Qué hacen, cuáles son sus metas inmediatas y qué las inspira son algunas de las respuestas que ofrecen directivos de las organizaciones sin fines de lucro finalistas al Premio Tina Hills 2021. Conoce a la Fundación Alas a la Mujer. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Si algo le queda bien claro al equipo de trabajo de la Fundación Alas a la Mujer es que cuando una participante llama en busca de ayuda, dejó atrás largas horas de análisis, de dudas y, más que nada, tiene miedo. “Nosotras sabemos que esa llamada pudo haber tomado mucho tiempo de ponderación”, indica Suzette Álvarez Soto, trabajadora social y coordinadora de programas en el Centro Alas San Juan. “Así que tenemos en cuenta la persona, que se sienta en seguridad, respetada, escuchada y validada”. De esa forma, inicia un proceso de acompañamiento psicosocial con los especialistas de la Fundación Alas a la Mujer, una organización sin fines de lucro que atiende a mujeres sobrevivientes de algún tipo de violencia de género ya sea violencia doméstica, agresión sexual, acecho, trata humana o violencia en cita. La protección de la participante y la de sus hijos es vital. “Para nosotras es un honor ser finalista y yo tengo que decir soy joven en la Fundación Alas a la Mujer, pero honra tanto el trabajo de todas las que antes que yo pudieron estar aquí. Me siento honrada de estar en un trabajo donde hemos crecido y todavía podemos crecer más. Yo creo que es un logro y que la Fundación Ángel Ramos lo vea nos mueve a seguir haciendo lo que hacemos cada día”. “En el estado de emergencia que vivimos, hacemos una evaluación de seguridad con esa participante, realizamos un plan de escape -muchas veces la hemos acompañado a ejecutarlo-, y coordinamos si es necesario alguna vivienda, servicio o espacio para que estén seguras”, sostiene Álvarez. La coordinadora añade que procuran que, si las participantes “necesitan, requieren y es su deseo tener una orden de protección, lo puedan hacer acompañadas”. “Ese acompañamiento es importante en el tribunal porque es revictimizante, tienes que enfrentarte a la persona agresora, entrar en un espacio que de por sí es intimidante, así que para nosotras estar en esos procesos de la mano con ellas es importante para proveer un apoyo emocional, pero también para que sepan qué es lo que están haciendo, qué repercusión tiene. Cualquier falla puede ser una razón para quitarse, lo sabemos y eso puede implicar mucha más inseguridad para ellas y sus hijos y terminan lamentablemente en una situación a la que no queremos llegar que es perder la vida”, advierte. Representantes de la Fundación Ángel Ramos -a la izquierda Roberto Santa María y Laura López y a la extrema derecha María Jaunarena y Diego Suárez Matienzo, junto al equipo de Fundación Alas a la Mujer. Foto / José Pérez Esos son algunos de los servicios que ofrecen ahora, pero hace quince años -cuando iniciaron- era distinto. “La historia de la Fundación es bien interesante porque en principio era una organización filantrópica que solamente brindaba donativos a mujeres sobrevivientes o jefas de familia por alguna situación de emergencia; para salir del país, para cambiar de hogar, y a través de esos fondos se apoyaba la gesta de otras organizaciones que brindaban servicios de apoyo psicosocial. Ya hace varios años nosotras sí brindamos servicios a la comunidad y tenemos una gran diversidad; la verdad es que hemos crecido muchísimo”, reflexiona. Además del Centro Alas San Juan cuentan con uno en Utuado, en Adjuntas, ofrecen servicios sociales en Lares y Jayuya y de intercesoría y representación legal en los tribunales de Aguadilla, Ponce y Mayagüez. “Uno de los intereses de la Fundación ha sido descentralizar los servicios, sabemos que hay muchos en el área metro, pero no hay tantos para las mujeres de la montaña”, indica sobre los servicios de salud física y emocional que ofrecen – o que refieren a organizaciones aliadas- para que una participante pueda comenzar una vida distinta. LA VIOLENCIA SE DETIENE Apática a definir el problema con el término “ciclo de violencia”, la especialista luce confiada en que se puede detener. Ana Laura Vélez Vega y Suzette