzó el límite de sus capacidades porque acumule 57 años de labor. Su nueva presidenta y principal oficial ejecutiva, la doctora Glorymar Rivera Báez, quiere alcanzar más metas. Está convencida de que la organización comunitaria tiene mucho más que ofrecer, sobre todo, según se adapta al cambiante Puerto Rico. “Siempre debemos tener hambre para decir ‘nos ha ido bien hasta aquí’, pero verlo desde ese enfoque crítico de qué más podemos hacer. Hay que regresar a la situación actual del país y decir: ¿Dónde estamos en niveles de pobreza?, ¿Dónde estamos en términos de equidad y acceso a recursos para las poblaciones más desventajadas? ¿Estamos satisfechos con los niveles de calidad de vida en el país? ¿Ha habido una merma en la violencia? ¿Nuestros jóvenes están mejor educados que antes? ¿Cuáles son esas poblaciones que requieren atención como son los adultos mayores? ¿Dónde nos encontramos?”, se pregunta Rivera. “Creo que siempre va a haber hambre si nosotros regresamos a la razón de ser de la organización y nos damos cuenta de que no estamos donde debemos estar y de que hay espacio para mejorar. Siempre habrá esa urgencia”, agrega. Tan pronto llegó a la organización en abril de 2024, Rivera realizó una radiografía interna y recibió el voto de confianza de la Junta de Gobernadores y empleados de la organización para trabajar con la planificación estratégica y un plan de trabajo —a tres años— que les permita asegurar su efectividad. “Han sido dos meses bien felices. Este es mi dream job. Tenemos grandes retos, pero no me quitan la sonrisa”, afirma la titular quien reconoce que su situación al mando de la organización es ideal ya que “hay el deseo, la información y el voto de confianza” para crear. "Cuando somos organizaciones que llevamos tiempo tenemos que replantearnos en qué medida nosotros estamos provocando cambios sistémicos, que las estrategias que estamos integrando ayuden a aliviar la necesidad, pero permitan que la persona salga de su situación". Glorymar Rivera Báez Presidenta y principal oficial ejecutiva de United Way de Puerto Rico Las posibilidades se multiplican y la directora afirma estar preparada, pero ¿quién es Glorymar Rivera? ¿Quién toma las riendas que deja el veterano Samuel González Cardona, líder de la organización en Puerto Rico desde el 2005 y ahora vicepresidente de United Way Worldwide en Latinoamérica y el Caribe? Rivera cuenta con 20 años de experiencia profesional como sicóloga industrial organizacional y 16 de ellos los ha dedicado al tercer sector. Del 2017 al 2023 fungió como directora ejecutiva de Rehaciendo comunidades con esperanza (REHACE), el brazo social de la Iglesia Metodista en Puerto Rico. Esta división agrupa 100 iglesias a través de las cuales ofrece servicios directos a la comunidad y maneja iniciativas de liderazgo y voluntariado. Hija de un pastor metodista, creció en varios pueblos a donde era trasladado su padre: Caguas, Cidra, Ponce, Patillas y San Juan. La presidenta trabajó además en la Organización de Voluntarios Activos en Desastres (OVAD), reconocida por la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias, que cuenta con más de 50 organizaciones afiliadas en Puerto Rico. En el 2019 se convirtió en su presidenta. Dichas tareas las combinó con su labor en la Cámara de Comercio de Puerto Rico, donde apoya el Comité de Calidad de Vida y Responsabilidad Social Empresarial. Gracias a esas vivencias laborales, Rivera estaba inclinada a “apoyar a organizaciones sin fines de lucro e integrar al sector privado”. “La visión de vida y del mundo van cambiando. En ese momento me movía aportar más y llegar a más organizaciones”, dice sobre el surgimiento de su compañía de consultoría, Meaningful Impact. En ese tiempo laboró en diversas instancias con United Way de Puerto Rico, así que al ser invitada a someter sus credenciales cuando buscaban ocupar la vacante de González, “no lo dudé por lo que representa esta organización”. “Esto es lo mejor que me podía pasar”, confiesa. “Lo que United Way hace va a tono con mi visión de vida, abarca muchas cosas, pero logra conciliar dos cosas que me apasionan: el trabajo de servicio directo que se hace a través de las organizaciones sin fines de lucro y lo que yo entiendo que el sector privado puede hacer a favor del país, que es muchísimo”. CRECE EL ALCANCE La nueva