Coordinadores de Voluntarios de diez organizaciones sin fines de lucro practicaron sus estrategias para atraer voluntarios en un mensaje de cinco minutos, como parte del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de FAR. Toma nota de las recomendaciones. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Astrid Morales repite como líder de los talleres en este cuarto ciclo del programa. Cinco minutos pueden abrir la puerta a un sinnúmero de posibilidades. Utilizarlos para hablar sobre la pasión por el servicio, la satisfacción que brinda y la oportunidad de disfrutar experiencias enriquecedoras, son el anzuelo ideal para atraer voluntarios que maximicen los servicios de diez organizaciones sin fines de lucro que participan del cuarto ciclo del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de la Fundación Ángel Ramos (FAR). Presentaciones de prueba para comunicar dicho mensaje -en ese máximo de tiempo- fueron realizadas por los nuevos Coordinadores de Voluntarios de cada organización el pasado viernes 3 de diciembre, enmarcadas en la celebración internacional del Día del Voluntariado (5 de diciembre). La labor voluntaria puede asegurar la labor de las organizaciones sin fines de lucro. Aquí, trabajo realizado por la organización Mujeres de Isla. El Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de FAR ofrece al directivo de cada organización y a un nuevo recurso, estrategias para atraer e incluir la labor voluntaria en el crecimiento y la sostenibilidad de la misma. Hogar Ruth, Mujeres de Isla, Liga de Estudiantes de Arte de San Juan, Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, CMTAS, Productora Ángeles del-fin, Casa Protegida Julia de Burgos, Apoyo Empresarial Península de Cantera y Asociación Pro Juventud Barrio Palmas de Cataño participan del taller que ofrece la consultora en voluntariado y desarrollo organizacional, Astrid Morales. “Este día siempre es bien importante para mi, se nos mueven las emociones porque es bonito escuchar cómo los coordinadores se apropian de las organizaciones y se desarrolla un vínculo bien especial”, afirmó Edenmarí Class Montijo, gerente de Comunicaciones y Desarrollo Organizacional de FAR. Los Coordinadores de Voluntarios ya conocen el trabajo de cada organización, sus fortalezas y desafíos. Su mensaje estará dirigido a potenciales candidatos para interesarlos en el servicio voluntario. ¿Por qué servir? ¿Para qué? son algunas de las preguntas que deben responderse en el mensaje que, además, comunicará de forma atractiva la misión y el trabajo de la organización. RECOMENDACIONES Edenmarí Class Montijo, gerente de Desarrollo Organizacional de FAR. Solimar Dávila, de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, fue la primera en presentar y exaltó la posibilidad de construir redes de solidaridad en la organización. “Destaca primero que la Red es una organización con el compromiso de atender a la niñez y la juventud, y luego dime porqué esos niños y adolescentes necesitan corazones solidarios que quieran sumarse para transformar sus vidas, qué pueden hacer esos corazones para apoyarla”, recomendó Morales en un proceso que se repitió luego de la presentación de cada organización, las cuales catalogó de “excelentes”. La consultora instó además a crear un correo electrónico exclusivo para canalizar con mayor agilidad la relación con los voluntarios. “Cuando una persona te escribe pidiendo información para convertirse en voluntario, tienes 48 horas para comunicarte con ella porque, de lo contrario, vas a perder su compromiso”, dijo Morales. Lymarie del Campo habló de la Liga de Estudiantes de Arte de San Juan y destacó la oportunidad de reconectar con su labor desde cualquier punto. Para Morales, el estilo de narración usado en la presentación “invita a conectar con la historia”. “Capitalicen en el modelo teórico de lo que son organizaciones que trabajan en programas centrados en la juventud, son modelos que se centran en que esas poblaciones necesitan figuras adultas que asuman un rol importante en sus vidas; para el voluntario no es solo dar tiempo si no convertirse en una figura que apoya el desarrollo positivo de la juventud”, recomendó. “Es importante transferir ese amor por la organización, a cada voluntario que llega usted se asegura que este mensaje se ofrezca y así tiene otra persona que se convierte en promotor de la organización y trasciende el estatus de voluntario”. Cuando Génesis Riollano habló de la Casa Protegida Julia de Burgos subrayó el concepto “Yo apoyo a Julia” y las múltiples definiciones que puede tener. “Lo próximo después de “Yo apoyo a Julia” debe ser explicar qué es eso de ‘fuerza, vida y esperanza’ que proponen, cómo esos componentes apoyan a la organización y cómo se dan las oportunidades para el voluntariado. “Yo apoyo a Julia” me da una vibra de esperanza”, opinó Morales. Mayra