Álvarez, de Fundación Alas a la Mujer, y Yarelies Pagán, oficial de programas de FAR. Foto / José Pérez “Prefiero hablar con esperanza, decir que hay unas situaciones que trascienden, que son estructurales, sistémicas, no solamente de la pareja, así que claro que se puede detener con educación, con prevención, con recursos alineados a esas necesidades que nosotros en quince años de experiencia hemos visto que son los recursos más necesarios para poder transformar y construir otras vidas”, menciona. Detecta “mucha incomprensión de las situaciones reales que sobreviven las mujeres en sus familias” en los casos de violencia de género, a veces por considerarlo “un asunto personal, pero lo personal es un asunto político”. “Esto tiene una estructura patriarcal que existe antes que nosotros llegáramos aquí, así que esa transformación si bien la podemos hacer individualmente con nuestras sobrevivientes requiere la transformación de la estructura y para eso nosotras también tenemos los esfuerzos de educación y de prevención en la comunidad, de reclamar una perspectiva de género porque creemos que con la educación hacia la equidad es que podemos construir una cultura de paz”, indica y agrega que integrarán a los menores en los servicios de apoyo que reciben sus madres. Diego Suárez Matienzo entrega la distinción de finalistas del Premio Tina Hills 2021 a Sonia Flores y Suzette Álvarez, fundadora y trabajadora social, respectivamente, de Fundación Alas a la Mujer. Foto / José Pérez La construcción de una Casa de Acogida en la zona central montañosa de la isla, así como la inauguración del Centro Alas virtual, diseñado a raíz de la pandemia para continuar con los servicios de acompañamiento y apoyo, son objetivos alcanzables. “Las mujeres tenemos mucho poder para transformar y la resistencia de nuestras sobrevivientes es mucho mayor al impacto negativo. De ahí vamos a seguir construyendo vidas, aspirando, soñando y nosotras lo hacemos de la mano de nuestras sobrevivientes y participantes que son el motor nuestro”. Las sobrevivientes de este tipo de violencia no son homogéneas, pero esa participante que ya está lista para buscar ayuda da el paso cuando siente que “creyeron en ella” y “no la pusieron en juicio”. “Tratamos de ofrecer un servicio que no sea simplemente por darlo, sino porque nuestras participantes encuentren espacios seguros donde sus experiencias sean validadas, donde todo lo que ellas traen a la mesa sea tomado en cuenta. Cuando una de nuestras participantes entra en ese momento de ejercer su ciudadanía reconociendo que es portadora de derechos, que ella es importante, yo creo que ahí ya está lista”. En ese momento, el futuro luce brillante. TRANSFORMACIÓN Hace 15 años, Sonia Flores comenzó a apoyar con donaciones filantrópicas a sobrevivientes de violencia de género. Junto a integrantes que aún permanecen en el equipo, inauguraron un centro de ayuda que abonaba los esfuerzos de organizaciones feministas que trabajaban con dichas víctimas. Se formalizan como una organización de servicios y comienzan a ofrecerlos en las montañas de la isla, donde suele haber pocos recursos de este tipo. Desde entonces ofrecen orientación legal, apoyo terapéutico individual y grupal, así como donativos para viabilizar la seguridad económica de las participantes y sus hijos de modo que puedan disfrutar de una vida diferente. Escuchar a sus participantes es la guía para determinar nuevas rutas a seguir y servicios que brindar. Mediante fondos estatales, federales, esfuerzos de recaudación y aliados estratégicos mantienen activa la organización. Privilegian los servicios de educación y prevención en poblaciones jóvenes. Aspiran a establecer una Casa de Acogida en la montaña, que se una a los siete albergues para sobrevivientes de violencia de género activos en el país. El nuevo Centro Alas Virtual facilitará la continuidad de servicios. Fotos / José Pérez Vídeo / Juan Carlos Álvarez Lara