presidenta cuenta con 20 años de experiencia profesional como sicóloga industrial organizacional y 16 de ellos los ha dedicado al tercer sector. Rivera asegura que desde el primer día de trabajo en United Way de Puerto Rico el nivel de adrenalina no ha bajado, lo que la hace sentir “como pez en el agua”. “Me encanta la adrenalina y estoy acostumbrada a manejar múltiples proyectos”, dice. Necesitará la destreza porque United Way de Puerto Rico cuenta con 117 organizaciones no gubernamentales afiliadas, cerca de 300 empresas inversionistas y realiza proyectos en alianza con otras fundaciones y agencias del gobierno estatal y federal. “Es una organización bien compleja y amplia”, dice entusiasmada, “mi expectativa a futuro es a que logremos más y que provoquemos más proyectos de impacto”. Rivera no es partidaria de que la ayuda que brinde United Way de Puerto Rico “se quede en la superficie” e invita a diseñar estrategias si los recursos son limitados. “Cuando somos organizaciones que llevamos tiempo tenemos que replantearnos en qué medida nosotros estamos provocando cambios sistémicos, que las estrategias que estamos integrando ayuden a aliviar la necesidad, pero permitan que la persona salga de su situación. Con la cantidad de organizaciones sin fines de lucro que tenemos, que ha ido in crescendo, tenemos que vernos hacia adentro para que el sector sin fines de lucro empiece a incorporar todo lo que tiene que ver con monitorear, con medir impacto, con resiliencia hacia las comunidades, darle los recursos para que veamos una mejoría. Ese es uno de los retos que tenemos en el sector y el otro es la duplicidad de esfuerzos, de recursos. Al final del día somos un 100 x 35 y eso impacta al recaudar fondos y en el mensaje a la audiencia; hay más valor cuando trabajamos de forma colaborativa para potenciar las capacidades que tenemos. Nosotros no somos la razón de ser, son las poblaciones a las que servimos”, subraya. La presidenta se mantiene enfocada, creativa y motivada con la oportunidad de liderar United Way de Puerto Rico. “Siempre le digo a los empleados, lo que nosotros tenemos no lo tiene nadie”, dice orgullosa de su tesoro. Conoce más de United Way de Puerto Rico al acceder: https://unitedwaypr.org. Fotos / Javier del Valle
Nadie puede describir mejor el impacto del escutismo que las participantes del movimiento en Puerto Rico. Conoce las experiencias de Anna, Bianca y Liany. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Tres jóvenes de la nueva cepa de Girls Scouts en Puerto Rico dan rostro a la fortaleza y vigencia de la organización. Lo han experimentado y saben que poseen todo para derrotar la noción de que las Niñas Escuchas solo sirven para vender galletas. “Muchas veces dudan de nuestro potencial y piensan ‘ah, son unas niñas, sólo venden galletas’. Y nosotras podemos hacer de todo, siempre damos la milla extra porque hemos aprendido eso, a trabajar fuerte y a dar lo mejor de nosotras mismas porque eso es parte de nuestros valores, de nuestra ley. Cuando me dicen, ‘no puedes hacer eso’ yo digo, ‘yo puedo hacer eso porque soy Girl Scout”, explica orgullosa Anna Hernández, joven de 17 años de Bayamón, que hace nueve años pertenece a la Tropa 294 de San Juan. “Lo que yo estoy haciendo aquí es algo que no puedo hacer en ningún otro sitio. A mí me está llenando y yo sé que a mí me falta mucho por hacer y lo que estoy haciendo ahora está cambiando de cierta forma a otras niñas y a mí misma como líder. Yo sé que aún me queda tiempo aquí". Bianca Díaz, integrante de la Tropa 066 de Encantada Junto a sus compañeras, Lyani Ayala y Bianca Díaz, comparten con Oenegé lo que ha significado el escutismo en su desarrollo y por qué les sigue intrigando tras dejar la infancia. Lyani tiene 15 años, es natural de Toa Baja, aunque hace ocho años integra la Tropa 252 de Toa Alta, mientras que Bianca, natural de San Juan e integrante de la Tropa 066 de Encantada, es toda una veterana que comenzó en el nivel Daisy (el primero) en el 2012. “Yo veía las nenas grandes tan cool, extrovertidas, tan activas y yo decía yo quisiera ser así, sentía que no podía y mira hoy. Los campamentos eran muy divertidos y decidí hacerme staff para inspirar a las nenas chiquitas como me inspiraron a mí, porque te llenan el corazón de alegría. Es hermoso”, recuerda Bianca. “Inspirar