Ramos Molina se ocupó de hablar sobre Apoyo Empresarial Península de Cantera. Resaltó su alcance fortaleciendo al individuo y a la familia para lograr el desarrollo de dicha comunidad sanjuanera, aún cuando son una organización pequeña- y las posibilidades de ampliarlo con obra voluntaria. Morales instó a comenzar con detalles sobre los participantes de la organización. “Voluntariado para qué, para quién, por qué. Puedes capitalizar hablando cómo el trabajo histórico en la comunidad de Cantera mejora la calidad de vida y que es un ejercicio continuo. Establece que desde diferentes trincheras los voluntarios pueden apoyar a la organización”, recomendó. De la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades habló Leslie Santiago y cómo exalta los valores humanísticos brindando subsidios a organizaciones, comunidades, universidades, museos e individuos para proyectos que reflejan la tradición puertorriqueña desde su sede en el Cuartel de Ballajá en el Viejo San Juan. “Para darle más fuerza a tu mensaje, puedes destacar cómo en el Cuartel de Ballajá se acoge un pedacito que cuida, protege y promueve las historias, tradiciones y valores humanísticos. Tu texto puede abrir la sección de voluntariado en la página web de la Fundación. Es importante transferir ese amor por la organización, a cada voluntario que llega usted se asegura que este mensaje se ofrezca y así tiene otra persona que se convierte en promotor de la organización y trasciende el estatus de voluntario”, subraya Morales. Y NOS FUIMOS AL CAMPO Nydia Torres habló de CMTAS y para comenzar invitó a la audiencia a trasladarse al campo, en este caso, al barrio Quebrada de Yauco donde ubica la organización. Luego habló de los diversos servicios educativos y sociales que ofrecen y los planes en agenda. Textos como este quedan al alcance del público, gracias a la labor de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades. “Te recomiendo hacer una presentación con fotos en alta resolución para capitalizar en el valor del campo y lo que nos entrega al país y a los que quieran servir como voluntarios. Tenemos que mostrarle al voluntario todo el beneficio que tiene el ser humano cuando se desconecta de la jungla del cemento, que además de servir a un proyecto que aporta a empresarios que cuidan nuestra tierra, te regalas un espacio de bienestar”, añade Morales. La labor de Mujeres de Islas en la capacitación de los residentes de Culebra para viabilizar el desarrollo sostenible de Culebra, fue presentada por Yira Rodríguez. “Reduce la cantidad de fotos para que haya más impacto dejando las mejores, porque es importante ver cómo Culebra empodera y lo que representa la isla en el archipiélago, cómo está desconectada de las agencias gubernamentales. Pueden capitalizar al crear una experiencia de empresarismo social desde el voluntariado aprovechando el albergue para seis personas, pueden vender experiencias de voluntariado bien planificadas, así los voluntarios pueden ir a servir, conocer y aportar”, exhorta Morales. Paola M. Samó contó cómo Hogar Ruth logra que sobrevivientes de violencia de género tengan segundas oportunidades. “Nuestro país necesita que sigamos subiéndole el volumen a estas historias que ustedes hacen”. “Cuando dijiste que el voluntariado es una mano amiga es importante capitalizarlo. Puedes destacar que el voluntariado en Hogar Ruth son manos amigas que abren puertas y espacios seguros desde la libertad”, dijo Morales. Zelma Carrasquillo Guzmán fue enfática sobre la labor que realiza la Asociación Pro Juventud y Comunidad Barrio Palmas en Cataño: “Amamos servir”. “Escoge cinco o seis imágenes poderosas y yo empezaría explicando el trabajo en la comunidad, qué logra, su impacto y de ahí iría a que desde el principio se cimentó en las manos voluntarias. Destacaría cómo se sigue amplificando el trabajo y que el voluntariado sepa que el servicio transforma”, recomendó Morales. Alejandro Montalvo habló de Ángeles del Fin, una industria creativa de base comunitaria que promueve la resiliencia, el empoderamiento comunitario, la prevención y la justicia social a través de las artes. Invitó a sumarse a la iniciativa “Voluntariarte”. “Que esta sea la situación que marque tu destino para tu desarrollo y el de los demás”, destacó Montalvo. “Ese cierre de ‘lo que marca tu destino’, eso hay que capitalizarlo. Arrancaría hablando de la importancia con esos eventos que marcan tu destino y trataría de rescatar una historia breve que recoja el momento que marcó el destino de la organización, el que motivó su creación y generó una fuerza expansiva”, recomendó Morales tras culminar la última presentación de la tarde. “Nuestro país necesita que sigamos subiéndole el volumen a estas historias que ustedes hacen. Tenemos que darnos cuenta de la importancia de este mensaje de cinco minutos que puede hacerla diferencia en la vida de una persona y de una organización”, concluyó Morales. En enero comenzarán las asistencias técnicas a cada organización, como parte del programa.