Qué hacen, cuáles son sus metas inmediatas y qué las inspira son algunas de las respuestas que ofrecen directivos de las organizaciones sin fines de lucro finalistas al Premio Tina Hills 2021. Conoce a Para la Naturaleza. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El vaivén de los bambúes hipnotiza. La zona de los estanques en el antiguo Acueducto de Río Piedras, donde decantaba el agua proveniente del meandro del río, provee una metáfora ideal de las oportunidades alentadoras que ofrece la conservación de nuestro ecosistema natural. En agenda está recuperar las cuatro cuerdas de agua para convertirlas en un acuario donde se introducirán especies endémicas en peligro de extinción o ya extintas. “Tener unas aguas limpias, unas playas y corales limpios, eso es desarrollo económico. Tener unos bosques saludables con veredas para corredores, para bicicletas en bosques urbanos, para mí eso es calidad de vida y bienestar para las comunidades. De la misma forma, tener una alimentación saludable sin químicos y apoyar una industria local, eso es bienestar económico”, afirma convencido Fernando Lloveras San Miguel, presidente de la organización Para la Naturaleza (PLN). Representantes de la Fundación Ángel Ramos -a la izquierda Roberto Santa María y Laura López y a la extrema derecha María Jaunarena y Diego Suárez Matienzo, junto a Andria N. Satz Morán, Fernando Lloveras San Miguel, Judy Galib Frangie Bras y Tatiana Hernández Cotto de Para la Naturaleza. Foto / José Pérez “Tener unas comunidades que van más allá de dormitorios de un proceso industrial masivo, que tengan su actividad, generación de ingresos y cohesión social, para mí como organización podemos ser una variable importante en ser todo eso, por eso no nos vemos nada más como un ente que protegemos los espacios naturales y la biodiversidad, estamos protegiendo al ser humano”, añade el líder de la organización que surge de los esfuerzos que hace 51 años comenzó el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico para proteger y concienciar sobre el valor del ecosistema de nuestras islas, en medio del desarrollo y desparramamiento urbano que caracterizó la década de los 70’s. Un buen ejemplo de los resultados que se obtienen cuando se contempla y se aprovecha el recurso natural, lo brinda el lugar donde se realiza esta entrevista. “Precisamente fue el Acueducto de Río Piedras el que suplió agua a la ciudad de San Juan y permitió que creciera, si no es por este sistema de filtración y captación de agua, no sería lo que es hoy”, añade Lloveras. Judy Galib Frangie Bras, Tatiana Hernández Cotto, de Para La Naturaleza, Ana Teresa Toro, maestra de ceremonias y Pedro Reina, integrante de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills 2021. Foto / José Pérez La desconexión del ser humano con la naturaleza ocurre de manera gradual. “Por alguna razón, nuestros modelos económicos y sociales nos desconectan de esa fibra que es la que nos nutre y, ha sido a tal grado, que hemos perdido el entendimiento de la importancia de esto. La cultura ecológica busca que em pecemos a valorar correctamente algo que hemos desvalorado por entender que somos un ente dominante y que no necesitamos la naturaleza para lograr nuestro bienestar y yo creo que, lo que hemos aprendido en los últimos años, es todo lo contrario: necesitamos de la naturaleza, está con nosotros. En toda esta trayectoria de 51 años como organización empezamos entendiendo que lo más importante era proteger la naturaleza y 50 años después nos damos cuenta de que, a quien tenemos que proteger, es al ser humano de sus propias decisiones”, señala. VIVA LA ESPERANZA “Es un gran honor ser finalista. La Fundación Ángel Ramos es una de las organizaciones más prestigiosas que está todos los años mirando y evaluando el trabajo de muchas organizaciones en Puerto Rico. Sería un gran apoyo contar con ella para seguir con nuestra causa y para buscar que más personas se unan a ella; sería una gran alianza la que tendríamos”. La buena noticia es que la convivencia con la naturaleza se puede revertir a una más sana, particularmente en una época en que vivimos los efectos que provoca el calentamiento global. Vivir de espaldas a la naturaleza ya no es una opción. “Todo el mundo puede lograrlo”, asegura Lloveras guiado por sus vivencias con diversos componentes de la sociedad. “Hemos vivido la importancia de la continuidad, nos hemos