es gratificante”, dice Liany y sus compañeras coinciden. Liany Ayala, integra la Tropa 252 de Toa Alta hace ocho años. Luego de laborar en múltiples campamentos, Jeannette Cruz Beltrán, oficial de enlace comunitario e interagencial de las Girls Scouts en Puerto Rico, asegura que cada joven escucha que retorna a la organización y ve la evolución de las niñas con las que trabajaron cada verano, “puede sentirse orgullosa de esa labor porque la hicieron ellas”. “He escuchado a las pequeñas decir a sus líderes, ‘cuando sea grande quiero ser como tú’, y esa es la oportunidad más linda de trascender, de dejar esa huella porque ya lo están haciendo. No hay que esperar a ser grande para ser líderes, ya lo son y se están desarrollando de esa manera”, resalta Cruz. “Creo que, con solo cambiar el punto de vista de una sola persona, ya uno es líder”, opina Liany, “de que era tímida y ya no lo es tanto, te da felicidad cambiar al menos a una niña”. “Darle las herramientas para que trabajen juntas y para que podamos lograr algo es ser líder”, agrega Anna. GIRLS SCOUT EN ESCUELA SUPERIOR Anna Hernández, quien hace nueve años pertenece a la Tropa 294 de San Juan. A mucha honra llevan las chicas su permanencia en las Girls Scout durante la última etapa escolar. Liany cursará el décimo grado en la Puerto Rico Christian School en Levittown, mientras que Bianca y Anna ya son seniors en el Colegio San Antonio de Padua en Río Piedras. “Muchas chicas en mi escuela eran Girls Scout y dejaron de serlo y cuando me ven vendiendo galletas me dicen, ‘nena, pero ¿tú sigues ahí?’. Yo creo que a ellas nunca les llegó el mensaje de Girls Scouts, sólo querían vender galletas”, dice Bianca. Un amigo de Anna le dijo “ya tú estás grande pa’ eso’”, comentario que no parece afectarle. “Lo que yo estoy haciendo aquí es algo que no puedo hacer en ningún otro sitio. A mí me está llenando y yo sé que a mí me falta mucho por hacer y lo que estoy haciendo ahora está cambiando de cierta forma a otras niñas y a mí misma como líder. Yo sé que aún me queda tiempo aquí”, reflexiona la joven. Jeannette Cruz Beltrán, oficial de enlace comunitario e interagencial de las Girls Scouts en Puerto Rico ha sido testigo de primera mano del desarrollo de liderazgo en las jóvenes que pasan por la experiencia de ser parte de la organización. Integrar el aniversario centenario en Puerto Rico de la organización es motivo de orgullo. “He escuchado tanta gente decirme ‘cuando era chiquita era Girls Scout y me encantaba’, escuchar que ha cambiado a tantas niñas me da mucha emoción”, relata Liany. “Son 100 años de cómo el movimiento ha cambiado a niñas y a mujeres y ha desarrollado a tantas personas y nos ha abierto las puertas, es algo que genuinamente nos ha ayudado a nosotras. Siento que el movimiento ha hecho un gran impacto en Puerto Rico”, destaca Anna. El tiempo pasa, pero Lianys afirma que cosas como “sus principios, su visión y la promesa”, no cambian en las Girls Scouts. “Ni sus canciones”, dice Cruz y les arranca carcajadas a las jóvenes. ¿Qué ha cambiado? “No hemos tenido que hacer muchos cambios porque siempre fue una organización muy inclusiva, siempre le dimos el espacio a todos”, resalta Bianca. “Quizás ha sido cómo darles la vuelta a las cosas para adaptarnos, como cuando llegó el COVID que hicimos campamentos on-line, talleres, actividades para que las niñas pudieran tener la experiencia en ese año en que no podíamos encontrarnos presencial. No hemos cambiado quiénes somos, pero sí hemos buscado cambiar con los tiempos”, menciona Anna. No bien terminaron de escuchar la pregunta de si sus futuras hijas serían Girls Scouts cuando contestaron: “Obvio”, al unísono. Las jóvenes aspiran a alcanzar la medalla de oro, el reconocimiento máximo para una Girl Scout y símbolo de su disciplina y compromiso social. Los parchos, sellos y medallas los lucen en sus chalecos con la seguridad de quien hizo una labor sobresaliente. “Esta es la medalla de bronce de las Girls Scouts”, explica Bianca, “es un proyecto que nosotros trabajamos para ayudar a la comunidad, el mío lo trabajé con las abejas que siempre han sido una parte muy grande de mi vida y decidí ayudarlas… aunque soy alérgica”, explica. “Nosotras nos ponemos un chaleco que está repleto de colores y son diferentes tipos de parchos o pins y cada uno simboliza