Representantes de organizaciones sin fines de lucro participantes del cuarto ciclo del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de la Fundación Ángel Ramos destacan su relevancia. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Lisdel Flores, Hogar Ruth. La satisfacción tras las presentaciones de los Coordinadores de Voluntarios era evidente en la audiencia. Comprendieron a la perfección la labor que mueve a cada organización que les abrió las puertas y, mejor aún, lograron comunicarlo durante la tanda de presentaciones realizada como parte del Programa de Formación y Desarrollo de Voluntariado de la Fundación Ángel Ramos (FAR). Participan en este cuarto ciclo del programa Hogar Ruth, Mujeres de Isla, Liga de Estudiantes de Arte de San Juan, Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Fundación Puertorriqueña de las Humanidades (FPH), CMTAS, Productora Ángeles del-fin, Casa Protegida Julia de Burgos, Apoyo Empresarial Península de Cantera y Asociación Pro Juventud Barrio Palmas de Cataño. La consultora en voluntariado y desarrollo organizacional, Astrid Morales, es quien lidera el programa. “Aquí ha habido demasiado aprendizaje sobre organización, sobre estructura, ya tengo todo en mis notas”, celebró entusiasmada Emibell Chong, gerente de Programas de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud. Carlos García, director de programas e Iniciativas Comunitarias de la organización Apoyo Empresarial Península de Cantera confesó estar “muy entusiasmado con el programa de voluntariado” que definió como “fundamental”. “Estoy loco por ir a Culebra, a Yauco, para conocernos. Debemos mantener y cultivar estas relaciones con las organizaciones, espero que sea el comienzo de muchas cosas buenas”, añadió García. Dulce María del Río, Mujeres de Isla. Entre los meses de enero y marzo, Morales tendrá espacios de mentoría directa con cada organización participante del ciclo. “Me quedé muda de la emoción luego de escuchar a Leslie (xxx, coordinadora de voluntarios) y a Margarita (Benítez, directora ejecutiva de la FPH) decir lo que se siente al hablar de estos temas. Lo que más que me impresiona es ese amor absoluto que nos cogen, eso me parece bellísimo y todo eso se contagia en todas direcciones”, destacó Sonya Canetti, diectora de la Oficina de Proyectos de la FPH. “Me llevo todo el aprendizaje, que fue muy completo. Lo que tengo en la cabeza cuando pienso en voluntariado es algo muy estructurado a nivel de narrativa y lo práctico para las organizaciones es una ganancia enorme, ese amor por el trabajo que hacen, ese sentido de que somos parte de algo más grande. Estamos en un momento tan difícil del país, parece que todo se va por el chorro, pero aquí vemos que es todo lo contrario, confirmamos que en este tercer sector está gran parte de lo que será nuestro futuro”, añadió Canetti. CONSTRUCCIÓN QUE NO ACABA Morales coincidió con Canetti y destacó que espacios como el taller son “reafirmantes”. “Me doy cuenta de que todos los días construimos el país”, añadió. Lisdel Flores, directora ejecutiva de Hogar Ruth, confesó estar “bien pompeá”. “Este proceso llevo añorándolo hace mucho tiempo. Reconozco el voluntariado de una manera extraordinaria y ha sido lo que nos ha permitido seguir, mientras otras fuentes se reducen, es lo que nos ha sostenido. He recibido muchos golpes en otras áreas, pero esta ha sido tan y tan importante durante este tiempo que, si logramos capitalizar eso, hacerlo de manera estructurada, bien concreta, eso nos beneficiará. Estoy loca que llegue enero y empecemos ya. Me llevo muchas cosas de este programa con mucha emoción”, agregó Flores. Coraly León, Casa Protegida Julia de Burgos. Dulce María del Río, cofundadora y coordinadora organizacional de Mujeres de Islas destacó los vínculos evidentes entre organizaciones. “Algo que sentí en las presentaciones es cómo podemos conectarnos y la importancia de las relaciones, eso hace que se mueva un país de la manera que queremos que pase. Agradezco el poder seguir hilvanando, siento que seguimos construyendo el país que queremos y que nos merecemos y nos los vamos a dar”, vaticinó. Coraly León, directora ejecutiva de Casa Julia, señaló cuán “hermoso es escuchar el trabajo que hacen todas las organizaciones, el esmero, el empeño y la importancia del voluntariado para cada organización y conocer cada proyecto y el afán con el que hacen cada trabajo por el país”. “Tenemos que ver la posibilidad de lograr alianzas concretas, ver cómo nos apoyamos. Poder fortalecer el mensaje para seguir atrayendo voluntarios ha sido bien enriquecedor”, insistió León. Morales también celebró la “constancia y la persistencia de mantenerse en el programa a lo largo de cuatro semanas” de cada participante. “No olvidemos nunca agradecer y visibilizar la labor de nuestros voluntarios”, recordó la consultora para culminar. Sumar nuevas manos a la obra del tercer sector siempre será la meta.