dado cuenta de lo cuidadosos que tenemos que ser en construir cada bloque sobre una base sólida. Pero al final del día, pensando en Puerto Rico y en cómo se sostiene este proyecto hacia el futuro, apostamos mucho a la cultura ecológica porque una vez esa persona captura esos valores los pone en práctica y los pasa de generación en generación. La mejor forma de continuidad no es nosotros como organización estar protegiendo para que no dañen nada, sino que las mismas personas y comunidades, como grupo, puedan tener la filosofía y los principios básicos de la conservación para esta generación y para el futuro”, subraya el presidente de PLN. María "Baby" Jaunarena, presidenta de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills 2021, entregó el galardón de finalistas de esta edición a Judy Galib Frangie Bras, coordinadora de Fundaciones y Desarrollo y a Fernando Lloveras San Miguel, presidente de Para la Naturaleza. Foto / José Pérez Para asegurar la salud ecológica de las islas de Puerto Rico, en el 2013 la organización propuso como meta de país alcanzar el 33% de terrenos protegidos para el año 2033, cifra mínima requerida para asegurar agua, aire y suelos de calidad. Al momento, solo se ha alcanzado el 16%; el objetivo global es de 20% para el 2030. “La otra meta es lograr que Puerto Rico recupere su conexión con la naturaleza y conviva con ella en lugar de usarla o desusarla. Tenemos más de 40 personas sembrando más de 100mil arboles al año y entidades apoyando ese proceso de reforestación que es una de las formas más económicas y viables de combatir este cambio climático que estamos viviendo. Todo el apoyo que hemos sentido y estoy viendo me da mucha esperanza de que nos vamos a reestructurar y que las inversiones que tenemos que hacer para tener unos ecosistemas saludables las vamos a poder hacer”, acaba Lloveras. Garantizar un suelo digno y limpio, así como la belleza de Puerto Rico y sus islas, es un compromiso compartido. Las generaciones que nos siguen merecen nuestro esfuerzo. TRANSFORMACIÓN El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico nace en el 1970 ante la preocupación de que el desarrollo urbano consumía aceleradamente los ecosistemas del archipiélago de Borinquen. La meta de la organización es proteger espacios naturales con alto valor ecológico. En los 80’s agregan el componente educativo para que se entendiera el valor y la razón de la conservación de lo que muchos consideraban “terrenos baldíos”. El proceso educativo se vincula con la preservación histórica e impacta a más de 80 mil visitantes al año, a través de todas las áreas naturales que conservan. Surgen los intérpretes ambientales. Para la Naturaleza nace como un brazo educativo del Fideicomiso para integrar a la sociedad en la conservación de sus ecosistemas naturales y a manejar sus áreas naturales como la Hacienda la Esperanza en Manatí o Las Cabezas de San Juan en Fajardo, entre otras. A inicios de la década del 2000 estrena el proyecto “Ciudadano científico”, que transforma el impacto educativo de la organización. Se esboza un plan de conservación contemplando toda la isla y a las comunidades. Pre y post huracán María se apoya a las comunidades para que tengan medioambientes saludables, en 33 de ellas se cubren otras necesidades además de la conservación. Inicia la relación de apoyo con agricultores agroecológicos y a partir del 2018 cobra más fuerza. Establecen alianza con 20 escuelas Montessori públicas alrededor de la isla que les permite inculcar una saludable cultura ecológica en niños y jóvenes.