algo, algunos nos distinguen como tropa o niveles, como las estrellitas; otros son puentes, por cuántos años llevamos; y otros son de qué cosas hemos hecho. Hay unos proyectos que están preestablecidos y los trabajamos con nuestros staff y líderes en reuniones y campamentos, están los journeys, que son un poquito más elevados y buscan tomar acción dentro de algo, y están las medallas, que son los más grandes reconocimientos; están la de bronce, plata y oro. Son proyectos que se trabajan a nivel de comunidad y se puedan mantener o hasta hacen que se establezca una ley”, explica Anna. “Yo tengo la de plata y fue por un proyecto de leptospirosis”, indica Liany la iniciativa de orientación en escuelas públicas y privadas de su comunidad sobre la prevención de esta enfermedad que puede ser mortal, tras el fallecimiento de su primo a causa de ella. “Eso fue lo que me impulsó a trabajar. La leptospirosis es una enfermedad provocada por el orín del ratón. Hice reuniones para orientar a los estudiantes y fue una experiencia muy buena hacerlo y creo que voy a seguir con el tema”, asegura Liany. Lo próximo para Anna y Bianca es trabajar su proyecto con miras a ganar la medalla de oro. “Es lo que dices desde chiquita, ‘ay, yo voy a hacer la de oro’ porque es el más grande logro para nosotras”, culmina Anna. Créanles a las tres cuando dicen que harán algo, son Girls Scouts. Para más información sobre el movimiento Girls Scouts en Puerto Rico y su celebración centenaria, visita cgspr.org o su página de Facebook @CaribeGirlScoutsCouncil. Foto / Javier del Valle EN QUÉ CREEN LAS GIRLS SCOUTS PROMESA Por mi honor yo trataré de servir a Dios y a mi patria, ayudar a las personas en todo momento y vivir conforme a la ley de las Girls Scouts. LEY Yo me esforzaré a: ser honrada y justa, cordial y servicial, considerada y compasiva, valiente y fuerte, y responsable de lo que digo y hago. Y a: respetarme a mi misma y a los demás, respetar la autoridad, usar los recursos de manera prudente, hacer del mundo un lugar mejor, y ser hermana de cada una de las Girl Scouts. MISIÓN Girl Scouts ayuda a las niñas a desarrollar la confianza en sí mismas, el valor y los principios para hacer del mundo un lugar mejor.
Caribe Girls Scouts cumplirá 100 años en Puerto Rico formando lideresas de todas las edades. Repasamos su historia. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Al centro, Ness Marie Tollinchi, directora de Caribe Girls Scout, entidad que resultó finalista del Premio Tina Hills en el 2017. Caribe Girls Scouts (CGS) se encamina a cumplir 100 años en Puerto Rico. La cifra se dice fácil, pero que el concilio de escutismo haya mantenido consistencia en la labor de inculcar valores como amor, respeto, solidaridad y liderazgo en la isla a lo largo de un siglo resulta encomiable. Hoy cuentan con casi 2,400 participantes de todas las edades y 705 líderes. “En estos 99 años, hemos visto a nuestras niñas crecer, asumir desafíos y convertirse en líderes excepcionales en sus comunidades y más allá. Hemos sido testigos de su creatividad, su espíritu de servicio y su compromiso con hacer del mundo un lugar mejor. Cada proyecto, cada camping, cada insignia ganada, ha sido un paso hacia un futuro más brillante y lleno de posibilidades”, resume Ness Marie Tollinchi, directora de Caribe Girls Scout en la isla, organismo que integra los 112 concilios de Estados Unidos. “Agradecemos profundamente a todos los líderes, voluntarios, familias y amigos que han apoyado y guiado a nuestras Girl Scouts. Su dedicación y amor han sido fundamentales para nuestro éxito y para la formación de futuras generaciones de mujeres fuertes e independientes”, agregó Tollinchi. CGS ofrece programas y servicios a chicas desde el grado kínder hasta cuarto año que se distribuyen entre los niveles Daisies, Brownies, Juniors, Cadettes, Seniors y Ambassador. Cuando integran los últimos dos niveles, las participantes pueden someter un proyecto que resuelva un problema en su comunidad siguiendo siete pasos preestablecidos. Los resultados obtenidos las llevan a recibir medallas de bronce, plata y, la más codiciada, de oro. El concilio de Puerto Rico acumula 8 Gold Awards, premio otorgado a los mejores 10 premios medalla de oro entre todos los concilios en Estados Unidos. El pasado mayo, la organización realizó su primer