Luego de haber sido finalista en otras ediciones y reconocida en la edición especial por su labor tras la emergencia del Huracán María, Taller Salud gana el Premio Tina Hills 2021. Conoce el trabajo de esta organización sin fines de lucro. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé La definición de salud que maneja Taller Salud es elástica. Primero se ocupó del cuerpo femenino y, después, de los factores externos que lo afectan. En la planificación de servicios de la organización comunitaria con 42 años de experiencia, el término “salud” adquirió el apellido, “integral”, que varió las definiciones con que -tanto organización como participantes – diseñan el deseado estado de bienestar. “Lo primero es que nosotras entendemos la salud como un derecho humano que no es negociable y lo segundo es que para nosotras la salud tiene apellido; la salud es integral, es un estado de equilibrio que cada persona tiene con su entorno, eso quiere decir que cada persona define lo que es salud para sí misma y eso también le aplica a la comunidad. Ha llegado un punto donde nosotras nos consideramos testigos y facilitadoras del proceso de apoderamiento de su propia salud que lidera la persona”, dice Tania Rosario, quien hace cinco años dirige la organización. Sin duda, esta etapa de crecimiento requiere “que alguien te dé la mano”. “A veces las circunstancias de vida, especialmente en nuestras comunidades con más vulnerabilidad, los retos son múltiples y son como unos muros altos de sobrepasar. Nuestro trabajo es defender el derecho de la gente a su proceso de imaginar la vida que quieren, apalabrar y encaminar los procesos que sean necesarios para vivirla”, añade la directora. Tania Rosario, directora ejecutiva de Taller Salud. Foto / José Pérez El modo flexible con el que la organización abraza el concepto de salud, la llevó a concebir Acuerdo de Paz, un programa de acompañamiento y mentoría basado en evidencia, establecido en 2009 para prevenir la violencia en comunidades de Loíza, transformar conductas afines y establecer una cultura de paz sostenible. Identificar, interrumpir y transformar es la vía de acción con los participantes, junto al impulso para culminar estudios e incentivar el desarrollo económico. “Nosotros llegamos a Acuerdo de Paz de la mano de las mujeres que nos dejaron saber que, si había una prioridad de salud para ellas, era que no le mataran sus hijos. Ahí es donde viene la flexibilización, decir ‘si esto es una prioridad de las mujeres pues debe ser una prioridad feminista’, no importa que no lo hayamos hecho antes, podemos aprender o podemos encontrar un modelo o adaptarlo a nuestra realidad y podemos aprender en el camino”, menciona Rosario. Lo que a todas luces era un problema en alza por años y sin solución a la vista, comenzó a ceder. Tras el primer año se redujeron en un 52% los asesinatos violentos, indica. “Se ve como una estadística impresionante, pero en las vidas de la gente eso reduce el miedo cotidiano de que el próximo joven muerto sea tu hijo, sea tu hermano, tu padrastro, eso impacta la dinámica de todo el pueblo. Si la gente tiene miedo, opera desde ahí, está más acorralada, tiene menos capacidad de imaginarse la belleza que merece, así que no había horizonte para uno apostarle a un futuro con una sombra como esa en nuestras comunidades; era una tarea urgentemente feminista y nunca lo cuestionamos”. La revisión de la misión, la visión y los valores de la organización fueron un requisito. ACCIÓN Y COMPAÑÍA Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos, entrega a representantes de Taller Salud el Premio Tina Hills 2021. Foto / José Pérez Antes de este proyecto, Taller Salud implantó un modelo de promoción y de educación en apoderamiento de la salud. Rosario puntualiza que “nunca se han considerado una organización exclusivamente de brindar servicios”. “Es una organización que aboga y acompaña a comunidades y organizaciones en procesos de decidir políticas públicas que les afectan y eso ha sido así desde los principios”, menciona y como ejemplo indica que integraron el comité que redactó la Ley 54 (Ley de Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica) y los esfuerzos por fundar el primer albergue de víctimas, Casa Protegida Julia de Burgos, entre otros. Ahora enfrentan una pandemia para la cual, según su directora, se prepararon durante el huracán María, pues evitaron cometer errores como esperar una “respuesta coherente” del gobierno. “Estamos conscientes de que la coyuntura histórica que vivimos nos convoca a renovar nuestros valores fundacionales. Sabemos también que son las