Jóvenes del programa Música pa’ Culebra, de la Fundación de Culebra, se presentaron en un evento de recaudación en San Juan. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé Las “semillas musicales” de Culebra no hacen más que crecer. Para celebrar el éxito de la “cosecha de músicos” y asegurar la continuidad de su programa Música pa’ Culebra, la Fundación de Culebra celebró el “Concierto de Carnaval”, un evento de recaudación en el que sus grandes estrellas demostraron su talento. Los tonos verde y amarillo de la bandera de la isla municipio subrayaban dónde crecen los artistas que protagonizaron la velada realizada el pasado miércoles, 3 de noviembre en el Club Náutico de San Juan. Los sonidos de barriles, drones y piano confirmaban el talento y el impacto de la música en la vida de los participantes del programa. “¡Los jóvenes de Culebra quieren tocar y nosotros los vamos a apoyar!”, resaltaba la invitación a la actividad que contó con la Música Pa’ Culebra Steel Band, dirigida por el profesor José Fabián Rosa Santos. Y eso hicieron. Primero mostraron un vídeo con entrevistas a las “semillas del programa” -niños que no pudieron asistir al evento- quienes destacaban sus progresos y expectativas musicales. “Soy una semilla musical y ya estoy aprendiendo”, dijo Alexander, de 11 años, quien resaltaba su deseo de ser músico en el futuro, igual que su papá. La jovencita Daphne Padrón interpretó dos piezas al piano y luego el compositor Alberto Carrión acompañó a Camila Cortés, Luis Alexander Rivera y a Olivia Sisser, quien cantó la pieza “Aleluya” de Leonard Cohen. Los barriles anticiparon la llega de los repiques de bomba. Luz Rivera Cantwell, presidenta de Fundación de Culebra, celebró el nuevo Círculo de Bomba establecido en la isla municipio el cual todos los martes atrae culebrenses de todas edades, así como visitantes. Los barriles fueron una donación de la Iglesia Episcopal del municipio. El profesor Rosa, junto a la cantante invitada, Margarita García, y las bailadoras Camila e Isabela, presentaron distintos ritmos de bomba como el yubá, el cuembé y hasta un piquete en sicá que agitó las amplias faldas amarillas y blancas de las jovencitas. Luego mostraron al público el vídeo “Culebra es un paraíso”, en el que niños y jóvenes compartieron hermosos visuales y recomendaciones para proteger la Reserva Marina Canal Luis Peña. La composición musical de igual título estuvo a cargo de Alberto Carrión, quien compartió créditos en la letra con el director musical José Fabián Rosa. Antes de que comenzara la esperada presentación de la Música Pa’ Culebra Steel Band, se destacó el apoyo fundamental del matrimonio de Fajardo compuesto por Laiza García y Edwin Cruz, quienes restauraron los deteriorados drones que pertenecieron al famoso músico Jack Warren y que heredó la banda. Como las demás presentaciones, fueron premiados con aplausos del público. El programa Música pa’ Culebra continuó activo durante la pandemia siguiendo los debidos protocolos de protección contra el COVID-19, y realizaron su acostumbrado campamento de verano con sesiones mañaneras para niños y vespertinas con jóvenes. “Tanto los niños como los jóvenes tenían que continuar”, aseguró la presidenta de la Fundación y aseveró que las presentaciones de la noche son producto de la consistencia en las prácticas veraniegas. “La música es la excusa de tantas cosas que se trabajan aquí; esto no es música nada más, esto son destrezas de vida”, afirmó Luz Rivera Cantwell, presidenta de Fundación de Culebra, sobre las interacciones que genera el programa musical. Fundada en el 1994 por el culebrense Juan J. Romero Sanes, la Fundación de Culebra es una organización sin fines de lucro creada para proteger el ambiente, la cultura, la historia, la comunidad y asegurar la resiliencia de dicha isla municipio. El Museo Histórico de Culebra, dirigido por Sonia Arocho, y Música pa’ Culebra son dos de sus iniciativas principales y ahora agregan el trabajo con doce estudiantes que se formarán como líderes ambientales. Se labora además en la digitalización del acervo fotográfico y documental relacionado a la isla en un proyecto liderado por Sonia Rivera. También se ocupan de la restauración del faro de Culebrita con el apoyo de varios aliados, como Para la Naturaleza. “Me gusta la música porque me siento libre, soy una semilla y estoy creciendo”, dijo complacido uno de los integrantes del programa infantil en el vídeo de presentación. El futuro, sin duda, les pertenece. Fotos y vídeo / Javier del Valle