esfuerzo de recaudación de fondos en más de una década bajo el tema “Campfire de Colores”, en la Plazoleta del Banco Popular de Puerto Rico en Hato Rey. Así calentaron motores para el festejo. Después de todo, hay mucho por celebrar. “Estamos aquí para trabajar prevención, estamos trabajando con estas niñas, dándoles las herramientas para que ellas encuentren su liderazgo, para ellas encontrar su voz, para fortalecer su autoestima y sus valores. Nuestra fundadora dijo ‘no es crear, es desarrollar’ porque en cada una está esa líder y le queremos dar esa oportunidad de manifestarse”, explica Jeannette Cruz Beltrán, oficial de enlace comunitario e interagencial de CGS desde el 1997. PIONERAS EN PUERTO RICO Jóvenes muestran algunos de los distintos uniformes que han utilizado a lo largo de su paso por las Girls Scouts en las distintas etapas de su desarrollo. Aquí todo comenzó con Generosa Fernández. La fundadora del concilio boricua de las GS quedó encantada con luego de verlas en acción en la Union Chuch de Miramar, entre las familias estadounidenses que vivían en Puerto Rico. Contactó a la sede estadounidense fundada por Juliette Gordon Low en el 1912, con la intención de que las niñas puertorriqueñas se beneficiaran del escutismo, y en el 1925 se fundó la Tropa 1 en Union Church en San Juan, a la que se le unieron tropas en Ponce y Caguas. Durante esa primera etapa, el movimiento dio a conocer en el país su mensaje principal. “Si yo soy una mejor persona, donde quiera que esté y me desarrolle voy a hacer del mundo un lugar mejor”, lo resume Cruz quien ofrece los adiestramientos y lidera proyectos especiales de CGS. El siguiente pase de batón recayó en Elisa Colberg, una maestra de Cabo Rojo que se enamoró del potencial del escutismo y entre los años 1932 al 1971 se dedicó a expandirlo en nuestro país. Incluso, se adiestró en Estados Unidos en torno al potencial del escutismo y encaminó su transformación local. “Ella fue la que ayudó a que ‘Puerto Rico se vista de verde’ y que el movimiento llegue a casi todos los pueblos. Logró alianza con el Departamento de Educación y se incluyó en las escuelas, con las estudiantes de pedagogía en la Universidad de Puerto Rico. Logró apoyo del club rotario, de iglesias, de gobiernos municipales y estatales para que trascendiera el movimiento”, explica Cruz. Descubrir, conectar y ponerse en acción es la fórmula del escutismo para desarrollar liderazgo que no pasa de moda “En estos 99 años, hemos visto a nuestras niñas crecer, asumir desafíos y convertirse en líderes excepcionales en sus comunidades y más allá. Hemos sido testigos de su creatividad, su espíritu de servicio y su compromiso con hacer del mundo un lugar mejor” Ness Marie Tollinchi, directora de Caribe Girls Scout en la isla, organismo que integra los 112 concilios de Estados Unidos. “Primero conocen ‘quién soy’ y luego se conectan con quienes son afines y con quienes no lo son también porque ‘yo quiero aprender’ y, por último, mi liderazgo me lleva a tomar acción. Por eso me gusta decir que es un liderazgo con propósito, lo que yo he vivido tengo que compartirlo con otras personas”, señala Cruz. Desde sus comienzos, al movimiento también lo ha caracterizado su inclusividad. Las integrantes poseen diversos trasfondos sociales, religiosos o de nacionalidad, entre otros, lo que fortalece cada tropa. “Queremos crecer, aumentar matrícula, reclutar más voluntarios y celebrar 100 años de historia; no es fácil llegar aquí y seguir siendo pertinentes. Las niñas necesitan este espacio seguro para desarrollarse en espacios sin condiciones y sin juzgarlas. Le decimos a la gente ‘estamos aquí, seguimos aquí y seguiremos porque queremos seguir siendo una opción para nuestras niñas y jóvenes. Aunque sea un año en las Girls Scouts, será un año que cambiará tu vida”, promete Cruz. Para más información sobre el movimiento Girls Scouts en Puerto Rico y su celebración centenaria, visita cgspr.org o su página de Facebook @CaribeGirlScoutsCouncil. Foto / Javier del Valle