comunidades más vulnerables y desprotegidas quienes llevarán la peor parte ante la crisis que vivimos, ya sea por recortes en los servicios disponibles o por apatía social. Al recibir este premio, Taller Salud invertirá en aquellas áreas que nos permitan expandir nuestros servicios a otras regiones de la isla, incidir efectivamente en la aprobación de medidas de política pública a favor de las comunidades que viven mayor exclusión social y crear consciencia ciudadana de la necesidad de sumar las acciones solidarias individuales para generar un efecto multiplicador”. “Para la pandemia no esperamos nada, el viernes 13 de marzo ya habíamos decidido que el lunes 16 íbamos a tener una línea de 24 horas de atención a víctimas -sin tener call center ni empleadas para eso- pero sabíamos que, si se declaraba un confinamiento como ocurrió ese domingo 15, nuestras víctimas iban a estar confinadas con sus agresores. La experiencia del huracán nos dejó ver que la escala de daños se puede magnificar en cuestión de horas, que la toma de decisiones en los primeros cinco días es crucial y que se deben tomar con una conciencia interna y externa de cuáles son tus dimensiones de impacto, cuál es tu capacidad y cuáles son tus prioridades y nuestra prioridad son nuestros participantes, así que no hubo ni un segundo de duda”. Representantes de la Fundación Ángel Ramos -a la izquierda Roberto Santa María y Laura López y a la extrema derecha María Jaunarena y Diego Suárez Matienzo, junto al equipo de Taller Salud. Foto / José Pérez De inmediato, comenzaron a recaudar fondos para ampliar el alcance de dicha iniciativa porque “la velocidad es clave en las emergencias”. “Principalmente, porque comunica el mensaje de que las vidas de nuestros participantes son nuestra prioridad, pues la inacción lo que comunica es que hay unas vidas que son dispensables, que no importa si se pierden. Nosotras, dentro de nuestra escala, de lo que era posible hacer, estábamos decididas a comunicar el mensaje opuesto desde la primera hora de ese confinamiento: que íbamos a mover cielo y tierra para garantizar su seguridad, su acceso a alimentos en momentos en que la falta de información estaba causando angustia”. Por primera vez en cuatro décadas, la organización aspira a ser propietaria de una sede en Loíza y desde ahí expandir algunos de sus modelos exitosos a otras zonas de la isla. “Veo una sede bien bonita, veo una escuela de formación de liderazgo y de apoderamiento en salud para Puerto Rico y el Caribe, veo una clínica móvil de salud integral de las mujeres que pueda dar servicio en nuestra región y moverse a regiones que tienen indicadores más altos de falta de acceso a servicios que podemos brindar”, anticipa planes futuros. Taller Salud ya es considerada integrante importante en Loíza. “Nos lo dejan saber de maneras bien bonitas. Después del huracán Hugo, el trabajo de Taller Salud en Loíza se solidifica más y el compromiso y las relaciones se van construyendo de forma más sostenida en el tiempo y ya no había vuelta atrás. Después de Acuerdo de Paz, que para que su modelo sea efectivo necesita que quienes lo lleven a cabo sean los loiceños, por primera vez la mitad de nuestro equipo era gente de la propia comunidad y eso automáticamente empieza a transformar la organización. Con el pasar de los años, en las Fiestas de Santiago Apóstol, en los eventos comunitarios, en la Cabalgata de Reyes, hemos ido viendo cómo nuestra presencia es esperada, pedida. También, nos han dejado saber de muchas maneras cuánto agradecen que hayamos estado aquí después de María y eso no hay quien lo borre”, resume la interacción Rosario. No hay marcha atrás, Taller Salud ya es Loíza. TRANSFORMACIÓN A finales de los 80’s la colectiva decide incorporar y registrar la organización en el modelo sin fines de lucro. A finales de los 90’s se establecen dos sedes: en Río Piedras, donde se realizan estudios de género e investigación feminista, y en Loíza donde llevaban diez años de trabajo con las féminas. Decidieron permanecer solo en Loíza. Realizan charlas y talleres de concienciación sobre la salud física a través de autoexamen de mama, vaginal y trabajo de prevención de violencia sexual y doméstica en espacios seguros y comunitarios. Visitan escuelas para trabajar con adolescentes temas relacionados a la prevención de violencia en el noviazgo y educación sexual integral. En escuelas de la región educativa que incluye a Loíza -que comprende pueblos como Canóvanas y Río Grande- se trabajó la prevención de violencia sexual en la niñez educando al personal escolar y promoviendo círculos de lectura de cuentos con niños y niñas para identificar riesgos de violencia sexual. *El inicio del Programa Acuerdo de Paz es innovador, ya que al empoderamiento político y apoderamiento del cuerpo que propone la organización, se une un enfoque de salud pública que toma acción para detener la violencia comunitaria. El huracán María fue un hito y la respuesta que ofrecieron provocó una nueva transformación en la organización. Al momento, siguen un modelo de financiamiento híbrido que se nutre de fundaciones de Estados Unidos y Puerto Rico, de donantes individuales a través de las distintas plataformas de donación en línea, donaciones del gobierno federal y del gobierno estatal a través de la Comisión de Donativos Legislativos. Aprovechan trabajo voluntario y donaciones en especie. Fotos / José Pérez Vídeo / Juan Carlos Álvarez Lara