La organización feminista con más de cuatro décadas de labor que procura el acceso a la salud integral, resultó ganadora en la vigésimo cuarta edición del Premio Tina Hills. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé El Premio Tina Hills destacó en el 2021 la trayectoria de la organización Taller Salud. Foto / José Pérez Viabilizar el acceso de la mujer a servicios de salud, reducir la violencia en entornos comunitarios y promover el desarrollo económico a través de la educación, la abogacía y el activismo, han sido los objetivos principales de Taller Salud a lo largo de cuatro décadas de labor. La efectividad de la organización feminista y de base comunitaria en esta tarea le han merecido el vigésimo cuarto Premio Tina Hills, que cada año otorga la Fundación Ángel Ramos (FAR). Como premio recibirán $150,000. Finalistas y ganadores comparten su alegría con Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos; Laura López, directora ejecutiva, a la izquierda, y a la extrema derecha, María "Baby" Jaunarena, Diego Suárez Matienzo y Rafael Cortés Dapena, presidente de la Junta de Directores de FAR. Foto / José Pérez Las organizaciones Fundación Alas a la Mujer, Inc., Centro María Mazzarello (Alespi), Inc. y Para la Naturaleza resultaron finalistas en esta edición y recibieron un premio de $20,000 cada una, en el evento celebrado el lunes 15 de noviembre -también señalado como Día de la Filantropía- en el Anfiteatro Argentina Hills del Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Gurabo. “¡Ay que alegría! Estamos bien agradecidas por este reconocimiento. Fui llamada a dirigir esta organización en el 2016 en un momento bien difícil, no sabía si iba a ser la directora que le tocaría cerrar una organización histórica y no me tocó por el respaldo que recibí”, mencionó Tania Rosario, directora ejecutiva de Taller Salud al recibir la distinción. Tras subrayar la labor que realizan las organizaciones finalistas, resaltó que con ellas comparte la fuerza para sobrevivir los días difíciles en la isla. La entrega del premio se realizó en el Anfiteatro Argentina Hills del Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez de la Universidad Ana G. Méndez, recinto de Gurabo, siguiendo todos los protocolos de seguridad contra el COVID-19. Foto / José Pérez “Me sé parte de una estirpe, de una comunidad y de personas que estamos dispuestas a darlo todo por Puerto Rico. Esa es la comunidad a la que pertenezco”, agregó satisfecha. Taller Salud sirve a niños y adolescentes, familias con niños menores de 18 años y adultos mayores. El año pasado contó con 15,213 participantes y una red de 125 voluntarios. El esperado Premio Tina Hills persigue reconocer a una organización sin fines de lucro dedicada al área de arte y cultura, educación o bienestar social, cuya trayectoria y aportación abonan a mejorar la calidad de vida en Puerto Rico. Excelencia en programas y servicios, así como el liderato de la institución ganadora en el Tercer Sector, también son aplaudidos con el premio. “Me sé parte de una estirpe, de una comunidad y de personas que estamos dispuestas a darlo todo por Puerto Rico. Esa es la comunidad a la que pertenezco”. “Para la Fundación Ángel Ramos es un orgullo poder reconocer y ayudar a que el país conozca aún más la labor que realizan organizaciones como Taller Salud, una institución que por más de cuatro décadas ha servido a las mujeres del país, sus entornos y, particularmente, a la comunidad de Loíza, con proyectos de vanguardia y profunda conciencia social que también buscan mitigar la violencia. Su labor consistente, su compromiso y entrega merecen nuestro reconocimiento y agradecimiento. En tiempos de tantas crisis, la entrega de este premio nos recuerda lo grande que es el compromiso del Tercer Sector con todo Puerto Rico”, expresó el CPA Roberto Santa María, presidente de la Fundación Ángel Ramos. Coralys Colón, estudiante del Centro María Mazzarello, realizó la invocación. Foto / José Pérez Por su parte, Laura López Torres, directora ejecutiva de la Fundación Ángel Ramos, destacó el hecho de que el Premio Tina Hills “es una distinción que reconoce el trabajo tan diverso que realizan las organizaciones sin fines de lucro por nuestra gente y, a su vez, se propone estimular e incentivar su desarrollo”. También celebró el triunfo de esta entidad en un momento en que “la crisis de violencia de género en Puerto Rico ha llegado niveles alarmantes