Desde ingeniería sostenible hasta diseño de videojuegos se abordarán en los distintos paquetes educativos que ofrecerá la organización en junio y julio Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El Verano Ste[a]m presenta alternativas diversas para niños y jóvenes en las que la ciencia es parte de una experiencia educativa y divertida en el verano. ¿Quién ya tiene definido qué harán sus hijos durante este verano que se avecina? Si no es tu caso, debes saber que el Centro Criollo de Ciencia y Tecnología (C3Tec) ofrecerá distintas experiencias como parte de su Verano Ste[a]m, que tendrá lugar en su sede en Caguas durante los meses de junio y julio. La primera opción presenta la oportunidad de escoger un taller e integrarlo a la vivencia con la exhibición permanente. Para el taller puedes seleccionar entre los temas Detective científico, Innovando con la ingeniería sostenible, Descubriendo la impresión con 3D o Composta: reciclaje de nutrientes del suelo. Tendrás además la experiencia en el laboratorio de biología, de física, así como en el de diseño y fabricación digitales, y disfrutarás del documental educativo en formato 3D “Blue Whales”. Cada año la oferta del campamento se diversifica a la luz de las tendencias educativas y de la curiosidad de los participantes. Justo en ese documental educativo se basa la opción 2, ya que además de verlo, podrás diseñar tu ciudad sostenible mediante códigos. La tercera opción será un “Encuentro maker” y se propone que los participantes conecten con su lado creativo ya que les invita a que coleccionen, construyan, programen, reúsen, forjen y creen. Tres temas serán el punto de partida: descubriendo el mundo de la electricidad, el arte del diseño y diseño de videojuegos. La cuarta opción es un programa exclusivo para el mes de julio. “Como todo un gamer, ¡ven y diseña tu demo!”, abrirá la puerta al conocimiento básico de la programación. Además de aprender conceptos básicos, los participantes podrán conocer a un gamer y programador puertorriqueño. PARA CADA INTERÉS El trabajo en equipo y la experimentación distinguen los talleres y experiencias que reciben los participantes. Cada alternativa va dirigida a diversas edades; tiene calendarios, horarios, costos y cupos diferentes, por lo que te sugerimos comunicarte con el C3Tec. “Las personas pueden escoger entre las opciones y la asistencia es por reservación. El paquete básico incluye la exhibición, los talleres y los tres laboratorios. Hay algo para todas las edades hasta 17 años, el paquete de los videojuegos es para los más grandecitos. El mínimo por grupo serán 15 personas y, el máximo, 25”, explica Tasha Endara Álvarez, directora ejecutiva del C3Tec. “Todas las visitas de nuestros participantes son diferentes y, sin darnos cuenta, estamos tocando muchas necesidades allá afuera en la comunidad” Tasha Endara Álvarez, directora ejecutiva del C3Tec Los educadores de la organización brindarán los talleres que propiciarán a los niños y jóvenes acercarse a temas variados desde la electricidad y la conservación ambiental hasta la programación. Cada año la oferta se transforma. “En muchas ocasiones el resultado de estos cambios en el programa es mayor alcance y con eso digo cosas nuevas a las que no están expuestos los estudiantes en el día a día de las escuelas y las conocen o las complementan con nosotros. Si ya viniste a unos talleres con un tema específico, ahora puedes repetir con otros temas. Hay variedad. Los resultados han sido que los papás pueden escoger y ver las preferencias de los chicos o de las chicas. Dependiendo de la matrícula, vamos repitiendo los talleres que más demanda tienen”, declara la directora ejecutiva. Los educadores de la organización abordan temas variados como la electricidad, la conservación ambiental y la programación. Cuando llegan al centro durante los primeros días, Endara ve “chicos hablando ilusionados de lo que van a hacer, de lo que están esperando, lo que ya hicieron en la escuela y aquí lo van a poner en acción, o vienen más tímidos sin saber lo que van a hacer, les gusta y repiten”. Las emociones son evidentes, las transformaciones toman un poco más de tiempo en percibirse. “Todas las visitas de nuestros participantes son diferentes y, sin darnos cuenta, estamos tocando muchas necesidades allá afuera en la comunidad. Con poquito de aquí, con poquito de allá de las propuestas, buscamos cómo seguir trabajando y ofreciéndoles lo mejor”, subraya Endara. El C3Tec está ubicado en la avenida Gautier Benítez #59 en la ciudad criolla. Para más información sobre su Verano Ste[a]m, llama al 787/653-6391. Fotos / Suministradas / C3Tec