La organización sin fines de lucro con 21 años de experiencia debutó en la lista que destaca empresas con las más acertadas prácticas laborales. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Al selecto grupo de empresas locales que ingresan a la lista de 15 Mejores Patronos del país, entra en esta edición 2021 una organización sin fines de lucro, Nuestra Escuela. En el certamen gestado por el periódico El Nuevo Día, las votaciones de los empleados de cada empresa son determinantes en su selección y ésta cuenta con 76, principalmente distribuidos en sus centros de Caguas y Loíza. En la organización que privilegia la educación y el desarrollo económico, más que contentos están orgullosos. Su presidenta ejecutiva y cofundadora, Ana Yris Guzmán Torres, puntualiza que el logro es resultado directo del trabajo del colectivo. “Esto no ocurrió al azar, llevamos unos años preparándonos para que la gente sienta que esto es un buen lugar para trabajar. Y no ha sido sencillo en términos de añadir beneficios, cuando tú dependes de las propuestas y de los donantes que no necesariamente están tan abiertos a escuchar que se incluyan iniciativas como el plan 401K”, sostiene Guzmán. Hace cinco años, Nuestra Escuela se planteó cómo mejorar las condiciones laborales de sus empleados. En las asambleas semestrales se repetía la inquietud sobre el plan de retiro, entre otros asuntos que interesaban a la organización como mejorar los salarios de los maestros o extender beneficios de empleados regulares a los de tiempo parcial. “Hemos venido añadiendo beneficios paulatinamente, partiendo de la premisa del diálogo con el personal para conocer cuáles eran las necesidades más apremiantes. Cosas como establecer una escala salarial con perspectiva de género, eso fue importante y tomó tiempo. Le dimos una mirada al tema de los salarios y nos tomó dos años hacer los ajustes y lo hicimos de tal forma que la organización estuviera honrando la premisa de igual paga por igual trabajo, si la persona llevaba el mismo tiempo en la organización. Esa fue una de las primeras cosas que hicimos, establecer una escala salarial en la que los maestros en Nuestra Escuela empiezan en $1,800 y, dependiendo del tiempo que llevan en la organización, pueden ganar hasta $ 2,500 mensuales”, explica Guzmán. Establecer hace año y medio el plan de retiro 401K fue fundamental, ya que permite “que la gente pueda visualizarse en la organización por mucho tiempo”. La presidenta resalta con satisfacción que durante la pandemia lograron mantener el 100% de los salarios del personal, incluyendo aquellos que no podían realizar labores de manera remota como las áreas de mantenimento, cocina o transportación. “En el caso de sostener los salarios lo hicimos a través de Small Business Administration, sometimos en dos ocasiones y en las dos ocasiones los préstamos fueron condonados al 100%”, destaca. No se conforman con lo logrado y, como ejemplo, Guzmán informa la propuesta de que los maestros alcancen un salario mensual de $3,000. “Yo pienso que la gente valora su trabajo. En Nuestra Escuela, el personal docente reconoce que la organización está haciendo un esfuerzo de garantizar bienestar y que haya un espacio de trabajo equitativo. Para hacer un ajuste y lograr ese salario a los maestros, siendo la plantilla más grande, lo haremos de forma escalonada a base de los años de servicio en la organización. Es absolutamente viable y hacia ahí nos estamos dirigiendo”, señala. SIEMPRE ESCUCHAR Prestar atención a las necesidades e ideas de los alumnos ha sido clave en el éxito académico de Nuestra Escuela. La práctica la replican con sus empleados. Las asambleas semestrales son descritas por la presidenta ejecutiva como “espacios extraordinarios para escucharnos y ver cómo podemos mejorar”. “La organización tiene beneficios extraordinarios y partimos de la premisa de que Nuestra Escuela es una comunidad y lo que es bueno para el estudiante, es bueno para el personal y viceversa. No es que Nuestra Escuela está haciendo grandes hazañas, yo pienso que es un asunto de justicia social y nosotros tenemos la posibilidad de hacerlo; no podría decirte que ha sido sencillo pero ha sido posible y hemos recibido el respaldo de quienes nos hemos acercado”. Fundada en agosto