y la labor de organizaciones como Taller Salud, alumbran la ruta de acción para atender este terrible mal social”. CEREMONIA ESPECIAL La pandemia por COVID-19 impuso una pausa en la entrega del galardón para la edición del 2020. En este año 2021 se retomó la apertura de convocatorias y la evaluación minuciosa de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills. Consideraron 54 formularios de organizaciones candidatas. Tras dar la bienvenida al acto de entrega del Premio Tina Hills 2021, la periodista Ana Teresa Toro, quien fungió como maestra de ceremonias del evento, lo describió como “uno de los reconocimientos a la filantropía en Puerto Rico más importantes y con mayor tradición en nuestro país”. “También es una cita anual en la que podemos hacer una pausa en nuestro día a día para celebrar la creatividad, la fuerza y el compromiso de las organizaciones sin fines de lucro en nuestro país, un sector en el que nunca ha habido crisis de imaginación”, exaltó Toro. Laura López, directora ejecutiva de FAR (segunda desde la izquierda) junto a Laura Cantero, directora ejecutiva de Grupo Guayacán e integrante de la Junta de directores de FAR y algunas integrantes de la Junta Consultiva del Premio Tina Hills: María "Baby" Jaunarena (extrema izquierda), Annette Montoto y Enid Flores. Foto / José Pérez La actividad contó con la asistencia de representantes de las organizaciones finalistas al premio y fue transmitida en vivo por el canal de YouTube/FAR PR y sus diversas plataformas digitales. La invocación estuvo a cargo de la joven Coralys Colón, participante de Centro María Mazzarello (Alespi), Inc., una de las organizaciones finalistas. Como parte del evento se presentaron vídeos, dirigidos por Juan Carlos Álvarez Lara, que evidenciaron el trabajo de las organizaciones finalistas y, sobre todo, el impacto que su gestión tiene en la vida de las comunidades a las que sirven. La periodista y escritora Ana Teresa Toro fungió como maestra de ceremonias y destacó que en el tercer sector "nunca ha habido crisis de imaginación". Foto / José Pérez También en la actividad se destinó un espacio para celebrar el cumpleaños número 100 de Argentina Hills, quien lideró la Fundación Ángel Ramos por 50 años, y continua activa y en buena salud respaldando la labor. Por su liderato en el sector filantrópico, el premio la honra con su nombre. Para más información sobre el Premio Tina Hills y los esfuerzos programáticos de la Fundación Ángel Ramos, visita www.farpr.org. Si quieres revivir la ceremonia de premiación, haz clic en este enlace. Fotos / José Pérez
El espacio cultural :Pública estrena restaurante, Cocina:Pública, y lo lidera la chef Yashira Vélez quien comparte con Oenegé su propuesta gastronómica y su amor por el arte del plateo. Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé En Santurce hay un nuevo restaurante, Cocina:Pública, que se integra a los ofrecimientos del espacio cultural :Pública, destinado a difundir la producción creativa en la isla. Y la música que se escucha en su área de cocina delata una cosa, la chef Yashira Vélez está trabajando. “No puedo cocinar sin música”, confiesa la chef caborrojeña, “una vez me tocó una cocina muy buena, que me dio estructura, pero fue un reto para mi porque no había música y yo me inspiro mucho con ella”. Cocina:Pública es descrita como una celebración de la herencia caribeña “a través de colores, texturas y sabores profundos y ricos”. Y más allá del sabor, Vélez percibe los platillos que preparan como una oportunidad de nutrir nuestro organismo de forma apropiada. “Estudié un bachillerato en biología, una maestría en naturopatía y siempre me había gustado la cocina, pero nunca sabía cómo aplicar esa combinación a las personas, no me gustaba estar en una oficina yo soy mas activa. Decía ‘¿cómo puedo combinar esto con algo que verdaderamente me apasione?’