del 2000, la organización ya cumplió 21 años, lo que supone para Guzmán, mayores responsabilidades. “La pregunta aquí es qué progreso, porque para mí progreso es bienestar común y ese es el norte y a veces no se entiende. No es sencillo, es mucho trabajo y la gente tiene que dar más de lo que se supone que dé en un espacio natural de trabajo, pero si nosotros realmente queremos cerrar brechas, eso no se hace en el ordinario eso se hace en el extraordinario”, comparte su ruta a futuro. La mañana en que de sorpresa llegó el premio a la organización, la alergía era contagiosa. “Una de las cosas importantes que suceden con este premio es que en realidad quien otorga la distinción es el personal porque se hace a través de encuestas a la gente y a base de la puntuación otorgada, por tu misma gente es que entras o no. Es importante que nuestra gente reconozca que esto no fue un ‘¡oops!, somos mejores patronos’, sino que realmente lo hemos venido trabajando, buscando que este sea un buen lugar para estar y para hacer un mejor país”, culmina Guzmán. Nuestra Escuela se unió a Boys & Girls Club, organización que en el 2018 también ingresó en la lista de Mejores Patronos. ¿Cuál será la próxima? Algunos beneficios que disfrutan los empleados de Nuestra Escuela Salario de $2,500 para maestros con más tiempo en la organización Plan médico con cubierta de farmacia y dental Programa de asistencia al empleado para atender salud mental Licencia de vacaciones de hasta 24 días Plan de retiro 401K Servicio de alimentos Maternidad de 60 días calendario y 14 días laborales de paternidad Oportunidad de cuido para hijos de empleados Personal a tiempo parcial disfruta del 50% de todos los beneficios disponibles para los empleados regulares, desde las vacaciones hasta el plan médico Beneficios garantizados a parejas del mismo género o no casadas que conviven
Qué hacen, cuáles son sus metas inmediatas y qué las inspira son algunas de las respuestas que ofrecen directivos de las organizaciones sin fines de lucro finalistas al Premio Tina Hills 2021. Conoce al Centro María Mazzarello Alespi. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Atención. Ciudadanos y líderes honestos están en construcción en el Centro María Mazzarello Alespi en Orocovis, un espacio con dos privilegios innegables: la hermosa vista de la montaña isleña y la oportunidad de educar y acompañar a más de 300 alumnos de prekínder a duodécimo grado, así como a la comunidad de la zona. “Nosotros buscamos, tanto en el colegio como en todos los trabajos, educarlos en distintas competencias. No construimos estudiantes para el futuro, los construimos desde el presente, les damos experiencias educativas, deportes, artísticas, agricultura y, sobre todo, de valores cristianos”, indica Sor Aracelis Reyes, directora ejecutiva de la organización. “Cuando nos dijeron que éramos finalistas celebramos, se lo dijimos a todo el mundo en el Centro y nos pusimos a rezar porque sabemos que con los nuevos proyectos vamos a necesitar ayuda”. Una de las enseñanzas que marca el acercamiento del Centro con sus participantes, es su interacción con la diversidad. “La diferencia no es una amenaza, es una riqueza. Ellos van a tener profesiones que no conocemos hoy, pero en las que quizás tengan que interactuar con personas de otros países o pueblos, por eso también reforzamos el trabajo en equipo. Los educamos en idiomas porque somos una isla, pero tenemos que abrir horizontes y, sobre todo, en los valores cristianos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo”, subraya la directora y agrega que además de español e inglés, también han enseñado italiano, francés y portugués. Representantes de la Fundación Ángel Ramos -a la izquierda Roberto Santa María y Laura López y a la extrema derecha María Jaunarena y Diego Suárez Matienzo, junto al equipo de Centro María Mazzarello. Foto / José Pérez Cada alumno que llega es considerado, “un misterio”. “Tenemos que potenciar lo que es él y lo que Dios ha sembrado en su corazón. Lo vemos como un misterio al que nos tenemos que acercar con cariño porque tenemos que acompañarlo a que descubra quién es él y a qué está llamado”, dice Sor Aracelis. El Centro mantiene una alianza con la NASA en educación STEM a la que le han añadido la agricultura y su policultivo -que enseña a valorar la paciencia-, además de las artes, el deporte y el servicio comunitario. Una plataforma en la glorieta central es escenario de las presentaciones musicales. “Aquí se baila, se canta, se toca, aquí hay mucho talento”, celebra. El proyecto educativo viabiliza que familias trabajadoras y de mínimos recursos económicos puedan ofrecerle una educación de calidad a sus hijos. “Por eso los precios son ridículamente bajos. A la familia que no puede pagar no le podemos decir que no, eso es un pecado mortal para las salesianas, se acogen en el colegio, así que el colegio tiene que arreglárselas para poder operar. Tenemos que buscar propuestas que puedan sostener esta educación porque algunas familias pagan menos al no tener los recursos”, explica sobre la constante búsqueda de fondos. La responsabilidad de la facultad es fundamental para alcanzar las metas educativas. “Los maestros no cobran ‘wao’, pero su compromiso y creatividad es increíble; cuando hay ese compromiso y amor por los estudiantes hacemos maravillas con poquísimo”, destaca Sor Aracelis. En el Centro han tenido estudiantes provenientes de 19 pueblos de la isla, incluido Orocovis, y aunque los protocolos de COVID-19 lo complican, existe la cultura de hospedar a los que se le dificulta llegar. No todos son católicos. CASA DE ALEGRÍA El sonido de la campana que anuncia el fin de la jornada educativa marca también el inicio de los ofrecimientos para la comunidad. Llegan estudiantes de otras escuelas públicas listos para aprovechar las actividades extracurriculares en deportes, arte y calidad de vida que brindan las Tardes en Alespi. El Centro sigue vivo, sirviendo a los que le dan vida en un proceso simbiótico que no acaba. Así ha sido desde que las Hijas de María Auxiliadora, Salesianas de Don Bosco, llegaron en el 1981 a Orocovis para dirigir el Colegio San Juan Bautista, ubicado en el casco urbano. Gracias a la visión, al sueño y a la voluntad de Sor María Ofelia Pérez, quien se empeñó en mudar el colegio a un mejor espacio, hoy disponen de uno hermoso y útil en el barrio Sana Muertos Barros, sector La Vaquería. Denominado Centro María Mazzarello Alespi, en el lugar opera el Colegio San Juan Bautista que se transforma en centro comunitario y en un campo deportivo. “Antes esto era la ‘Vaquería de don Ramón’, aquí no existía más que el terreno y vacas; esto ha sido una donación del señor Ramón González. La construcción comenzó en el 1989 con el arquitecto Thomas Marvel y en el 2008 nos mudamos. Lo logramos vendiendo bacalaítos, pidiendo, pasando vergüenzas, pero gracias a Dios aquí estamos”, recuerda contenta Sor Ofelia, quien insiste en que cada estudiante tiene talentos variados y hay que exaltarlos. “Nuestro sistema es que los niños estén felices”. Laura López, directora ejecutiva de FAR, entrega el premio de finalista en el Premio Tina Hills 2021 a Sor María Ofelia Pérez y a Sor Aracelis Reyes. Foto /José Pérez Conscientes de la importancia de su labor en la vida de los alumnos y la comunidad, la resiliencia no les resulta ajena. Sor Aracelis menciona experiencias tras el huracán María, los terremotos de enero y la pandemia por COVID-19 que vivimos, en las que han reabierto el Centro con responsabilidad y rapidez. “Había que empezar ya”, repite aludiendo a los tres sucesos. De aquí a 20 años la directora vislumbra a los exalumnos siendo líderes que “hacen la diferencia en la sociedad”. “Las salesianas perseguimos enviar a la sociedad buenos cristianos y honestos ciudadanos. Cuando decimos vamos a lanzar a un joven al mundo lo construimos ahora, formándose, gozándose la educación, la creatividad. Tenerlos motivados, mantenerlos orientados al bien es lo que garantiza éxito a nivel profesional y que estén seguros de cómo aportar a la sociedad”, declara. El Centro María Mazzarello Alespi aspira a convertirse, también, en una escuela especializada en deportes y planifica añadir un albergue deportivo para hospedar a alumnos talentosos. La casa sigue creciendo. TRANSFORMACIÓN Del casco urbano, en el 2008 se mudaron a las instalaciones actuales donde mantienen los servicios del Colegio San Juan Bautista y otros abiertos a la comunidad. El Centro se ocupa de la transportación de los participantes en la mayoría de los casos. Tardes en Alespi recibe niños y jóvenes para disfrutar de los ofrecimientos extracurriculares gratuitos. La Casita del Buen Vecino mejora las oportunidades de niños con necesidades especiales al colaborar con sus asignaciones y ofrecerles talleres. Siempre Alegres procura la formación de líderes. Los viernes se brindan actividades especiales que destaquen destrezas de liderazgo, aprovechando las necesidades de la comunidad. Policultivo Alespi- entra en el currículo de experiencias por proyectos de la clase de Agricultura. Iniciaron la siembra de habichuelas y plátanos, entre otros frutos, ya que la tierra es concebida como la casa común. Un acuerdo con una compañía orocoveña de internet les permitió ampliar su capacidad de red para que estudiantes que no pertenecen al Colegio pudieran ubicarse en la cancha a tomar las clases virtuales de sus respectivos centros educativos durante la pandemia. Un albergue deportivo está en construcción para alumnos de otros pueblos y un espacio para voluntarios que llegan de países como Estados Unidos o Austria. Diseñan proyectos para la familia dirigidos a trabajar la salud mental en la pandemia.