. A mi siempre me había gustado la cocina, llevaba 15 años trabajando en la industria de la comida, mi papá era el que cocinaba en casa y tenía restaurante así que de ahí surge el interés”, explica sobre su desarrollo en un campo en el que fue mesera, bartender, ayudante de cocina, líder de cocina, diseñó menús y fue sous chef. Varias experiencias marcaron sus primeros pasos en la cocina profesional. Comenzó trabajando en el proyecto El Departamento de la Comida, donde destaca que la mayoría de los productos utilizados eran “agroecológicos y tenían un fin nutricional”. Esa vivencia laboral le permitió definir una nueva misión. La chef Yashira Vélez revela: "No puedo cocinar sin música". Foto / Jonathan Galindo “En Puerto Rico hay que educar a la gente en cómo comer bien y nutrirse porque comemos súper mal -muchos carbohidratos y mucha carne-, así que quise buscar la manera de llegarles para que se nutran mejor”, sostiene la chef que además tuvo experiencias en Básico Juguería, Verde Mesa, Oriundo y Jungle Bao Bao, restaurantes donde obtuvo el conocimiento que precisaba, especialmente en menú vegetariano y vegano. Comida es vida, pero en la mente de una chef esta premisa se define de maneras distintas a las de los comensales. “Cuando creo una receta, primero me viene a la mente el ingrediente y cómo te puede nutrir, después empiezo a combinarlo con otros en busca del sabor especial. Por ejemplo, el lulo es una fruta de Colombia alta en vitamina C y la uso en el Crudo, un plato de nuestro menú. Yo pensé ‘¿cómo puedo usar esa acidez, que se sienta fresca, pero que también tenga textura y ahí hice este plato que tiene pescado crudo y se cura al momento; es súper fresco, lo picas con un corte al sashimi y lo plateas”, describe la chef. NACE UN RESTAURANTE Durante la cuarentena por COVID-19, cuando Vélez hacía almuerzos porque todo estaba cerrado, surgió la oportunidad de ocupar el espacio gastronómico de :Pública. “Queríamos que el espacio fuera parte de :Pública también, yo pienso que mis platos son una obra de arte porque mi parte favorita es platearlos; todos son coloridos, tienen un propósito, todo se ve bien puesto y delicado. A parte del sabor, la visión también es importante porque es lo primero que te llega. Es una forma de honrar también a las personas que nos traen los productos, que son de Puerto Rico”, menciona la propuesta definida junto a Naíma Rodríguez, directora ejecutiva del espacio de gestión cultural. El menú del nuevo restaurante es descrito como una celebración a nuestra herencia caribeña. Este es el platillo bautizado, Crudo. Foto / Jonathan Galindo “Me honra poder brindar la plataforma de Cocina:Pública a nuevos talentos y que las personas que nos visiten tengan la oportunidad de experimentar nuevos sabores y disfrutar la frescura de los productos locales de forma accesible”, resaltó, de otra parte, Rodríguez sobre el espacio gastronómico que abrió hace más de un mes. Vélez afirma que siempre le han gustado los temas de Ciencia y Salud, “pero esa pasión que yo tengo por la cocina es innata, es algo que estaba en mi”. La chef se cocinó un futuro que le permite unir todos sus intereses y ahora se siente a gusto y motivada. A la niña que fue en Cabo Rojo hoy le diría: “Lo lograste”. “Es que la cocina le dio un giro tremendo a mi vida, nunca pensé que iba a terminar haciendo esto. Por eso le digo a las personas que, si tienen algo innato y lo pueden desarrollar, háganlo, no tengan miedo porque algo bueno siempre sale. Siempre hay que arriesgarse, si no me hubiera arriesgado, hoy no estuviera aquí”, confiesa y añade, “los espero en Cocina:Pública, les va a encantar”. El restaurante está abierto de jueves a sábados de 6:00 p.m. a 11:00 p.m. y los domigos de 11:00 a.m. a 5:00 p.m. Puedes comunicarte a través de Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. document.getElementById('cloak0edf35bfb65176615343c09e26e511c4').innerHTML = ''; var prefix = 'ma' + 'il' + 'to'; var path = 'hr' + 'ef' + '='; var addy0edf35bfb65176615343c09e26e511c4 = 'publicaespacio' + '@'; addy0edf35bfb65176615343c09e26e511c4 = addy0edf35bfb65176615343c09e26e511c4 + 'gmail' + '.' + 'com'; var addy_text0edf35bfb65176615343c09e26e511c4 = 'publicaespacio' + '@' + 'gmail' + '.' + 'com';document.getElementById('cloak0edf35bfb65176615343c09e26e511c4').innerHTML += ''+addy_text0edf35bfb65176615343c09e26e511c4+''; o enterarte de lo nuevo en Instagram @cocinapublicapr y en @publicaespacio. Fotos / Jonathan Galindo